Partida Rol por web

Dudo mucho que los gigantes acepten aliarse con uno de mi especie.....pero bueno... a estas alturas siempre podemos acabar con ellos al momento....-Dice el enano con el semblante serio.

Ante los comentarios, la mayoría positivos y ninguno rotundamente en contra, el druida continuó - tampoco hay que tomarse esto como algo en lo que nos vaya la vida. Si queréis, vamos una pequeña comitiva de los aquí presentes a hablar con los gigantes y si no se saca nada, nos volvemos - y señalando hacia un punto en el suelo continuó - para lo que podríamos empezar por seguir esas huellas y ver a donde nos llevan mientras que los que no vayan a venir pueden establecer un pequeño campamento por esta zona. ¿Qué pensáis? - expuso al criterio del grupo.

 Evea asiente, y apesar de que le gustaría poder descansar más dice con su aguda voz.

 - Me ofrezco para ir, si no represento una amenaza imagino que estarán más predispuestos ha escucharme, y en caso de que se pongan las cosas feas tengo mis modos para desaparecer ante sus ojos. De cualquier modo sería interesante saber si hay gigantes cerca y si es el caso conocer su postura ante la horda, si les siguen o se amenazan o si pasan, poder contar con la colaboración de unos gigantes sería estupendo para las gentes de la región.

 Evea se acomoda su equipo mientras habla y da unos pasitos hacia la efígie, para examinarla de cerca, pero sin tocarla.

A Necrull no acababa de gustarle la idea.

No sé. Lo poco que conozco de los gigantes es por las historias, y en estas no parecen demasiado amigables.
Además tenemos que encontrar a esa horda de trasgos. Y si es tan númerosa es dificil que los gigantes no la hayan visto. Yo creo que o bien se han unido, o bien se han peleado. De cualquier manera me parece que sería peligroso el simple hecho de ir a verlos, y menos si no vamos todos.

Cruzado de brazos, escucho las distintas opiniones de mis compañeros. Yo, ya he dado mi parecer sobre la oportunidad de ponernos en contacto con esos gigantes. En el caso de que haya alguno. Ahora, mas bien me preocupa otra cosa. Por tanto, aprovechando un breve silencio digo.

En cualquier caso, es hora de tomar una rápida decisión. Pues no hemos de olvidar que esta plaga de trasgos, puede ponerse en movimiento en cualquier momento. Se tome la decisión que se tome sobre estos gigantes, creo que es hora de dar aviso a las gentes de la región.

Señalo ahora al trasgo capturado y añado.

Después de todo, para eso he dejado vivo a este desgraciado. Pues bien, no me gusta la idea de que solo unos pocos de nosotros, se pongan en contacto con esos gigantes. Propongo que todo el grupo intente ese acercamiento. Después, claro, de haber enviado a Jorr y al trasguito para informar.

Pero entendedme. Ha de ser algo rápido.

Añado preocupado.

Para mi es fundamental demostrar a estos trasgos que han perdido el factor sorpresa. Eso podría retrasar su ataque y así, obtendremos tiempo para que Jorr pueda cumplir con su parte del trabajo. Así, los habitantes de la zona, tendrán mas oportunidades para estar preparados.

Dicho esto, mi mirada se pasea por el grupo con cierto brillo divertido antes de añadir.

Y tranquilos. Tratare de mantener la boca cerrada ante los gigantes en el caso, de que hallemos alguno.

Y como cada vez que suelto un discurso, ya me ha dado sed. Por tanto, mis ultimas palabras son un reniego al pensar en las escasas reservas de cerveza que me quedan.

¿Que? Son gigantes y trasgos...no se que buscan queriendo negociar con ellos.
Ademas, según éste mapa, los trasgos tienen todo planeado, día a día, y no van a perder el tiempo!
Debemos apresurarnos a llegar a ese puente. Jorr se ofreció a ayudarnos para llegar lo más rápido posible. Luego, quizás debamos destruir el puente, si es que vemos que son demasiados, tal como dijimos antes. Como sea, luego de ésto, creo que tendríamos que seguir el recorrido que figura en el mapa. Asi podríamos ir advirtiendo a las ciudades y pueblos, para que les presenten batalla.
Si es por mi, me quedaría en la torre, o en mi pantano, pero mis visiones me han mostrado lo que me ocurrirá si nadie detiene a esta horda. Y créanme...jujuju...no me agrada!

