Partida Rol por web

- ¡¡WOOOD!!

El grito del cabo resonó en todo la cueva mientras veía como engendro y humano se atacaban al unísono. Luego todo pasó muy deprisa. Matthew cogió a Steffan en volandas y lo metió dentro de la pirámide mientras Abraham les cubría la retaguardia pìstola en mano. Aun le dio tiempo de recoger la escopeta que tan buenos resultados le estaba dando a su amigo contra esos seres y el arma alienígena que había cogido Matthew y meterlo todo adentro siguiendo a sus amigos.

- No te preocupes, buscaré a Craven y lo traeré aquí. Tú vigila para que nadie entre- dijo entregándole la escopeta y saliendo como alma que lleva el diablo en busca del clérigo.

- ¡¡Craveeeen!!, ¡¡Chicooos!!, ¡¡Necesito vuestra ayuda!!, ¡¡Wood está malherido!!- gritó el cabo en su carrera para saber por donde andaban y para que se acercaran ellos y así perder el menor tiempo posible.

- ¡¡Roooarrrrrrggg!!- El dolor se hizo casi insoportable, pero Steffan dejó escapar un alarido a la vez que apretó el gatillo. lo último que vio antes de perder el conocimiento fue el  insectoide cayendo pro el disparo. Lo último que escuchó, sin embargo, fue el crujir de sus costillas, ni siquiera el ruido del disparo. La expresión de terrible dolor de su rostro dejó paso a una media sonrisa de satisfacción para después cerrar los ojos y sumergirse en una oscuridad tan negra como fría.

Durante el minuto siguiente no dejasteis de escuchar disparos, cada vez más cerca, tanto de escopeta como de pistola, tal vez debisteis haber salido a comprobar quien era, pero la prudencia os impidió salir de la seguridad del templo mientras el humo desaparecía completamente del lugar.

No os hizo falta mucho tiempo para que el misterio se resolviera, pues de repente los disparos callaron y segundos después entró Greywood portando un bulto entre sus brazos, seguido metros después por Colt. Greywood dejó el bulto en el suelo y se puso a apretarlo. Los ojos de vuestros compañeros no debían de haberse acostumbrado aún al verdoso resplandor y no debían poder veros, pues Colt gritó.

¡¡Craveeeen!!, ¡¡Chicooos!!, ¡¡Necesito vuestra ayuda!!, ¡¡Wood está malherido!!

Se levantó a la carrera, pero a los dos pasos se detuvo reconociendoos.

Cuando entrasteis al templo el repentino cambio en el resplandor os dejó momentáneamente ciegos¹ mientras vuestros ojos se adaptaban a la nueva iluminación, aunque no os hacía falta, sabíais muy bien lo que teníais que hacer, y eso era socorrer al Wood, tratando de cerrar sus heridas² y volverlo a la conciencia lo más rápido posible.

Mientras Matt actuaba, Colt pidió ayuda gritando, justo antes de que comenzara a buscarlo vuestros ojos se acostumbraron a la especie de luz verdosa fluorescente que emanaba de las paredes pudiendo ver con claridad que tanto el clérigo de campaña como el policía se hallaban en el fondo del mismo³ cerca de un altar negro desde donde Urdish parece estar entonando una extraña letanía.

Definitivamente no entendía nada. Era como si Ernest se hubiese vuelto loco. Después de inhalar aquello nada de lo que le rodeaba parecía importarle. Justo después comenzaron los disparos.

Me giré sobresaltado por el sonido de las detonaciones que cada vez se acercaban más a la puerta. Instintivamente saqué mi revólver y apunté a la puerta. A punto estuve de disparar a Greywood que traía consigo el cuerpo de Wood.

Rápidamente me acerqué a él y traté de recordar las clases de primeros auxilios que me habían dado en el cuerpo. - ¿Ha sido uno de esos bichos voladores? – Acerté a preguntar mientras trataba de ver el alcance de las heridas de Wood.

Roderick reaccionó por fin cuando vió a Nick correr hacia el resto de sus compañeros, tenía que admitir que estaba totalmente aterrorizado, le temblaban las piernas y todo su largo cuerpo, pero al menos fue capaz de moverse.

