Partida Rol por web

La fortaleza móvil número 4 (+18)

Spin-Off - En manos enemigas

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10/04/2019, 11:43
† Henrik Wolff †

Cuando Kotaro suelta a Nami ésta no intenta seguirle fuera de la jaula, sino que huye de él hasta refugiarse en el rincón más alejado. Se acurruca en la esquina abrazándose las piernas y la cabeza pegada a las rodillas.

Hisone, Tomomi, Chikara... - murmura.

Ignorándola Kotaro agarra la espada de Rik y tira de ella con fuerza hasta desencajarla de la pared. El joven lanza un gemido ahogado. Cuando Kotaro le quita la capucha se da cuenta de que Rik está ya más allá de cualquier ayuda que pueda prestarle. Le mira con ojos medio velados y le dedica una sonrisa ensangrentada. Su rostro ha cambiado bastante desde que Kotaro lo vio por última vez: en torno a su ojo derecho hay una grotesca cicatriz de quemadura y la mejilla izquierda está marcada por un corte antiguo.

Die... vereinigung ist... stärke - le dice con su último aliento - La unión es... fuerza. No... vuelvas... a... olvidarlo...

Momentos después las puertas del vagón se abren violentamente...

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10/04/2019, 11:57
Munetani Hirotsuna

Dos grupos de soldados con el emblema del dragón negro bordado en las solapas irrumpen en el vagón por ambas puertas. Mientras el grupo más cercano encañona a Kotaro con sus rifles los demás lo tiran al suelo y lo inmovilizan junto al cadáver de Rik. Por más que Kotaro intenta forcejear o quitárselos de encima simplemente son demasiados para él.

El sonido de un bastón anuncia la llegada de Munetani Hirotsuna.

Henrik Wolff - dice mirando el cadáver de Rik - ¿Es ésto lo mejor que Die Kriegshunde puede hacer? ¿Una patética operación de rescate dirigida por dos estúpidos comprometidos emocionalmente con el objetivo? ¡JA! Decepcionante.

¡VETE AL INFIERNO, DEMONIO! - grita alguien desde fuera del vagón.

La expresión de triunfo del anciano se agria cuando descubre a Nami encerrada en la jaula - Sacadla de ahí.

Nami sale cabizbaja sin atreverse a mirar a su señor a los ojos - Lo... siento. Me ha tocado y...

Munetani la interrumpe con una iracunda bofetada - ¡ESTÚPIDA! - la coge de una solapa y la sacude con rabia - Te recogí cuando sólo eras un maldito despojo y te di el poder para llevar a cabo tu venganza ¡pero tú sigues viniéndote abajo cuando alguien te roza esos ridículos bultos de carne que tienes ahí debajo! ¡Fuera! ¡Quítate de mi vista! - la aparta de sí de un empujón.

Reprimiendo sollozos de rabia y vergüenza la kabaneri sale corriendo del vagón.

Estarás satisfecho - le da unos golpecitos con el bastón en la cabeza - Me va a costar varios días de trabajo que vuelva a ser útil.

¿Kotaro-san? - pregunta la voz de antes. Pertenece a una mujer joven que hace que el corazón de Kotaro se acelera al percatarse de que también le es familiar.

Niña - bufa Munetani, irritado - Recuerda que sólo te necesito viva, no entera - Vuelve a su atención en Kotaro y a incordiarle con la punta del bastón - Eres más duro de lo que esperaba, eso lo admito ¿Debería romperte las piernas?...

Notas de juego

Súmate 1 Punto de Drama

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10/04/2019, 19:48
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Estúpido… No cierres los ojos… Todavía no puedes morir… Te necesitamos en Kongoukaku… -- Sin asumir que su hermano estaba a las puertas de la muerte, le abraza con fuerza y calidez. En el fondo sabía que ése era el final de Rik y el motivo del abrazo era, en realidad, su despedida.

Parte de su ser le incordió con un molesto y ácido “Te lo dije”, mientras que su tímido y piadoso “yo” se hundía en la miseria y la depresión, corriendo a esconderse allá donde su subconsciente le dejara.

Apenas tuvo tiempo de volver la mirada a Nami cuando los soldados irrumpieron en el vagón y lo redujeron contra el suelo. A pesar de su potente forcejeo, la muerte de Rik le quitó las ganas de luchar con el ahínco con el que se enfrentó a la kabaneri. Sobre su conciencia caía de algún modo la responsabilidad de la muerte de Rik, y ello le arrastraba a querer morir también.

Por unos instantes todo lo que ocurría a su alrededor quedaba en un segundo plano; estaba demasiado ocupado intentando asumir la muerte de Rik y la responsabilidad que le correspondía por ello. Mientras los soldados se aseguraban de inmovilizarlo su mirada estaba clavada en Nami.

Si algo le sacó de su trance fue el trato de Munetani hacia la kabaneri. -- ¿Al final ese debilucho tenía razón? – piensa, refiriéndose a su “yo” que impidió la muerte de Nami -- … A pesar de no ser más que un perro servil; a pesar de la humillación de haber terminado encerrada en la jaula, esa… cabrona… ha conseguido cumplir con su cometido matando a Rik y ganando tiempo para que yo no escapara, ¿y aun así la trata con ese desprecio? … Hum…

Por una parte siente la satisfacción de ver la humillación de la asesina de su hermano, pero por otro lado, el desprecio de Munetani hacia Nami no hizo más que reafirmar la opinión que siempre ha mantenido sobre la nobleza. – ¿De verdad crees que nos parecemos en algo? … No nos parecemos en absolutamente nada, viejo maldito.

A pesar de su posición de debilidad inmovilizado en el suelo, alzó el cuello lo suficiente como para poder mirar a Munetani a los ojos con fiereza y un evidente odio. Sin embargo, el escuchar en el exterior la voz femenina llamándolo por su nombre anímicamente le hundió más de lo que ya estaba.

No puede ser… ¿Y ahora quién es? Si tantas ganas teníais de morir, haberlo hecho en otro lado. No era necesario venir a enseñarme cómo os matan delante de mí… -- Perdiendo definitivamente las ganas de luchar, deja de forcejear y oculta su cara, apoyando su frente con desasosiego contra el suelo.

Para qué preguntas. Haz lo que te dé la gana. – Responde derrotado a Munetani.

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11/04/2019, 09:38
Munetani Hirotsuna

Ya veo - responde Munetani con tono decepcionado - Volved a meterlo en la jaula y traed a la otra.

