Partida Rol por web

Oktael aceptó el vino del soldado y apenas mojó sus labios con aquél vino. Tratando de no exponerse como uno de los intrusos

- Yo los hubiera degollado ni bien los capturamos...- hizo una pausa para volver a mojarse los labios, simulando compartir aquella bebida con los soldados.-... pero han demostrado ser efectivos. No descarto que apenas cumplan su misión, el General termine con todos ellos...- finalizó mientras le devolvía el vino.

-Lord Ahrem, Lord Bertram. Les estaba buscando. Disculpen mi rudeza, pero quiero saber cómo proseguiremos con nuestra meta en general. Entiendo que ha pasado poco tiempo, pero de tantas misiones suicidas con Alfred, pienso que debo tener alguna idea de en lo que nos estamos metiendo.

Mire fijamente a Lord Bertram, ya que el demostraba tener más temple que Lord Ahrem, aunque éste era más humilde. Ambos hermanos eran nobles respetables, y sabía que cumplirían su palabra. Sin embargo, ya había pasado cierto tiempo, por mi lado había hecho amistad con aquellos que yo creía respetables y podrían ayudar en esta misión.

Tras llegar a la tienda, Pólux no lo dudó ni un instante antes de arrodillarse junto a la camilla de su amigo. Allí le costó un tanto contener las lágrimas, algo que no había hecho desde que era un zagal, y no pensaba hacerlo ahora, por mucho que le costara...

Se alegró de ver que respiraba, pero no osó decir nada por si eso perturbaba la paz de su sueño, simplemente se quedó pensando "¿por qué no vista venir la reacción de Alfred amigo mío? sabes de sobra que esa flecha debía haber sido para mí..." 

-Recupérate y vuelve con los vivos compañeros, este grupo está perdido sin tí -dijo finalmente en un leve susurro apenas audible.

Acto seguido se levantó y le dijo al médico del lugar:

-Si se despierta, ¿puedes decir que su amigo Pólux estuvo aquí para ver cómo estaba? -expuso únicamente esperando que el galeno tuviera en cuenta su petición.

Finalmente se volvió a su tienda, la cual instaló un tanto alejada del grupo principal y se dispuso a dormir, pues el día siguiente requeriría de todas sus energías, y ahora que Varen no estaba, aún más si cabe...

Observe con cierto despojo de ira y frustración al ser abatido por el curtido soldado, pero, ¿Qué sentía realmente? Era un brebaje, un ponzoñoso brebaje de odio por perder y el esbozo del soldado por decirme, de buena voluntad, que debía mejorar. A fin de cuentas en este mundo hay más patanes además de mi persona.

-¡Has de ser!...-Me guarde un frívolo insulto insistido por mi orgullo tenaz- Es…¡Tú no eres….!- Volví a parar el gemido, esta vez por el dolor de un golpe encajado en el estómago – Quien te crees que eres para decirme mis defectos…

Pero, ¿Y si este soldado tenia razón? No era una completa ida de mente pensarlo, y en efecto mi postura de ataque no era la cosa mas efectiva aunque su brutalidad era digna de reconocimiento. Trate de levantarme con la fuerza que me quedaba, paso a paso y apoyándome sobre un tronco. Tras esto, exhale algo de aire y recupere la compostura.

-Y entonces, si tanto habláis sobre la defensa, dame al menos una pequeña demostración de tu arte…

Sin duda, mi voz se cubría por la rabia, el cinismo y sobre todo, el afligido sentimiento de que el hombre tenía la razón.

Ahora que estamos fuera del grupo de Alfred, de forma oficial, podemos terminar con esta misión y regresar a Roland, de una vez por todas.

Esperemos lograr cumplir esto, nomas. 

Bertram se rascaba su barbilla detenidamente.

No hay mucho más por hacer ahora. No nos dejarán abandonar el campamento sin hacer esto primero. Cuando lo logremos, nos marchamos a Roland.

No lo sé, me parece una estupidez que los mande a ellos a un trabajo tan arriesgado. Está bien que quiera no arriesgar más vidas de sus hombres, pero ¿y si matan al noble que necesitamos rescatar?

