Partida Rol por web

Me sorprende la velocidad con que el constructo guerrero se cierne sobre mí. Está claro que siente un odio arraigado hacia mi familia a pesar de ser los creadores intelectuales y materiales de su raza.
El miedo da alas a mis movimientos y balanceo mi maza en un amplio arco delante de mí con la finalidad de herir al forjado de adamantita y acero o, al menos, mantenerlo a raya.
Por desgracia, carezco de la fuerza necesaria para imfligirle algún daño a su acorazado cuerpo.

El cuerpo de la criatura era mas duro de lo que pensaba y mi golpe aunque certero había llegado con poca fuerza. Este no era un forjado común que habíamos encontrado en nuestro viaje, este forjado tenía un plan en mente y nos estaba empujando a el.

- Deja de huir chatarra.

Vuelvo a intentar golpear a la criatura de metal que amenaza nuestras vidas y que por lo visto no atiende a las razones que Alhandra le expone.

Alhandra alza su maza por encima de su cabeza y la descarga sobre Sable. El Forjado detiene el golpe sin dificultad con su propia espada. Pero no ve venir el movimiento del pícaro. Si antes chocó contra una de las placas del ahora el golpe ha sido más preciso; justo entre las placas.  El forjado ruge de rabia.

Lanza un golpe contra Threkor pero la furia le hace fallar estrepitosamente. Tan sólo le queda separarse del cerco que entre la Cannith y el elfo le han hecho. Pero por otra parte se acerca a las piedras y a la pared de la caverna. Y eso reduce sus capacidades de moverse libremente...

Neliandra ha contemplado la escena con miedo. Ha temido por la vida de Alhandra. Si el forjado la hubiese escogido a ella en vez de al pícaro podría haberla herido gravemente. Había sido muy valiente distrayendo al forjado para que Threkor pudiese atacarle por sorpresa, pero había corrido un gran riesgo. No volverá a correr ese riesgo mientras ella esté ahí... Se mueve adelantando a Alhandra hasta colocarse frente a forjado auto-proclamado como Sable...

El forjado se había visto abrumado por nuestro empuje y fue reculando poco a poco hasta quedar arrinconado contra una de las paredes. Nuestra sensación de éxito nos hizo ser, si acaso, un poco más osados, y viendo que teníamos posibilidades de victoria, nos volcamos de nuevo contra la criatura para acabar de destruirla.
 

Ya me daba por muerta pero una vez más mis amigos acuden en mi auxilio justo a tiempo, obligando al forjado a retroceder.
Soy dolorosamente consciente de que como luchadora no valgo gran cosa, pero aún así estoy dispuesta a continuar exponiéndome si con ello puedo servir de alguna ayuda a mis valientes camaradas.
Así pues, me lanzo maza en mano a por el constructo tratando de aprovechar nuestra superioridad numérica con lamentable resultado.

Ya no nos andábamos con tonterías y todos a una nos lanzábamos contra el forjado con mayor o menor fortuna, pero cada vez obligando al constructo a retroceder. Avanzo para poder golpear a la criatura, sin ceder un ápice a mi ansia de acabar con el forjado.

- Muere criatura.

La cabeza del Forjado se tuerce violentamente hacia un costado cuando Neliandra le golpea en la sien con su espada larga. Sable se recupera rápidamente a pesar de que podéis ver una abolladura en esa zona de su cráneo de adamantita. En los anteriores seis segundos tan sólo la clérigo ha sido capaz de conectar este golpe con claridad y con capacidad de herirle. Aún así os veis con grandes posibilidades de terminar con él. Por detrás de él, la pared de la caverna se alza a menos de cinco pies de sus talones. A su derecha los  cascotes parecen dificultar el movimiento. La épica canción de Sellion os inflama el ánimo y os anima a superar vuestras heridas.

Sable coloca su espada frente a vosotros cuando parecía que iba a atacar. En vez de eso mantiene una guardia cerrada preparándose para rechazar cualquiera de vuestros ataques. Y, de repente , se mueve alejándose de vosotros y yendo hacia la zona de escombros que hay a su derecha.

-¡MALDITOS CARNEee DÉeeBIL! SOY SABLEee...-ruge su metálica y asonante voz.

