Partida Rol por web

Al escuchar la mención del conjuro, Leila sonríe, divertida, mientras niega ligeramente con la cabeza.

Yo no dije que no supiera donde se encuentra, sino que está reunido con Lucius, y que por lo tanto, eso es un problema para vosotros. - vuelve a tomar la palabra, sin perder la sonrisa ni apartar la mirada del mago, quien se le ha acercado ligeramente. - Y lo que iba a decir, es que quizás podríais reuniros en el mismo lugar con él. - Leila alza su mano, adelantándose a cualquier interrupción, y tras meditar unos instantes como seguir explicándose, retoma la palabra.

A ver si me explico. Lucius y él suelen reunirse un edificio cercano a la biblioteca, un lugar neutral, como lo llamáis vosotros. Es una casa de dos plantas, abandonada, que ni los hombres de Aelyn ni el propio Jelani, gobiernan o controlan. Sencillamente la tienen para sus reuniones y nadie más entra nunca, ni siquiera los vagabundos o mendigos de la ciudad. El mismo Solkan la selló mágicamente, y solo se puede acceder cuando Jelani y Lucius se reúnen, por lo que ninguno es capaz de hacerlo por su cuenta para ningún fin. -  Leila os observa unos segundos, asegurándose por vuestras expresiones que la habéis entendido, y para acabar, formula su propuesta. Si queréis, podemos presentarnos allí justo antes de que Jelani se vaya pero después de que Lucius lo haga, que suele hacerlo unos minutos antes. Mientras Jelani esté dentro podréis entrar y eso, sin duda, será una sorpresa para él. Además, claro, que os asegura un lugar limpio de trampas así como de enemigos, pues Lucius y él siempre se reunen solos.

Lo joven asiente y vuelve a sonreir, aunque ahora orgullosa de su idea. ¿Que os parece?

Murdock sonrie, como un lobo hambriento, en pleno invierno y bajo la nieve, observando una madriguera llena de nutrias que acaba de encontrar.
Me parece bien. Dijo calmadamente, mirando a sus colegas. Es un buen plan Leila. Y me sentiría tranquilo conversando con Jaleni en un lugar asi.

la propuesta de Leila no está mal sino fuese por un pequeño detalle, "Lucius", guardo silencio escuchando a Murdock asentir a ella.

Mejor sería que nos fuesemos al bosque de una vez, cada minuto que pasamos aquí nos exponemos más y más al peligro de ser descubiertos.

Guardo todos mis pensamientos para mi misma no sin ganas de expresarlos en voz alta, el mago al parecer tiene una vendetta personal y es el único que puede llevarnos al bosque, pero que me aspen si por ello nos permitimos perder a Zenram u Skrai, no parece o no quiere darse cuenta de lo que se puede perder a causa de su egoismo.

Vaya, parece que al final no es imposible eso de un lugar neutral, ¿no? - espeta el guerrero, empleando un tono sumamente desconfiado e irónico, como ha hecho hasta el momento cuando ha intervenido en la conversación, ante la propuesta de Leila.

Sigo sin creer necesario que corramos ese riesgo. Insisto, lo que deberíamos hacer es largarnos de esta ciudad. - agrega, enfatizando sus palabras con la expresión, desafiante, de su rostro.

Quedando Dae y Ugluk por pronunciarse, el guerrero mira primero al drow, Ese bobalicón ha caído bajo el embrujo de esa mujer y no es capaz de ver nada. y después a su amada, en quien mantiene la mirada en busca de apoyo.

El razonamiento de Zenram es el más lógico y cuando me mira asiento a sus palabras, y cuanto antes deberíamos irnos, hace ya tiempo que tendríamos que estar en camino, recrimino al mago, recuerdas cual es tu deber mago?, lo prometiste ante mis hermanas, comento para hacerle recordar sin pronunciar más nombres de los debidos ante Leila y miro a ugluk buscando también su apoyo para salir cuanto antes, o que decida quedarse.

A mi personalmente,me parece interesante hacer una visita a ese tal Jaleni.DIgo observando a Murdock.

Pues bien. Dice Murdock dando una palmada suave en el hombro de Ugluk. Haremos esa reunion...despues de todo, no serán en vano los problemas que le causamos y le causaremos quizas a Stend. Murmura.
Ademas, si nos vamos tendrian que separarse, y creo que recien están conociendose. Agrega mirando a Leila y al explorador.
Sacudiendo la melena pelirroja, se dirige por ultimo a Zenram y a la bella drow.
Si quieren, pueden esperarnos en alguna posada, pero seré sincero...me gustaría que vinieran con nosotros, y ya desde ahi podriamos iniciar nuestro viaje...
Leila....¿cuando es entonces esa reunion?

