Partida Rol por web

Helden sigue enfrascado en el combate contra el líder de los bandidos. Este último había dejado fuera de combate a una compañera, lo que enfurecía más al bárbaro.

Las multiples heridas del líder no parecen hacer mella en su demente furia. A pesar de estar empapado en su propia sangre, Harkon continúa luchando con fiereza.

El líder se gira y suelta un espadazo certero a su oponente. Sus ojos inyectados en sangre intimidan por un momento a Helden, pero éste logra sobreponerse y continuar en la refriega.

Baern sufre unas heridas infligidas por su beligerante enemigo que ha decidido dejar su vida en este combate. Baern resiste y decide que si quiere dar su vida en ello le va a ayudar, con la intensidad de un trueno intenta aplicarle la estocada final.

Baern ensarta a su enemigo con un certero espazado. Ayudado por su pie, libera su espada del cuerpo sin vida de su enemigo y fija su mirada en su próximo objetivo.

Fenestir viendo que el unico enemigo en pie que queda es el jefe de la supuesta banda carga contra él buscando meterle una estocada entre las costillas .

La gran habilidad de Fenestir le permite encontrar un punto débil del líder de los bandidos, fulminándolo en un abrir y cerrar de ojos.

Parece que habéis salido airosos de este combate pero Sabrala está muriendo y el misterioso mago está inconsciente enmedio de la calle.

Una vez más un bandido a probado el filo de la espada de Baern. Mira a su alrededor y ve que ya se a acabado todo, lo que hace que su furia interior vaya menguando al tiempo que aumenta su éxtasis de victoria, observa la victoria final de Fenestir y sonríe, a continuación se agacha hacia el cadáver de su última víctima que ha yace en el suelo cubierto de sangre y le dice:

-"Svín daunillur! þar sem þeir vonast til að klára villimenn munu standa frammi fyrir frostið."-

Seguidamente se incorpora y comprueba  a ver si todos estamos bien. Se percata de que Sabrala está grave y se acerca a ella.

Una vez ha concluído la refriega, Ingrid se vale del poder que le otorga la Dama de los Bosques para sanar en parte las heridas del mago semielfo y de su compañera bardo. Por fortuna, parece que las plegarias de la druida llegan a tiempo y tanto Mallon como Sabrala recobran la consciencia inmediatamente.

-¿Puede saberse qué demonios ha ocurrido aquí?--inquiere la espigada mujer albina al maltrecho arcanista mestizo--Está claro que tienes algún tipo de problema que ahora nos concierne también a nosotros. Mucho me temo que el ayudarte a salir con vida del asalto ha conllevado cruzarnos en el camino de esta escoria de gente. ¿Quiénes son? ¿Y qué quieren?

Mientras su compañera repara los desperfectos de los heridos , la joven Fenestir , despues de haber escupido sobre el cadáver del supuesto jefe en señal de desprecio ante su inutilidad y debilidad , hace lo unico que una escoria como esa se merece , es decir registrarlo sin miramientos antes que llegue la guardia si es que hay de eso en este lugar tan "civilizado" .

Helden respiró profundamente con satisfacción al ver al enemigo caído. El olor de la sangre acompañaba cada bocanada de aire.

El bárbaro limpió la hoja de su espada restregándola sobre el cuerpo del jefe de los bandidos, y seguidamente la enfundó y se acercó a comprobar el estado de sus compañeros. Ingrid comenzó a curar a los más graves, y Helden siguió los pasos de la druida cuando esta se acercó a sanar al desconocido semielfo. Quería hacerle algunas preguntas, pero Ingrid se adelantó, de modo que Helden esperó a escuchar con atención las respuestas del arcano.

El semielfo, aunque malherido, recupera poco a poco la consciencia.

- ¿Q... Qué? Disculpa un segundo...

Claramente aturdido, espera tomar un poco de aire para analizar la situación.

- Gr.. gracias señorita, me ha salvado la vida. No sé como podré agradecérselo.

