Partida Rol por web

- Nunca te fies de un mago... - la contradicción parecía divertirle

- Vi un futuro oscuro... donde el destino de muchos caía sobre mi... Morgul Rast se encontraba en peligro incluso dañado... todo demasiado confuso. Lo único claro es que vamos a tener que viajar bastante y que no permitiré que os suceda nada...además no hay de que preocuparse Laurielle pues como me enseñó mi padre hasta la luz de la vela más pequeña o de la estrella más lejana... vence a una gran oscuridad reinante - afirmó muy convencido, sonriendo esperanzador

Cruzó sus brazos sobre la orilla para después apoyar la mejilla en ellos, pensativa. "En cualquier caso... es seguro que nuestro destino está ya entrelazado", pensó mirando a Tiberio.

- Hmmm... parece un complicado futuro el que nos aguarda. Aún así, si es cierto que hasta la llama más pequeña puede vencer a la oscuridad reinante entonces deja de preocuparte.- A pesar de lo que el muchacho había dicho, no estaba segura de que no fuera más que una pantalla con el sentido de despreocuparla. Liberó una de sus manos y usándola a modo de pala le salpicó.- No tiene sentido que lo hagas ahora si no cuándo ni cómo sucederá.- puso especial énfasis en el "ahora" y volvió a mojarle sonriendo- ¿No crees?

De pronto sentiste una tristeza que no venia de ti... era una niña pequeña, de cabellos rubios a la que estaban maltratando. Fue como si por un segundo vieras por sus ojos a la mujer responsable de su sufrimiento.

- Lo siento, tienes razón... aunque parece que no te he convencido... - sonriente

Tras una pausa cierra el ojo derecho mientras saca la lengua y vuelve a salpicar a Laurielle

...

- Laurielle... acabo de tener una visión... - serio

No quería preocuparla y menos justo cuando parecía convencer a la chica de que no había motivo... por eso utilizando la treta uso el corte en la conversación para concentrarme un momento y recordar el lapsus.

Una niña rubia... ¿cómo es? ... ¿dónde está? ... ¿por qué y cómo la dañan? ... ¿quién es esa mujer? ... ¿algo característico? Piensa Tiberio piensa...

Tras reflexionar un poco miro a Laurielle

Mirando a los ojos a Laurielle...

- ... veo una chica, de pelo negro por los hombros, cara seria, ojos verdes, flacucha y con alguna peca... está atendiendo a un joven... parece que estuviera escuchando interesada... espera qué es eso que... - volviendo a salpicarla

Rie

La primera se la esperó, la segunda... no. Puso cara de fingida indignación.- Malvado, me estabas tomando el pelo. ¡Mi venganza será terrible!- hizo un esfuerzo por contener la risa que a estas alturas resultaba contagiosa.- Soñarás con eso mismo que has "visto" y, y, y... en el último momento, ¡la chica se transformará en una ardilla! Y te lloverán miles de ardillas, pequeñitas, roedoras... y roerán todo el sueño como si fuera una bellota. ¡Ja!

Se sintió satisfecha con su supuesta venganza aún no perpetrada pero sí en algún futuro indefinido y se relajó, ahora sí, con una enorme sonrisa.

Jugasteis en el agua caliente, hablasteis y os divertisteis como niños que erais.

La herida en la espalda de Laurielle se cerro sin causarle dolor, dejandole con un calido alivio.

- Chicos, llevais tres horas a remojo... salir ya del agua o terminareis cocidos como legumbres a fuego lento.- dijo Rast apareciendo entre las sombras.- En la cabaña os hemos dejado comida y mantas para que durmais. Mañana volveremos temprano.

En efecto, ya pasaba la hora de salir... tenía los dedos como uvas pasas. Laurielle salió del agua, no sin antes darle un último salpicón a Tiberio. Se le erizó la piel por el alto contraste del agua con la frialdad de la noche, se apresuró a ponerse la ropa sin importarle que ésta se mojara.

- ¿Se van a ir? ¿A dónde irán?- preguntó.

- Volveremos a la fortaleza, no podemos quedarnos aqui para siempre.-dijo Rast cruzandose de brazos.-No podemos abusar de la hospitalidad del oraculo... aunque es posible que Breska tenga a bien mostraros algo mas del futuro...o pasado, cuando seais algo mayores.

- Oh... tan pronto.- Le tendió la mano a Tiberio para ayudarlo a salir del agua y asintió resignada. Le había cogido cariño a ese lugar.

Tomando la mano salió y se vistió para ir de vuelta a la cabaña.
 

- Gracias por venir a buscarnos maestro - de vuelta por el camino

Rast os dejo dentro de la cabaña y os miro alternativamente.-Creo que voy a pedir a Breska que me vuelva a permitir ojear el oraculo. Mientras acomodaros y dormir.-os dijo señalando unas mantas.- si teneis hambre podeis coger fruta de esa cesta.-añadio mirando de reojo una cesta repleta de todo tipo de frutas.

Antes no estaba alli, era como si hubiera aparecido de la nada por arte de magia.

Le despido con un gesto y me dirijo a las mantas, seleccionando la mejor y tendiéndola para Laurielle:

- Para ti yo me quedo con la otra... veamos esa fruta - en dirección a la cesta

Dio un respingo al percatarse de la aparición de la cesta. Miró hacia el mago recelosa y luego se encogió de hombros. Asintió conforme y poco después sintió más que vio al hombre marcharse. Aceptó la manta que Tiberio le ofrecía con un "Gracias" y se encaminó también hacia el cesto de la fruta.

- No sabía que los magos pudieran conjurar comida.- comentó con un bostezo. Poco después escogía una fruta amarillo anaranjado que se tornaba roja en algunos puntos, muy parecida a la manzana pero de textura suave y aterciopelada.

- Un mago puede hacer cualquier cosa que se proponga... - con cara sonriente y triunfal

- ¿Cualquier cosa? No me lo creo.- dijo ella escéptica, girando la fruta entre sus manos. Finalmente le dio un mordisco... "mmm dulce".- Tendrán sus límites.- concluyó.

- Es complicado pero... así en general... no -

- ¿Cómo está la fruta? - tras comer algunas frutas me tumbo