Por supuesto, dejaré tus saludos para él. Lo cierto es que está muy grave. La flecha, al parecer, estaba envenenada.

No quiero ser pesimista, pero quizás esté muerto para cuando vuelvas.

El soldado sonrío unos instantes. Sabía que Charles estaba enojado, pero admitir que necesitaba algún consejo, conformaba al viejo instructor.

Este le mostró unas poses para contrarrestar ataques.

Cuando alguien, como podrías ser tú, te ataca de forma frontal, realizas una maniobra así.

Este le enseñaba algunos movimientos básicos para esquivar los golpes, quedándote en una posición estratégica para devolver el golpe al adversario.

Así estuvieron casi media hora.

Oktael pensó muy bien su respuesta antes darla

- Creo que es un riesgo que hay que tomar. Si matan a ese noble, sus vidas valen menos en las manos de nuestros enemigos que en las nuestras. Si nuestros enemigos no lo matan, lo haremos nosotros.- hizo una pausa para que el guardia lo escuche mejor. El siguiente paso debería darlo con mucha precaución.- El asedio tiene su precio en oro también me imagino. Cada día que pasa son cientos de bocas que alimentar. Imagino que hasta los mismos esclavos comen como condenados!- escupió al suelo con desdén.- A veces siento que son demasiados, no así las esclavas...- dijo profiriendo una carcajada y dándole un leve golpe en el hombro al guardia para que se uniera en su risa.

Los guardias se echaron en risas y chocaron sus vasos de alcohol.

La cosa se veía muy animada, ciertamente.

Uno de los guardias se puso de pie y se esforzó por poder hablar.

Bien, yo no sé ustedes, banda de pringados - riéndose - pero me surgieron ganas de visitar una esclava. Si me entienden.

El guardia se dirigió a dónde yacen los esclavos.

Los demás siguieron bebiendo, hasta que se terminaron yendo para dormir.

Pólux escuchó aquellas palabras como si fueran un poderoso golpe justo en la boca del estómago, agradecía la sinceridad de aquel hombre, pero en aquellas horas bajas esa información le sentó bastante mal. Sin embargo alcanzó a decir:

-Agradezco la sinceridad... -dijo sin saber muy bien que añadir- si no os importa quiero pasar la noche aquí, junto a mi amigo, si está en sus últimas horas quiero estar junto a él -expuso con la esperanza de que el regidor de aquel lugar le permitiera tal gesto- ¿tenéis algún sitio sobre el que pueda echarme? -concluyó pidiendo alguna manta o un catre en deshuso que pudiera usar.

Sentí como mi ansiedad disminuía por aquella noticia. Al fin esta espera acabaría, una vez acabada la misión. Suspiré aliviado al ver que los hermanos Weinmann cumplían su palabra, sin embargo, una inquietud rondaba por mi mente.

-Gracias a Dios. Siento que estaba esperando mucho por oír esa respuesta. Lo mejor sería que acabáramos con la misión entonces, sin embargo, aún quedaría algo por hacer. Si entro a Roland, mi apellido traerá muchos problemas. Tal vez haya una manera de desaparecer, de esta manera ninguno de ustedes serán culpados por algún noble idiota por aliarse con el enemigo, y el nombre de mi familia no será mancillado, al menos más de lo que ya está por culpa de los de Vincenzo. Luego podríamos encontrarnos en un pueblo cercano, una visera baja bastará ¿Os agrada la idea?

Aquellas batallas contra Roland seguramente me habrían granjeado algunos enemigos. Tal vez no tanto por las batallas, sino por mi apellido, que tenía siglos luchando contra Roland en la frontera. Algunas personas pensarían en tomar venganza, por lo que lo mejor sería ocultar ese hecho una vez estemos en Roland

Me sentía claramente demigrado, reducido a un pequeño infante aprendiendo las bases de la cosecha. Ir paso a paso por algo que, para otro experto sería basico, era una total desgracia, era una sensación que diluia en perfección humillante al orgullo. Pero no podia negar, como buen arrogante vencido en palabras y golpes,  que la práctica habia sido por lo menos de experiencia grata y dicho de la manera mas denigrante para la soberbia, educativa. 

