- Crea un conflicto... es una paradoja, no puede sanarte la magia porque la magia no existe pero la recibes y te sana, lo cual no es posible... Va en contra de lo que eres y de la naturaleza de tu poder, por eso te daña.. es complicado...
Yo... bueno... lo cierto es que lo he supuesto al ver la reacción maestro... Laia no tendrá ni idea... descansa tranquilo si ocurre algo yo me hago cargo o llegado el caso aviso...
No te preocupes Laia... seguro que desconocías el asunto... es un hueso duro de roer... sobrevivirá
Yo... yo no sabía.... mis ojos se movían oscilantes mirando como Morgul fruncía el ceño intentando asumir el dolor....
Perdoname... Morgul... Sin magía ya en mis manos toco a Morgul y lo abrazo...
Enlazé mi mente con la Morgul y con la de Tiberio y dije:
Debes de enseñarme entonces a sanar tus heridas... Perdoname de verdad... no sabía que era un hechizo de luz... yo estudio los caminos de los elementos... y no sabía que podía hacerte daño...
Eres buena con las hierbas y sus propiedades medicinales... la forma de curar heridas es esa ya que la magia no existe... es complicado para teorizar ahora... mejor sería que descansen todos
Aproximándose a Laia coloca una mano sobre su hombro
- Laia dejemos que descanse... - susurró en su oído
Parece que la maga se equivoco en algo aunque no entiendo de lo que hablan.
Quizás debamos hacer que los convalecientes descansen... Digo referiendome tanto a mi padre como al mago.
- Efectivamente... antes de ir a descansar todos pues mañana será un día duro - agregó Tiberio
Caminamos por distintos caminos de la magia, no es culpa tuya... no lo sabias. Ahora ya lo sabes, joven hechicera. La luz hace daño a los brujos.
Kaen observo todo, no podia hacer nada mas que quedarse alli parado, Habia caido en un grupo en el cual no se sentia comodo y eso hacia que las ganas de salir de ese lugar se incrementaran minuto a minuto. Se mantuvo en silencio todo el rato... parecia estudiar a cada uno de los presentes como le habai enseñado el padre de Tiberio.
Se abrigo con la manta y busco un lugar donde se sento sin apartar la vista de los qeu se encontraban alli.
Llegasteis a la puerta de la torre, cerrada.
Por alguna razon la nube parecia repelida por las piedras viejas de la torre ¿o era algun hechizo que la repelia?
A vuestro alrededor la locura aumentaba. Los hombres se mataban entre si, los barbaros enloquecidos se habrian paso asesinando incluso a los caballos y bebiendo los fluidos de sus entrañas.
La mujer grito de horro y golpeo la puerta.- ¡Abrir por favor!
Al otro lado de la puerta la voz de una mujer pidio ayuda golpeando la puerta con el puño cerrado. Parecia llorosa y deseperada.
- ¡Abrir por favor! Pidio con tono suplicante.
¡Ayudales Tiberio! Abre la puerta, yo contendre a la nube, solo tendras un par de minutos antes de que caiga y pierda el conocimiento pero ellos no han sido afectados por el mal y somos su unica esperanza.
Miraba a Morgul y luego a la puerta... mi mirada vacilaba entre ambos y con cara de pánico le pregunte a Morgul:
¿Qué pasará si abrimos?... Necesitan nuestra ayuda...
Tiberio se levantó en dirección a la puerta
- ¡Que nadie de un paso, lejos de la puerta! - ordenó a los presentes mientras corría a la puerta
Esperó un segundo y abrió
Bien maestro a la de... una, dos... ¡tres!
Según entren cierro (para la parte que narres) por cierto mi pensamiento puse a todos los destinatarios por error... no me deja editar.
Asavar apartó un poco a Parim, y con todas sus fuerzas, hizo retumbar la puerta, gritando:
-Abrid, por favor, la locura ha tomado la fortaleza!!- y siguió golpeando con más fuerza la puerta todavía.
Tiberio corrio a la puerta, la abrio. Con premura dejo pasar a la mujer y al muchacho cerrando la puerta con la rapidez de un rayo. Desde la oscuridad hubierais jurado que la nube grito como si la hubieran apartado de un golpe impidiendole entrar en la torre.
En cuanto la puerta se cerro el mago se cayo al suelo con la consciencia perdida, palido como la pared, agotado por el esfuerzo.
En el interior un grupo de muchachos, todos de una edad parecida, se reunian ante la puerta.