El capellán, cuya frente estaba perlada en sudor se arrodilló junto al herido sin decir nada, dejó el arma en el suelo y se apresuró a sacar un pañuelo de sus bolsillos para tratar de tapar la hemorragia cuanto antes.

- Venga señor Wood...- dijo mientras manipulaba la herida

El negro cegador del principio pasó a ser un verde bastante raro que cubría todas las paredes. Los gritos de socorro que Colt emitía pronto se cesaron al ver que sus compañeros estaban cerca.

El cabo corrió a media distancia para contarles lo sucedido y llevar a Craven junto a Wood. Y entonces lo vio. Era un altar negro. A su lado Urdish parecía estar entonando una extraña letanía.

Dejando a un lado esa imagen, Ab le dijo a Craven:

- Cura a Wood, yo mientras vigilaré la entrada por si se acerca alguien... o algo.

Sin decir más el cabo se acercó a la entrada y se apostó en uno de los laterales para acabar con aquel o aquello que se acercara.

Nick y Roderick se lanzan sobre las feas heridas de Steffan e intentan cerrar las vías de sangre para evitar que muera desangrado mientras que Colt vigila la entrada del templo.

Tras angustiosos minutos ambos consiguen su objetivo y parece que la vida de Wood ha dejado de correr peligro.

Desde la entrada al templo compruebas el errático comportamiento de los habitantes de la ciudad ante vosotros.

Ves a varios de los seres insectoides revolotear alrededor del templo, alguno incluso se para en el vuelo unos metros delante de la puerta, sabes que te ha visto igual que lo has hecho tú al él, pero en lugar de aterrizar y atacarte, decide continuar con su vuelo.

Después ves llegar a los mineros humanos, una vez el incendio provocado por el lanzallamas de Greywood ha debido apagarse, pero cuando solo les queda un último escalón para llegar a lo alto de la pirámide se paran y hablan entre ellos para al final decidir volver por el camino que han llegado.

Tal vez Urdish tuviera razón y los habitantes de la ciudad son incapaces de acceder al templo.

Roderick respiró aliviado al ver como conseguían recuperar a Wood, con la frente perlada en sudor, las manos manchadas de sangre y un temblor que le recorría todo el cuerpo, se echó hacia atrás sentándose en el suelo. Tras respirar varias veces metió la mano en uno de los bolsillos de la chaqueta, sacó una petaca y le dió un largo trago, lo necesitaba.

- ¿Y ahora que?- dijo dando otro trago para después limpiarse la comisura de los labios con el dorso de la mano y guardarse la petaca.

Ab se quedó absorto ante la visión que tenía de la ciudad y sus "habitantes". Había varios de esos seres revoloteando y los humanos mineros habían conseguido llegar a la cima y luego, incomprensiblemente, se habían vuelto a bajar.

¿Qué está sucediendo?

LA mente del cabo era un hervidero de pensamientos, pero ante la evidencia, fue a comunicárselo a sus compañeros.

- Chicos. He visto algo insólito- comenzó diciendo-. Hay varios de esos seres revoloteando y un grupo de humanos subiendo por la pirámide. Pero ninguno de los dos grupos quiere hacer nada por entrar en el templo, ¡nada! De hecho los humanos se han marchado.

- ¿Alguno sabe por qué? ¿No será que hay algo más poderoso aquí dentro y saben que no tenemos posibilidad de luchar contra él?- preguntó a los demás lo que le rondaba por la cabeza.

–Me alegra que estés de vuelta, hermano–Matt se acercó a dar la mano a su compañero pero pareció pensarlo mejor. No le apetecía lo más mínimo abrir accidentalmente las heridas de su amigo. Tras unos segundos dudoso, escuchó las palabras de Abe, pero no se alertó en absoluto. 