Vista las distintas opiniones, Leila se mantiene callada mientras cada uno da su opinión, y solo cuando el mago se dirige a ella, vuelve a alzar su voz.

Como he dicho, no depende de mi, sino de cuando Lucius decida poner fin a la reunión. - responde, y encogiéndose ligeramente de hombros, agrega. - Pero, por la experiencia de otras ocasiones, me atrevería a decir que deberá ser esta tarde, seguramente a última hora.

Ofrecida la respuesta, la joven vuelve a miraros, y quizás llegando a la conclusión de que la conversación está a punto de llegar a su fin, decide ponerse en pie. De nuevo, su actitud es firme y decidida, como desde que descendiera las escaleras apenas hace unos minutos.

Bien, si venís todos o no ya no es cosa mía, eso decididlo vosotros. - vuelve a hablar, mientras se alisa los pantalones con un gesto, instintivo, de su mano. Como sea, no sabré la hora con seguridad hasta esta tarde, por lo que tenéis tiempo hasta entonces para hacerlo. Si deseáis esperar aquí hasta entonces, sois libres de hacerlo. Hay comida en la cocina. En caso contrario, nos vemos aquí a media tarde.

Finalizada su propuesta con respecto a su casa, Leila se acerca a Ugluk, a quien besa suavemente en los labios antes de alzar su mano a modo de despedida para el resto. Ah, y no malgastéis energías en rebuscar por toda la casa, no hallareis nada importante o de valor. - apuntilla, antes de dirigir sus pasos a la salida, confiada en que nadie se opondrá.

El guerrero, al ver como Leila se pone en pie, abandona su posición detrás de la silla de Dae, y alerta, persigue, con su mirada, los movimientos de la joven de blanca piel mientras atiende a sus palabras, mostrando su desacuerdo en su agriada expresión. Finalmente, la deja partir sin hacer o decir nada.

Si no fuera porque necesitamos al mago para entrar en el bosque, los dejaba a ambos aquí y ahora.

Cabreado, y lejos de esconderlo, Zenram guía su mirada a ambos, Murdock y Ugluk, y acto seguido, Bah!! Mierda! - se vuelve, rendido ante la necesidad de tener que esperar al primero de ellos para poder partir con un mínimo de esperanza.

No tengo ninguna razón o necesidad de ir a ese lugar, Murdock. - afirma tras unos segundos dedicados a templar su enfado y tomar una decisión. Es una maldita trampa. Esa mujer, Leila, el tal Jelani o el maldito Lucius, ¿no os dais cuenta? - continua, alzando sus brazos al cielo en un claro gesto de desesperación. - Son.. todos ellos son... son nuestros enemigos. No os dejarán salir con vida de ese lugar.

Con un largo y profundo suspiro de resignación, el guerrero se deja caer en una de las sillas, con su mirada clavada en el suelo. Por primera vez, Zenram parece superado por la situación, y sus palabras no dejan lugar a dudas al respecto.

Os esperaré hasta la medianoche, luego abandonaré este pueblo, hayáis vuelto o no. - sentencia.

Murdock deja partir a Leila, pero una vez se ha marchado se acerca a Ugluk y le susurra.
Se que confias en ella, pero...me gustaría saber a donde va...espero que no avise a Lucius o a Jaleni de nuestro plan.

Una vez Zenram avisa que no irá, el mago mira a Daenerys con la esperanza de que la drow no siga sus pasos. Seguramente, si ella viene, el guerrero lo hará tambien.

¿A donde vas?,le pregunto a Leila antes de que se vaya.

Leila sale por la puerta sin que nadie se lo impida, salvo por la mirada de Zenram parece que nadie más esté en desacuerdo, al momento Zenram habla diciendo que no accede a ir al encuentro, uffff, un leve suspiro escapa de mis labios al escuchar su respuesta.

Murdock me mira buscando quizás mi apoyo, niego con la cabeza, Zenram tiene razón, no conoceis a Lucius, sólo que os vea no se lo pensará dos veces os matará, realmente lo arriesgarás todo por ese Jaleni, si esa es tu decisión sea, como dice Zenram, si a la medianoche no estáis aquí iremos al bosque ese aún a riesgo de perder a Skrai para siempre en su inmensidad.