-Viejo... ¡Sois un bastardo!. Solté agotado por la práctica constante de posturas defensivas, soltando un insulto de ambigüedad pendiendo entre agradecimiento o maa bien molestia.-Mirad que yo, tan admirable guerrero me vea forzado por Odín a devolverme a mis raíces y practicar una defensa... ¡Que bajeza para mi prestigio! 

Pero lo cierto era que mi figura no era ideal para aguantar un golpe certero de un mastodonte y una masa de hierro con filo. Era de mayor provecho y placer aprovechar la periferia de las posturas en defensa y desviar con la gracia de una garsa los ataques enemigos, un baile de fintas y roces ligeros era lo ideal. Ahora, mi deber con la habilidad adquirida era exprimir su liquido como a un fruto de árbol jugoso en la boca. 

-¡Entonces deberemos poner en práctica mi imperdible e innovadora nueva habilidad! He de decir lamentable roble milenario, que tendré que probarla de nuevo contra algo que se mueva, y en este caso quiero retar una revancha. 

Oktael fingía camadería con aquellos hombres. Al parecer, había conseguido congraciar con ellos. Uno de aquellos guardias, muy borracho por lo que parecía, se iba a dirigir directamente donde se encontraban las "esclavas". Reprimiendo el dolor que aquellos modismos le provocaban, Oktael lo siguió en silencio, para encontrar a estos "esclavos".

En caso de ser descubierto por este guardia, fingiría que también va en busca de una esclava, y con eso se soucionaría el inconveniente. 

El soldado miraría con cierto desaliento a Polux. Se veía algo afectado por lo acontecido.

Terminó asintiendo y le dejó una manta donde podría echarse al suelo, cerca de Varen.

No creo que vuestro apellido cause muchos problemas... No acusamos a los soldados leales, en Roland. Tenías un bando y luchaste de forma justa y honorable por él.

Debemos felicitar ese compromiso, no aborrecerlo.

De cualquier forma, si es tu deseo, lo haremos de la manera que más desees.

Oktael recorrió el campamento de forma calmada, mientras seguía al soldado borracho. Este lo dirigió directamente a dónde estaban las esclavas.

Era un sitio apartado, con tiendas de campaña que formaban en un circulo, como creando un circuito que cerraba el acceso. En comparación a la estructura abierta que tenían las demás instalaciones.

Allí habría una gran hoguera en el medio. A su alrededor, decenas de jaulas que encerraban mujeres en el recinto.

No había niños, tampoco hombres. Todas mujeres. Jóvenes. No había ninguna anciana.

El borracho soldado abrió una de las jaulas para tomar a una mujer. Esta gritó de miedo, y el hombre empezó a abofetearla hasta hacerla callar. Llorando, fue llevada hasta una tienda de campaña.

Hay varios soldados alrededor, custodiando.

Con gusto...

El viejo tomó su espada de madera, y se puso en guardia. Comenzó a medir a Charles con cuidado.

Veremos si consigues aplicar lo aprendido, en una batalla real.

Oktael sentía que la bronca le quemaba su cuerpo por dentro. El campamento estaba muy bien protegido por los guardias, pero ahora él era uno de ellos. Pasando entre los soldados, los saludó con una pícara sonrisa, mostrándose lo más lascivo posible. Intentó poner cara de degenerado y siguió camino.

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Si algún guardia intenta detenerlo, Oktael se vuelve hacia él animosamente.
- Amigo! Necesito un descargar un poco! Será rápido, lo prometo! A muchas de estas... mujerzuelas les hace falta cada tanto un poco de acción de la buena! jaja no te parece amigo?-

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Si nadie lo detiene, o el guardia deja pasarlo, Oktael se dirige al centro del campamento, buscando desesperadamente a su mujer o a su hija. Sentía que el corazón gritaba más fuerte que cualquier otra cosa. Su pulso acelerado marcaba el ritmo de sus pasos. Ya no le importaba nada, se sentía ahogado en un desierto, perdido en una brújula, conmocionado hasta los huesos. Si tan solo pudiera salvar a su familia...