Alguien podría registrar esa esfinge? Si no tiene ninguna pista, propongo que rápidamente sigamos camino al puente. ¿Por donde queda, Jorr?
Hummm...y por cierto. ¿Sabes hacia donde va el otro sendero? Le interroga al final.

 La gata se da la vuelta para mirar a los compañeros.

 - Tenéis razón, será mejor no desviarnos de lo planeado. Sugiero que vayamos directos a dar un vistazo al punto de reunión de la horda, y si podemos propongo derrumbar el puente. Si fuera necesario, siempre tenemos tiempo para regresar a ver si hay gigantes o no, y de parte de quien están.

 Dice mientras saca su odre y tras hablar da un trago de agua fresca y tras empapar un pequeño pañuelo de ropa delicada se refresca la nuca y el cuello.

 - Lista para proseguir la marcha.

Tras escuchar a Katan y a Evea, asiento satisfecho. Me inclino y recojo mi mochila del suelo y esta, no tarda en ocupar su lugar sobre mi hombro. Me estiro un poco y finalmente, digo.

Listo por mi parte. Cuando queráis, nos ponemos en marcha en dirección al puente ese. Si necesitamos la guia de Jorr para llegar antes, por mi de acuerdo. Después, podemos empezar a informar a los lugareños de lo que se le viene encima. Tan solo espero...

Añado con cierto tono de duda.

Que no hayan demasiados.

Y hay que ver los rostros de sorpresa que provocan mis ultimas palabras. Rio al contemplar a mis compañeros y añado.

Tranquilos. Lo digo por tardar lo menos posible. Si hay que dejar tirados en medio de un charco de sangre a una docena o dos de trasgos sarnosos, por mi encantado.

Reviso dicho esto mi equipo terminando por comprobar que mi espada se desliza en su vaina perfectamente. Gruño satisfecho y quedo a la expectativa de reemprender la marcha.

Adelante. Otra rápida marcha y a por el siguiente objetivo.

Porfidius negaba con la cabeza según iba escuchando las opiniones de sus compañeros - Henderch, Shadow y Katán no creo que sean bien recibidos por los gigantes, y tú harías mejor labor protegiéndolos en el campamento mientras descansáis. Necrull, tú puedes hacer lo que veas más necesario - dijo volviéndose hacia éste - puedes venir a dialogar con los gigantes, o te puedes quedar descansando. Y lo mismo te digo, Evea, aunque tus dotes conciliadoras serían de mucha ayuda - refirió a la barda.

- Yo soy druida, sé moverme por los bosque y no me resultaría difícil encontraros. El olor a muerto que vais dejando es más que apreciable - dice haciendo una mueca de desagrado en relación a Ular y el esqueleto - pero creo que podrían facilitarnos mucho las cosas si conseguimos entrar con buen pie entre ellos. No sé si habéis pensado como yo en tirar un puente, cuyo tamaño desconocemos, y supongo que sería más fácil para unos gigantes - argumentó - y también, si viven en el bosque, es preferible que los pongamos de nuestra parte a que estén de parte de los trasgos

- Yo iré a buscarlos mañana al alba. Ustedes seguid hacia el puente y empezad a indagar. Ya os daré caza lo antes posible - sentenció de manera rotunda

Sinceramente no creo que sea buena idea dividirnos. Dependiendo de lo que veamos en el puente tendremos que movernos rápido para avisar a las poblaciones.
Sé que te mueves bien por los bosques, pero podrías perder mucho tiempo rastreandonos. Por no hablar de lo que podría pasar si los gigantes están ya compinchados con los trasgos.

Creo que el grupo debería seguir junto. Quizás una vez veamos el puente y a lo que nos enfrentamos podamos decidir que vale la pena intentar lo de los gigantes antes de marcharnos.

Suspiro levemente pensando en la cerveza, en las camareras y en un posible retraso. Y una vez que Porfidius y Necrull han expuesto sus puntos de vista, yo es que me encogo de hombros y me siento sobre un tocón cercano. Tras mirar a ambos, digo.