La pregunta del explorador atrapa a la joven Leila en el umbral de la puerta, y desde allí, la amante del drow se vuelve para contestar. Debo ir a la biblioteca, a trabajar. Y además debo averiguar a que hora tienen pactado dar por concluida la reunión Lucius y Jelani. Tras ofrecer la respuesta sin mostrar ningún tipo de duda, Leila se encamina calle arriba, camino de su lugar de trabajo.

Jaleni por poco me mata. Responde el mago a Daenerys cuando se asegura que han quedado solos. Fue hace años, y se robó el unico recuerdo que tengo de... Murdock duda, como si no recordara bien....de...de mi ¿padre?...Si!. Yo voy a ir, pero no tengo interés en encontrarme con Lucius por su puesto. Por eso, salvo que Laila nos traicione, es un buen plan, y una gran oportunidad de liberar a Eflun del bastardo de Jaleni.
Ademas, si Lucius pierde a semejante aliado en la ciudad, será un duro golpe para él...Creo que Los Ancianos los recibirán mejor una vez entremos en el bosque, si llevamos ésta noticia.

Escucho con atención las palabras del mago, al fin parece sincerarse, ellas hacen que me conmueva al escuchar su historia pero en lugar de responder cojo la mano de mi amado apretándola con dulzura y entrelazando mis dedos entre los suyos, realmente es una buena causa, pero ello nos retrasará bastante en nuestra cometida, miro a Zenram esperando que se pronuncie.

La mención de que todo aquello no es más que el objetivo de recuperar algo que era de su padre, logra atraer toda la atención del guerrero, y por un instante, Zenram piensa en el suyo y lo poco que recuerda de él. Su expresión, adusta, se relaja visiblemente, y su mirada no hace sino que alzarse hacia la del mago.

Tu padre. ¿Y que es lo que ese Jelani tiende de él? - inquiere, apretando suavemente la mano de Dae. - ¿Realmente vale la pena que arriesgue, que arriesguemos a Skrai y todo lo que ella puede conllevar? - agrega, y antes de recibir una respuesta, el guerrero vuelve a pronunciarse. Si de verdad lo crees, y el resto estais de acuerdo, - Zenram mira a todos por un instante, Dae, Murdock y finalmente a Ugluk. - iré.

La espada de mi padre. Me acribilló a flechas él y sus hombre. Por suerte yo iba montado, y el caballo huyó conmigo, pero al caer mi espada al suelo, el se la quedó. El propio Nakin me ha dicho algunas cosas que me confirman que aun la lleva con él. Garra de Hielo, asi se llama, lo hace inmune al fuego...

Murdock, toma asiento en la sala principal, y sabiendo que pasaran muchas horas hasta que Leila regrese, se pone a contarles la historia...

Historia contada por Murdock en la casa de Leila...

Capitulo 1: Infancia

Murdock es un humano, huérfano, nacido en el desierto Amarillo, en la ciudad de Desa-Elin. Hijo de Hullian y Mirian Firestone, vivió en un estado de semi lujos bajo el cuidado de sus ricos padres.
Los Firestone, dominaban el comercio en Desa-Elin, controlando además la venta en secreto de armas y objetos prohibidos, y teniendo a numerosos mercenarios de variada raza y moral a su cargo.
El gran mercado de Hullian Firestone, era visitado por viajeros de todas partes de Azerandos. Muchos de los mercenarios que llegaban a Desa-Elin, entregaban grandes riquezas al jefe mercenario, a cambio de guías, equipamiento, y consejos, para la suicida misión a la que venían: Alcanzar la cima del Pico de la Soledad.
Nunca regresaban a reclamar sus riquezas o a devolver el equipamiento, y Hullian se enriquecía así aun más.

Los años pasaban para el joven Murdock. El pequeño, crecía sano y fuerte, rodeado de lujos, y aprendiendo día a día el uso de la espada, montando el poderoso corcel de su padre, y derrotando a más de un mercenario en las cargas a caballo.
El pequeño, tan solo tenia diez años, y ya se lo veía como lo que un día llegaría a ser: Un fiel seguidor de los pasos de su padre quien guiaría así las riendas del fructífero negocio familiar, con mano firme, y manteniendo controlados a los mercenarios y al trafico de equipo y armamentos, bajo la ley de Desa-Elin, y bajo el poder y control de la gran Aelyn, cuya doctrina era bien enseñada por su amada madre Mirian.

