Partida Rol por web

El sujeto salió de la nada, presentándose con una imagen extraña aunque humana en apariencia. Su presentación con manos al frente buscaba denotar que no buscaba problemas aunque con individuos que pueden moverse extremedamente rápido o con su mente, no era más que sólo una cuestión de protocolo. Sería una ayuda enviada del cielo o parte de un truco de los profetas?

Necesitaba acceder al ordenador para ver qué más podía conseguir

- Saludos extraño - dijo Quentin tranquilo, sin apartarse de la terminal - Quién eres para hacer dichas afirmaciones? Sabrás disculpar que no podamos ser confiados y recibirte sin sospechas. El centinela es una amenaza demasiado poderosa para dejarla intacta, así que tienes segundos para convercernos de no destruirla...

Sorprendido Djimbo fiijó su mirada en aquella persona que había logrado eludir su oído. Pero no olvidó la pequeña criatura que se encondía tras el pilar.

Así que dejando a QR las presentaciones, se dirigió volando hacia el alienígena escondido. Flotaba ligeramente sus pendido a unos pocos centímetros del suelo. En cuanto lo encontrara cara a cara, lo inmovilizaría con su telequinesis.

Emulando el vuelo del hombre de color ébano, la etérea figura del hombre que se acaba de presentar, parece desplazarse como en una ráfaga de viento, interponiéndose entre Djimbo y su presa.

- Disculparás que no te deje encargarte de mi "amigo" temporal - articulo lentamente, mientras alzo las manos en actitud defensiva, bien lejos aún de la empuñadura de lo que parece una ¿espada? que sobresale sobre su hombro - Su mente primitiva está dominada por mi voluntad... por el momento, y tengo algunos planes para él. No creeríais que se empezaron a disparar entre si por alguna deuda de juego, y que corrieron hacia las granadas pensando que eran regalos de Navidad... su mente es débil, y decidí influenciarles en vuestro beneficio, aunque está por ver si hice bien, ¿no creeis? - hago una pausa, mientras me encojo ligeramente de hombros en un gesto algo mecánico y protocolario. Es casi como si un maniquí hiciera un movimiento que ha repetido miles de veces.

- En cuanto a tus requerimientos - comento dirigiendome al primero que habló (QR) -, no tienen mucho sentido. Mi nombre no te dirá si debes confiar en mi, ni si debes creer mis palabras. Te diré no obstante que me llaman Caîne, y saber los vuestros sería algo reciprocamente agradable - digo mientras elevo la voz para que toda la concurrencia pueda escuchar mis palabras. No parece que alce la voz, el efecto es como si se diera más volumen a un altavoz. Extraño. - No tengo nada que perdonarte, y tampoco espero que seas confiado, ni que abandones tus sospechas. Serías de mente pobre si lo hicieras en este lugar - un gesto leve, que abarca lo que nos rodea -, pero dañar o eliminar a esa criatura, - apunto con un largo índice al Centinela - cosa que no es seguro que podáis hacer, sólo enconara hacia vosotros la atención de Mezzeder, el Profeta que está a cargo de este lugar, y creo que no deseáis esa atención. No hay tiempo para que os explique como se todo esto, o que se del segundo Profeta que se encuentra en estas instalaciones. Sólo cabe que decidáis si querés seguir vuestro camino, - miro hacia el camino norte - hacia los Profetas, y lo que creo que sería vustro fin, probar suerte de donde vengo, con unas puertas del mismo material que el resto de la estructura, - gesticulo hacia la entrada sur - si es que podeis bregar con el Strenium, unos de los materiales mas resistentes conocidos. Yo tengo acceso a otra puerta, otro camino. Si deseáis recorrerlo sois bienvenidos. No me demoraré más. Bien, ¿qué decidís? -.

La chica comenzó a ponerse poco a poco de un color más rojizo de lo normal para una piel humana. Comenzaba a emitir vapor de agua de su propio cuerpo y el calor a su alrededor comenzaba a hacerse palpable para todo el que se acercase demasiado.

La mayoría de prisioneros -vivos- se habían quedado petrificados ante la nueva presencia, Caîne, y cuando este comenzó a hacer uso de sus poderes y mencionó el hecho de que aquella criatura estaba siendo dominada por él, apenas pudieron permanecer tranquilo. Aun así, uno de ellos, que se encontraba junto a la chica, alzó la voz.

-Sea lo que sea, deberíamos de hacer algo por ella pronto. No tiene muy buena pinta, y ya hemos perdido a demasiada gente.

