Partida Rol por web

El mercenario asintió con agrado al ver el compromiso de su nuevo fiel amigo, sin embargo, manteniendo el tono en voz baja le pidió prudencia, pues aunque él mismo no se consideraba como alguien paciente, el plan lleva mucho tiempo cuajándose y ya Varen lo convenció en su momento de que era mejor esperar, y por ello decidió imitar a su amigo ahora con el joven caballero:

-No, yo pensaba como tú, que lo mejor era la vía rápida y punto, pero afortunadamente Varen tiene más cabeza que yo, y me dijo algo que es muy cierto, si eliminamos a Alfred usando la fuerza sólo ganaremos enemigos y gran parte de la compañía o se disuelve o nos intenta eliminar a nosotros como venganza y en ese caso seremos incluso peor que él ¿lo entiendes verdad? -dijo esperando que su compañero lo viese al igual que ellos- tenemos que esperar que cometa un error, que pierda parte del favor de sus hombres, y en ese momento actuaremos, no creo que tarde mucho en llegar... -dijo con una sonrisa sincera como quitando hierro al asunto y que el maldito Ruffalo dejara de sospechar, acto seguido volviendo a interpelar a William y con claro agradecimiento en su voz continuó diciendo- y me alegra que pienses en mi para el mando, pero es un puesto que me viene grande, ya me conoces, soy un hombre de acción y simple, ese puesto es para Varen, él si que sabe ver cosas que a tipos como yo le son imposibles, es más, muy probablemente no estaría aquí si no fuera por la inteligencia de mi compañero jajaja -reía sonoramente como quien habla de cualquier tema vanal con unos amigos a la vez que palmeaba amistosamente la espalda del capitán mercenario, para que así el gigante dejara de espiarles- ahora volvamos al tema que nos ocupa amigos míos... -dijo a la vez que se encaminaba hacia el recién llegado.

Pólux vio entrar al tipo que faltaba de los nuevos, al cual, a decir verdad, jamás pensó que volvería a ver, por ello, con su vozarrón y su tono jocoso dijo en alto al verlo:

-¡Vaya! yo creía que ya te habrían devorado los cuervos jajaja -reía sonoramente- bueno, mejor tarde que nunca; aunque una cosa debes tener en cuenta, no te pongas muy cómodo que partimos de inmediato, tenemos una nueva misión, rescatar a un noble que al parecer está asediado en su castillo, así que controla tu codo porque os necesito al cien por cien, ¿entendido recluta? -dijo en tono serio, con una mezcla de precaución y tono imperativo.

– Me hago viejo o tal vez es por los días de viaje ¿pero este grupo de mercenarios no tenía otro líder? En cuanto a lo de rescatar nobles, si pagan pues bien, pero ya me cansé de hacerlo gratis. 

-El líder hablará contigo cuando lo estime oportuno -dijo con cierta dureza pues no le gustó el tono del recluta- mientras tanto dirígite a mi o a mi compañero Varen y ten por seguro que estas órdenes son del jefe así que más te vale no volver a cuestionar la cadena de mando recluta... -dijo dejando clara su postura- en cuanto a la misión, según me han informado nos pagarán bien, pero sólo si sigues vivo jajaja -dijo riéndose de su ocurrencia- cosa que va a estar muy difícil -concluyó a la vez que le advertía de la peligrosidad de la misión.

-Sir Lucas, cuánto tiempo sin verle. Tuve segura su espada y escudo, en cuanto regresemos, me encargaré de devolvérsela. Sabe que ocurrió con nuestra misteriosa amiga?

Le extendí la mano a Sir Lucas, esperando a que éste la recibiera.

-Pólux, Sir Lucas posee cierta habilidad en combate, por lo que su ayuda en esta misión tan peligrosa convendría.

Miró a William. Si era sincero era al único que se alegraba de ver vivo. – Gracias, si las necesitas puedes quedártelas, conseguí equipo nuevo. Con respecto a Sombra nada desde que nos separamos en la casa.

