Partida Rol por web

En el lugar donde me encontraba en lugar de la mujer de antes aparece una réplica de Alice, la chiquilla del Príncipe.

Me acerco contoneándome ligeramente a Elizabeth como si de una auténtica mujer me tratara... me agacho a su altura, le cojo de la mano y le digo con una voz suave y aterciopelada: - Ven con mamá. Tienes que portarte bien y hacer los deberes para que papá esté luego orgulloso. - sonrío a mi "hija", saco un pañuelo, lo humedezco ligeramente con la lengua y lo froto con energía pero con suavidad contra la mejilla ligeramente ensuciada de Elizabeth. - ¡Mira que te he dicho que no juegues con los otros niños que luego te pones perdida! -

Doy un par de pasos hacia atrás, recupero la forma de Tom Rembrandt humano y comento: - Mis disculpas, no pretendía ofender, sólo demostrar que sí podría pasar por una mujer humana, incluso una madre. - sonrío amablemente. - Aún así lo dejo a tu criterio. Pero recuerda que si lo necesitas puedo ser quién quieras y echarte una mano. -

Miro con desaprobación las tonterías de las que se ocupan. ¿Qué importa si hay o no una mujer en el grupo? No vamos a hacer un encargo de las hermanitas de la caridad, vamos a averiguar qué está pasando y volver.

Miro el pobre intento, por mucho que lo intentara jamas caminaria como una verdadera mujer y mucho menos hablaria como una.

- Sigues sin parecer una mujer, hablas pobremente tu forma de caminar no es nada femenina, solo te contoneas y esperas ser una mujer, pero para nada sabes lo que es serlo, no tienes instinto maternal, esas tonterias que dices no sirven de nada, lo siento te descubririan en el acto y mucho mas si quieres hacerte pasar por mi madre, por eso prefiero una mujer humana destaca mucho menos a mi lado-

El príncipe pone expresión de aburrimiento, no lo oculta demasiado. – Me aburrís con tonterías… Alice ves a buscar a la mujer que estaba con ella y llévala donde tenemos el avión privado. Ya está todo solucionado, salvo lo que me quería decir Eric, se ha quedado callado, asique si me informa de lo que quiere podréis salir pronto del lugar. – Alice se había levantado y salió rápidamente de la habitación.

La verdad es que, después de lo que hice esto es una total muestra de cara dura, pero dije -Me gusríata euq em áidiers persomi rapa erten mi meprira quillachi, Anabeth- Dije señalándola.

Dudaba que me lo diera después de lo que hice...tendría que acudir a otro príncipe...pero por probar.

todos entendeis al Malkivian, dice:

*Me gustaría que me dieráis peromiso para tener mi primera chiquilla

El príncipe se ríe exageradamente durante unos segundos, después se pone serio y decide responder. – ¿Después de atacar a mi hijo quieres tu una chiquilla? Pues no solo te lo voy a negar, sino que te dictare una pequeña sentencia por tus actos delante de toda esta gente, si alguno de tus chiquillos se atreve a poner un pie en mi ciudad será ejecutado inmediatamente. No permitiré que tu estirpe se acerque a nuestro hogar, asique piénsalo bien antes de volver con alguno, si es que otro príncipe te deja crearlo, aunque ella… se queda aquí. – Lo dice señalando a la chica que esta a tu lado, el príncipe dejo muy claro que nada de Humanos, ya había echo una excepción, no iba a hacer dos.

-ash chodi euq dana de mahunos, alle on ol se...se nau Ghoul- Dije con una sonrisa...no entraba dentro de las prohibiciones del príncipe.

Sonrío ante la respuesta de mi sire, me esperaba algo más drástico, pero no está mal.

Por otra parte, mi paciencia con el loco decrece a ritmos alarmantes, alguien podría enseñarle a hablar.

Alexander sonreía. – Una Ghoul es una humana Eric, lo único que esta esclavizada por tu sangre, pero su corazón sigue latiendo… eso es que es humana… ¿o acaso quieres debatirlo? – EL príncipe estaba Feliz de molestar a Eric, pero pronto recordó que la humana tenía su sangre y algo se le paso por la cabeza. – Bueno, mejor llévatela, no quiero que quede nada aquí que recuerde a la gente que vivías por aquí, si pueden ser felices durante un par de días valdrá, y con tu esclava por aquí nunca podrán serlo.

Podría debatírselo...una humana no podia hacer lo mismo que una Ghoul, pero al final cedió...aunque no me miraba a los ojos...suponía que temía que yo le hiciera algo...el mismísimo príncipe temía lo que pudiera hacerle...eso me hizo bastante gracia.

Al final parece que Alexander ha aceptado... me pregunto si no se debe a algún truco del Malkavian.

Ignore por completo a todos los presentes, sentada en el suelo jugando con el peluche en forma de liebre, no me importaba lo que hacian, sus juegos sus peleas, ya tenia mi tapadera el resto podia hacer lo que quisiera.

El representante del clan Grangel ya se había cansado de esperar, y al ver que el príncipe con una cabezada le daba permiso os informo. – Vámonos, hay que darse prisa, a este paso se va a hacer de día. – El Grangel empieza andar, podéis ver que es un hombre alto y musculoso, pero lo que más llama su atención es que como Grangel no tiene ninguna marca de animal, parece que nunca hubiera perdido el control. Su pelo es negro al igual que sus ojos, y su piel es muy pálida, más que la de muchos vampiros.

Asiento y sin más sigo al Gangrel no sin antes despedirme con una reverencia de mi sire.

Mientras camináis por el pasillo veis que todo está igual, sigue lleno de vampiros. En vez de salir por la puerta que habéis entrado Harbad os lleva por el pasillo de la derecha hasta una puerta pequeña, la abre y empieza a bajar unas escaleras, le seguís hasta que llegáis a lo que parece un garaje lleno de los coches más actuales. Veis que dentro de los coches hay dos hombres que parecen ser los choferes, Harbad os hace una indicación para que os montéis en los coches. Cuando montáis los coches salen del castillo, y durante veinte minutos están en movimiento. Cuando paran veis que habéis llegado a un aeródromo, y que fuera de él hay otro coche. Al entrar veis que están Alice, una mujer que deducís que es la acompañante de Elizabeth y dos pilotos, también veis un avión bastante grande y al lado suyo cinco ataúdes. Harbad os dice. – Por fin podéis partir.