Partida Rol por web

Gurneg no se fijó demasiado en el nuevo alcalde de la ciudad humana. Todos los humanos eran muy similares para él. Distinguía cuales eran varones de hembras por la barba... ¡Y no siempre! Eran breves como la primera jarra de cerveza en la mano de un Enano. Y no debía quedarse a politiquear. El lugar de un enano estaba en LA VENGANZA Y EL ORO.

La armadura y el hacha eran un alivio. Mientras no comprara un diario, estaría a salvo. Todo el mundo sabía que si eras un enano y escribías un diario, tu destino era morir pronto. Todavía podía apartarse de aquel envenenado cáliz, aunque le llamara en el fondo de su alma.

[flashback]

Ari limpiaba y creaba una nueva capilla para su diosa. Gurneg se quitó el casco en reverencia a un lugar sagrado. —MI tío ahora descansa temporalmente en suelo arcilloso con trazas de piedras e hierba por encima, pero pronto descansará en piedra con sus ancestros. Antes hemos de encontrar a la malvada Drow que como dice Calethos aquí presente se nos escapó gracias a sus artes, nunca mejor dicho, oscuras. 

—Y sí, te preguntábamos si nos podías ayudar, porque estooo... acabamos con el Rey Grol y su malvado plan de atacar el pueblo así como realizar genocidio con sus esbirros. 

Al parecer la ayuda va hacia Trul. Qué listos son estos humanos. Con esas mentiras para que los trasgos se rebelen contra su pueblo y usarlos así. Es genial. Trul usará la luz y encima será el objetivo de los primeros ataques...

[/flashback]

—¡NOOOOOOOO Tharden, tú también no!

[Present]

Alton tuvo la sensación de que, durante unos instantes, sus compañeros se habían quedado quietos, con la mirada perdida. Miró alrededor, pensando que quizá era algún tipo de hechizo pero, de repente, todos volvieron a actuar como si nada pasara.

¿Sería el daño de sus pulmones que le hacía perder la noción del tiempo?

Tosió ligeramente y se encogió de hombros.

¿Avanzamos? - sugirió - Falta uno de los enanos...

Calethos asiente con la cabeza.

- Adelante.

—Esperad... quizá tenga algo que nos sirva de ayuda —dijo Gurneg acercándose al cadáver del enano por si se había dejado un diario o mapa de la mina. 

Gurneg examina el cuerpo del segundo tio muerto en lo que lleva de semana. Le llaman la atencion las botas, de rara manufactura. Recuerda que su abuelo segundo, Korin Willowbuckler, tenia unas botas que le hacian correr mas rapido y dar grandes saltos, segun el para poder escapar de su mujer. Quizas era su parte de la herencia y como Tharden no tenia descendencia... No se puede dejar ahi una reliquia familiar al fin y al cabo.

Un par de minutos mas tarde, os adentrais en la parte mas profunda de la mina, sin tener que caminar despacio por Gurneg.

A medida que os adentrais en la mina, a travesde unos pasillos de no mas de metro ocheta de alto, empieza a hacer calor. Recorreis varias salas, todas iluminadas de la misma frma que la gruta inicial. Todas vacias y llenas de polvo. Llegais a una gran sala, que por las mesas y las decoraciones, debia ser la sala comun o taberna. Esta llena de enanos muertos. Por la pinta que tienen parece que murieron de inanicion. Los cuerpos parecen bastante frescos con lo que no deberian llevar mucho tiempo muertos... pero la mayoria estan recubiertos de polvo, salvo alguno que parece habersele empujado para apartarle del camino entre las salas. resto estan en posicion tranquila, como si supiesen que iban a morir. Recordais las palabras de Sildar en la gruta goblin

----- * ------

Os suena el Pacto de Phandelver? - nota vuestras miradas - No, ya veo que no. Todo empezo con los enanos, grandes mineros y creadores de las fortalezas bajo las Montañas de la Espada. Excavaron una mina tan profunda, que en sus paredes retumbaba el corazon de la Montaña. Phandelver, un mago, aparecio poco despues. Convencio a los enanos de que era capaz de controlar el poder de la Montaña y podia ayudarles a crear objetos y Reinos como los de sus ancestros. Y asi se formo el pacto de Phandelver. Los enanos trabajaron dia y noche siguiendo sus especificaciones, cegados por la promesa de riquezas. - la cara de Sildar se vuelve mas sombria y la luz de la hoguera parece disminuir - Pero todos ellos fueron engañados. En el corazon de la montaña Phandelver creo, a espaldas de sus aliados, una forja. Una forja alimentada por el espiritu de la montaña. Y en esa forja puso toda su malicia, su crueldad y su ambicion de controlar el mundo.

