Partida Rol por web

Los primeros soldados en llegar son recibidos por los disparos de Yûki. El más rápido no consigue llegar a subir al recibir un disparo en la pierna y caer bajo las pesadas ruedas de la Eisenfaust, que lo trituran sin que la hayajiro llegue a estremecerse. El siguiente disparo destroza el casco de otro soldado junto a su cabeza. Un último soldado intenta abordar el tren desde la espalda de Yûki, pero esta lo ve y lanza un golpe instintivo hacia atrás. Aunque la patada alcanza al soldado en la pierna y le hace soltar una maldición no es suficiente para tirarlo de la plataforma...

El disparo de Airin hunde el pecho de Hideo y abre un sangriento disparo al salir por su espalda. Hideo cae al suelo escupendo una rociada de sangre por la boca que tiñe de rojo la negra armadura...

Sonrío a la chica de vuelta y sigo a lo mío hasta que escucho los sonidos de los soldados. No soy capaz de ver el total desarrollo de la acción salvo por el rabillo del ojo, pero creo que tres son multitud para cualquier y voy desenfundando la pistola con calma mientras la muchacha reparte afecto. Al final le disparo al tío que ha quedado en pie, el que se ha llevado la patada giratoria ninja. Cuando le he disparado sigo a lo mío con la puerta, ya que corre bastante prisa.

-Trabajo en equipo, nena...

Isae no era una guerrera, pero su tiempo en la calle le había dado un poso de indiferencia hacia el peligro que la ayudaba a mantener la sangre fría en los peores momentos.

Kabaneri contra kabaneri, aquello era un espectáculo digno de verse....si no fuera por lo poco que duró. La hermana del peliblanco fanfarrón era muy rápida. - A ver si eres tan rápida como para esquivar esto...- apuntó con cuidado y  disparó. 

Esperaba que Arisa pudiera hacer algo para sanar la enorme herida de Hideo. 

Arisa se levanta arco en mano casi al mismo tiempo que el disparo de Airin resuena en el vagón. Su boca se tuerce en una mueca de rabia cuando ve cómo el kabaneri comienza a desplomarse con un boquete atravesándole pecho y espalda. No podemos dejar que venza aquí o...

Antes de que el cuerpo de Hideo llegue a tocar el suelo, la flecha de Arisa sale disparada hacia el hueco que ha dejado la visera de Airin, el único lugar no protegido por esa enorme armadura. No contenta con ello, la psíquica toma rápidamente otra flecha y la dispara en la misma dirección. Tal vez no sea suficiente... Pero no podemos rendirnos ahora.

El fuerte siseo del arco de vapor de Arisa pone a Airin sobre aviso, que se agacha justo a tiempo para evitar que las flechas le atraviesen la cabeza. Sin embargo una de las flechas impacta contra su yelmo con la fuerza suficiente como para arrancárselo

¡JA! ¡INÚTIL!...

El disparo de Takeshi sólo consigue arrancar un pedazo de la ropa reforzada del soldado, que levanta su rifle para disparar a bocajarro contra Yûki...

Sakura mira a la de los tentáculos y parece gruñir algo antes de apuntar con su rifle en dirección a la kabaneri aquella que parece creerse una puñetera diosa.Locos de mierda los zombies estos

-"Niña,trae con tus tentáculos a Hideo hacia aquí ¿puedes hacerlo?"-sin esperar respuesta dispara en dirección a la muerta viviente esperando al menos retrasar un poco sus actos hasta tener al culo bonito cerca de ellos nuevamente

Isae no era una guerrera, pero su tiempo en la calle le había dado un poso de indiferencia hacia el peligro que la ayudaba a mantener la sangre fría en los peores momentos.

Kabaneri contra kabaneri, aquello era un espectáculo digno de verse....si no fuera por lo poco que duró. La hermana del peliblanco fanfarrón era muy rápida. - A ver si eres tan rápida como para esquivar esto...- apuntó con cuidado y  disparó. 

Esperaba que Arisa pudiera hacer algo para sanar la enorme herida de Hideo.

Sakura e Isae levantan sus armas al mismo tiempo y disparan contra Airin, que salta hacia delante por encima de Hideo para ponerse a cubierto tras los andamios metálicos. Aunque Sakura no sabe si su disparo llega a alcanzar a la comandante enemiga, ésta lanza un grito de dolor cuando el virote de Isae se clava profundamente en su pierna.

Pocos segundos después una granada rueda hasta el espacio entre los andamios y gira desenfrenademente mientras lanza un espeso humo rojo a su alrededor...