Tan pronto el mago está dispuesto a explicarse, el sonido de varios pasos unidos al entrechocar del metal, proveniente de armaduras o armas, le interrumpe.

- Rápido, síganme antes de que llegue la guardia, la diplomacia en Rookroost no sirve de nada. Si nos cogen ante cinco cadáveres probablemente tengamos serios problemas. ¡No perdáis tiempo!. - Dice finalmente echando una ojeada a los asuntos de Fenestir.

Tras la esquina, puede oirse ciertas órdenes aún lejanas:

¡Alto! !En nombre de la guardia de Rookroost!

El semielfo pone pies en polvorosa mientras os anima a seguirle.

Ahora tienes claro de que efectivamente se trataba de un Bárbaro de Hielo, lo cual no deja de sorprenderte. Su equipo es de muy buena talla, su reluciente cota de mallas parece recién salida del herrero a pesar de haber sufrido varios golpes durante la batalla, también su espada bastarda es de fina factura y no puedes apartar la vista de su broche, que no parece ser mundano.

Asombrado miro como el elfo pone pies en polvorosa auqnue realmente sus palabras tienen algo de sentido, o eso creo - ¡Vamos con el! - grito mientras me agarro el estomago para que no se me salgan las tripas por la fea herida que tengo en el estomago - Que esos malditos åtsel etere no eran bandidos corrientes - -

- o eso espero sino esta ciudad se ha vuelto más peligrosa de lo que la recordaba - pienso para mi.

Sin dudarlo un instante, Ingrid sigue de cerca al mago semielfo a la carrera. Eso sí, Suka se mantiene en todo momento a la altura de ambos, trotando alegremente como si de un juego se tratara.

-Kom! Låt oss inte glida iväg igen denna typ--azuza la druida a sus compañeros.

Fenestir lamenta no tener mas tiempo para quitarle la cota de mallas , y pierde el minimo posible para recoger le espada y el broche , luego sale a la carrera detras de sus compañeros .

Helden hace lo propio, siguiendo al semielfo.

Bien hecho! xD

Aceptando las palabras del mago, os dirigís tras él por las oscuras calles de Rookroost. El semielfo procura utilizar calles secundarias y sombrías para no levantar sospechas.

Debemos ser sigilosos, es nuestra única esperanza... - Susurra mientras sigue avanzando sin pausa.

Tras sortear algunos callejones, os encontráis cerca del Dragón Beodo, una mal reputada taberna.

- Seguidme. - Dice el semielfo mientras da un rodeo para finalmente dar con una puerta trasera de la taberna.

Finalmente abre la puerta y os ofrece pasar, al parecer su habitación dispone de una discreta puerta trasera. Probablemente Mallon estaba preparado para pasar desapercibido en esta ciudad. Una vez dentro, el mago cierra la puerta cuidadosamente mirando a ambos lados de la calle e intentando hacer el menor ruido.

- Debo agradeceros todo lo que estáis haciendo por mí. Gracias por salvarme la vida y seguir mi consejo. - Tras sus palabras de agradecimiento su gesto se hace más serio. - Creo que habéis puesto en peligro vuestras vidas. Mientras sigamos entre los muros de esta repugnante ciudad, seremos perseguidos por secuaces de ese bandido. ¿Lo habéis visto? Era un bárbaro de hielo, es sorprendente. - Tras una pausa para tomar aliento, el semielfo continúa. - Disculpadme, creo que no me he presentado, mi nombre es Mallon, nací en Nyrondia y ahora sirvo al Maestro Karasten. Al parecer, las órdenes de esos bandidos eran acabar con mi vida, probablemente poseo algo que les interesa, trataron de arrebatármelo y silenciarme. Gracias a vosotros, no lo consiguieron.

El semielfo se muestra muy agradecido por vuestra ayuda.

- Si, si el famoso maestro Karasten. Gran sabio y mejor persona. Y ademas creo haber oido que tiene un monton de monedas que reparte sin rubor entre aquellos que le ayudan a él o a sus servidores, ¿no es asi? -