-¿Es él quién.... ? -Vivian no supo decir nada más. ¿En qué estaría pensando?

El humanoide verde abrió los ojos y, súbitamente, regresó a la realidad. Había permanecido desconectado todo este tiempo utilizando toda su concentración en su objetivo: dominar el centinela.

"Me temo" comenzó transmitiendo a la mente de todos los presentes en aquella sala "que no he podido dominar la voluntad del Centinela, pero he de decir algo más. Su mente está ausente, es como si estuviera vacía por completo. Eso no responde a la lógica de los conocimientos adquiridos hasta ahora sobre esta criatura. Parece como muerta, como si el control que ejercieran sobre ella hubiera desaparecido"

Después se fijó en Caîne, ya que hasta ahora no lo había percibido.

"¿Quién es? Puedo verlo, pero no puedo percibirlo. Es como si fuera invisible"

- ... -se encogió de hombros sencillamente -Sólo quiero escapar de aquí, estoy harto de estas cuatro paredes. Respecto a la chica, me da igual se muere, nadie es necesario si es tan débil. ¿Otro camino a la salida? -se volvió a encoger de hombros- Si el loco este dice que es una solución, es mejor que andar a ciegas. 

Mi atención se desvió temporalmente hacia el recién aparecido. No me inspiraba la más mínima confianza, menos aun habiendo expuesto que tenía poderes de control mental. Independientemente de que hubiera logrado dominarlos por la debilidad de sus mentes, tal vez solo necesitaba un momento de debilidad para tomar el control, y entonces su objetivo era que bajáramos el nivel de alarma para que, en cuanto pudiera, hacer que nos matáramos entre nosotros. Hacer que nuestros enemigos se destruyeran entre ellos era solo para ganarse nuestra confianza, pues habríamos vencido de todas formas, aunque quizás con más bajas. Aunque no podía evitar creer que también podría ser de ayuda, pues a simple vista no parecía uno de sus enemigos.

Decidió dejarle la decisión a los que parecían tener mejor capacidad de liderazgo, concentrándose de nuevo en la chica. Estaba caliente, quizá demasiado para que alguien que no fuera yo pudiera tocarla. Eso era una mala señal. Miré al hombre verde.

- Dijiste que sabes hacer magia. Úsala para curarla, por favor.

- Su cuerpo está bien. - Dije a Hi no Kami, refiriéndome a Magma. - Es su poder que está descontrolado.

Yo la había sanado, lo que le pasaba nada tenía que ver con la "salud", en su acepción más amplia, por tanto debía tener que ver con su poder. - Quizá deba alcanzar cierto grado de consciencia para controlar su poder. - Me encogí de hombros por no saber más. De hecho ni siquiera sabía aquello, sólo era una suposición. Lamentaba mucho el estado de Magma, pero casi lamentaba más el no poder hacer nada por ayudarla. Miré entonces a Megabrain. - Si es verdad que puedes hacer algo por ella, por favor, hazlo.

Entonces me centré más en lo que sucedía al respecto de aquel hombre que había aparecido ante nosotros y parecía saber dónde se encontraba la salida. Finalmente hablé directamente con él.

- Pudieras ser una treta de los alienígenas para meternos en una trampa, pero he de admitir que no tenemos un plan, propiamente dicho, para salir de aquí. Así que, por lo que a mí respecta, voto por seguirte. - Miré a los demás y les hice un gesto con la cabeza que indicaba que fuéramos con él, o que por lo menos yo estaba dispuesta a hacerlo, e invitaba a los demás a unirse. Me acerqué a él, en lo que me parecía un caminar lento, pero lo cierto es que me movía al ritmo de trote de cualquier humano normal. - Pero si nosotros estamos tratando de escapar, tú dices venir de fuera. Si has entrado aquí será para buscar algo. Dinos qué es, eso quizá nos ayude a creer tus palabras.

Echo un vistazo a la cada vez más incandescente muchacha, la cual parece desatendida en el suelo, mientras examino de un rápido vistazo a todos los presentes. Señalando al hombre de color (Djimbo), comento - Quizás podrías rodearla con tu campo de fuerza, e impedir que el calor hiera a alguien -, tras lo que me encojo de hombros y me acerco al panel que hay junto al Centinela, a la vez que guío con una mano en el hombro a mi "amigo" dominado.

