Partida Rol por web

- Se casan esta misma mañana.-dijo ella.-Todo se esta preparando ya. Lord Bragost tiene mucha prisa por desposarse con esa pobre mujer. Segun he oido mañana, despues del enlace, te regalara a Tiberio como ofrenda de buena voluntad... pero no debes temer, es un buen niño, digno de su padre. No te lastimara.-dijo con cariño.- Pero si hay hombres peores que el... tiene 6 caballeros a sus ordenes que son incluso peores que el. Dicen que los selecciono por ello, son despiadados y para ellos, una mujer nueva en la fortaleza es algo tentador.. aunque sea una niña. Segun una norma no escrita cada nueva mujer no casada o que no tenga dueño que entre en la fortaleza debe recibir una noche de "bienvenida"... que es lo que Lord Bragost te esta evitando, pequeña.

- ¡Y todo en dos días! Por qué habré dormido tanto, tal vez si yo hubiera...- suspiró y los ojos se le humedecieron- Entonces mañana me iré de aquí. ¿Crees que pueda volver a ver a mi familia?

Prefirió no pensar en la otra idea, aquella que Lord Bragost había tenido un gesto de gentileza para con ella, si lo tenía era por conveniencia... nada más. Entonces pensó en la mujer que tenía delante que tan amable se había portado.

- ¿Te volveré a ver a ti?

- No te iras muy lejos, te cambiaran a otro cuarto, mas cerca de el muchacho asi que si, nos veremos.-dijo con una sonrisa.- Seguramente seas algo parecido a una dama de compañia pero si necesitas ayuda podras recurrir a mi... no se si podras ver a tu familia, es posible que si se lo pides al muchacho quiera llevarte... si Lord Bragost os permite salir de la fortaleza.

La niña asintió y esbozó también una tenue sonrisa.- Gracias, Liam.

Ahora que estaba más calmada percibió en su espalda un ligero escozor, no obstante, el dolor había remitido hasta convertirse en un sordo latido y pudo incorporarse un poco.- ¡Es magia!

El señor parecia muy enfadado, aun bajo los efectos del alcohol y con una copa en la mano. Te miro de un modo temible y gruño- ¿Que has averiguado?

- Yo...- hace un rato había visto al hombre en la fiesta, visiblemente contento. No comprendía ese cambio de humor.- Tiberio es un buen niño, fue muy amable conmigo... también supe que no se le da bien bailar, pero seguro que aprende.- se sumió en un corto silencio pensativo y añadió- también creo que siente respeto por su maestro. Y... eso es todo.

Miró a Lord Bragost a la espectativa de lo que pudiera decir.

- Bien, te estas haciendo su amiga, sigue asi. No quiero que te despegues de el ni un momento y quiero un informe detallado de todo lo que hace durante el dia. Para no levantar sospechas, cada noche escribiras tu informe en un papel y lo tiraras por la ventana de tu cuarto. Abajo un soldado lo esperara y me lo traera con rapidez. ¿Comprendes?

- Sí... así haré.- dijo con un nudo en la garganta. Hizo una pausa y se atrevió a preguntar- Lord Bragost... hace un momento lo vi feliz en la fiesta, ¿por qué está ahora tan enfadado?

El noble, sin mas, se levanta y te da una bofetada que te sienta.

- ¡Eso no es asunto tuyo!.- te grita enfadado.- ¡No te importan mis asuntos!, ahora largate o te mandare azotar por esta impertinencia.

Se sacudió al caer al suelo y miró al noble llevándose una mano a la mejilla. Sin decir nada más, se levantó rápidamente y salió de la habitación. Ahora la espalda le latía con más fuerza, el brusco movimiento le había hecho un poco de daño. "Estúpida, ¡cómo se te ocurre...! Ver, oir y callar... es lo que se destila aquí." hizo una mueca mientras se reprendía mentalmente, qué poco le gustaba este sitio. Recorrió los pasillos de vuelta a la torre...

Al llegar a tu habitacion encontraste a alguien esperandote. Sentado con la espalda en tu puerta y gesto despreocupado.

- ¿Que tal vuestro paseo nocturno, señorita?.- pregunto fijandose en la marca de la bofetada que aun quedaba en tu mejilla.-No muy placentero por lo que veo...¿Por que no me contais lo que sucede?.- pregunto palmeando el suelo, indicandote que te sentaras para hablar.

Se sentó donde el hombre le indicaba. Tras un corto silencio, habló- Lord Bragost quería saber... me preguntó los acontecimientos del día.- agitó la cabeza con las mejillas encendidas- Parecía muy enfadado... y cuando le pregunté por eso me abofeteó.

- Queria saber los acontecimientos del dia...- repitio el mago para si.- Le a pedido que nos espie ¿Cierto? No pasa nada señorita, era algo con lo que ya contaba... Solo lamento que os golpeara.

La niña palideció, llevándose la mano a la boca. No llevaba ni un día aquí y mira... más que una esponja parecía una regadera- ¡No diga nada, por favor! No quiero que maten a mi familia.- sin quererlo comenzó a llorar- Yo no quería... ustedes son buena gente. Si no hago lo que me pide... por favor, no les diga nada.

Miró al hombre a los ojos.

- Señorita, se de que calaña es Lord Bragost y nunca diria nada que pudiera causarle problemas o daño a su familia... Fingire que no se nada y Vos le informareis de lo que hacemos, no tengo nada que ocultar, solo soy un humilde mago de ciento ocho años.-dijo con una sonrisa.- Lo que me importa ahora es saber algo de vos, ¿que cosas quiere?¿Que cosas le gustan?¿Cuales son sus sueños, señorita?

Suspiró aliviada, su familia estaba a salvo.

- ¿Y por qué quiere saber eso? ¿Acaso piensa convertirme en sapo?- preguntó recelosa. No lo creía realmente, pero con los magos nunca se sabía... "Ciento ocho años..."