Una vez que Kotaro está encerrado de nuevo los hombres de Munetani traen arrastrando a una chica vestida con las mimas ropas oscuras de Rik fuertemente sujeta. Sus ojos miran primero a Kotaro y después al cadáver de Rik

¡Rik! ¡RIK! ¡RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIK! - intenta soltarse de sus captores pero éstos la mantienen arrodillada en el suelo - ¿Qué le habéis hecho? ¡ANIMALES! ¡DEMONIOS! ¡RII... AH!

Munetani interrumpe los gritos de la chica dándole un fuerte bastonazo en la cara - Quitadle la máscara.

Bajo la máscara aparece un rostro moreno de pelo azul con un mechón rosa y ojos verdes que Kotaro conoce bien.

Bienvenida a mi hayajiro, Christina Kobayakawa - saluda Munetani.

Maldito viejo asesino - le escupe ella con rabia - ¡Eres un... monstruo!

Munetani vuelve a golpearla en la sien izquierda donde ya se está formando un enorme moratón - ¿Y tú tienes el descaro de llamarme monstruo? ¿Crees que no sé lo que está pasando en Gunkanjima? ¿Las investigaciones de Sachi Kuroda? ¡Vosotros sois la plaga que hay que exterminar!

No sé de qué me estás hablando - replica ella - Pero me gusta esa expresión de miedo que has puesto, carcamal ridículo.

¡DESNUDADLA! - Ordena Munetani

Los soldados le arrancan la ropa a Christina mientras ella grita de rabia y miedo. Ya desnuda el viejo vuelve a hacerla callar con un bastonazo en el bajovientre.

Vigila esa lengua, niña, o pasarás lo que nos queda de viaje atada a una cama a disposición de cualquiera que necesite aliviarse.

No, por favor - suplica ella muerta de miedo - Eso... no.

¿Tú qué dices Kotaro? - le pregunta el anciano - ¿Esta chica débil que ha cometido la estupidez de venir a buscarte se merece estar un rato en tu compañía o nos la llevamos para que mis hombres jueguen con ella?...

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12/04/2019, 22:00
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Christina… -- lamenta al saber finalmente de quién se trataba. Sentado con las piernas encogidas y sus brazos sobre sus rodillas, apoya su cabeza sobre éstos y cierra los ojos, derrotado. No sentía que tuviera sentido percibir con detalles lo que le fueran a hacer a la joven; él mismo sabía lo que probablemente iba a ocurrir, pues no han sido pocas las ocasiones en las que él ha estado en el otro lado.

Cada uno es libre de quemar su vida como mejor considere… -- piensa, tratando de aliviar desesperadamente la responsabilidad de la muerte de Rik y, muy probablemente, la de Christina.

El segundo bastonazo, sin embargo, le empuja inevitablemente a prestar atención, elevando tímidamente su cara para poder ver por encima de sus brazos. Tocar a los “suyos” no andaba lejos de ser considerado por sus entrañas un “pecado mortal”. Había pasado demasiado tiempo en el que su “zona” de Kongoukaku era “segura”, por lo que no estaba acostumbrado a ver a sus hermanos en una situación de sometimiento.

Gunkanjima… Sachi Kuroda… ¿Este hijo de puta ya sabía desde el principio hacia dónde iba la Ryugujou? – Kotaro queda extrañado ante lo que acababa de escuchar. ¿Para qué diablos le hizo  entonces esa pregunta semanas atrás? – Y qué coño tenemos que ver nosotros con lo que cojones esté haciendo ese pirado en Gunkanjima…

En cualquier caso, la orden de desnudar a Christina volvió a encender las ascuas que alimentaban la agresividad y fiereza de Kotaro, la cuales se habían apagado tras el fracaso de su rescate. Sabía de sobra que las secuelas de una mente rota eran mucho peor que las de varios huesos rotos.

Consciente de que su expresión había cambiado, yergue la espalda y apoya su cabeza en la parte más sombría de la jaula. Kotaro quiso evitar darle a Munetani más pistas de las que aprovecharse.

Apretando los puños calla, haciendo un esfuerzo por mantener la compostura en una situación donde actuar solamente lo empeoraría todo.

Sin embargo, la súplica de Christina a Munetani le enfadó más todavía. Si bien las exigencias que Kotaro se hacía a sí mismo podrían ir más allá de lo humanamente exigible, las que le hacía a sus aliados no se quedaban muy atrás. Una de las cosas que más ha detestado es a los débiles, pues siempre ha pensado que ellos son la “comida” de la nobleza tirana; sin gente débil, la nobleza moriría de inanición.

Apenas le dieron la oportunidad de decir algo, aprovechó para ayudar a Christina y, de paso, darle una lección de “cómo no ser débil”.

Te ha dicho que te necesita viva – reprende a la joven con un tono duro, dejando pasar un silencio que parecía cubrirse él solo con un “boba”  -- En vez de pedirle piedad a un viejo pervertido, amenázale con suicidarte mordiéndote la lengua o lo que se te ocurra – termina con tono agrio, notándose su enfado por tener que cuidar de alguien más que él mismo en una situación ya difícil de por sí.

Para qué habéis venido… -- se lamenta, deseando volver unos minutos atrás en los que estaba “felizmente” comiendo unos platos nada malos, sin tener que lamentar la reciente pérdida de nadie y sin dejar en bandeja ningún nuevo punto débil al maldito de Munetani.

Volviendo la mirada al viejo, le responde con un tono aparentemente vacío. Sin querer darle la oportunidad de burlarse de él haciendo lo contrario a lo que respondiese, busca decirle algo razonable jugando con la baza del suicidio de Christina. – Si la dejas aquí conmigo todos ganaremos; si te la llevas a torturarla todos perderemos. La decisión es tuya, lo que yo opine encerrado en una jaula poco importa.

Notas de juego

Las ganzúas imagino que se las han quitado, ¿no?

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13/04/2019, 20:23
Munetani Hirotsuna

Te ha dicho que te necesita viva – reprende a la joven con un tono duro, dejando pasar un silencio que parecía cubrirse él solo con un “boba”  -- En vez de pedirle piedad a un viejo pervertido, amenázale con suicidarte mordiéndote la lengua o lo que se te ocurra.

La mirada que Christina le dirige a Kotaro no se diferencia mucho de la de Nami después de ser humillada por Munetani. El anciano deja escapar una risotada.

Tiene razón ¿Sabes? - le dice a Christina - No sólo has fallado en tu patético intento de rescate sino que además has permitido la muerte de tu compañero. Tu fracaso sólo merece su desprecio ¡JAJAJAJA!

No... - dice ella con los ojos llenos de lágrimas - No es verdad.

Te lo acaba de decir a la cara, estúpida - se burla Munetani.

Si la dejas aquí conmigo todos ganaremos; si te la llevas a torturarla todos perderemos. La decisión es tuya, lo que yo opine encerrado en una jaula poco importa.