- Si los extraterraqueos quisieran meteros en una trampa, no estariais hablando sino luchando. En cuanto a tu pregunta, haré algo mejor, os lo mostraré - un mirada hacia el ahora manso soldado, le pone en movimiento, y bajo mi cercana supervisión, pulsa uno de los paneles del interfaz electrónico, esperando un efecto a continuación...

Miro a la cercana mujer que tiene una apariencia que me trae recuerdos antiguos, tras lo que hablo sin elevar la voz, de forma que la masa asustada de prisioneros que estos válidos parecen guiar, no perciba mis palabras - Me temo que aún no hemos visto lo peor de su arsenal, hay un sistema de contingencia llamado Tartarus y puede que lo activéis si persistís en despiezar al Centinela. Desconozco sus efectos, pero no puede ser nada agradable, es vuestra decisión, no obstante... -.

Aquella persona se desplazaba igual que yo, pero su presencia parecía translúcida. Pero lo que mas me extrañaba era no poder escuchar sus latidos del corazón.

Por un momento, pensé que el ser de humo había controlado a esas pequeñas criaturas, pero nadie le había rebatido su autoría. Por lo que si era cierto, el ser delante de el era muy poderoso y peligroso.

Conocía la salida, es mas había entrado en donde nosotros  hacíamos lo imposible por huir. ¿Por qué?... No le dí mas vueltas, dejé de concentrarme en el alienígena pigmeo y le contesté a su sugerencia.

_ Nog segvir de muy, campog de force ser hemicircle. Y temo que su podeg descontrolad poder fundig toda sala. Mas impogtante saber que hacer vos aquí. ¿Por qué quereg entrar? ¿Por qué quereg ayudag?

Mirando al resto del grupo y después al centinela continuó. _ Yo no haserg caso a este demonio blanco, sólo un lunágtico entrag aquí. Destrugyamos sentinel y salgamog por la puegta sug.

Djimbo no se fiaba de nadie, pero al menos del grupo recién formado compartían una vivencia común en los cubos y la lucha en la huida. Por muy buenas palabras, por mucha ayuda que hubiera proporcionado no se fiaría de aquella persona si es que lo era.

"Está bien. Me encargaré de intentar hacer algo por esta señorita. Puede que tarde, pues su dolencia parece poco común. Si es así, seguid adelante. Me adaptaré a la decisión que toméis e intentaré incorporarme lo antes posible"

Entonces, flotando hasta la chica, se colocó sobre el suelo con las piernas cruzadas y, colocando las palmas de las manos en sus propias piernas, comenzó a emanar una fuente mágica de su cuerpo que poco a poco rodeaba por completo a la chica.

-¡Todos hemos visto lo que ese centinela puede hacer y lo que puede aguantar! Si él sabe una salida, ¡deberíamos de seguirle! ¿Por qué nos iba a engañar? Creo que si nos quisieran muertos ya nos habrían dejado morir con aquellas granadas. ¿No visteis como esos bichos se lanzaban a protegernos? Creo que alguien nos ayudaba, y quizás sea él.

-No me fío de ti, hay algo que me... confunde, un instinto, se podría decir. Se me alzan los vellos solo de oírte hablar. Pero es lo que dice Silvia, no tenemos ningún plan. Estamos totalmente perdidos, quizás sea buena idea hacerte caso.

Vivian caminó hasta el centro de la sala, donde la mayor parte del grupo descansaba. Los prisioneros comenzaron a seguirla a ella. Dejaron a sus camaradas caídos junto a Megabrain y la chica que estaba en peligro. No es que no pensaran en darles un entierro digno, pero el peligro de no salir de allí con vida era mayor. Cuando tu pellejo estaba en juego, había que tomar ciertas decisiones importantes.

Se encogió de hombros sin más. Miro con desprecio a los que se quedaban atrás y, con una sonrisa, caminó hasta el panel donde se estaban reuniendo todos.

Después de que la criatura dominada por Caîne presionara la palma de la mano contra el panel digital, una proyección holográfica del rostro femenino que usaba la Inteligencia Artificial de aquel bastión apareció sobre este. Se dedicaba a mencionar en voz alta el texto que, simultáneamente, aparecía escrito en el panel junto a un teclado digital.

>>Panel de Acceso activado.

>>Se está haciendo los preparativos para abrir la Cámara del Conocimiento.

>>La Cámara del Conocimiento se abrirá durante 1 minuto para permitir su acceso a los visitantes. Tras esto, se cerrará herméticamente de nuevo. Solo tras la comprensión y aceptación de la lección escondida en los Muros del Vacío se podrá salir. 

>> ¿Acepta?  ( Y / N )