Un parpádeo y sus ojos se abrieron por la sorpresa ante la resistencia de aquel soldado. Una fuerte inspiración mientras todos sus músculos buscaban alejarse de la trayectoria de aquella bala que llevaba su nombre. Un rápido movimiento para alzar su arma y clavarla en el cuerpo de su adversario.

No importaba donde, solo sentía la necesidad de descargar su furia contra aquel que había querido alejarla de todo lo que amaba. Quizás acabó con él con el primer disparo, pero disparó de nuevo, descaragando así la adrenalina que arrollaba su corazón en esos momentos.

Jadeante sonrió al recordar el comentario de Takeshi - Si, trabajo en equipo.... nene -

Arisa aprieta los dientes al escuchar la risa de esa mujer y cierra los puños en torno a su arco. Si seguimos así... El choque metálico de la granada la pone sobre aviso, y rápidamente se baja la máscara de gas al ver el humo rojo aparecer en el interior del vagón. Su visión se traslada a través de la niebla roja, llegando hasta la figura herida de la kabaneri.

- No te vas a ir a ninguna parte... - gruñe Arisa a través de la máscara. 

Dejando el arco frente a ella, la psíquica cierra los ojos con fuerza y su mano se engarrota en el aire. Sus músculos se tensan mientras una de las enormes vigas empieza a temblar y Arisa da un chillido de absoluta ira, antes de ordenarle al enorme trozo de metal que se lance contra la Airin...

El cuerpo del soldado se sacude violentamente cuando los disparos de Yûki le arrancan un brazo y destrozan una cadera. Aullando de dolor el soldado cae al suelo agonizando. Sin embargo aún le queda coraje.

Me... llamo... Tristan Murata - la mano que le queda agarra algo de su cinturón - ¡Por Die Kriegshunde!

Se produce un tintineo metálico cuando arroja las anillas de varias granadas a la plataforma...

La situación es desesperada. El vagón se está llenando del infernal humo rojo, Hideo está muerto y Airin supera con facilidad a todos sus otros oponentes en fuerza y rapidez. Y Arisa sabe muy bien qué pasará en Hinomoto si Airin sobrevive: la Ryugujou convertida en un instrumento de muerte, Sachiko consumida por la venganza, Hinomoto arrojada al infierno sin miramientos...

¡NO! - grita su mente - ¡NO PUEDE ACABAR ASÍ! ¡NO DESPUÉS DE TANTA LUCHA! ¡DE TANTO SUFRIMIENTO! ¡DE TANTA MUERTE!

El amenazante zumbido del inhibidor persiste en su cabeza, un recordatorio continuo de lo indefensa que está sin sus poderes. Lágrimas de impotencia resbalan por sus mejillas.

¡Señora! - dice una voz - Un disparo más y derribaremos toda el ala norte del castillo.

Junto a Arisa se encuentra Alma Cromwell, observando la batalla de Gunkanjima a través de unos prismáticos. Su vista se mueve desde el humeante acorazado a los gruesos muros del castillo hasta la renqueante Ryugujou. Su mano se levanta para ordenar un nuevo disparo.

¡AYÚDAME! - grita la mente de Arisa.

La mano de Alma se detiene en el aire. Sin que la mujer sepa por qué, su vista se posa en una cúpula negra y fuertemente blindada que sobresale del centro del edificio.

Nuevo objetivo, artillero - ordena Alma.

¿Señora?

Apunta a la cúpula central. Aumenta la presión al máximo ¡FUEGO!

La visión de Alma se pierde con la sacudida del cañón. En ese momento el zumbido del inhibidor desaparece...

Una viga de los andamios se retuerce hasta desprenderse con un gemido de metal torturado y el ruido de varios tornillos al salir despedidos. El trozo de metal con su afilada punta se pierde de vista tras la opaca cortina de humo rojo. Un segundo después se escucha un grito de sorpresa de Airin y el sonido de metal contra metal.

Toshiie se sube la máscara antigas lanzando maldiciones - ¡Tú! - le dice a Sakura - ¡Vamos, sal de aquí o te contagiarás!...

La punta de la viga deja una herida sanguinolenta en la mejilla de Airin, quien a duras penas ha tenido tiempo de apartar la cabeza de su trayectoria. La herida se cierra casi más rápido de lo que se ha abierto mientras el virote que Airin tenía clavado en la pierna es expulsado y cae al suelo con un suave repiqueteo...

"Será posible......"