Partida Rol por web

-Muy mono ese truco, orejón A ver que haces ahora que te has quedado sin recursos. Como todos los tuyos, poco seso y mucha barba.

No puede ser demasiado útil con anterioridad,más en un combate a distancia mis fuerzas eran algo bajas.

Supongo,que solo queda continuar,cuidado esta lugar plagado de trampas seguro que esta...

mantuve mi vista e la escalera antes de bajarla buscando cualquier piedra mal colocada o abertura en las paredes

Al llegar a la puerta me quedé observándola un poco buscando algún indicio de los pieles verdes,alguna marca que hayan dejado como animal marcando su territorio

¡Eh! ¡eh! ¡Podéis bajar la voz!- gritó Kaz cuando los dos pequeñajos estaban peleando. La resaca del día anterior aun le daba martillazos a su cabeza y los gritos de guerra y chocar de acero y metal no le ayudaba en nada. Kaz se quedo atrás hasta que terminara para recuperar algo de lucidez.

Cuando el bullicio termino Kaz ya no aguanto mas y tomo una cantimplora de entre sus ropas y tomo un gran trago. Si la resaca no se iba solo tenía que aplazarla para mas adelante, si era posible hasta después de muerto -¡Bien! ¡Vamos allá! ¡Woooooh!- exclamó con nuevas energias alcohólicas.

Las enormes hojas de la Puerta de la Montaña son tremendamente pesadas. Darrak y Gravel hacen fuerza para abrir un espacio por el que poder acceder al interior del bastión. Pisáis los que antaño fueron suelos del bastión del clan enano de Durgeddin el Negro...

KHUNDRUKAR.

Entrada a la Puerta de la Montaña. Sort of...

El acceso a la fortaleza os recompensa con una abrumadora oscuridad, a salvo de las bien dispuestas antorchas que flanquean ambos lados de la enorme puerta. Crox advierte al frente un puente colgante, bastante estrecho, pero estable. Podríais surcarlo de uno en uno sin mucho problema. El explorador goblin advierte que el puente tiene una longitud de unos setenta, quizás ochenta pasos de distancia. Al parecer, es la única forma de pasar una enorme hendidura en la roca con una profundidad de más de doscientos pies. Caer es viaje de ida a una muerte segura.

Darrak advierte que a izquierda y derecha de la entrada hay dos puertas de madera, ambas sólidas, como toda construcción enana. El guerrero enano se pregunta hacia dónde conducirán.

 El esfuerzo que significó abrir una de las enormes puertas había agotado a Darrak, por lo que aspiró fuerte por la nariz al entrar, lo cual dio a su nariz el olor a humedad, trayéndole una sensación de nostalgia -ahh, tierra enana. Fría, húmeda, cubierto de roca... si, tan horrible como la recordaba, en fin-.

 Viendo que Crox se había adelantado, Darrak se puso a mirar por los alrededores, percibiendo 2 puertas laterales, aparentemente de madera robusta -quedaos en la entrada y... oh, esperen, ustedes no ven, y sería demasiado estúpido encender una antorcha en un lugar infestado de orcos, joder ¡eh, orejón, apura y vuelve, que no podemos dejar al ebrio y al golem solos, que como se muevan mal caen por un acantilado!-.

Crox se adelantó en la oscuridad, tan sigilosa como pudo, dispuesto a avanzar buscando trampas y, en segundo lugar, posibles indicios de presencia enemiga.

-Tranquilo tranquilo, no es necesario ninguna antorcha- dice Kaz mientras levanta una piedra del suelo -Tal vez sea estúpido, pero prefiero ser un estúpido que pueda ver cuando lo atacan a un sabio que murió sin saber como- dicho esto, Kaz lanzo un pequeño hechizo haciendo que la roca se iluminara de un color azul oscuro para que no fuera tan deslumbrante como si fuera blanca -A menos que quieras pasar por el lugar con dos ciegos o tengas unos anteojos mágicos tendremos que tener algo de luz-

Crox avanza entre las sombras unos pasos por delante del resto del grupo, surcando el puente colgante a buen paso. Al goblin no le gusta caminar a 200 pies de una muerte segura por fractura de pensamiento. Sutil forma de decir: "Fractura de cráneo".

