Partida Rol por web

Áran, te informo de que me estoy haciendo un pequeño lío con tus tiradas. Ahora lo tengo más o menos claro, te falta las dos tiradas de ataque al segundo bandido (al primero lo freíste a la primera). Según describes le atacas con las dos espadas. No puedes acechar, pero al portar dos armas puedes hacer dos tiradas de ataque con un modificador de -2 (además de los modificadores normales de ataque: Bono de Fuerza + Nivel). Hazme las dos tiradas además de las dos de daño por si haces blanco. Así puedo publicar la réplica y la llegada de los demás.

El otro bandido ya había visto a Áran, por lo que perdió el factor sorpresa.

-¡Atrás, viles bandidos! ¡Han llegado los refuerzos, y no tardará en llegar la caballería!

Saber la posición de su enemigo solo le sirvió al pobre desgraciado para desviar el primer tajo y abrir la boca para tragarse el segundo. Sonó un acolchonado CHAF y la cabeza se desprendió del cuerpo del bandido, cayendo a escasos metros del siguiente y dejando un reguero de sangre a su paso.

¡Otro menos! Y ahora a mantener el tipo hasta que lleguen los refuerzos...

Aeldar se apresuró a cargar su arco para realizar un nuevo disparo, pero esta vez no alcanzó el cuerpo del bandido que revolviéndose violentamente logró evitar el impacto.

Mientras tanto Áran no perdió tiempo y se abalanzó portando una espada en cada mano hacia un bandido cercano. Su primer ataque fue repelido por su rival, que sin embargo no pudo evitar el segundo que impactó lateralmente en su cuello sesgando con un corte limpio la cabeza, desprendiéndola del resto del cuerpo. El cuerpo cayó al suelo inerte y la sangre salpicó parte del tronco y el brazo del pícaro que no perdió la concentración y se preparó para la réplica.

Uno de los bandidos (5) observó sorprendido cómo Áran se abalanzaba sobre uno de sus compañeros y se precipitó sobre él para devolverle el golpe, sin embargo, la espada del bandido no llegó a impactar sobre Áran que con un ágil movimiento logró evitarlo.

Mientras tanto, el guardia situado en la retaguardia azuzó a su caballo para atacar al bandido más cercano (6).

En la zona delantera de la caravana, los dos guardias montados iniciaron un intercambio de golpes contra los bandidos que tenían delante.

Por su parte, el guardia que estaba inmovilizado se hizo con la espada de su captor que yacía muerto a su lado atravesado por una flecha de Aeldar, e inició un movimiento hacia el arquero enemigo que en aquel momento se había situado en una posición desde la que poder disparar al elfo.

Como una descomunal estampida, los caballos atravesaron los últimos arbustos para alcanzar el camino y observar la reyerta que estaba teniendo lugar. Al parecer, los bandidos estaban virtualmente derrotados antes de su llegada, pero sus rostros reflejaron el más puro terror cuando vieron surgir del bosque un grupo de guerreros tan equipados y dispuestos a entrar en combate. Aquello los paralizó un momento permitiendo a los recién llegados alcanzar a los bandidos situados más cerca del bosque.

El recorrido se hizo eterno pero al fin llegaron a la posición donde se encontraban sus compañeros. Oliver no esperaba la escena que veía ante sus ojos, ante el yacían 3 cadáveres y a juzgar por sus vestimentas parecían bandidos.

Miro rapidamente para identificar la posicon de sus compañeros, no tardo en verlos ya que estaban en frente suyo. Valoro la situacion y lo primero que hizo fue ir en ayuda de Aran que estaba luchando ferozmente contra uno de los bandidos.

¡¡¡ Aguanta Aran !!! .... Oliver envaino la espada corta para empuñar su espada bastarda para que el ataque fuera mas contundente...

Al ver que Óliver y Äran luchaban contra el último bandido que quedaba cerca, Calypso espóleo torpemente su pony hacia la derecha, en dirección a la lucha que estaba más alejada, entre un bandido y uno de los guardias (Banidido 6 - Guarda 3). - ¡¡¡Voy a ... ayudar a aquél ... guardia de la derecha!!! - Indicó a sus compañeros de viaje. El grito de Calypso sonó entrecortado.