Se dirigió a Pólux – Haya paz, seré un buen soldado, sólo me interesaba por las posibles bajas al ver que falta gente aquí.

Decidió que lo mejor era contarlo todo, ya que iban a continuar juntos – Aunque quizás después de lo que voy a contaros no queráis que esté aquí.

– Me apresaron, durante días me torturaron y supongo que la intención era matarme; pero dios me debe un par de favores al parecer. El guardia que me dejó participar en el torneo dijo que era noble de no sé donde y eso les hizo dudar. lo aproveché, les dije lo que querían escuchar sabiendo que ya estaríais lejos de donde habíamos quedado y al final me dejaron libre. Me ha costado despistar a sus espías antes de seguir vuestros rastros.

Bebió de la jarra y los miró – En fin, supongo que ahora que os lo he contado me toca cabalgar de nuevo solo. 

Entre a la posada casi sin ánimo. La ballesta a la que fui a buscar estaba en exceso oxidada y sus cuerdas a un paso de romperse. Una lástima me invadió, pero una idea nueva ocupo el sentimiento ¿Cuanto costaría una ballesta decente? La paga como mercenario almenos había dejado dinero. Le resultó curioso volver a ver a Lucas, aunque como Polux, pensé que alguna bestia salvaje u otra en traje le había devorado. 

-Ella debe de estar ocupada en su oficio, si no es que fui el único que dedujo sus ropajes-Comentaba refiriéndose a sombra- Me temo que tarde o temprano volveremos a verla... ¿Se le llama destino a eso, no es así? 

Tras ir en busca de una jarra de vino y volver, escuche sin casi ánimos la última oración de Lucas. 

-¿Así que ahora nos deben de seguir el rastro? Tarde o temprano lo irían a saber, aunque ganamos tiempo de sobra para que olviden el asunto. Me da igual si estas aquí o no, tarde o temprano moriremos, ya sea de manos de los nobles perros o en este trabajo. 

Ahrem estaba en la mesa bebiendo cerveza junto a su hermano. Estos se quedaron afuera de la conversación. Cuando Polux comunicó que debían marcharse pronto a nueva misión, simplemente se limitó a suspirar.

En esos meses, Ahrem se había convertido en un guerrero un poco más experimentado que al principio de viaje. Ya tenía mejor uso de técnica y se había vuelto un poco más ágil. Contrario a tal avance, Bertram estaba más extraño y paranoico.

A menudo se recluía solo, se negaba a hablar con los demás, se lo veía a las altas horas de la noche quizás merodeando por los alrededores, entrenando, hablando solo. Nadie sabe bien que demonio se le metió en la cabeza. Pero sin dudas lo estaba consumiendo.

Finalmente, Lucas entró a la posada y arrojó una bolsa a los pies de Ahrem. Decia que era un regalo para este.

Abrió la bolsa y luego terminó arrojandola nuevamente al suelo, alejandose unos cuantos pasos. Este comenzó a tener arcadas muy fuertes, por lo que se acercó de forma brusca y torpe a un barril, para acabar vomitando dentro del mismo.

Te acercas a la bolsa y puedes ver el contenido. Era la cabeza de Astrid, la vikinga que todos habían conocido anteriormente. Putrefecta y podrida, pero apenas distinguible aún. El olor y la peste era increible, y sin dudas hasta al hombre más experimentado le causaría mucho horror y asco.

¡QUE CARAJOS! ¿¡QUÉ PASÓ!?

Oktael estaba en una mesa lejana a la de los demás. Estaba solo, meditando. Se tomaba de la cabeza con cierta preocupación o tensión en su cabeza.