La decisión era tuya - replica Munetani muy satisfecho - Ya te dije que no pensaba mentirte - se dirige hacia los soldados que sujetan a Christina - Metedla en la jaula con él.

Los soldados arrojan a Christina dentro de la jaula y cierran la puerta. La chica trastablilla a punto de caerse pero consigue mantenerse erguida y se gira hacia sus captores con una mirada de odio.

Señor ¿Qué hacemos con éste? - pregunta otro soldado señalando el cadáver de Rik.

Tiradlo fuera cuando salgamos de la estación - responde el noble - Que ese inútil sirva al menos como alimento para los kabane...

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13/04/2019, 20:37
Christina Kobayakawa

Horas más tarde

Poco después de que la hayajiro reemprendiera la marcha un par de soldados vinieron a arrojar el cadáver de Rik por la puerta lateral. Christina intentó no mirarlos pero no pudo evitar un escalofrío cuando volvieron a cerrar el portón. Después Kotaro y Christina se quedaron completamente solos en el vagón. Ella se quedó acurrucada en una esquina de la jaula abrazándose las piernas y llorando en silencio.

¿Es verdad lo que ha dicho Munetani? - le pregunta a Kotaro de repente - ¿Me odias por haber fracasado al intentar rescatarte?...

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15/04/2019, 16:31
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Apenas se marcha Munetani del vagón, Kotaro se quita la gabardina y se la da a Christina. – Está hecha mierda, pero es mejor que estar en pelotas contra el metal – le dice con tanta brusquedad como con la confianza con la que acostumbra a hablarle. – Intenta hacer que no se rompa más de lo que ya está; me costó un poco conseguirla.

Ver a los soldados arrojar el cadáver de Rik como si fuera un saco de basura casi le provocó una arcada de tanta rabia, enfado y odio que se reunieron en él tan rápidamente. Si algo le ayudó a mantener la compostura fue la experiencia que le daba el haber estado ya una buena temporada entre rejas. A diferencia de Christina no apartó la mirada, sino todo lo contrario: en cuanto el portón se cerró,  toda esa energía negativa que se acumuló en él fue canalizada con una mirada asesina a los guardias. – Ahora que me he quedado sin gabardina me gustaría probar a hacerme una nueva con vuestro pellejo… hijos de puta – piensa, principalmente a modo de desahogo, pero una parte de él realmente estaba considerando hacerse una prenda con la piel de los tripulantes de esta hayajiro, si llegara a tener la oportunidad.

Tras ello Kotaro se mantiene en silencio, esforzándose por digerir todo lo que había ocurrido. No tardaron en aparecérsele varias incógnitas que le gustaría plantear a Christina, y de hecho algunas de ellas le cargaban de mala leche. Si no dijo nada fue porque prefirió que la chica se tomara su tiempo para asumir también lo que había ocurrido, y que se desahogara llorando.

En cuanto Christina rompió el silencio con sus preguntas, Kotaro asumió que ya tenía vía libre para interrogar a la joven.

Si te odiara no te habría dejado la gabardina – vuelve a dejar pasar otro silencio brusco, el cual, de nuevo, parecía llenarse él solo con un “boba” – De hecho, si te odiara te estaría usando de colchón. No sabes cómo me está jodiendo la espalda esta puta jaula de mierda – bromea, tratando de destensar un poco la situación.

Pero no te negaré que no te haces a la idea de cuánto me habéis tocado los cojones abandonando Kongoukaku a la ligera, como si nos sobrara gente. ¿En qué coño estabais pensando? – su tono de voz cambia, notándosele un evidente enfado – Sé cuidarme solo. Si de verdad queríais ayudarme debisteis haberos quedado protegiendo el orfanato. Allí es donde se necesita vuestra ayuda.

Y bueno, a todo esto, ¿cómo cojones sabíais dónde estaba? Si no lo sé ni yo – pregunta, entremezclando esta vez el enfado con curiosidad.

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16/04/2019, 12:55
Christina Kobayakawa

¿"A la ligera"? - repite Christina. Lágrimas de rabia le recorren el rostro - ¿Acaso sabes lo que nos pasó después de que te detuvieran? ¡Nos dijeron que estabas muerto! ¡Que te habían ejecutado! Hubo protestas, intentamos que se hiciera justicia, pero todo lo que conseguimos fue que nos dijeran que hiciéramos como si no hubiera pasado nada y siguiéramos con nuestras vidas. Luego la banda de ese bastardo de Suzuhara se apoderó del orfanato. A la pobre Nozomi-chan la violaron y asesinaron delante nuestra para dejarnos claro quién mandaba.

Se arrebuja en la gabardina, temblando al recordar aquellos terribles días - A los chicos los obligaron a robar y a timar para ellos, y las chicas nos convertimos en putas. Teníamos que darles todo el dinero que conseguíamos o nos daban una paliza - se limpia las lágrimas antes de seguir - Pero aquello no fue lo peor. Un día el emperador Aragane empezó a visitar todos los distritos de la Kongoukaku y algún alto mando de la guardia decidió que no quería que una escoria criminal como nosotros molestase a su alteza - mira a Kotaro con ojos llenos de ira - ¡Nos EXPULSARON! ¡A TODOS! ¡Sin darnos comida, agua ni armas para defendernos de los kabane! ¡Así que no digas que nos fuimos "a la ligera" porque no sabes NADA! ¡IMBÉCIL!...

Notas de juego

Respondiendo a tu pregunta de antes: sí, los soldados de Munetani se han llevado las ganzúas.

Christina tiene mucho más que contar, pero éste es un buen momento para que Kotaro intervenga e intente calmarla.

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16/04/2019, 17:02
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Con cada noticia que le daba Christina, Kotaro no podía evitar un pequeño tic en una de sus cejas.

-- Suzuhara… Rata oportunista… ¿No me dejas ni hacer yo solo el trabajo que también te corresponde a ti, sino que además te comportas igual que la escoria? – La rabia por haber dejado la “retaguardia” al descubierto la sintió como un puñal clavándosele en el estómago – Debí haber limpiado las malas hierbas antes de intentar algo más ambicioso… Más te vale estar ya muerto, porque si te encuentro vivo la muerte será un regalo para ti – Que además hubiera matado a Nozomi consiguió ponerle en la cúspide de sus objetivos a eliminar. Si había algo que detestara más que a sus enemigos naturales era a los traidores, y aunque Suzuhara tenía su propia banda, compartir un supuesto enemigo en común le hacía parecer algo mínimamente similar a un aliado.