Él esperaba que el bandido huyera atemorizado ante la llegada de nuevos refuerzos. La verdad es que no tenía gana ninguna de acuchillar a nadie... o ser acuchillado. La batalla le desagradaba, y el temor a la sangre, los gritos y las heridas empezó a inundar sus pensameintos mientras se abalanzaba hacia delante.

Cuando por fin llegamos a la posición donde se encontraban nuestros compañeros Nae pudo ver que estos ya habían acabado con varios de los bandidos. La situación ya no era tan complicado como había pensado y Áran y Aeldar estaban realizando un gran trabajo con esos bandidos.

Desde su posición la joven elfa pudo ver como uno de los bandidos estaba apuntando con su arco a Aeldar y no tuvo que pensar ni por un segundo en lo que debía hacer. Tensó el arco y disparó pero se vio que no era su dia...

Thorin vio la cruenta escena a traves de su barba, que con la velocidad de la carrera se le habia subido un poco.A la par que se la apartaba de la cara pudo ver a un bandido(1).Entonces su mirada se encolerizo.Gruño con euforia preparando su hacha Enanil(1d10) y se acerco a el cargando, intentando atacar a su pecho con un barrido en vertical.

La cara de Áran se iluminó con una sonrisa bajo la capucha de la capa. La escaramuza estaba ganada, ahora comenzarían a huir los restos de la banda...

-¡Gracias, Oliver! Ese tipo parecía empeñado en pincharme. ¡Rápido, ayudemos a los demás, no dejemos que escape ninguno o traerán refuerzos!

Áran se dirigió corriendo al carromato y lo escaló, con intención de saltar desde encima sobre otro bandido por sorpresa.

Al llegar a la escena Sigmund vio que la batalla ya estaba decidida, y con ellos allí ya nada podía ayudar a los bandidos. De forma rauda la compañía se situó para ayudar a Áran y Aeldar en la batalla y viendo que ninguno de sus colegas se encontraba en apuros, Sigmund decidió echar una mano a uno de los que parecían ser un guardia del carromato.

Mientras corría con su caballo hacia el bandido con el espadón en una de sus manos, preparándose para lanzar una buena estocada con ambas manos, el guerrero sabía que el movimiento que habían echo tal vez no fuera el mejor "Teníamos que haber continuado, ahora llamaremos mucho la atención, pero en fín... probemos si aun sigo siendo bueno en batalla."

Alzo el espadón al pasar al lado del bandido y descargo un fuerte golpe aunque no muy bien dirigido.

Uno de los guardias (2) hizo frente al bandido arquero que tenía enfrente (8) y con un hábil movimiento logró alcanzar al bandido con su espada produciéndole una grotesca herida. La espada se había internado en el cuerpo del bandido en la clavícula, cerca del hombro, pero la potencia del espadazo fue tal, que el arma atravesó los huesos y se internó en el tronco del hombre dejándole el hombro y el brazo medio colgando y salpicando de sangre al guardia en el tronco y la cara. El bandido cayó al suelo sin vida de inmediato.

El guardia situado en la retaguardia (3) continuó intercambiando golpes con el bandido que estaba frente a él (6), que viendo la situación de sus compañeros decidió abandonar el lugar e internarse en el bosque escapando de aquel numeroso grupo que acababa de llegar al lugar.

El otro bandido que aún seguía con vida (7), al verlo, imitó su comportamiento y se internó en el bosque buscando sobrevivir a aquel encuentro.

Como un alud de nieve los guerreros a caballo se adentraron en el camino y atacaron a los bandidos con fiereza. Oliver fue de los primeros en alcanzarlos y ayudó a Áran en su enfrentamiento con uno de los bandidos (5) blandiendo su espada bastarda y alcanzando mortalmente al bandido rasgando su cuerpo de abajo arriba proyectando un chorro de sangre en dirección al carro de la pequeña caravana. El hombre cayó al suelo herido de muerte soltando su espada al instante.

A su vez, Thorin alcanzó al bandido situado al frente del grupo y le atacó con un ataque vertical de su hacha enanil, alcanzando su esternón y elevando del suelo por instante a su rival que cayó contra las piedras del camino sin vida.

Los dos bandidos supervivientes, viendo la repentina derrota de su grupo abandonaron cualquier intento de pelea y se internaron en el bosque buscando escapar de aquella muerte segura.

Áran saltó desde el carromato al suelo para perseguir a los bandidos que huían.