El forjado viéndose superado, en vez de atacar y lanzarse a por nosotros intenta huir. No debemos dejarle escapar y acabar con él. Su carrera desesperada nos da una oportunidad de atacarle mientras huye.

El maldito esquivó los dos ataques que intenté sobre él.

La criatura retrocede sin preocuparse por los golpes que la podamos dar, tan convencida está de que no podemos acabar con ella. Entra en un terreno con mas cascotes donde él parece tener toda la ventaja y nosotros ninguna.

- Deja de huir.

Sigo a la criatura hacia la nueva ubicación, al igual que lo ha hecho Threkor. 

El acorralado forjado se retira al verse superado por nuestro impetuoso ataque combinado. Sin embargo, ninguno de nosotros está dispuesto a dejarle escapar. Si le dejamos ir, puede revelar a quien quiera que le haya enviado que hemos encontrado el fragmento que vinimos a buscar aunque temo que, al acabar con su existencia, se libere un nuevo mensajero definitivo y no estoy segura de que en esta ocasión pueda detenerlo como al último.

De uno u otro modo, alguien acabará enterándose de nuestro hallazgo y solo espero que para entonces hayamos logrado salir a la superficie, entregado el artefacto a Elaydren y cobrado nuestra bien merecida recompensa.

Neliandra, Threkor y Raith someten a Sable a un asedio constante de golpes...Neliandra lanza su espada contra el cuello del forjado. La punta del acero pasa a menos de un centímetro...

-...SOY EL MAYOR SEeeRVIDOR...- continúa su frase anterior mientras retrocede.

...mientras Threkor lanza por dos veces una estocada contra el abdomen de adamantita. Ambos ataques son desviados por la espada de Sable. En uno de los golpes la espada corta de Threkor está a punto de alcanzar una abertura. Threkor descubre el porqué del movimiento de su enemigo a través de los escombros y en dirección a la pared. Aparece tras él un pasillo sin salida y, en el suelo, ve un pozo...

-...DEL SEeeÑOR DE LOS FILOS...- su voz es angustia y rabia.

Raith avanza contra él y descarga al igual que ellos dos golpes dirigidos uno a su cabeza y otro, de vuelta , al costado. Una vez más Sable esquiva ambos...

-...MIS SIEeeRVOS... ASEeeSINADOS POR VOSOTROS...

Vuestro acoso pierde fuerza en las piedras. Ruedan bajo vuestros pies y os desestabilizan. Pero Sable ha salido de esta zona y se dirige hacia el pasillo y hacia el pozo.

-...LA BATALLA EeeS VUEeeSTRA...PEeeRO LA CARNEee ES DÉeebil...

Casi caminando de espaldas se desequilibra hacia el pozo. Su cabeza empieza a inclinarse. Sus pies dan sus últimos pasos, cada vez más cortos y rápidos...

-...Y LO PEeerDERÉeeIS TODO...NO OLVIDÉeeIS MI NOMBREee...

Su caída se completa finalmente. La parte superior de su cuerpo vence a la inferior y, con un giro para miraros antes de desaparecer, lo veis caer en el pozo. 

-...YO ...SOY...SABLEee...

El sonido de su voz parece alargarse en el espacio de la caverna, ocupándolo todo. Cuando alcanzáis el límite del borde tan sólo veis oscuridad insondable. Habéis estado cerca. Y no podéis evitar maldecir vuestro destino ¡ Ha faltado tan poco...!

Os queda el consuelo de haber conseguido el esquema. Pero sois conscientes de haber dejado escapar a un enemigo terrible. Y mirando al vacío, entendéis que no hay peor enemigo que el que no se conoce, o el que no se ve...

Uno tras otro, todos nos mostramos incapaces de detener al forjado en retirada antes de que se precipite al abismo en su huida. Me asomo al borde del pozo esperando escuchar en cualquier momento el inconfundible sonido metálico de su cuerpo haciéndose pedazos contra el fondo pero no es así.

No puedo evitar preguntarme si el constructo habrá sobrevivido a la caída o si el agujero era tan profundo que el ruido de su muerte ha quedado apagado por la distancia y el sonido de mis pesados jadeos. Tengo el presentimiento de que esta incertidumbre me quitará el sueño durante mucho tiempo pero ahora mismo lo único que quiero es salir de aquí.