La noticia sobre la expulsión a territorio kabane recrudeció aún más la expresión de Kotaro. Por un lado no le sorprendió que llegara ese momento, pues tenía asumido que antes o después ocurriría. Sin embargo, le molestó que en tal caso siguieran vivos, ¿acaso huyeron sin más, sin luchar hasta el final? Creía que les había dejado preparados para eso. – Si no estáis dispuestos a defender con vuestra vida lo que os pertenece, no tiene sentido que os lamentéis de nada. – En la crudeza de la expresión de Kotaro se podía leer su pensamiento; él mismo sabía que de haber estado en esa situación, solamente le podrían haber echado de ahí quitándole la vida, y no se lo habría puesto fácil a nadie.

Le habría echado a Christina en cara su huida de no ser porque ya de poco importaba.

Temiendo por que se haya perdido lo que le daba sentido a su lucha, interrumpe secamente a la joven.

-- Qué hay de los pequeños – le pregunta por los niños que le daban sentido al orfanato.

Notas de juego

Es de suponer que a Suzuhara también lo han echado de Kongoukaku, ¿no?

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16/04/2019, 17:58
Christina Kobayakawa

Conseguimos que algunos soldados se apiadaran de ellos y adoptaran a unos pocos - responde Christina. La mención a los más pequeños la ha aplacado un tanto pero sigue muy enfadada con Kotaro - A otros conseguimos dejarlos con familias de la estación y el resto... tuvieron que venirse con nosotros al exterior.

Sus manos se crispan y tensan su agarre sobe la gabardina. Ya no está claro si tiembla de miedo, rabia o ambos - Fue horrible. Estábamos fuera, intentando decidir qué hacer. Suzuhara dijo que tenía un plan para volver a entrar en la Kongoukaku, pero no llegamos a saberlo porque mientras rodeábamos los muros los kabane se nos echaron encima. Suzuhara fue el primero en morir (1). Algunos de sus matones intentaron plantar cara a los monstruos pero ellos también acabaron devorados, así que corrimos mientras los monstruos se cebaban con ellos. Rik propuso entonces ir a la estación de Mihama y pedir refugio allí.

Haciendo cálculos, a pie se tardaría entre una y dos semanas en hacer el viaje.

Fuimos unos idiotas. Apenas llevábamos tres días caminando y ya sólo quedábamos Rik, Mii-chan y yo. No teníamos comida, ni agua y siempre estábamos mirando por encima del hombro por si aparecían los kabane. Rik me propuso matarnos a Mii-chan y a mí para ahorrarnos el sufrimiento. De todos mdos Mii-chan ya estaba casi muerta y cuando recuperaba el conocimiento sólo tenía fuerzas para gimotear - se agarra la cabeza y la sacude a los lados - Soy una persona horrible. Acepté la propuesta de Rik. Ojalá hubiera muerto y nunca habría tenido que tomar esa decisión.

Por un momento parece que Christina va a sumirse en un llanto histérico, pero consigue serenarse lo suficiente para seguir su relato - Rik no pudo hacerlo. Intentó estrangular a Mii-chan, pero no pudo. Ya no teníamos fuerzas para seguir, así que nos tumbamos junto a la vía a esperar la muerte ¿Entiendes lo que es eso, Kotaro-san? ¿Haber perdido la esperanza hasta el punto de darte igual vivir o morir?...

Notas de juego

  1. En una hipotética segunda parte Kotaro podría volver a la Kongoukaku para sacar el culo no-muerto de Suzuhara de su miseria, pero por ahora los kabane le llevan la delantera.
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17/04/2019, 04:35
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Entonces se acabó… -- A pesar de que algunos hubieran sido adoptados, saber que gran parte de los huérfanos habían perecido fuera de las murallas de la estación le arrebató las ganas de seguir luchando contracorriente. La estructura de todo lo que había conseguido hasta ahora resultó ser mucho más frágil de lo que se esperó, y su exceso de confianza abandonando su distrito acabó en el peor resultado posible; mucho peor que su propia muerte.

Con un suspiro de desasosiego vuelve a apoyar su frente sobre sus brazos, dejando que estos descansaran sobre sus rodillas flexionadas.

Era imposible ganar… -- No puede evitar sentir cómo sus ambiciones. Expulsados de Kongoukaku y con la organización hecha cenizas, ya no tenía ningún sentido ganar popularidad con la misión de la Ryugujou. ¿Para qué?

Trata de buscar algún motivo que le diera sentido a su vida, algo que le frene a desear la muerte, pero lo único que consigue encontrar es la venganza. Todavía puede llevarse a alguien por delante antes de morir, aunque eso no sea más que intentar matar una hidra cortándole la cabeza. Definitivamente sentía que su vida había llegado a su fin, a pesar de que todavía siguiera vivo en esa jaula.

Por otro lado, empatizar con la experiencia descrita por Christina consiguió conmoverle, pero no sobrecogerle. Su autoexigencia y valentía, a veces más cercana a la temeridad que a una virtud, le entorpecían para comprender con precisión los sentimientos de Christina. A pesar de ello de nada serviría echarle ahora nada en cara, por lo que su pensamiento no pasó a su voz.  – Si hubieseis luchado en Kongoukaku hasta el final no tendríais que haber pasado por eso...

Rik no pudo hacerlo. Intentó estrangular a Mii-chan, pero no pudo. Ya no teníamos fuerzas para seguir, así que nos tumbamos junto a la vía a esperar la muerte ¿Entiendes lo que es eso, Kotaro-san? ¿Haber perdido la esperanza hasta el punto de darte igual vivir o morir?...

Con una personalidad forjada en la dureza del peor lado de la sociedad de Hinomoto, evitó responder a Christina ese tipo de pregunta. Pudo haberle respondido que eso era exactamente lo que estaba sintiendo ahora, pero no quiso caer en una situación en la que ambos se lamieran las heridas. Era partidario de asumir el dolor tal como viene y aprender a encajar su tormento o morir; así es como ha sobrevivido hasta ahora y ésa era su manera de ser cada vez más fuerte.

…Y por qué vinisteis. A pesar de todo, si los dioses existen éstos os dieron la oportunidad de una nueva vida. No debisteis haberla desperdiciado con alguien destinado a morir pronto. – Le dice con desazón, sintiendo que si no muere a manos de otros, lo hará por sí mismo. Su cara siguió apoyada sobre sus brazos, sin ganas de alzarla.

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17/04/2019, 07:47
Christina Kobayakawa

Los dioses no tuvieron nada que ver - niega con la cabeza - Fueron Herr Kauffmann y su Eisenfaust (1). Nos recogieron cuando estábamos esperando a morir y nos ofreció unirnos al grupo Die Kriegshunde, que lucha para proteger a quienes tenemos sangre extranjera de extremistas xenófobos. Aceptamos ¿Qué otra opción teníamos salvo morir? Siempre podíamos fugarnos más adelante si queríamos. Pero ellos no sólo nos acogieron, sino que cuidaron de nosotros y nos dieron un propósito: proteger a todos los extranjeros de Hinomoto condenados a ser ciudadanos de segunda.