El puente es sólido, pero como todos los puentes colgantes, se balancea ligeramente. Es estrecho y bastante largo, pero se conserva en buen estado. El goblin es consciente de que con el crujir de las tablas que forman el puente es difícil ser sigiloso, y en qué momento repara en estos funestos pensamientos cuando a mitad de camino advierte la presencia de dos orcos armados con jabalinas que gruñen cuando sus ojos se cruzan en la oscuridad.

Le han visto.

-¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!-, grita uno de ellos mientras lanza un desafío en la lengua de los pielesverdes.

-<¡No cruzarás este puente!>

Las jabalinas vuelan en dirección al explorador con intención de derribarle.

 -¡Sal de ahí orejón!- gritó Darrak mientra tomaba carrera para lanzar una de sus hachas a uno de los orcos de la emboscada.

-¿Ven? Por eso me gusta tener las luces encendidas- dice Kaz cuando ve gritar a los dos orcos. Dicho esto, empieza a entonar un cántico mientras levanta una mano. Acto seguido una llama sagrada de color dorado se forma en su palma. Bastante antiestetico en las manos de un borracho la verdad. Pero sin que esto le moleste a Kaz grita -¡No pasaran!- mientras lanza su hechizo sobre el mismo orco que el enano

Crox se dió cuenta de que lo habían visto, asi que se apresuró a disparar para abatir a uno de los orcos antes de que él le diera al propio explorador. Crox disparó tres veces, tan rápido que nadie pudo verlo recargar. Los dos primeros virotes se incrustaron en uno de los orcos y el tercero pasó rozándolo. Después, el goblin salió por patas usando su gran velocidad.

Zevran, próximo al clérigo, comprueba cómo los orcos al otro extremo del puente pueden causar al grupo un serio problema con sus jabalinas. El forajido desenfunda una de sus pistolas, dispuesto a abrir fuego contra el más lejano, pero no ha lugar, pues Crox, rapidísimo disparando su arco, abate al orco que tenía dispuesta la jabalina con dos flechazos en el pecho.

Sólo los rookies apuntan a la cabeza, piensa para sí Zev.

El segundo orco recibe un duro castigo en forma de hachazo volador cortesía de Darrak. El enano efectúa entonces una filigrana propia de los caballeros jedi de los que Zev ha escuchado alguna historieta, y recupera al vuelo -literalmente- su preciado acero. Mientras tanto, Kaz invoca una llamara sagrada de sus manos y la dirige contra el segundo jabalinero. El fuego impacta al pielverde, que gruñe de dolor...

...pero no muere.

El fuego de la venganza consume la mirada del orco que, en un arrebato de orgullo, lanza con todas sus fuerzas la jabalina a Crox. La afilada y dentada punta del proyectil pasa de largo al goblin por centímetros, pero va a hundirse en el pecho de Gravel, que trastabilla y se precipita al vacío con un grito sordo, haciendo tambalear el puente colgante.

-¡CABEZAMUSGO, NUUUUUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

El orco ríe débilmente antes de caer muerto al suelo. 

Gruumsh estará orgulloso, piensa antes de desvanecerse en la Larga Oscuridad. Ha caído matando.

* * * * *

Zev se agarra como puede al puente y trata de mantener el equilibrio. La caída es mortal de necesidad. Gravel podría atestiguarlo si su cuerpo no hubiese efectuado una violenta simbiosis con la roca madre allá abajo, tras la impenetrable madeja de negrura que aguarda bajo sus pies.

-¡Espero que ninguno tenga vértigo! ¡Ni he oído estrellarse a nuestro musgoso camarada! ¿¡Qué profundidad tendrá esta grieta!?

En ese momento se escucha un lejano "¡SPLUTCH!".