La sombra pasa y Sildar continua

El espiritu de la montaña se rebelo contra Phandelver, enterrando el complejo y a todos en el. Su furia fue tal, que destruyo la Umbria. Hoy conocemos ese evento como la Plaga de Conjuros. Sin embargo, la leyenda dice que la forja sigue ahi, palpitando con el corazon de la montaña, a la espera de que un enano digno la use por el bien de su raza, y el mundo. Gundren, despues de una vida buscandolo, tenia un mapa a esa mina. No quiero ni pensar que pasara si alguien de corazon impuro alcanza ese lugar.

----* ------

De pronto una pulsacion que parece estar en la misma piedra, empieza, como el golpe de un martillo contra la fragua. La cadencia es lenta, pero sin pausa.

BUM. BUM. BUM. BUM.

Mas alla, de un pasillo de donde emana una luz, ois de lejos dos voces, hablando.

- Trabajadores muertos - susurra Calethos claramente contrariado mientras se acerca lentamente al sonido - como siempre engañados por alguien que se enriquece a su costa...

Gurneg no entendía la charla del druida, eso de trabajadores... pero se quedó esperando a ver que se escuchaba donde emanaba la luz. 

Alton levantó el puño para indicar al grupo que se detuviese, un gesto instintivo después de su tiempo formando parte del ejercito.

Después, dandose cuenta de que Calethos susurraba y que el resto era probable que tuviese menos precaución, comentó su opinión.

¿Me acerco sigilosamente a ver qué nos encontramos?

Calethos asiente con la cabeza, temeroso de hacer ruido que alerte a los probables enemigos del grupo a la afirmación de Alton mientras su cabeza divaga sobre que tipo de reforma laboral han hecho los enanos para que haya una habitación entera de autónomos muertos.

Gurneg asintió a las palabras de Alton, mientras comprobaba los enanos fallecidos.

Zeljko también da el visto bueno a su compañero con un pulgar hacia arriba.

~El mediano se acerca sigiloso hacia la puerta. La pulsacion crece a medida que se acerca, casi impidiendole pensar. Con cuidado, se asoma por la rendija para mirar al otro lado de la puerta. La habitacion es espaciosa y tiene un techo alto. Sin embargo, esta llena de polvo y cenizas, con las paredes y el techo negros. Todos los elementos metalicos estan medio fundidos y la madera astillada y ennegrecida, como si la habitacion hubiese sido presa de una gran explosion. En  el centro de la habitacion desde donde emanan los latidos que resuenan en la cabeza del ladron,  hay un pedestal de piedra azul, en donde reposa una especie de gran brasero de bronce coronado por una llama verde que da mucho calor para su tamaño. De pronto, la llama crece y se mueve violentamente, cambiando de colores de forma furiosa, como si intentase escapar del brasero. Dura solo unos segundos, y vuelve a quedar en reposo. Alton no puede evitar tener la sensacion de que el Mal, si es que un concepto abstracto pudiese tomar forma en el mundo, es esa llama.

Encima del brasero, aparentemente indiferente al calor, hay un hombre mayor, delgado y de apariencia fragil, sentado en la llama. Tiene el rostro alargado, con una barba corta y rala, parcheada de pelo blanco. Sus facciones duras y afiladas solo muestran hastio, como si siempre constantemente decepcionado. Lo más curioso de el, sin embargo, es que se puede ver la llama y la pared de detras ya que el hombre es translucido. Se recoloca la capucha y menea la cabeza, mirando hacia uno de los lados de la habitacion con una sonrisa burlona, desprovista de alegria, que  solo muestra  desprecio.

Eres una necia. - dice. Alton gira la vista y ve a la Araña Negra apoyada en una de las paredes - Estas siendo usada y cuando no se te necesite te va a descartar, como se abandonan los zapatos viejos.

La drow se rie y escupe en el suelo. El escupitajo se evapora con un siseo al tocar el suelo

Hablar. Solo sabes hacer eso. No eres mas que una sombra, mago. No eres nada. Liberaremos a mi Señor y habras fracasado, Que se siente al saber que tras todo lo sacrificado, al final, no eres mas que un perdedor?

El fantasma se encoge de hombros

Ni idea. Dimelo tu, drow - dice girando la cabeza hacia la puerta y mirando directamente a los ojos del halfling - Esta gente parece que tiene algo que decirte.

La drow salta hacia la puerta, sacando el arma, mientras el resto del grupo se acerca para apoyar a Alton, que se retrasa unos pasos en posicion defensiva.

Vosotros. No habeis tenido bastante? Bah, debi haberos matado cuando tuve la ocasion. No cometere el mismo error dos veces. Dulak

En un instante, os volveis a quedar ciegos. Los latidos de la Forja parecen incrementarse de  intensidad. BUM. BUM. BUM. BUM.

- ¿Crees que el mismo truco va a fucionar dos veces? - contesta Calethos en un tono mucho más seguro de si mismo que la realidad mientras espera con todas sus fuerzas que el goblin este preparado.