Mientras habla sobre ese grupo clandestino diluye un poco la desesperación en la mirada de la joven.

Eso nos lleva a por qué vinimos aquí: hace unos días Alma Cromwell contactó con Die Kriegshunde para informar que había conocido a un hombre que se hacía llamar Kotaro Zweihänder en Mibu ¡Imagina lo que sentimos cuando nos enteramos de que seguías vivo! Pero eso no fue todo: los jefes empezaron a mover hilos, invirtiendo una cantidad enorme de recursos para encontrarte. Finalmente supieron que estabas aquí, en la Kokuryujou, de camino a la estación de Kaerikumo (2). Cuando pidieron voluntarios para venir a sacarte de aquí Rik y yo nos ofrecimos inmediatamente pero... - vuelve a bajar la mirada - ... fracasamos. Ahora creo que la información sobre ti se consiguió con demasiada facilidad. Ese bastardo cabrón de Munetani nos tendió una trampa. Él y su grupo de matones del Kokuryukai son precisamente la clase de personas que hizo necesaria la existencia de Die Kriegshunde - suspira - No quiero morir aquí. Rik y yo sólo queríamos que tuvieras la misma oportunidad que nosotros, de estar con gente que no te considera un animal sólo por descender de extranjeros - vuelve a levantar la mirada hacia Kotaro - ¿Tanto te molesta que nos preocupáramos por ti?...

Notas de juego

  1. Por el contexto Kotaro deduce que la Eisenfaust es una hayajiro.
  2. Como si le hablaran en japonés. Kotaro sigue sin tener ni idea de dónde rayos está
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18/04/2019, 01:42
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Pero qué coño nos van a atacar por ser extranjeros, si hemos vivido toda la puta vida en la jodida Hinomoto. Además, yo al menos ni siquiera sé hablar otro puñetero idioma… -- No acababa de entrarle en la cabeza que quisieran acabar con gente como él por ser “extranjeros”.

Alma Cromwell… Alma Cromwell… -- Kotaro intenta hacer memoria, tratando de recordar la cara a quien le corresponde ese nombre. De repente se acordó de la extranjera que consiguió ponerle de mal humor en el banquete de bienvenida en Mibu.

Ja… JAJAJA… Así que fue esa zorra… No podía haber mantenido cerrada la puta boca… -- Dice para sí mismo, maldiciendo a Cromwell por haber conseguido llevar a Rik y Christina a la muerte.

Alzando ligeramente su cara para poder observar a Christina, le vuelve a recriminar con acidez lo que considera un nuevo error -- ¿Quién demonios va a invertir nada por un paria? Nadie consigue una hayajiro tirando a la basura su dinero por personas que no valen nada.

>> Os han utilizado para evaluar la defensa de la Kokuryupollas o como mierdas se llame esta puta hayajiro. Si además sabíais que están enemistados con esta gente, lo teníais bastante fácil para daros cuenta. Par de bobos…  -- Decepcionado y enfadado a partes iguales, vuelve a bajar la cabeza y apoyar su frente sobre sus brazos.

Y lo que me molesta es que mi familia desprecie su vida. – Comienza ya a responder a la pregunta de Christina.

Después de lo que me has contado estoy todavía más molesto. Solo me quedas tú y aquí estás, enjaulada esperando a la muerte junto a mí. Y todo por mi culpa… No… ¡No! Todo por vuestra culpa...

>> Si he de morir, que así sea, asumo la responsabilidad de mis errores; pero no me hagáis arrastrar hasta mi último aliento la responsabilidad de la muerte de mi única familia…

Tontos… -- Los ojos se le humedecen, pero puede disimular sus lágrimas gracias a su postura. No ocurre lo mismo con su voz, cuyo trémulo tono delata el estado de tristeza en que se encuentra.

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21/04/2019, 14:23
Christina Kobayakawa

No ¡no! ¡NO! - niega con la cabeza - ¡Te equivocas! Ahí fuera hay alguien a quien le importas lo suficiente como para invertir todos los recursos que se han utilizado para encontrarte. Rik y yo ya queríamos intentar rescatarte antes de que empezaran a pedir gente para venir aquí - se detiene un momento para limpiarse las lágrimas - Rik ha muerto luchando por lo que más quería: su familia, es decir ¡tú! Y lo mismo vale para mí. Si voy a morir ahora prefiero hacerlo junto a alguien que me importa después de haber hecho cuanto podía. Lo único que puede hacer que todo esto haya sido en vano es que nos pagues con tu desprecio, así que si eso es todo lo que vas a decir ... - sollozos. La mirada al suelo - ... por favor: no digas nada más...

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21/04/2019, 15:05
Munetani Hirotsuna

Los días pasan y el hombro de Kotaro sigue recuperándose. En algún momento alguien le trae ropa a Christina para que pueda vestirse, aunque durante las horas de sueño sigue prefiriendo taparse con el guardapolvos rojo. Las paradas ahora son menos frecuentes y más rápidas: lo justo para repostar y seguir viaje.

Poco después de un desayuno la hayajiro se detiene y Munetani entra en el vagón acompañado de varios soldados. El viejo tiene aspecto cansado y más irritable que la última vez que Kotaro lo vio.

Sacadla de ahí - le ordena a los soldados, luego clava la mirada en Kotaro - No hagas nada de lo que os arrepintáis después.

Mientras unos soldados mantienen a Kotaro encañonado otros dos se introducen en la jaula y sacan a Christina volviendo a dejar la puerta cerrada después.

¿Qué quieres de mí? - le pregunta la chica al anciano

Informarás a tus superiores de que tenemos al auténtico Kotaro Zweihänder. Diles que si realmente quieren recuperarlo deberán abandonar Gunkanjima y venir a Kaerikumo.

Pero no entien... ¡AH! - Munetani interrumpe a Christina con una bofetada que deja su mano marcada en la cara de ella.

¡No necesito que entiendas, estúpida ramera! Limítate a hacer lo que te he dicho ¡Nami!

Cuando la kabaneri entra en el vagón Kotaro la encuentra muy cambiada respecto a su último encuentro: su roja mirada está vacía, deslustrada. Como si fuera una simple muñeca. La reacción de Christina es mucho más extrema: su rostro se vuelve lívido y las piernas le fallan hasta el punto de que si no la tuvieran sujeta se caería al suelo. En su entrepierna se forma una mancha oscura cuando el pánico le afloja la vejiga.

Llévatela fuera de la estación y asegúrate de que se marcha - le ordena Munetani a la kabaneri.

