El nosferatu hizo fuerza sobre el cuello del hibrido, después de apretar un poco se escuchó un fuerte crujido, parecía que el cuello ya estaba roto, aunque eso no implicaba que el ser no fuese a despertar.
- ¿Y ahora por dónde? - preguntó el nosferatu al resto. Aguzó la vista y trató de averiguar por dónde se habían ido el resto de abominaciones.
¿Podría seguir el rastro de las abominaciones usando Auspex para aumentar mis sentidos - olfato por ejemplo? Para saber por dónde han ido ellas...
Podrías intentarlo, pero ya te aviso de que es absurdo, todo huele a ellos, ya que es su territorio, no podrías saber donde ir exactamente. Pero puedes trolearlos si quieres :D
En silencio me limito a encogerme de hombros, estoy cansado de aportar cosas a este grupo y que encima se quejen.
- Venga, avancemos o no llegaremos a ninguna parte. - indico señalando el camino de la izquierda.
Espero a que todos estén más o menos juntos de nuevo y vuelvo a ocultarnos a todos antes de seguir avanzando.
Para adelante que vamos, por la izquierda!
Tom estaba siendo practicamente nuestro lider en este lugar y la verdad es que no venia mal alguien que nos guiara un poco y al que no le tuvieramos mania nadie, así que sencillamente le segui
- Os sigo. - digo secamente.
Al pasar junto al cuerpo del engendro apoyo la pistola en su sien y aprieto el gatillo.
- Así seguro que no se incorpora.
Sean ejecuto fríamente a la abominación, era seguro que después de ese disparo no volvería a molestar. Avanzasteis por el camino de la izquierda, durante un rato andando y girando en las esquinas que aparecen llegáis a una sala, la cual es circular y bastante grande al entrar pudisteis ver que había otra entrada, era posible que cualquiera de los dos caminos llevase al mismo lugar. En el centro de la sala había un ataúd, y en él había un humano, o eso parecía a simple vista, ya que su olor era como el de las aberraciones. Este os miro sonriendo.
- Asique por fin llegasteis ¿Eh? Habéis sido hábiles allí atrás, habéis sido capaces de vencer a algunas de mis abominaciones. Pero eso no implica que entréis aquí sin permiso, aunque imagino lo que buscáis claro… - Mientras decía esto último pudisteis ver que arañaba con sus garras el ataúd, el cual estaba hecho de piedra.
Estabamos ofuscados, ¿nos puede ver o se te pasó que estábamos ocultos? :D
Se me olvido, aun así puede veros, tiene unos ojos tan buenos como los tuyos o mas :D
ok, no pasaba nada, era por si se te habia pasado para que consideraramos que habiamos llegado visibles... así al menos podía jugármela luego a intentar desaparecer... ^_^
- Siento decírtelo pero no necesitamos tu permiso para entrar aquí. - espetó Tom sin miramientos. Se había cansado de tanto juego y tanto retraso en la misión por culpa de aquellas abominaciones que no eran más que masas de carne, pelos, dientes y garras.
- ¿Quieres algo a cambio de dejarnos en paz y hacer lo que queramos? - preguntó. - ¿O tendremos que perder el tiempo acabando con tu miserable vida? -
En otras circunstancias Tom hubiera intentado ser más político pero algo le decía que no merecía la pena.
Al ver que se afila las garras con el ataud desenfundo la Pistola con Balas de Plata y le apunto.
- ¿Y quien cojones eres tú? - pregunto poniendo el dedo en el gatillo presto para ser accionado en cuando el bastardo ese se mueva lo más mínimo.
— Y otro más. ¿Es que no podemos simplemente hacer lo que hemos venido a hacer?
Me quedo mirando al tipo y niego con la cabeza antes de que mi gesto se vuelva totalmente serio.
Empezemos a intentar que las cosas se resuelvan fácil. Activo majestad.
Sin decir nada, preparo mis garras y me pongo al lado de Sean. A mi parecer, si esto llegaba a transformarse en una pelea, él y yo tendríamos la mayor oportunidad de matar al tipo.
Espero atenta a cualquier movimiento por parte de aquel hombre extraño sin apartar mi mirada de el, si hace cualquier cosa que me parezca minimamente sospechosa lo sujetare para que mis compañeros acaben con el facilmente, aunque no podia evitar pensar que aquella sala era una trampa y que el no era mas que un señuelo para que entrasemos.
- Claro… igual no me habéis visto… al menos algunos, ya que el nosferatu sin duda me ha visto, ha sido el el que os ha indicado como atacarme… Victor y Rex sin duda también me han visto, y sin duda saben quién soy. – Después de esa breve, por no decir inexistente presentación miro a Tom curioso. – Antes de que empecemos a pelear y despedazarnos… Dime, ¿Qué crees que puedes ofrecerme para llevarte este ataúd? Tengo curiosidad… Juguemos.
Tom enarcó una ceja y miró con curiosidad a la abominación. No estaba transformado como la vez anterior en el pasillo pero el nosferatu seguía intuyendo que aquel ser podía ser peligroso. Pero tanto como para enfrentarse a tantos vampiros... lo dudaba.
Debía tener algún as en la manga porque era imposible que fuera tan poderoso como para derrotarlos a todos. Así que decidió jugar un rato al juego del tipo. Si el impulsivo de Sean o cualquiera de los demás decidían acabar con aquel hombre eran libres de hacerlo en cualquier momento.
- Bien. Sabes qué soy. - dijo refiriéndose a su clan. - ¿Qué podría pedir cualquiera a alguien como yo? Información. Eso es lo que te ofrezco. Dime algo que quieras saber que esté en mi conocimiento y te lo diré. -
Después de todo, o el hombre aceptaba o era abominación muerta.
- Es algo interesante, pero siendo sinceros… ¿Crees que no tengo la información que necesito? La mano negra es la que mejor información tiene sin duda, eso es seguro. Al igual que ahora mismo con estos cuatro ataúdes, de seguro que esta es la baza ganadora, y vosotros, los simples que creáis solo un pequeño revuelo para intentar destruir estos ataúdes, moriréis ante el poder de la mano negra. Asique no, la información no me resulta interesante. ¿Alguna idea más para negociar?