Partida Rol por web

En la que los exporadores enviados por los Señores de la Espada de Restov viajan hacia el sur dispuestos a impartir justicia entre los bandidos y evitar la represalia de Kressle sobre el Puesto Comercial de Oleg.

Astral 2 de Pharast del 4.710. Tarde.

En la tarde nubosa del 2 de Pharast los exploradores ensillaron sus caballos, pertrechados con armamento y víveres, y cruzaron la empalizada del Puesto Comercial de Oleg en dirección sudoeste tal y como Paskal les había indicado. Oleg y Svetlana se despidieron con un evidento gesto de congoja en el rostro de la mujer. Algunos de ellos no eran especialmente diestros en el noble arte de la monta, lo suficiente como para no caerse al suelo e ir agarrados a la grupa como si de un tronco en medio del río se tratara. Al cabo de unos minutos el esfuero les hizo doler los muslos y el trote del animal la espalda.

Cabalgaron por las llanuras, entre hierbas tan altas que casi les tocaban los pies a pesar de ir sentados sobre una montura, sin más variación en el paisaje que pequeñas agrupaciones de árboles y arbustos muy de cuando en cuando que se fueron haciendo cada vez más frecuentes a medida que se acercaban al Cinturón Verde. Estaba anocheciendo ya cuando llegaron al linde del espesísimo bosque que daba nombre a la región, envalentonados al no haber sufrido incidente alguno a pesar de haber estado viajado por las temibles Tierras Robadas.

Dolorido como si hubiera pasado una semana recibiendo golpes en la espalda y las posaderas con garrotes, Amendil contempló alternativamente el bosque que se encontraba ante él y a sus compañeros-. Creo que ha llegado el momento de detenernos y descansar unas horas, antes de internarnos en la espesura y que la noche nos encuentre ahí en medio.

-Este parece un buen lugar para descansar. Debemos repartirnos las guardias, a mi me da igual la hora a la que quedarme.

 - Bueno, ¿alguna idea de como vamos a hacerlo? - Dove hablo al grupo, con expresión pensativa, triste podrían decir algunos. Desde lo de los bandidos, había estado especialmente callado, casi evitando hablar con el resto de sus compañeros.

Undbar había permanecido callado durante el viaje, barruntando sus penas. - Me ofrezco para la primera guardia; con respecto al cómo, creo que mañana, cuando despunte el alba, aquellos que nos desenvolvemos con cierta destreza en este entorno deberíamos reconocer el terreno.

Mientras que estableciais el campamento, Caleb se encargaba de los caballos. Y no pudo evitar opinar sobre las guardias.

- Creo que para cuando llegue la noche, las guardias deberian ser Undbar, Puñal, Sandael, Amendil, yo y Dove. Ademas, podemos distribuirnos asi en las tiendas para que no haya problemas - Caleb se cercioraba que los caballos estaban bien atados - Undbar, creo que no tenemos demasiado tiempo como para invertirlo en explorar el terreno. Nos interesa llegar lo mas rapidamente posible al campamento de rio espino... luego ya tendremos tiempo de volver a explorarlo.

-Por mi parte, me parece bien realizar la tercera guardia, aunque de todas formas probablemente pase parte de la noche estudiando los movimientos de los cuerpos astrales y mis propios documentos. Por lo que respecta a la exploración, creo que nuestro amigo Undbar se refiere a hacer un reconocimiento del terreno inmediatamente en nuestro camino para evitarnos sorpresas; creo que el movernos en dos grupos, sin perdernos de vista en momento alguno, nos permitirá defendernos frente a las emboscadas o problemas que puedan surgir.

- Bueno - dijo algo temeroso el caballero - si el tema de la exploracion es asi y no nos retrasa, no tengo inconveniente en que el y Sandael se adelanten para ir abriendo camino.

- Me parece bien la idea de Caleb.

Astral 3 de Pharast del 4.710. Mañana.

La noche transcurrió tranquila, dentro de la tranquilidad que puede dar estar acampado junto a uno de los lugares más peligrosos de toda Golarion. Los ruidos nocturnos de aves y otros animalillos le dieron más de un sobresalto al guardia de turno pero nunca se revelaron amenazas de suficiente envergadura como para despertar a los demás.

Al amanecer, Dove abandonó el reconfortante calor de la hoguera y fue tienda por tienda despertando a sus compañeros. El cielo seguía nublado, aunque la temperatura era tan agradable como el día anterior, tal y como adelantó Amendil. Tiempo fresco, pero no lo suficiente como para que la nieve no se fundiera y sólo quedaran algunos parches blancos desperdigados por la llanura.

Esa noche sería luna nueva.

Amendil abrió los ojos después del descanso nocturno con una animación impropia de él. Saliendo al centro del improvisado campamento, se puso a vociferar, de tienda en tienda- Adelante, compañeros, si la información es correcta podríamos llegar esta misma noche a las inmediaciones del campamento de esa gentuza, y poner fin a esta tragedia. ¡Por Nethys, a pesar de la luna nueva, creo que nuestra carrera hacia la gloria y la fama comienza aqui! -el elfo saltaba de un lado para otro, como poseido- Sandael, Undbar, preparaos para guiarnos; desayunemos y preparémonos.

Sandael se desperezó y se puso su nueva armadura de cuero. Parecía sentirse mucho más cómoda que cuando llevaba la chaqueta de malla. Desayunó y se preparó rápidamente para el viaje. - Cuando queráis partimos. Estoy preparada si queréis que Undbar y yo nos adelantemos, no tengo problema.

 - Creo que es una buena idea que vayáis un poco por delante, de avanzadilla.

-Bueno, pues si eso es lo que queréis, me voy adelantando. Pero no tardéis demasiado holgazanes.-Dice Sandael mientras colocaba sus posesiones en las alforjas de su caballo. Cuando termina se monta y prepara para marchar. - ¿Vienes Undbar o no? - Preguntó al semiorco.

-Por supuesto, mi intrépida hermana - respondió Undbar, que parecía de mejor humor aquella mañana.- Es un día perfecto pAra caminar por el bosque, ¿no crees, Sandael?
Undbar recogió rápida y eficazmente sus cosas, apagó el fuego y lo cubrió y se dispuso a seguir a Sandael.
-Después de ti, milady.

Sandael y Undbar fueron los primeros en internarse en el bosque. Gracias a su especial conexión con la naturaleza servían de avanzadilla y guía para el resto grupo, asegurándose de que el grupo no se perdía en la densa espesura y que nadie sufría percance alguno debido a los rigores del bosque. Su obejtivo era avanzar hacia el sur hasta encontrar el Río Espino, tras lo cual sólo tendrían que seguir su curso y darían con el campamento de Kressle y sus bandidos. O eso es lo que dijo Paskal. Hacía horas que no veían curso de agua alguno y empezaban a ponerse nerviosos...