Christina está tan aterrada que no acierta ni a defenderse cuando Nami la coge del cuello de la ropa y empieza a arrastrarla.

¡No! ¡NO! ¡Kotaro! ¡KOTAROOOOOOO!

Más vale que te des prisa - se burla el anciano - Cuanto más tiempo tardes más tiempo pasará tu amigo en los juegos de Kaerikumo.

¿Los juegos? - ahora sí que Christina empieza a revolverse intentando librarse del agarre de Nami, pero es como si quisiera detener una hayajiro con sus manos - ¡No! ¡Kotaro, aguanta! ¡Mantente con vida! ¡Vendremos a buscarte!

Munetani cierra la puerta del vagón de una patada acallando los gritos de Christina.

Ahora comprobaremos si eres tan valioso para Die Kriegshunde como yo creo - le dice Munetani a su prisionero - Mientras tanto vas a ayudarme a recuperar todo el dinero que invertí para traerte hasta aquí...

Notas de juego

Kotaro ha recuperado todos sus Puntos de Vida

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21/04/2019, 15:19
Kabane no Omo (Zombie Master)

El viaje a través de la estación no es muy distinto al que le llevase de la cárcel a la Ryugujou hace una eternidad: enjaulado en la parte de atrás de un camión y removiéndose incómodo ante los inevitables baches y socavones. Al menos esta vez no va cargado de cadenas. Después de tanto tiempo en penumbra la luz del sol resulta agradable si bien algo molesta al principio por su brillantez. La gente lo mira al pasar y cuchichean sobre él. La mayoría se preguntan qué habrá hecho para ser condenado a los juegos, mientras que otros parecen encontrarlo obvio por motivos que a Kotaro se le escapan.

El viaje acaba en los bajos de un extraño edificio hecho de piedra y metal muy parecido a la cárcel de la Kongoukaku, si bien aquí Kotaro puede ver una larga fila de gente esperando entrar por la puerta principal. Tras descender una breve rampa el camión se adentra en el subsuelo del edificio y allí Kotaro es sacado de la jaula y conducido a otra jaula mucho más grande y espaciosa. En el extremo opuesto a la entrada hay una puerta que conecta con un largo pasillo del que llegan gritos de júbilo y vítores. Todo parece indicar que Kotaro va a iniciar una involuntaria carrera en el mundo del espectáculo...

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21/04/2019, 15:29
Suge Kakkoin

Poco después de su llegada Kotaro escucha ruidos de pasos en el sótano. Más por aburrimiento que por interés Kotaro vuelve la vista hacia sus visitantes. Un grupo de soldados con los colores de la guardia de la estación arrastra un armatoste de madera cubierto con una sábana. Junto a ellos trota un joven con el pelo verde revuelto y ropas de colores chillones que parece estar al mando.

¡Tened cuidado, so brutos! - les regaña el peloverde a los soldados. Su voz aflautada resulta tan irritante como estridente - No hay motivo para tanta prisa. Nuestro invitado no se va a ir a ningún sitio por ahora.

Cuando la comitiva se detiene junto a la jaula el joven de extraña pinta saca una tabilla sujetapapeles de su costado y tras echar rápidamente un vistazo a Kotaro empieza a leer el papel.

Veamos... tú eres Kotaro Zu... Wei... Zuwei... ¡Oigh, qué fastidio de nombres extranjeros impronunciables! - da unos furiosos golpetazos a la tablilla - Es igual. Estás acusado de... robo, asesinato, terrorismo, conspiración para asesinar al Emperador - resoplido - ¡Alguna vez podrían molestarse en poner cargos auténticos en vez de tantas tonterías! En fin, me presento. Me llamo Suge Kakkoin (1). Sí, sé que es un nombre diviiiiiiiiiiiiiino y que me encaja perfectamente. No me lo gastes o te obligaré a comprarme otro ¡JA! ¿Lo pillas? En fin, bienvenido a los juegos de Kaerikumo. Te cuento lo que va a pasar: en algún momento esa puerta se abrirá y tú saldrás a la arena a combatir contra todos los kabane que los organizadores quieran echarte encima. Si no sales tú ellos entrarán y se acabó todo ¿Lo pillas? Ya veo que sí. Eres un chico grande, malote y seguro que también muy astuto ¡JA! Bueno ¿tienes algún nombre artístico con el que quieras que te presente a tu público? Ten en cuenta que aquí lo peor es la indiferencia. Si tu público te adora o te odia lo suficiente como para querer seguir viéndote luchar tendrás la oportunidad de vivir un día más. Y déjame añadir que aquí tratamos muy bien a los campeones: comida, mujeres (hombres por si te interesa), compañeros de batalla... Lo único que no puedo darte es la libertad, por si te lo estás preguntando ¿Y bien? ¿Cómo quieres que te presente?...

Notas de juego

  1. "Suge Kakkoin" no es un nombre real sino la deformación coloquial de la expresión "Sugoi Kakkouii", que significa algo así como "Increíblemente hermoso".

Este personaje es una versión libre de este otro del Quinto Elemento:

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22/04/2019, 09:09
† Kotaro Zweihänder †
Sólo para el director

Los días pasaban imparables y la noción del tiempo volvía a difuminarse en la mente de Kotaro. Para más inri, con Christina en la jaula el espacio se volvía demasiado reducido, por lo que parte de los ejercicios físicos con los que se distraía ahora eran imposibles de hacer. En su lugar se dedicó a pensar; tenía todo el tiempo del mundo, y también muchas piezas sueltas con las que completar lo que parecía un puzzle de mal gusto.

-- Esa furcia de Cromwell… creo recordar que también nombró al Kokuryukai. Y Christina se ha referido a Munetani y sus perros como el Kokuryukai… y esos bastardos llevan un dragón  negro bordado.

>> Cromwell hablaba de familias extranjeras en peligro por el Kokuryukai, y Christina ha dicho que estamos en peligro por tener sangre extranjera… Pero qué cojones, ¿en serio? ¿De verdad que me quieren eliminado por esa gilipollez? Creo que hasta me ofende que ése sea el motivo… Quizá no me esforcé lo suficiente en dejarles claro que me deben temer porque les mataré en cuanto tenga la oportunidad… Y no porque mi padre o mi madre sea de a tomar por culo.

A pesar de que cada vez lo tenía más claro, seguía costándole creer que ése fuera el verdadero motivo por el que luchaban contra él. Su mestizaje le parecía una trivialidad absurda, pero observar a Christina, recordar a Rik y a tantos mestizos en el orfanato le impedían poder negar la evidencia.

Entonces, ¿de verdad existe algo como la Die Krieg…loquesea? No sé cuánto se habrán gastado para dar conmigo, pero si ni yo sabía dónde estaba, seguro que no fue barato. Como tengan que hacer eso con cada mestizo de Hinomoto, o tienen dinero a raudales o algo huele raro en esto.