Me pregunto si sois conscientes de que tiempo pasa. De que hay muchos trasgos que matar y de que, a excepción de los presentes, ni un solo lugareño sabe nada de nada.

Pues bien. Mi opinión es que empecemos a movernos. Vayamos al puente, quizá podamos destripar a algún trasgo mas pillándolos por sorpresa.Y una vez que el puente este asegurado, sera cuestión de Jorr largarse a toda velocidad para transmitir la alerta. Nosotros, entre tanto, bien pudiéramos adentrarnos un poco mas en territorio enemigo a la búsqueda de presas. O quizá entonces, seria un buen momento para hacerle una visita a esos gigantes.

Sonrío dicho esto y añado a continuación.

Claro que también puedo tirar una moneda al aire. Ya sabéis que tengo tendencia a confiar en el azar. Pero desde luego, aquí parados no creo que seamos de mucha utilidad.

Si Porfidius quiere ir a buscar gigantes, que vaya. El puede alcanzarnos en poco tiempo, a vuelo de pajaro.
Mientras tanto, nosotros somos mas lentos, con lo cual no debemos perder un segundo y seguir rumbo al puente.

Ya nos encontrará allí.

Katan, mientras tanto, ordena a su zombie que sacuda un poco a la esfinge....

Un tanto pensativo y contrariado, Porfidius no tuvo más que aceptar la opinión del Warlock y ceder - quizás tengáis razón. Puede que sea mejor llegar hasta el puente y ver el panorama que se presenta. Espero que tengamos la oportunidad de retroceder el camino andado a tiempo de convencer a todo aquel que pueda ayudarnos o al que podamos ayudar - comentó - al fin y al cabo, como ya dije antes, sin pruebas puede que sea más difícil convencer a un lugareño de que abandone aquello donde ha empleado toda su vida, que a unos gigantes a machacar a unos cuantos humanoides.

 Los muertos de Katan comienzan a sacudir la esfigie, sin resultado aparente. Así que volvéis a emprender el viaje, con Jorr a la cabeza y vuestro amigo trasgo atado y amordazado.

Durante las últimas millas habéis notado que el terreno transcurre elevado hasta que el bosque acaba desapareciendo. Al frente tenéis una extensión de terreno árido de 100´en su punto más estrecho. El desfiladero se precipita abruptamente hasta un rápido caudal que se pierde en las profundidades. La antigua ruta del Alba cruza la grieta a lomos de un puente de piedra. Con dos altas torres pétreas de techo pentagonal adosadas a ambos extremos, el puente parece firme a pesar de los años que pesan encima de él. Evidentemente se trata del único medio de cruzar con facilidad el desfiladero hasta donde alcanza la vista al este y al oeste. Las cuatro torres de piedra miden 40´. Sendas estrechas escalinatas de madera serpentean por sus costados hasta conducir a puestos de vigilancia al aire libre en sus cimas.

De pronto, antes de salir del camino Jorr os hace un gesto para que os agachéis y os escondáis en la espesura del bosque. Y no es para menos dado lo que veis enfrente vuestro. Un campamento de pequeñas tiendas se aglomera cerca de la parte norte del puente. Serpientes de humo procedentes de las hogueras dan testimonio de actividad. Una solitaria figura humanoide monta guardia en cada uno de los puestos de observación de las torres con un arco largo en la mano. En cada extremo del puente, un fornido perro de centelleantes ojos rojos monta guardia. No obstante, la criatura más impresionante que puede verse es un bruñido y amenazador dragón verde posado sobre el tejado de la torre noroeste, lejos del desfiladero. Disfruta del calor bajo el sol, pero sus brillantes ojos amarillos no pierden vista del puente ni un solo instante.

En el momento en que Jorr nos hace la señal de agacharnos, me escondo detrás de un tupido matorral y examino nuestro objetivo.

Es sin duda, una posición defensiva excelente. Pues el puente esta custodiado por cuatro torres de vigilancia de piedra. Cruza una impresionante grieta, un abismo infranqueable para todo aquel que no tenga la capacidad de lograr alas.