-¡No dejeis que escapen! ¡Atraerán a más!

 Por mucho que caorría, el bandido le lelvaba la delantera.

Mierda, va a escaparse...

La batalla se había decantado a favor del grupo en una encarnizada lucha que no hizo mas que dejar despojos humanos tendidos en el suelo ensangrentando todo lo que rodeaba a los cadáveres.

Aran dio la voz de ir en captura de los 2 bandidos que habían logrado escapar. Oliver vio que Aran se dirigía hacia uno de los bandidos (6), así que este opto por seguir al otro bandido (7), pero sin suerte ya que este ultimo consiguió evadirse de oliver con bastante astucia.

Oliver cuando vio que era inútil seguir buscando al bandido dio media vuelta y volvió a la zona donde se encontraban sus compañeros, llego con el semblante serio dado que había dejado escapar un bandido y eso no era digno de un paladín como el.

Lo lamento pero el bandido se me ha escapado y no he podido apresarlo. Una vez dicho eso, oliver agacho su mirada avergonzado y no dijo nada mas durante un larto tiempo.

Viendo que Áran salía corriendo tras el bandido a pie, Sigmund decidió correr tras él con el caballo.

-Áran tiene razón! No dejéis que escapen!- Y tirando de las riendas del caballo con fuerza haciendo que este se levantara sobre sus dos patas, el guerrero se puso rápidamente en carrera tras el bandido.

Parece que el caballo respondía como era debido y en un santiamén Sigmund sobrepaso a Áran en cual perdía fuelle y se giró al escuchar el repicar de los cascos del caballo de Sigmund - Todo mío Áran.

En pocos segundos, Sigmund se puso paralelo al bandido a la vez que bajaba su espada con el lado plano y le pegaba con fuerza en la cabeza mientras lanzaba un gruñido - ¡A dormir!. El bandido inconsciente cayó al suelo y tras dar un par de pasas más con el caballo Sigmund bajo de este y cargo al bandido sin sentido en su caballo volviendo por el camino y parando en él para que Áran subiera.

Vamos Áran, sube- le digo tendiendo su mano - Mira que he encontrado por el camino.

Finalmente ambos hombres llegaron al claro con sus compañeros y bajaron al bandido amordazándolo y esperando a que despertara.

Mientras sus compañeros ataban al bandido Sigmund se giraba hacia los guardias, ahora tocaba hablar con ellos y no le gustaba nada la idea de que hubieran visto a su grupo...

Sigmund, encuentras al bandido, tienes que decidir qué haces con él. Puedes matarlo directamente sin necesidad de hacer tirada, apresarlo, interrogarlo, etc.

La batalla parecía llegar a su fin, sólo dos bandidos habían conseguido sobrevivir y Áran dio la orden de perseguirlos. Sigmund consiguió atrapar a uno de ellos de manera explendida. Oliver intentó alcanzar al otro pero no fue capaz, Nae miró al joven y no pudo resistirse a perseguir al bandido...Si lo atrapara, Oliver podría torturarlo si así se siente mejor.

Con la rabia que la joven elfa llevaba dentro por ver la decepción que se reflejaba en la cara de Oliver espoleó a su caballo todo lo que pudo y en poco tiempo fue ganando terreno frente al bandido. Cuando estuvo a la distancia que Nae consideraba segura saltó sobre él y le tiro al suelo propinándole un fuerte golpe en la cabeza y dejándolo semi-inconsciente. Lo agarró por su túnica y le dijo Esto por asaltar a gente inocente-y le dió un puñetazo-y esta otra por entristecer a mi compañero, ahora veremos que quiere hacer contigo...- el siguiente golpe que le asestó hizo que el bandido perdiera el conocimiento del todo.Naedunëa llamó a los caballos, sacó su cuerda ató al bandido fuertemente por si se despertaba y lo subió como si fuera un paquete al caballo, montó en el suyo y volvió a galope hasta el lugar donde se encontraban sus compañeros.

-Aquí lo tienes Oliver, ahora podrás hacer con él lo que quieras, lo dejo en tus manos.-Nae bajó al detenido y lo tiró en el suelo a los pies de su compañero. Echó una mirada hacia Oliver para ver su reacción, esperaba que se le quitase esa cara, no le gustaba ver a nadie así.