Partida Rol por web

Después de un largo suspiro, dijé el primer plan que se me vino a la mente.

- Creo que debemos separarnos en dos grupos: tu y tu hermano buscarán a la madre de Karine, mientras el resto de nosotros ayudaremos a dar entierro a los difuntos del pueblo. - Esperé a ver cómo reaccionaban mis compañeros sobre mi respuesta. - Además no podemos dejar a la pequeña sola aquí. - Dejé la idea suspendida en el aire, para que los demás piensen en ella. ¿Qué haríamos con la niña luego de ocuparnos de los asuntos inmediatos? ¿Llevarla con nosotros?

Nhyria asintió, por fin se comenzaban a decir cosas con algo de sentido. Aunque por las palabras de la niña dudaba mucho de que la madre siguiese por los alrededores, seguramente fue secuestrada.

-Buscad huellas o cualquier rastro que nos pueda indicar hacia donde se fueron los agresores, si eran un grupo grande como para atacar un pueblo y se llevaron prisioneros no debería ser demasiado difícil de hallar. Mientras terminaremos de dar sepultura. -Añadió respaldando las palabras de la eladrin.

No iban a hacer una tumba para cada aldeano, pero al menos una fosa común era mejor que nada.

La niña toma la pala de la drow, haciéndola parar en su quehacer.

-No pude hacer nada por ellos cuando aun estaban vivos, pero quiero darles sepultura, es lo menos que puedo hacer por ellos... No os detengáis por mi, si mi madre sigue con vida... o al menos alguien... -dice con voz queda- no lo perdáis conmigo. Ellos... -dice refiriéndose a los muertos mientras contenía otro sollozo- ya no tienen prisa.

-Creo recordar que fueron por aquella dirección -continua, indicando con el dedo en dirección a una sierra de montañas. -Si es así encontrareis enseguida el rastro de un batallón.

La drow ya habia pensado que si habia gente secuestrada era primordial no perder el tiempo, pero habia dado su palabra de que ayudaria. Por suerte las palabras de la niña fueron clave y demostro ser mas madura de lo que aparentaba por su edad.

-En ese caso ya no hay necesidad de separarmos. Marchemos hacia la guarida de esos asaltadores que es para lo que hemos venido.

Luego miro a la pequeña, pues le apenaba tener que dejarla en semejante situación, pero pensado friamente, tampoco podian llevarla con ellos.

-Traeremos de vuelta a todos los que tengan capturados.

El grupo deja atrás las ruinas del pueblo, confiando en la autosuficiencia de la niña y en su indicación. El grupo pronto encuentra un rastro claramente perceptible. Los enanos, aunque pequeños, eran muy pesados y dejaban huellas muy marcadas, mientras que las armaduras andantes eran numerosas y tenían un cuerpo de metal también pesado. Era tan fácil seguir el rastro que quedaba claro que aquello era mas que una negligencia en la discreción, sino mas bien una señal de indiferencia. Tan confiados estaban en que no habían dejado mas supervivientes que los capturados o de alguien capaz de enfrentarles que se limitaban a regresar cuanto antes a la discreción de su guarida.

Dorn, no pudo por menos que sentirse admirado ante la valentía de la pequeña en la situación actual...

Pequeña, hablas como una fuerte guerrera... Se valiente y haz lo que tienes que hacer, pero asegurate de ocultarte hasta que volvamos a buscarte. Estoy seguro que podrás acompañarnos luego.

Dorn, siguió al grupo sin mirar más atrás como muestra de deferencia ante la pequeña.

Pero cuando se dió cuenta de que los enanos no se ocultaban, pensó en algo que parecía obvio...

¿Alguno de vosotros es lo sufientemente sigiloso como para ir unos metros delante para que no nos detecten y nos tiendan una trampa?

La drow no era ninguna experta en rastros, pero hasta ella se daba cuenta de que el enemigo no se había ni molestado en ocultar sus huellas. Sin duda no esperaban que nadie se atreviese a seguirlos.

-Yo me podría adelantar unos metros y examinar, pero no soy especialmente buena en pasar desapercibida así que no penséis que me arriesgare a nada raro... No creo que nos estén esperando si quiera, mucho menos habrán preparado una emboscada.

Nhyria tiene razon, es mas yo no pondria a nadie por delante, mejor vayamos todos juntos...- dijo mirando de reojo a la pequeña- si quieres quedarte sola aqui, me parece perfecto, admiro tu valor, yo no lo haria! soy bastante mas cobarde que una mujercita...- dijo intentando armarla de valor- volveremos pronto, no te preocupes y seguro que con buenas noticias...

Dicho esto miro a su hermana de reojo- las damas primero que a mi me da la risa...- y señalo la direccion con la cabeza dibujando una sonrisa, aunque aquella situacion no tenia nada de gracioso.