Capitulo 2: El destino de Murdock

Sin embargo, algo ocurrió que interrumpió para siempre éste destino escrito. Durante la visita de un grupo de misteriosos viajeros provenientes del lejano Bosque Maldito, una terrible tragedia acabó con la eterna buena fortuna de los Firestone…
Los viajeros, que traían oro suficiente para armar a un pequeño ejército, iniciaron sin preámbulos las negociaciones. Al día siguiente, el grupo de extranjeros, guiados por un extraño humano de rostro curtido y deformado con numerosas cicatrices quien se presentara como Rion, llenó las alforjas con el producto obtenido durante las dificultosas negociaciones con el jefe mercenario, y se dispusieron a iniciar el viaje. Entonces, a lo lejos, una nube de arena se alzó amenazante. Los ruidos de cascos hicieron retumbar la tierra, y la arena se alzo como una inmensa cortina sobre la cual se recortaban cientos de orcos, drows, e incluso varios orcos y algunos enanos duergar.
El Maestro Rion, descubriéndose la capucha del rostro, y observando a lo lejos con su único ojo sano a través de una especie de catalejo, no dudó un instante. Rápidamente despidió a Hullian Firestone con un apagado saludo, y ordenó a sus seguidores la inmediata huida…
“-¡Nos encontramos en el oasis de Hal Mathaj!” Grito espoleando su caballo.
Hullian, tomó a su esposa e hijo, y rápidamente entraron a la respetable tienda cerrando las puertas detrás y sin siquiera esperar a ver huir a los extranjeros.
Ese día, seria conocido por los habitantes de la ciudad desértica, como el “Día del Infierno en Desa-Elin”…
Garbaras, un gigantesco orco con el largo pelo negro e hirsuto colgando en forma de trenzas de todo su cuerpo, fue el primero en identificar el mercado de los Firestone. El personalmente, había hablado con el informante, quien le informara sobre las ilegales negociaciones que Hullian acostumbraba a realizar con Infieles.
El poderoso jefe orco, golpeó con su hacha la pesada puerta haciendo vibrar sus goznes de bronce. El grito de Mirian, la madre del pequeño Murcock, rompió el silencio de sus labios ante el terror.
Jajaja! Abre! Abre de inmediato Firestone, y te daremos una muerte rápida y sin mucho dolor! JAJAJA! Gritó Garbaras Hukruel, el enorme y velludo orco tras la puerta.
¿Que! Que hacen! Replicó el jefe mercenario….Afuera, le llegaban los gritos y aullidos de terror y muerte desde la taberna El Sol Candente….atestada siempre de los fieles mercenarios de Hullian.
Yo no he hecho nada! Mi…mi esposa es una fiel acolita de Aelyn! Grito desenfundando su poderoso espadón azulino. El reflejo de las lámparas en la Garra de Hielo, alumbró con tonadas pálidas las paredes.
Entonces, un ruido retumbó contra el techo de pajas del gran almacén. Y otro…y otro….algo, estaban arrojando algo al techo? Pensó la madre aferrando en sus brazos al pequeño Murdock…Por…por Aelyn! Rogó fielmente al vislumbrar las primeras llamas en el tejado….-Van…van a quemarnos vivos!

