Partida Rol por web

Angakok tras apreciar que los recién llegados precisaban de cierta atención, se levantó en su dirección y ofreciéndoles asiento con la mano les dijo - Si se sientan podré tratar esas heridas. -

- Ni Adenath, ni Liham, me han presentado todavía, aunque cierto es que apenas si nos conocemos, así que salvo que tenga algún problema de sordera, es normal que no haya oído mi nombre. De todos modos, ya que no lo hacen ellos me presentaré yo. Mi nombre es Angakok. - respondió el chamán a la pregunta del mediano.

 -Disculpa mi total falta de modales, Angakok. Es que estoy fuera de mi. Hemos venido buscando a nuestro amigo y ¡lo hemos encontrado!

-Es un honor, Chamán Angakok -dijo Merric, con una mezcla de reverencia y algo menos identificable en la voz-. Espero que no seas de los que usan a los espíritus como excusa para apartar a la gente de lo que es suyo por derecho de nacimiento.

Tras estas enigmáticas palabras, se apresuró a cambiar de tema.

-Por cierto, Liham mencionó una aventura relacionada con unos kóbolds... 

Asiente, aunque recordar aquel triunfante combate, también recordaba lo que había salido mal. Su rostro se ensombreció por unos instantes.

- Limpiamos unas cuevas infestadas de kóbolds, pues era una amenaza constante para esta aldea. - comentó el elfo - Aunque perdimos a un compañero por el camino.

Al fin y al cabo eran aventureros y se tenían que acostumbrar a la muerte, en todas sus facetas, por desgracia había llegado temprano para su compañero Vered.

- Bueno ahora que Douven está con nosotros y la amenaza kóbold ha sido erradicada, ya no nos queda nada que hacer por aquí ¿no? - preguntó Liham, que había estado ausente toda la tarde.

Angakok alzó la cabeza y se detuvo en lo que estaba haciendo, no sabía a qué venía aquello, escrutó al mediano durante un rato y con calma volvió a lo que estaba haciendo a la vez que respondía - Los caminos de los espíritus son inescrutables, yo solo espero que no seas de esos a los que los espíritus ven necesario apartarlos de la sociedad a la que pertenecen para proteger esta de aquellos.-

- ¡Listo! - dijo cuando acabó con el mediano para no tener que responder ni contar nada acerca de el encuentro con los Kobolds, no tanto por el hecho en sí, sino por el lugar en el que se hallaban - ¿quién es el siguiente? -Por suerte fue Liham el que se lanzó a contar la historia, que nada sabía de lo ocurrido tras llegar al pueblo.

Luego ante la pregunta lanzada al aire por Liham, Angakok,respondió mirando a Adenath y a Torinn - Eso parece. - 

Ante la aparición de Douven, el dracónido rodea con sus brazos al mentor para darle un abrazo cordial.

Me alegro de que estés bien, Douven. -inmediatamente después, se acercó al mediano y le tendió la mano- Muchas gracias por la ayuda, es un alivio saber que Douven está bien. Mi nombre es Torinn, servidor de Bahamut.

Tras la bienvenida, se situa cerca de sus compañeros, dejando su arma apoyada en uno de los bordes de la mesa.

Tengo algo de sed, creo que voy a por unas bebidas. ¿Me acompañas Angakok? -mirando al chamán- Traeré cerveza para todos, hoy invita Douven. ¡Jajaja!

Torinn, esperando a Angakok, tiene intención de dirigirse a la barra.

Angakok, tras atender a los heridos. Asiente a las palabras de invitación de Torinn y se levanta para acompañarle a la barra.

El mediano miró al chamán con los ojos entornados al oír su respuesta, pero se mantuvo callado. También calló por respeto al oír que habían perdido a uno de sus compañeros frente a los kóbolds.

Al llegar a la barra, mira a Salvana, para intentar descubrir quién era aquella persona con la que estaba hablando. A los pocos segundos, para no levantar sospechas, llama su atención.

¡Salvana! ¡Seis jarras de tu cerveza por aquí! -dice con una sonrisa en la boca mientras apoya el codo en la barra-

Antes de que Salvana se acercara, aprovechando el momento, mira de reojo a Angakok y susurra.

¿Crees conveniente decirles lo del pergamino? Confío plenamente en mis compañeros, incluso en Douven, pero al mediano no lo conozco y, quién sabe si podría tener algo que ver. Aprovechando el festejo, será mejor que reunamos un poco más de información sobre él antes de hacer nada. ¿Tu que dices?

- No es el mediano el que me preocupa.- respondió en el mismo tono que el dracónico. - Son los aldeanos, en concreto el aldeano del que se habla. Tarde o temprano habrá que tratar el tema, no obstante sería conveniente hacerlo lejos de miradas y oídos indiscretos. -

Sí, al margen de todo, cuando queramos tratar el tema, habrá que hacerlo en otro sitio, bien en las habitaciones esta noche o bien en la torre de Valthrun. A lo que me refería es que no deberíamos confiar mucho en el mediano, podría ser él el espía hasta que no demuestre lo contrario.

- Tomemos esa precaución también, aunque el hecho de salvar a tu maestro, a priori, le sacaría de una posible lista de sospechosos. ¿No? - respondió.

En teoría sí, pero nunca se sabe.