A pesar de que parecieran aliados, Kotaro no acababa de fiarse de Die Kriegshunde. Le parecía raro el que daba algo de manera altruista, más todavía si tenía el poder de hacerse con una hayajiro. Nadie se hace rico tirando el dinero, y parte del tiempo se lo pasó especulando sobre lo que podrían querer de él. Sin embargo, lo que más recelo le causó fue que enviaran a Rik y a Christina a una misión suicida; tal vez ellos se mostraran voluntarios, pero si de verdad estaba la organización comprometida con rescatarle, Kotaro sentía que debían haber enviado a alguien del “núcleo duro” de la Die Kriegshunde y no limitarse a pedir voluntarios.

En cuanto llegó el día en que apareció de nuevo Munetani junto a sus soldados, Kotaro sintió como si le clavaran un puñal en el corazón. Si bien sabía que a él todavía lo necesitaban vivo, no ocurría lo mismo con Christina. ¿Ya iban a matarla?

Por un momento estuvo a punto de perder la calma, pero la orden de Munetani a Christina para que informara a la Die Kriegshunde le tranquilizó. Al final parecía que la dejaban ir.

La bofetada que le propinó a la chica volvió a avivar unas ascuas que estaban apagadas, pero la alegría de saber que se iría con vida de la Kokuryujou le ayudó a mantenerse con una calma razonable.

No te preocupes por mí, saldré de ésta – le dice a Christina con serenidad, queriendo transmitírsela. -- Sólo te pido que no vuelvas a arriesgar tu vida… por favor – termina diciéndole mientras Nami se la lleva, permitiéndose mostrar algo de debilidad si con ello consigue evitar que su última hermana vuelva a desafiar a la muerte.

 


 

Kotaro no tenía ni la más remota idea de qué eran los juegos de Kaerikumo, pero ver a tanta gente haciendo cola voluntariamente para entrar a un recinto que parecía una prisión, le dio alguna pista. Que además el evento tuviera el calificativo de “juegos” y Munetani hablara de ganar dinero con él, le permitió hacer sus primeras conjeturas. – Je… Jeje… Jejejeje… Buena elección, viejo. Por muy indomesticable que sea, un perro salvaje siempre puede ser útil si lo echas a pelear contra otros. ¿Quiénes serán los otros perros? ¿Más “extranjeros”? ¿Soldados con ínfulas de superioridad? ¿Algún noble necio que quiera inflar su ego? Je…

>> Me halaga que te hayas tomado tantas molestias en traerme hasta aquí y apostar por mí, porque no nos habremos hecho todo este viaje para querer verme perder, ¿verdad?

Kotaro comenzó a sentir mariposas en el estómago por la excitación de la idea. Su primera pelea callejera fue hace tantos años que no recuerda cuándo fue. Lo que sí recordaba era el fluir de la adrenalina por sus venas, el corro de gente que cercaba el espacio de pelea y los gritos de ánimo y maldiciones de los espectadores.

En los últimos años apenas había “voluntarios” que quisieran pelear contra él, y forzar a cobardes que no hacían más que defenderse o intentar huir no tenía ninguna gracia. Sin embargo aquí todo cambiaba; aquí, además, las peleas podrían ser “oficialmente” a muerte, por lo que no tendría por qué contenerse ni molestarse en esconder cadáveres.

En un momento en el que nunca se lo habría esperado, comenzó a sentir una emoción tan intensa como la de un niño al que le dan su juguete favorito. – Joder… ¿Por qué coño no supe antes de los putos juegos de Kaerikumo? Joder… ¡¡Joder joder!! ¿Así es como el hijo de puta de Munetani me quiere joder? ¡¡JA!! ¡Si el bastardo del emperador tiene su palacio, éste debe ser el mío!

Que además fuera a tener una gran cantidad de público que le observara no hizo más que amplificar su emoción. Sintió cómo le ponían en bandeja el objetivo por el que comenzó todo esto. Le daban la oportunidad de ganarse a las gentes de Hinomoto haciendo lo que mejor se le da.

En cuanto llega Suge Kakkoin, Kotaro le escucha desde la penumbra del fondo de la jaula. Por algún motivo, quizá por la cada vez mayor densidad de adrenalina que bañaba sus entrañas, el timbre de voz y la manera de hablar del chico comenzaban a mellar seriamente la paciencia del preso. Además, que no supiera pronunciar su apellido, fue una vuelta de tuerca más que amenazaba con acabar con la paciencia de Kotaro.

-- Robo, asesinato, terrorismo, conspiración para asesinar al Emperador… ¿En serio? ¡JAJA! ¡Pero si no habéis podido probar ninguno, bastardos! Aunque me halaga que consideréis factible echarme tanta mierda encima. Mucho mejor que perseguirme por ser un puto “extranjero”. – Lejos de sentirse preocupado y maldecir la injusticia de ser acusado por cargos no probados, viniendo de gente como Munetani sintió cada uno de ellos como una medalla.

Por otro lado, la explicación de que iba a luchar contra kabanes no le dejó indiferente.

-- Contra kabanes… Pero serán hijos de puta. Por qué coño pensaría que iba a ser tan fácil… -- La emoción de Kotaro por participar en peleas se congeló, pues luchar contra kabanes no era lo que su imaginación le prometió. A pesar de todo ya había luchado contra esos monstruos, por lo que la emoción siguió en su sitio – Aunque una pelea es una pelea… Además, luchar contra kabanes no es tan diferente… mientras no me haga ninguna herida abierta.

En cuanto Suge Kakkoin termina con su explicación, Kotaro avanza con inquietante tranquilidad desde el fondo de la jaula, mostrando una expresión de pocos amigos. Se agarra a dos barrotes a la altura de sus hombros y desde sus más de dos metros de altura mira al chico, hacia abajo, como si fuera un tigre deseando abalanzársele.

-- ¿Qué te hace pensar que esos cargos por los que me acusan no son auténticos? ¿No me ves capaz? ¿Estás intentando ofenderme? ¡¿Ah?! – Sin intención de darle la razón respecto a la falsedad de los cargos, Kotaro se hace el ofendido ante la duda. Dada la situación en que se encontraba, prefería ganarse la fama de alguien peligroso de verdad a ser lo que parecía  “un pobre desgraciado más”.

Por otro lado, que le preguntara por un nombre “artístico” le hizo pensar que, a pesar de lo irritante que era al hablar, parecía saber hacer su “trabajo”. Dada su experiencia “haciéndose un nombre” en su distrito de Kongoukaku, sabe que un buen apodo es un amplificador de la impresión que se pueden llevar de él las personas a las que puede influenciar: tiempo atrás, la gente de su distrito y los guardias que se adentraban en él; en este momento, el público.