Quiero investigar más sobre este tal Sable y su amo, el Señor de los Filos, y también sobre el mensajero definitivo que logré interceptar en las alcantarillas. Mucho me temo que esas respuestas ya no las encontraré aquí abajo, lejos de mi familia.

―¿Estáis todos bien? ―pregunto a mis amigos con genuina preocupación―. Salgamos de aquí antes de que algo más acuda alertado por el sonido de la refriega. Si volvemos a toparnos con esas ratas enormes o con esos escarabajos asquerosos creo que me va a dar un soponcio...

Con una última amenaza el forjado huye de nosotros dejándose caer por un pozo, seguramente el golpe sería mortal para nosotros, pero para él...un tiempo de reparaciones. La ira se apodera de mi ante nuestro fracaso a la hora de acabar contra nuestro enemigo y no puedo reprimir el impulso de machacar el borde del pozo con el escudo.

- ¡Maldita sea!. Ahora tendremos que cuidar nuestra espalda de otro enemigo. ¡Por todos los demonios del inframundo!.

Tardo unos minutos en calmarme dando vueltas como un animal enjaulado. Una vez consigo atemperar mis nervios vuelvo junto a mis compañeros.

- Si...bien, preferiría haber terminado con esa cosa, pero bueno. Como has dicho Alhandra mejor salgamos antes de que esa cosa regrese con mas amigos.

La criatura había caído. Yo, como Alhandra y Raith, no creía que la caída hubiera sido suficiente como para acabar con ella. Mejor aprovechar el momento y salir de allí con el esquema, que era lo que habíamos venido a buscar.

Además, habíamos conseguido un mapa, que ninguno de nosotros había sido capaz de descifrar, así que tendríamos que buscar a alguien que nos lo descifrara. Puede que contuviera información importante para una nueva búsqueda. No sabía si aquello sería una continuación o una despedida del grupo, pero de momento, disfrutemos de la victoria y volvamos para poder descansar.

Sí, estoy de acuerdo. Salgamos de aquí antes de que aparezca otro engendro mecánico asesino. Quiero encontrar a alguien que me diga qué es lo que muestra este mapa. - me golpeo el lugar donde lo tengo guardado.

Cansados pero con la energía que os da la rabia iniciáis el regreso a la superficie. Cuando escaláis de nuevo el pozo que conectaba las alcantarillas con las ruinas vuestro cansancio se hace evidente. Os movéis despacio y casi en silencio. El baño en las aguas del alcantarillado es, a estas alturas, otro desafío más en la  medida que tenéis que avanzar contra la corriente. El agua sucia escuece en vuestras heridas. Tan cansados estáis que ni os acordabais de los cortes, magulladuras y abrasiones que recorren vuestra piel. Neliandra agota el poder curativo de la varita y da las gracias a Olladra.

El mercado de las ratas está desierto. Tan sólo encontráis , de vez en cuando, algún bulto dormido debajo de un jergón. Sha'rg se despide de vosotros. Pero antes le recuerda a Threkor que tiene una deuda pendiente con él...las orejas de Jarem. Le veis marcharse pon un pasillo oscuro. Para un trasgo tuerto y cojo la vida continua bajo las torres de Sharn.

Llegáis al pasillo del ascensor de la torre Dorasharn. Tenéis que esperar casi durante una hora para ver aparecer la plataforma , muy arriba por el pozo. Como de costumbre viene vacío. Subís en él. Cuando se pone en marcha sentís un gran alivio al veros transportados hacia la superficie....Y de repente, aparecéis junto a la torre Dorasharn.

Es de noche. De hecho es una noche muy clara. Las gigantescas torres se recortan iluminadas contra el cielo estrellado.Hace frío pero el aire están fresco que no os importa. Las pasarelas, puentes e interiores se hallan casi vacíos. No tenéis ni idea de que hora debe ser. Ni tampoco las ganas de averiguarlo. Aunque no tenéis que esperar mucho.A medida que ascendéis por la vertical de la torre ganáis visión hacia el horizonte. Lejos al este, una cálida empieza a despuntar. Está amaneciendo...