El dracónido finaliza la conversación rápidamente para evitar que alguien se fijara en ellos.

-Bueno, después de una buena noche de descanso, estaré listo para cualquier aventura.

El mago recibió con agrado el grito a la posadera pidiendo cerveza.

Neel estiro el brazo señalando un par de sillas para que tomaran asiento y cuando ambos lo hicieron comenzó ha hablar. Tomara solo un momento. Disculpe si la molesto en su horario de trabajo, pero como dije antes esto es importante. Y tras una pequeña pausa retomo su conversación. Están ocurriendo cosas extrañas en las cercanías del pueblo? Esto primero lo dijo en forma de pregunta pese a que en realidad parecía una insinuación. Tengo ligeros indicios de que una secta sirviente a un dios maligno se ha asentado en los alrededores del pueblo y me preocupa mucho que algunos de los aldeanos sean participes de dicha congregación. Por aquí pasa mucha gente y se habla de muchas cosas. Por favor señora, por el bien de sus vecinos de los suyos, si tiene cualquier clase de información que me sea de utilidad, es momento de que la comparta, ahora que aun estamos a tiempo de evitar una catástrofe mayor.

Neel escucho con atención lo que la posadera pudiera decirle por muy pequeño que fuera y cuando esta termino pudo escucha como una voz áspera y llena de vigor clamaba por 6 tarros de cerveza… era Torinn. Seguramente el y sus compañero ya habrían terminado con lo suyo.

*Bien, muchas garcías por su cooperación. No la molestare mas, pero la dejo con una pequeñas advertencia… puede que las cosas se pongan feas por aquí. Tenga cuidado.*

Tras lo ultimo, Neel se levanta y agradece con la cortesía debida y se retira del cuarto. Justo al momento de salir a la sala principal se topa con la enorme sorpresa de que su amigo y mentor se encontraba entre sus compañeros, todos ellos empapados hasta los tobillos y acompañados por Lima y… un extraño hombrecillo poco mas alto que un pony pero mucho mas parlanchin que un loro.

Se acerca a la mesa de sus compañeros y con una gran sonrisa un corazón libre de cargas se dispone a saludar al viejo lobo.

Pero miren nada mas a quien tenemos aquí, el viejo Douven en persona!! Jajaja vaya sorpresa! Al parecer estas lluvias no solo eran por la fiesta de bahamut a nuestro hermano!! Ajajja. Con estas efusivas palabras, el paladín toma de la mano a su mentor y lo levanta con un fuerte apretón pare terminar abrazándolo con fuertes palmadas en la espalda. No se como habras salido de la celda en la que te encontrabas esta vez, pero por los dioses que estoy muy feliz de que estés aquí.

Tras las debidas contestaciones, el paladín saludo a sus colegas torim, adenath, angakok y liham para así terminar con el pequeño. Saludos ehm… pequeñin? Mi nombre es Neel Gabler, alumno de este hombre y amigo de los demás… quien eres tu. La curiosidad por aquel pequeñin era evidente. En sus muchos viajes Neel jamás se había cruzado con un ser como este. No pareces un gnomo o un enano, pero definitivamente no eres un hombre…

Ademas de todo este, Neel hecho un par de miradas furtivas a los parroquianos de antes para asegurarse de que seguían ahí pues eran los siguientes a investigar.
 

Sin duda todos habíais notado que un creciente malestar se iba difundiendo por el pueblo. A pesar de vuestro triunfo contra los kóbolds, habíais notado como los ánimos estaban muy bajos, como si todo el mundo supiera que algo malo iba a suceder en breves. Malos presagios.

Tras las palabras de Neel con la posadera, la cual no sabía de lo que le estaba hablando, muchos de los granjeros de la posada y otros clientes empezaron a murmurar y hablar en voz baja. Sin duda si dar la voz de alarma era lo que quería conseguir el paladín, lo habría conseguido.

Salvana os sirvió las bebidas y un par de fuentes con comida y os dejó a solas.

Ahora estabais todos reunidos en la mesa.

Bueno amigos míos. La buena ventura nos sonríe al regresarnos a nuestro maestro sano y salvo, y así, en pago, los dioses nos reclaman traer la paz y prosperidad de este pueblo. Terribles males asechan refugio invernal desde la sombra y me he propuesto como meta personal liberarlos del oscuro destino que les espera si nadie hace algo por ellos. Se que es apresurado, pero me gustaría saber si están conmigo en esta empresa.

Merric estaba mirando en silencio y con los ojos entornados al paladín desde que éste había vuelto a la mesa y se había presentado. Cuando el joven humano rubio terminó de hablar, el mediano aprovechó para replicar, muy serio y con la barbilla en alto.

-Lo primero: vuelve a llamarme "pequeñín" y te comerás tus propias tripas para cenar. Lo segundo: la buena ventura no rescató a Douven, fuimos el valiente elfo Liham y yo mismo. Por cierto, me llamo Merric, encantado. Y por último: si se trata de liberar a la gente de un oscuro destino, puedes contar con el guerrero más fuerte y valeroso de la estirpe hin. Lo tienes delante.

Dicho lo cual, echó mano de una cerveza y agarró un pedazo de carne de una de las fuentes, y se puso a comer mientras miraba fijamente a Neel.