El grupo sigue con su caminar y, a pesar de las zancadas cortas del enano del grupo aventurero, llegan a tiempo de ver como dos enanos de aspecto siniestro entran en la gruta tras recibir a sus camaradas y empujar hacia el interior de la gruta a una mujer que parece amordaza por cadenas.

El grupo avanza junto, con las armas listas y los conjuros hirbiendo en la sangre. En brebe habria una cruenta batalla contra lo que no conocian y resultaba vital para ello contar con el factor solpresa. Sin embargo sus planes se vienen a bajo a causa del tintineo de la armadura de su camarada enano*, alertando a los enemigos de dentro de la gruta.

Su interior está en penumbras aún gracias a la luz matinal que se cuela por la entrada. Tres enanos se giran bruzcamente tras oiros llegar, solprendidos pero no tanto como para no defenderse a tiempo. Sus rostros estan enrojecidos por la colera y sus barbas son recias y entre los crespos pelos se asoman puas rojizas como la que la niña habia mostrado.

Tras ellos hay otro ser de aspecto aun mas desagradable, un diablo envuelto en cadenas que tira de una mujer, agarrada por el cuello por las mismas cadenas y extrangulandola con ella. Al parecer se habia opuesto a seguir al resto de prisioneros y la estaban llebando a rastras al lugar, si es que no moria antes...

Los enanos que estan frente a vosotros no habían empuñado aun sus martillos de guerra cuando dos flechas salen de la nada en vuestra dirección. Con una precisión pavorosa, la punta de una de ellas se aloja en el pecho del bardo tiflin Isthar, que por unos milímetros de distancia del corazón no muere en el acto (crítico, 1d8+3, +2d6 por ventaja de combate: -23pg). La otra flecha encuentra la carne de la drow, una punzada de dolor en el brazo izquierdo pero no tan letal (-9pg). Tras el ataque los dos enanos responsables del ataque sorpresa delatan sus posiciones. Uno entre la olla de piedra repleta de sangre y la estátua. El otro al fondo, cerca del diablo. Con la misma velocidad con al que aparecieron se ocultan en la sombra.

Dos de los enanos echan al fin mano de sus armas y atacan al Dorn y a Shamara. Los ataques resultan torpes y débiles y a penas consiguen hacer un rasguño a la mágica de la espada tiflin (-2pg).
El tercero de los enanos se mantiene en su puesto. Con una mano rebusca entre sus barbas y se arranca una pua roja, que seguidamente lanza a Dorn. La púa se clava en el cuello de Dorn y seguidamente el guerrero siente como sus piernas se siente pesadas y es incapaz de mover, aquellas púas tenían algún tipo de toxina (-10pg, sufre daño continuado 5 por veneno y queda inmovilizado, salvación termina ambos efectos).

Inicio:
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Turno Duergars: 
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¡Que buen inicio para nuestra empresa! ¡Ya los dos hombres del grupo están casi acabados! ¡Sera mejor actuar! Cruce por encime del agonizante y paralizado Dorn, con espada en mano, dispuesta a defender a mi compañero caído. Frente a mi se haya uno de los endemoniados enanos, quien pronto esperaba que sintiera mi frío acero.

- ¡Que alguien atienda a Dorn e Isthar! - Grite mientras mi espada cortaba el aire entre mí adversario y yo.

Albafica abandona la retaguardia y opta por una posición mas avanzada, delante de su compañero Dorn. Una vez pasa al lado del duergar y se pone a su alcance este aprovecha la ocasión para atizarla con su martillo de guerra aunque por suerte el golpe resulta bastante flojo para ser que las defensas de Albafica eran sus prendas de vestir (-2pg).

Tras su desplazamiento temerario, la eladrín asesta una diestra estocada al costado de su agresor (-10pg).

Mapa actualizado:
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La drow sintió como una punzada de dolor se extendía desde su brazo izquierdo cuando fue rozada por la flecha, la prueba sin duda de que esta era una autentica misión y no como las que había realizado hasta ahora. Aunque la herida no podía ni compararse con la del tiflin.

Aunque sin duda lo que mas le llamo la atención era como los que les habían disparado habían desaparecido literalmente en la oscuridad. Ella veía perfectamente en la oscuridad y aun así sus ojos no eran capaces de verlos así que confiaba en que la luz mostrase la verdad.

Con una mano sujetaba su vara y con la otra se las apaño para sacar un cetro solar de sus pertenencias preparado para iluminar la estancia. Pero hay no termino todo, dio un paso atrás (F,11) y apunto con la punta de su vara a uno de los extraños enanos que tenia mas cerca (H,9) y la vara comenzó a brillar hasta que de la punta salio disparado un proyectil multicolor de pura energía psíquica.

-¡Malditos asesinos! Pagareis lo que habéis hecho en esos pueblos.

Tras encender el cetro solar el lugar se ilumina considerablemente, con ello sacando a los francotiradores de su escondrijo. Seguidamente la drow convoca su hechizo, el cual choca contra el pecho del blanco sin que este tenga tiempo a reaccionar (-11pg).

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