Quizás era el hecho de estar en una ciudad del reino de Lumen. Este reino se caracteriza por tener la venta y trata de esclavos de forma legalizada. Oktael era un esclavo, que fue comprado por un hombre que lo trató muy bien en Pulkria, practicamente dandole su libertad. Pero su familia no tuvo la misma suerte. No había día alguno que Oktael no pensase en su mujer e hijo. Y allí estaba, en Lumen, después de tantos años. ¿Cómo no pensar en el hecho de que buscaba dar con el paradero de ellos? ¿Cómo hacer para escaparse unos días, para averiguar al respecto? ¿Y si sus dioses fueran lo suficientemente gentiles con aquel pobre hombre, y les dejara la posibilidad de volver a encontrarse? ¿Qué no haría él, por algunos cuantos minutos por aquellos que jamás olvidaría en su alma?

Finalmente ve entrar a Lucas, y este se sorprende. A estas alturas ya lo daba por muerto. Se horroriza al ver la cabeza de la vikinga que en su momento trató de ayudar. Se aleja un poco para respirar, ya que por un momento, se imagina que así podría acabar él mismo.

– Pasó lo que pasa cuando un noble olvida que está en campo enemigo. Ella al igual que vos pensó que era buena idea enfrentarse a un noble en sus tierras – esperó las reacciones de los demás – en su caso tiene sentido ya que su gente quiere morir con la espada en la mano. Aprended rápido señor porque vuestro enemigo, como veis, no se anda con tonterías.

Se sentó en la mesa y pidió algo de comer.

Bertram no se había inmutado demasiado cuando vio la cabeza cortada de Astrid. Sintió asco, claro, pero no más que esa sensación repugnante.

Contrario a ello, pensaba como es que le habian capturado y logró salir.

Es una enseñanza buena, hermano mío. Deberías escucharlo.

Pero ahora, tu deberías escucharme a mi. ¿Cómo es que te liberaron? ¿Por qué? Quiero saber la verdad.

–Ya os lo he dicho. Les conté lo que sabía consciente que con el tiempo que había pasado ya no estaríais en el lugar de contacto. Todo encajaba con lo que ellos ya sabían. Les hice ver que antes de coincidir en la posada ni nos conocíamos por lo que no os debía ninguna lealtad. Luego la confusión del guardia sobre que yo era un noble de otro país y una promesa de entregaros si os encontraba fue suficiente. Supongo que sin la confusión ahora estaría muerto.

Dio otro trago a su jarra .y se limpió con la manga de la camisa – si os doy explicaciones es por pura cortesia de mercenario a mercenario pues nuestro trato terminó cuando llegasteis a Lumen. ¿verdad camarada mercenario? – le respondió a Bertram.

A Pólux no le gustaba ni un ápice lo que aquellos tipos hablaban a viva voz. Miró a William un tanto enfadado por no ponerlo al día sobre aquello, aunque no parecía algo que le afectara de lleno, si podía afectarle a la compañía y eso si debía notificarse. Por ello le habló al tal Lucas:

-No me gusta ni un pelo toda esa ristra de enemigos que traéis detrás vuestra, y quita la cabeza de esa puta antes de que haga que te la tragues ¿entendido? -dijo el capitán pues no pensaba tolerar aquellas muestras de violencia que lo único que conseguían era poner nervioso a los soldados- poco me importa sobre quién os persigue y porque, pero una cosa sí os digo, más os vale que esa gente no me toque las narices u os despacharé a todos a la más mínima ¿me he explicado bien? -dijo con su mirada dura a los nuevos, exceptuando a William, al cual sí consideraba uno de los suyos.

La situación se ponía más y más peluda conforme avanzaba. Lo tenso se alzaba y me inquietaba el resultado. ¿Era buena idea enfadar al mastodonte de Polux? Lo cierto era que el tenía almenos un derecho a saber que diantres ocurría en nuestro pasado, pero a su vez no le incumbia nada de lo que nos hubiese ocurrido. Lo inquietante era la vaga historia que había relatado Lucas ¿Quien se creería tal incoherencia? Que le liberasen así porque si y con una coartada tan dudosa... ¿O es que yo me estaba equivocando?. 