Tras tomarse un prolongado momento pensando en un apodo que le convenciese, finalmente se decide. – Je… Puto viejo. Me gustaría ver tu cara cuando te enteres.

-- Preséntame como Kotaro Zweihänder – le dice su apellido vocalizando con claridad y algo de mal genio, para que procure no olvidar cómo se pronuncia -- la encarnación de Byakko*.

Notas de juego

*Kotaro quiere elegir un nombre que sea lo más provocativo para los miembros del Kokuryukai, por lo que en contraposición al “Dragón Negro”, aprovechándose del simbolismo de la dualidad Yin-Yang, él elige ser el “Tigre Blanco”. Así de paso intenta hacer que a Munetani le entre urticaria si tiene que apostar por el “Tigre Blanco” para hacer dinero.

Por otro lado, también quiere aprovecharse de las cualidades que la tradición japonesa le atribuye al Tigre (Yin):

(Copy/paste de Google)

La polaridad Yang está representada por el Dragón y la polaridad Yin se asocia con el Tigre, que representan los lados opuestos, ambos expresan la armonía del Cosmos, del Universo. El tigre representa el valor y la valentía, el poder, el dinamismo, una increíble e inagotable energía. El dragón simboliza la virilidad y la potencia, por eso era un símbolo del emperador en las tradiciones asiáticas.

Otro motivo que le empuja a la elección de ese nombre es que dentro de la mitología japonesa, el “dios guardián del oeste” es un tigre blanco. Como ya empieza a asumir que van a por él por tener sangre extranjera, proclamarse el “dios guardián del oeste”, que es de donde provienen los “extranjeros”, es una herramienta más con la que provocar al Kokuryukai.

La duda está en si “Byakko” sería el nombre acertado o tendría que ser “Howaitotaigā”, que es la traducción que Google da a “Tigre Blanco”. Como controlas más en cuestiones de lingüística y tradiciones japonesas, dejo a tu juicio la elección del nombre en base a las intenciones de Kotaro.

 

1.- Cambiando un poco de tema, ¿esto se considera cambio de escena? ¿Puedo pedir un préstamo de puntos de experiencia? Kotaro necesita subirse Influencia para darse un buen baño de masas xD

2.- ¿Qué significan los sufijos –jou y –kai? Por no liarme cuando se haga referencia a la Kokuryujou y al Kokuryukai.

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22/04/2019, 15:49
Suge Kakkoin

¿Qué te hace pensar que esos cargos por los que me acusan no son auténticos? ¿No me ves capaz? ¿Estás intentando ofenderme? ¡¿Ah?!

¡IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIH! - Chilla Suge con una voz muy femenina - ¡Qué bruto! No sé si todo eso es verdad ¡pero sí que eres un grosero! - golpea los barrotes de la jaula con la tablilla.

Preséntame como Kotaro Zweihänder – le dice su apellido vocalizando con claridad y algo de mal genio, para que procure no olvidar cómo se pronuncia -- la encarnación de Byakko

Byakko ¿eh? - lo medita por unos momentos y luego asiente con una gran sonrisa - ¡Me guuuuuuuuusta! Tiene chispa, tiene gancho, tiene ese... ¡PA PA PA! ¿Lo pillas? Aunque tendrás que disculparme con lo del apellido tesoro. Es que es demasiado basto. No tiene ritmo, ni musicalidad, nada - gesto despectivo con la mano - No, le daremos más importancia a tu nombre de guerra ¡Byakko el Tigre Blanco! ¡Bien! Pero incluso un tigre necesita sus garras y colmillos para pelear ¿Verdad? Apártate un momento de la puerta cariño.

Los soldados introducen el armatoste de madera cubierto por la sábana. Al retirarla se descubre un arsenal de armas de fuego y cuerpo a cuerpo: katanas y otras espadas, naginatas, dos pistolas de vapor, dos motosierras de vapor (1) y otras armas que Kotaro no sabría ni nombrar (2)

Elige bien, guapetón - le aconseja Suge - Si tu público te quiere probablemente tengas que luchar durante bastante tiempo. Verás que no hay armaduras porque a la gente sencillamente no le gusta. De todos modos recuerda: si los kabane te golpean o te arañan no te transformarás, pero si te muerden ¡PIUN! Adiós...

Notas de juego

  1. Sí, has leído bien: Dos motosierras de vapor. Puedes utilizar una a dos manos (Daño 1D10xFuerza+2) o una en cada mano (Daño 1D10xFuerza+1). Cualquier extremidad a la que le inflijas más de 15 puntos de daño con este arma se considera amputada (incluye el cuello). Si infliges 20 puntos de año al torso cortas al kabane por la mitad. 15 o más puntos de daño en la cabeza dejan al kabane ciego e incapaz de morder. Ah, y mucho (muchísimo) gore. Los kabane que ataquen con las manos desnudas y sean detenidos por una motosierra en marcha es muy probable que se queden sin manos. Y si intentan morder ya ni te cuento. Imagino que te haces la idea.
  2. Si se te ocurre algún arma chula que quieras para Kotaro en esta escena me lo dices.

 

Nos quedamos con Byakko. Nombre sencillo y que simboliza exactamente lo que quiere Kotaro.

Realmente sí es un cambio de escena. Súmate 4 puntos de experiencia por la escena en la hayajiro.

¿Qué significan los sufijos –jou y –kai? Por no liarme cuando se haga referencia a la Kokuryujou y al Kokuryukai.

El sufijo -jou es una variante del kanji "Shiro" que significa "Fortaleza" o "Castillo". En el contexto de esta serie lo utilizan para construir los nombres de las hayajiro de Hinomoto, de forma que dichos nombres siempre significa "Fortaleza de...". En este caso, Kokuryujou sería la "Fortaleza del Dragón Negro" que es el nombre de la hayajiro de Munetani. En cuanto al sufijo "-kai" se utiliza para referirse a una sociedad u organización. Así, Kokuryukai es la "Sociedad del Dragón Negro"

Como nota de culturilla friki general, el Kokuryukai fue una sociedad secreta japonesa real de ideología extremadamente nacionalista y xenófoba, lo que me ha venido al pelo para esta historia. Kotaro tiene toda la razón al suponer que sus motivos van más allá de la simple xenofobia (eso puede bastarle a PNJs menores como Christina), pero eso es algo que se descubrirá más adelante. Llevo dándole vueltas a lo que yo llamo "trama Kotaro" mucho tiempo y espero que no te puedas ni imaginar hasta dónde he llegado. Básicamente para que sea una sorpresa :)