–Urdish nos dijo antes que los hongos no podían entrar. Supongo que esas marionetas que tienen tampoco puedan... Por cierto, hablando de Urdish...–Matt se giró a mirar al monstruito y un sudor frío recorrió la espalda. ¿Y si ese ocnjuro, rezo, oración o lo que fuese que estaba haciendo acababa con ellos?¿Y si era una trampa? Afortunadamente, dos de las neuronas más activas de Greywood comenzaron a gritar en la cabeza para evitar que se acercase a dejar inconsciente al monstruito providenciano. Si hubiese querido matarlos bastaba con que no les avisase de que volviesen rápido al templo. ¿Hace mucho que empezó? ¿Y qué es eso de que Olive se largo a hacer turismo?
 

- Umpf.- Con un ahogado gemido Steffan abrió los ojos de nuevo. Casi hubiera preferido permanecer inconsciente pro e dolor lacerante era insoportable.-¿Ha surtido efecto el ritual?- Preguntó  más asustado porque pudieran entrar en el templo más de esos insectos. Entonces Colt dijo que éstos retrocedían. Eso en su opinión era algo bueno.-Dónde está Urdish.-Se reclinó apretando los dientes mientras buscaba con la cabeza al extraño humanoide.- Que alguno coja mi recortada y la munición. No creo que sea capaz de disparar. Esos insectos mueren mejor contra mi arma.- Apenas le salió una pequeña sonrisa las palabras de Matt.- No sé. De pronto salió corriendo y se dirigía como un loco hacia los insectos. Intenté seguirlo pero era imposible sin que me descubrieran. Se metió en todo el meollo.¿Creéis que pueda ser...uno de ellos?

Sin haberse movido ni un solo milímetro desde que comenzó, Urdish continua salmodiando desde el altar negro, sus oraciones son completamente ininteligibles para vosotros.

En un momento dado, sin dejar de orar en ningún momento, el de Providence abre un ojo y cuando se percata de que le estáis mirando se señala su hombro derecho, aquel en el que todos tenéis grabado ese extraño tatuaje, y justo después señala una de las paredes.

Roderick, aún repantingado en el suelo con los brazos sosteniéndolo a duras penas por todo el estres que llevaba acumulado, se incorporó un poco al ver el gesto de Urdish, de manera inconsciente se tocó el hombro, justo en el sitio donde tenía el tatuaje y siguió la mirada del hombre, ¿Qué había en aquella pared? contempló el muro desde su posición, sin levantarse.

En la pared que señala Urdish hay unos grabados, pero desde donde estás no puedes distinguir sus dibujos.

Roderick sentía que iba a desfallecer, él realmente no quería saber nada más... todo a su alrededor era caos, muerte y mosntruos del averno, quizás si se quedaba en el suelo, podría abrazar a la muerte y descansar... y como si la odiosa voz de la mujer lo estuviera esperando para agrabar su tormento, volvió a sentirla

"Ja,ja,ja,ja crees que la muerte será tu descanso... cuando mueras serás mio... ja,ja,ja,ja"

El capellán se puso las manos en la cabeza apretándosela con fuerza y volvió a mirar a la pared, desde su posición no podía ver las inscripciones... movido por la curiosidad y tal vez con la esperanza de volver a acallar la voz de la mujer se levantó tambaleante y se dirigió hacia el lugar indicado por Urdish para ver de cerca los dibujos que allí había grabados.
 

Yo, al igual que el capellán, aún me encontraba arrodillado en el suelo. Era una pequeña alegría que Wood hubiese dejado de correr peligro.

Al levantar la mirada del compañero observé que todos estaban mirando para una pared en particular. Y también lo hacía Urdish, es más el la señalaba.

Sin levantarme, quedé observando aquella pared, casi guardando la respiración.

- ¡¿Olivé ha salido a hacer turismo?!...¡¡¿Qué demonios significa...

Las palabras del cabo se quedaron en el aire cuando miró a Urdish. Este se señala su hombro derecho y justo después señala una de las paredes. 

Ab se quedó absorto mirando la pared con la boca medio abierta mientras salía un hilo de voz de su boca.

- Pe-ro...¿qué de-mo-nios?

¿Qué más daba lo que hubiese en aquella pared? En realidad a Greywood le daba igual, pero era un soldado acostumbrado a obedecer órdenes y , en batalla, cuando le señalaban a un lugar, solía mirar inmediatamente. En ocasiones la vidad dependía de ello.