Al descubrir el peligro, y sujetando con ambas manos el poderoso mandoble, el gigantesco jefe mercenario se acercó con furia hacia la puerta. Su larga melena roja, enmarcó el brillo de su mirada, y de un manotazo quitó los cerrojos y tendió la mano hacia el picaporte dispuesto a salir al exterior.
Hullian, no llevaba armadura alguna. El viejo peto metálico y las grebas de bronce y mallas, yacían en un arcón en desuso, tras haber descubierto que nada de eso le servía en su lujosa situación actual. La primer flecha, se impactó en su desnudo brazo atravesándolo de lado a lado y dejando una grave hemorragia pero sin llegar a tocar el hueso. Ahogando un grito de furia, cerró la puerta con fuerza y múltiples proyectiles estallaron contra la gruesa madera. El techo, ya en llamas, comenzó a llenar la sala de humo, y tanto Murdock como Mirian retrocedieron asustados, tosiendo y cubriéndose el rostro con sus ropas.
-Es imposible escapar de acá! Lanzo su maldición en gigantesco comerciante retrocediendo de la acribillada puerta. Está repleto y rodeado de orcos y bastardos asesinos con arcos! No…no saldremos de aquí se lamentó con odio, escupiendo al suelo de su propio comercio.
Murdock, tocía y lloraba asustado, sus rojizos ojos, reflejaban las llamas dibujando una luz que parecía surgir de interior del muchacho.
La madre, corrió hacia el fondo del almacén, solo para descubrir que las llamas eran aun mas abundantes allí! Mirian se dirigió rápido hacia una valiosa biblioteca de algarrobo, traída de lejanas tierras y compradas con mucho oro ajeno, y de uno de sus estantes sacó un frasco cristalino.
Toma! Bebelo todo amor mio! Ordeno imperativa al pequeño Murdock, te ayudará a respirar!
Cof..cof…tocía la madre con el terror en sus ojos…No…no…lloraba…nos quemarán vivos…no…mi amor! Murdi!
Los gritos provenientes del exterior se habían apagado, ….”todos muertos…”pensó el padre de Murdock….y solo se oían las risas guturales de los atacantes.
Sin duda…esos malditos…esos malditos Impuros! Ellos cayeron aquí con su maldición! Gritaba desesperado acercándose a su familia en la parte trasera del incendiado almacén.
El techo, en llamas, comenzó a caer y a encender los muebles y todo lo que atestaba el lugar. Era una trampa…imposible salir de aquí. El calor era abrumador y las llamas y el humo amenazaban con acabar con ellos. Todo rojo y naranja, todo fuego y humo negro.
CRAAAAKK! Retumbó una viga al quebrarse y caer echando chispas y llamas por doquier. Poco faltó para que aplastara a Hullian. Las llamas le cayeron encima, envolviéndolo, y sin embargo de un manotazo el gigante pelirrojo las apagó como si su brazo fuera una gigantesca y espumeante ola.

Los padres se abrazaron, y sus miradas se cruzaron un instante, comprendiendo el fin, el inevitable fin para todos ellos. Ni Aelyn, ni los mercenarios de Hullian los salvarían esta vez. NO! No a Murdock, no se llevarían al único hijo que habían tenido, el único pequeño que había nacido con vida de las tres veces que Mirian había logrado engendrar la semilla del gigante de cabellos rojos!
-Entra aquí! Por favor mi amor! Entra! Ordenó la madre a su hijo, abriendo un pesado arcón y arrojando afuera la armadura de placas rodeada de telarañas.
Entra, rápido! No te preocupes por nosotros…mintió…estaremos bien…tu…quedate allí, y no salgas hasta que todo haya acabado…podrás…podrás respirar, no temas, solo no temas!
El calor era abrumador, y el dolor les robaba lágrimas que rápidamente se evaporaban en el gigantesco horno.
Solo Murdock no tocía…solo su padre, resistía extrañamente las llamas.
El padre miró al hijo, y sus rojos ojos se encontraron por ultima vez. En un ademán, alzó al pequeño y lo metió a pesar de sus protestas en el gran arcón, le tendió la gigante espada y empujo con fuerza sobrehumana varios muebles, tratando de generar un refugio contra el techo que pronto se desplomaría
-Quédate ahí! -ordenó…-y pase lo que pases, no sueltes a Garra de Hielo!...

Capitulo 3 En el Bosque Maldito...

Y así, la fructífera vida de los Firestone, llegaba a su fin. Los padres de Murdock, fallecieron entre las llamas y el humo, y solo el pequeño logró salvarse gracias al sacrificio de sus progenitores.
Cuando las llamas consumieron todo el almacén, el ejercito ya se había establecido en la ciudad, e interrogaban uno a uno a los mercenarios prisioneros. Murdock, a pesar de su corta edad de diez años, había recibido una educación envidiable, y era un chico listo y rápido, y se dio cuenta en seguida que si permanecía solo en la ciudad, tarde o temprano sufriría el mismo destino trágico de sus padres.
Oculto, en la noche, fue a uno de los establos perteneciente a su padre, y en donde acostumbraba jugar con los camellos y con algunos caballos de tiro que ocasionalmente adquiría su padre, y entrando por la misma ventana que usara en sus travesuras, logró hacerse con un camello, lo ensillo como su padre le había enseñado, y en mitad de la noche abandonó por primera vez Desa-Elin.
Murdock, cabalgó toda la noche, y siguiendo los consejos que siempre le oía decir a su padre, no se alejó del camino de lozas que serpenteaba por el árido desierto. No llevaba víveres dada la prisa de su escape, y se vio obligado a alejarse del camino en dirección al oasis de Hal Mathaj, al que conocía durante las veces que su padre le permitía acompañarle en busca de los dátiles y cocos que sus empleados recolectaban para él.
Grande fue su sorpresa, cuando entre las enormes palmeras del oasis, descubrió al grupo de viajeros que la tarde anterior se habían reunido con su padre!
El joven Murdock, con el rostro repleto de hollín, vestido con harapos, y portando la gigantesca espada azulina de su padre, en seguida llamó la atención del grupo de Impíos dirigidos por El Maestro Rion.
Al reconocerlo, y ver el estado en el que se encontraba, Rion acercó su caballo al camello del muchacho y viendo las cenizas en su rojo y enmarañado cabello, comprendió al instante lo que había ocurrido tras su huida.
Así fue como Murdock, fue llevado al Bosque Maldito, para que el Gran Mayor decidiera su destino.
El joven, no había nacido en el Bosque, y aunque Rion temía por su cordura(1), se le ordenó que le permitiera el ingreso al secreto lugar.