Pero claro. La posición, resulta que tiene un defecto. Un campamento enemigo. Y no solo eso. Resulta que, al alzar la vista, descubro un dragón verdoso posado tranquilamente sobre una de las torres. Y para todos es evidente, cual es la misión de ese condenado bicho. Montar guardia sobre el puñetero puente. Reniego en voz muy baja para no descubrir nuestra posición y entrecierro los ojos. Pues cosas como esta, tienden a cabrearme bastante.

Miro a mi alrededor, a mis compañeros ocultos en medio de la maleza y acabo diciendo.

Buen objetivo sin duda alguna. Adecuado para gente como nosotros. Nada me gustaría mas que un bonito asalto frontal para tomar a la carga la posición. Pero me temo que con ese desgraciado verdoso y alado ahí posado, esta opción es inviable.

Solo se me ocurre un ataque nocturno. Para desatar el máximo posible de caos entre las filas del enemigo. Y quizá, con suerte, podamos desembarazarnos de ese problema verdoso y con alas. Y otra cosa mas que se me ocurre.

Callo un segundo y miro a mis compañeros antes de añadir.

Que Jorr y el trasgo se larguen ya mismo y sin hacer ni un solo ruido. Los lugareños no pueden depender de que sobrevivamos a ese posible ataque nocturno.

Nada más llegar a la zona del puente y ver lo que hay allí, a Necrull se le cae el alma a los pies. No tanto por el pequeño ejercito allí reunido, sino por el dragón que monta guardia.

Un dragón. Tienen un puñetero dragón con ellos.

Me da a mi que esto nos viene algo grande chicos. Seguramente podríamos con el bicho verde ese, y creo podríamos salir victoriosos contra los trasgos. Pero contra los dos juntos lo veo mal.

Creo que va siendo hora de que avisemos a la gente de la zona. Eso y buscar un buen sitio para hacer frente a ese ejercito.

Katan retrocede al tiempo que hace señas a los dos muertos vivientes de que le sigan.
Un...un dragón! Un verdadero dragón! Nunca creí que encontraríamos algo así! Ni siquiera en mis pesadillas pude verlo!

El shaman, parece muy excitado por algún motivo...
Un dragón...

Retroceden todos para ponerse a cubierto, el minotauro sostiene el hacha y mira a su amo. El zombie sostiene su espada, y se queda quieto, como esperando ordenes.
Pero Katan, parece muy turbado, al igual que todos ustedes, por semejante vision.

Un dragón....balbucea.
Debemos matarlo!
Voy a conseguir un Dracozombie! Parece un sueño hecho realidad!!...Gracias oh bella Parca, gracias!!

El sacerdote de la muerte, el viejo gitano, el loco del pantano...tiembla, quizás de miedo, quizás por algun secreto motivo.

Quizás se había equivocado. Quizás debería haber ido en busca de los gigantes. Pero había algo que le había hecho seguir a sus compañeros, atendiendo a las razones expuestas por Necrull - en verdad, prinero debemos encontrar indicios de que lo que se marca en el mapa va en serio.

La imagen de que se habría podido convertir en desayuno de gigantes apareció justo a la vez que la maleza abandonó sus alrededores. Absorto en sus pensamientos, casi ni se percató de que Jorr, su guía, les daba el alto pidiéndoles precaución - ¡Madre mía! - susurró al ser parado de improviso por el fuerte brazo de Henderch. Ante ellos, algo más grave de lo que pensaban. Un verdadero ejército de conquista se estaba organizando en aquellas montañas.

Sus bárbaros compañeros, ajenos al verdadero potencial de los que allí se habían reunidos y llevados por sus primitivos impulsos, habían expresado su ansiedad ante la posibilidad de 'meter mano' a aquella fuerza, pero tan sólo el miedo que probablemente infundiera aquel gran dragon verde podría dejarlos en clara inferioridad, por si alguno había pensado, y expresado, ya que podrían enfrentarse a pecho descubierto contra aquel enemigo.

- Jorr, tu que conoces la zona, ¿crees que existe alguna fuerza defensiva capaz de contener este ejército? - preguntó, aunque suponía que, si no conseguían reunir a los ejércitos de más de una ciudad, poco podrían hacer - me da miedo que éste sólo sea el principio de las fuerzas que se están reuniendo. En ese caso creo que sería mejor dar la voz de alarma a quien competa en esta situación lo antes posible.