-Ouh, mama... Eso ha tenido que doler...

Crox no tuvo problema en estabilizarse en el puente mientras miraba la caida de Gravel. Aquello les recordó a todos la seriedad del asunto.

-Descansa en paz, viejo amigo -se limitó a decir.

Y, enjuto y lacónico como siempre, cruzó el puente sin mirar atrás y registró los cuerpos.

 "Al mago no le va a gustar esto" pensó Darrak cuando se percató de que el golem musgoso había sido abatido por una jabalina orca. Caídos los orcos, el grupo se enfiló hacia el puente, tan tembloroso como una rama seca a merced del viento huracanado, lo cual le dificultaba al enano el cruzarlo -Maldito puente, maldito acantilado que hace vacío, maldito viento, malditos orcos- murmuraba para si mismo mientras avanzaba a pasos ortopédicos por las tablillas.

Crox, Darrak y Zevran logran conservar el equilibrio con más o menos fortuna tras la emboscada y evitan seguir a Gravel en su rápido descenso para abrazar la roca madre.

Irónico, siendo de piedra.

Quizás, después de todo, no le duela tanto como piensan sus compañeros.

Sin embargo, el dramatismo no concluye para el grupo, antes al contrario. El beodo sacerdote Kaz pisa con fuerza una tablilla para mantener el equilibrio con la mala fortuna de que esa cede, se parte en dos y precipita al clérigo al vacío...

Por suerte, una mano amiga evita que Kaz se reúna con Gravel en una larga caída hacia lo profundo del vacío. Y es que tener un aliado con cuatro brazos debe servir para algo, ¿no?

-¿Pero a dónde vas, suicida? ¡Quieeeeeto ahí parao!-.

Zevran consigue agarrar del brazo a Kaz justo antes de caer y logra equilibrarlo.

-Me debes una de las buenas, colega-, dijo tras soltar al clérigo un papirotazo en la oreja y guiñarle el ojo. -¿¡Creías que ibas a volar al rescate de Musgoso!? ¡Estás chalado! ¡Crucemos este puente rápido que trae malfario!

El grupo llega a una nueva estancia repleta de cajas con mercancías que los orcos han saqueado en sus incursiones. Las cajas contienen telas, víveres, frutas y algunas piezas de artesanía. En conjunto, unas 100 piezas de oro, si bien todo lo almacenado es demasiado pesado para sacarlo de la cueva ahora mismo.

Al sur, el grupo advierte una puerta de madera con una pesada argolla. La puerta tiene varias hendiduras que permiten el paso de la luz que emiten unas antorchas dispuestas en el interior.

Al suroeste hay otro acceso del que proviene un olor a carne asada.

Los pasillos situados al norte y al noroeste están tan oscuros como silenciosos.

¿Qué dirección debería tomar el grupo?

-¡Woooaah!- grito Kaz cuando la tabla se partió bajo sus pies y sintió como se precipitaba al vacío. Tratando de agarrarse a algo, sacudió los brazos en busca de cualquier cosa. 

Cuando Zev lo agarro por un brazo se sintió igual de aliviado que si le hubieran dicho que no tendría que pagar la cena. -Gracias colega- suspiro con fuerza una vez en tierra firme -Te lo compensare luego te lo aseguro... fiuuuu- podría curarlo una vez gratis uno de estos días.

Sin embargo, la sorpresas no terminaron para Kaz. En la siguiente habitación un gran botín aguardaba. Kaz río con alegria, después de todo la casi muerte valió la pena -Esos orcos, si que nos dejaron un buen regalo- dijo con alegría. Además olia a carne asada. Riquezas y comida ¿que más podía pedir uno? -¿No es esta una buena aventura?- bromeo -Ya decía yo que era hora de comer. Vamos a ver que esta oliendo- propuso

Crox asintió a lo dicho por el matasanos y se puso en marcha.

-Dejadme que me asome, no sea que nos esperen más "sorpresitas"- dijo pensando en las jabalinas que casi lo ensartan.