Capitulo 4 El Mago

Los años pasaron rápido bajo la tutela de los ancianos sabios del Bosque Maldito. Murdock demostró ciertas facultades con la espada, y derrotaba a pesar de su corta edad a muchos contrincantes de mayor experiencia, quizás por el instinto, quizás por la furia demente que le había producido presenciar la muerte de su padre, pero sobre todo por el poder descomunal de la extraña y azulina espada heredada.
Durante dos años, se le enseñó tácticas militares, de guerrilla, y el uso de variadas armas y de la ballesta, sin embargo, al ser Murdock tomado casi como un pupilo por Rion, fue evidente que las mayores habilidades del muchacho iban por otro camino. El pequeño, buscaba siempre alguna salida extraña y rebuscada a cualquier problema que se le plantaba, y demostraba siempre una astucia y un inteligencia brillante para un chico de apenas doce años de edad. Esto, sumado a cierto detalles misteriosos que presencio Rion y el mismísimo Gran Mayor, hizo que Murdock fuera presentado ante los sabios.
Los ancianos, estaban siempre en busca que posibles hechiceros, buscando siempre una chispa de magia arcana en cualquier posible candidato. La escasez de magos era un punto flaco en los poco numerosos Impíos, y en seguida decidieron probar al pequeño genio.
Transcurrieron solo unos meses, y Murdock demostró una capacidad de concentración y una memoria envidiable. En apenas tres meses, tras leer, releer, copiar y garabatear algunos arcanos escritos en los libros secretos, logró memorizar toda una serie de complicadas palabras y gestos, teóricamente pensados para arrojar una pequeña esfera ácida conjurada de la energía elemental de la tierra, y repentinamente funcionó! Pero no como se esperaba...el muchacho, termino los complicados gestos, y de su dedo extendido surgió una llama, una pequeña llama! Asustado, Murdock sacudió la mano temiendo quemarse, y la esfera ígnea salió separada de su extremo e impactó en una cercana piedra!
Y asi, Murdock inició sus estudios arcanos....

Capitulo 5 – Garra de Hielo, la espada robada.

En algún lugar de este misterioso plano, se hallaba la Montaña de los Secretos. Murdock, alzo la mirada al cielo, y aguardó impaciente que le permitieran completar su misión. El calor del lugar, le hacia sudar bajo su metálica armadura(*).
El enorme humano agito su abundante melena rojiza, y llevó intuitivamente la mano al puño de su espadón, justo tras su nuca...
Instinto. El calor, le jugaba una mala pasada una vez más, y le traía malos recuerdos. En otra época, la chamuscada mano del mago, habría obtenido un helado contacto.
Posada sobre el puño de acero de la gran espada que le habían cedido en el Bosque Maldito, no podía evitar recordar a aquella otra arma entregada por su padre antes de morir. Garra de Hielo.

El contacto con el frío metal, le hizo sentir que una vez más estaba empuñando al poderoso mandoble, y sin embargo, triste fue el escalofrío que recorrió su espalda, al posar sus ojos sobre la rustica arma que osaba ahora reemplazar a su herencia.