-¡Bah! Una lastima que haya caído, puesto que almenos dio un buen combate en los días del torneo-Comentaba con una singular melancolía dirigiéndome a la cabeza cortada. 

-Pues si es que la coartada de Lucas les ha distraído, he de suponer que ahora hemos salido de su campo de visión... ¿De que deberíamos de preocuparnos ahora? ¡Venga Polux, que los susodichos enemigos han quedado como espectros de un pasado! Aunque os he de ser sincero, clavaria mi cimitarra en aquellos perros si tuviese la oportunidad...

-Pólux, necesito un momento.

Llamé a Polúx por separado, para explicarle levemente acerca de la situación que se nos había presentado meses atrás, con la intención de revelar lo sucedido...

-¿Escuchaste acerca del torneo de Banderlei? Nosotros participamos. El hijo de los De Vincenzo, también participó. Después de la primera ronda, decidieron que eramos una amenaza, por lo que intentaron acabar con nosotros. Tuvimos que huir, ya que la familia de Vincenzo cuenta con gran poder en toda Pulkria... Creo que ya deberían haberse olvidado de nosotros, sin embargo, aún deseamos venganza, o al menos, eso es lo que yo deseo.

Pólux había demostrado ser una persona de confianza, y un hombre que no se dejaría llevar por el dinero. Seguramente los de Vincenzo mantenían una recompensa por nuestras cabezas, pero estando en Lumen, ellos ya no tenían tanto poder...

El mercenario respondió al joven Charles, en un tono un tanto más despreocupado diciendo:

-Más os vale que esos enemigos se queden el pasado, no quiero más inconvenientes de los que ya tenemos encima- luego dirigió una mirada al grupo de nuevos reclutas y les dijo en referencia a lo haberlos usado para escapar de Pulkria- eso sí, una cosa os digo, no tengo inconveniente en que nos hayáis usado para escapar de vuestros enemigos, pues la mayoría de nosotros está aquí por cosas similares, pero una cosa debéis tener clara, ahora pertenecéis a nuestro grupo, y sólo podéis abandonarlo con la muerte o cuando todos seamos inmensamente ricos -dijo con una media sonrisa destacando lo imposible que sería que eso ocurriese- así que tenedlo claro... -concluyó esperando que eso apaciguara cualquier intento de deserción de los reclutas ahora que ya eran "libres".

Luego se volvió hacia William y se dispuso a decirle algo en privado.

El capitán asintió en gesto de amistad a su compañero y le dijo a William en tono comprensivo:

-Me alegra que me lo cuentes amigo, esos putos nobles siempre están dando por culo... -dijo a la vez que negaba y maldecía internamente a todos los señoritingos de la tierra- eso explica la fama que tiene... -expuso en clara referencia a que el supuesto prestigio que tenía ese cabrón de los De Vincenzo era sólo fruto de actos deshonrosos como ese- sin embargo, y aunque ya sabes que Varen y yo seremos los primeros en defenderte contra ese hijo de perra si es necesario, sabes que ahora estás en la compañía, y el jefe no verá con buenos ojos dicha venganza -dijo advirtiéndole de que no mostrara dicho deseo en su persona- por ello, te pido que te quedes con nosotros, y en el momento en que haya un cambio de "organización interna" -dijo esperando que el caballero entendiera a qué se refería y que no podía ser nombrado en público- estoy seguro de que tendrás tu oportunidad de venganza, sólo que ahora respaldado por una compañía de guerreros jejeje -dijo riendo amistosamente esperando que la ayuda mutua que se prometían tranquilizara los deseos de venganza del joven.

Sin dudas, no queremos más problemas en esta compañia. Dios sabe que ya hemos tenido suficiente de eso.

Todos tenemos un pasado, pero aquí estamos para escribir el futuro.