El mago de barba y cabellos rojos y revueltos, se había convertido ya en un hombre robusto y saludable a los veinticinco años de edad. Hacía ya quince años, que había entrado por primera vez en el Bosque Maldito. Solitario, huérfano, teniendo como único bien, como único recuerdo de su vida, la helada y azulina espada de su fallecido padre.
Hacía trece años, lo habían iniciado en las artes arcanas, hacía solo cinco años, había perdido el bien más preciado de su vida.

Murdock, se despegó de la pared, y recorrió de un lado a otro el frente de la casa. Adentro, las falsas sacerdotisas esperaban el momento en el que al fin, le permitirían el paso.
El poderoso mago, caminó inquieto de un lado a otro, sin dejar de acariciar ocasionalmente la vaina de su afilado acero que le descendía por la espalda.
A pesar de la importante misión que estaba por llevar a cabo, su mente no pensaba en otra cosa que en su más odiado enemigo...Jelani...Jelani Enu, ...nunca había logrado encontrarle, pero había seguido bien su rastro y había conseguido al menos el nombre del maldito ladrón.
¿En donde estaría el bastardo? Tendría aun consigo el poderoso mandoble?
Cinco años...cinco años...
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-Hey! No puedes pasar por aquí! Tienes que pagarnos...baja de tu caballo y podrás seguir tu camino! JA! Gritó el primero de los bandidos cuando el mago se acercó al paso. Eran ocho, reunidos en medio del paso, agrupados alrededor de un pequeño barril que al parecer habían descargado de un carruaje, de alguna victima anterior, y bebiendo largos tragos de una sola jarra que se pasaban entre ellos.

Murdock, midió unos veinte pasos aun hasta ellos, y sin descender de su montura desenvainó en un rápido movimiento el cristalino espadón de su padre. El brillo azul, reflejado y potenciado por la luz de las abundantes estrellas y por la luna creciente, pareció amedrentar a los bandidos. Sin embargo, el que parecía ser el líder se adelantó unos pasos y con un solo movimiento descolgó un arco corto y gritó la terrible orden.
-A el! Cien de oro al que mate al idiota!
Murdock sostuvo su espadón con la diestra, mientras rápidamente extraía una varilla de azufre de un pequeño hueco en su cinturón. Los asaltantes, sacaron sus arcos entre tumbos, y buscaron flechas...todos excepto el que tenia en ese momento el turno de la jarra, quien se limitó a tambalearse tratando de liberar su arco sin volcar el preciado licor.

Murdock fue muy rápido para los malditos ebrios. Estaba en una importante misión, fuera del Bosque Maldito, y no quería perder el tiempo con ladrones y asesinos.
La explosión que siguió, arrojo a los calcinados asaltantes hacia todos lados, envueltos en llamas, gritando por segundos antes de caer muertos y ennegrecidos por las mágicas llamas.
Sin embargo, el que había dado la orden, saltó justo segundos antes de que la pequeña esfera ígnea impactara en el suelo frente a sus fieles ladrones, y cubriéndose tras el cuerpo del portador de la jarra lo sujetó del cuello y se arrojó a tiempo al suelo para esquivar las voraces llamas.
En segundos, el líder de los bribones, lanzaba dos rápidas y certeras flechas desde el suelo, atravesando el pecho y cuello del rojo hechicero.
Murdock, cayó al instante de su montura, y soltó la espada, quedando su pie aferrado a los estribos del guerrero corcel.
El animal, asustado y con su jinete colgando, hecho a huir a toda velocidad. El malherido mago golpeó duramente la cabeza contra las piedras, y apenas logró subirse nuevamente sobre el caballo antes de caer inconsciente.

Días más tarde, Murdock se despertaría en una granja, bajo los cuidados de una agradable pareja. El mago, tardaría varias semanas en recuperarse del todo, y a pesar de su intensa búsqueda y pesquisas acerca del sobreviviente bribón, no lograría obtener nada más que su nombre: Jelani Enu.

Escucho con atención la historia de la vida de Murdock, ella explica muchas cosas, tanto del bosque maldito así como la obsesión que parecía tener por el tal Jelani, Zenram asiente a ir antes incluso que la cuente y pese a ello él lo hace sin necesidad alguna.

Bien entonces iremos todos a recuperar tu herencia, gracias por tu confianza Murdock, tu historia explica muchas cosas y sobretodo el comportamiento egoista que has tenido desde que entramos a este pueblo, ahora se entiende, le sonrío.

Pues sólo queda esperar a que venga Leila espero que no nos traicione, clavo mis violáceos ojos en Ugluk esperando que éste diga algo respecto a su amada.