Partida Rol por web

El enano escueto de palabras decide salir de sus pensamientos

Voy a proponer una idea más descabellada si acaso- dice el enano al tiempo que levanta su dedo-¿por que vamos a derribar un puente para tan solo retrasar la horda pudiendo derruirlo con la horda encima?

Tal vez sea un poco más arriesgado pero podríamos dividir la horda a su paso- al tiempo fija su mirada en el trasgo y dice- aunque para ello necesitaríamos sacar más información.

Pero para ello deberíamos  acabar con la guardia,sería una gran idea poder cruzar al otro lado para atacar el campamento sin que tengan la ventaja del puente y evitar el escape de posibles mensajeros hacia su núcleo central, ya que si advierten al grueso del ejercito este se desviará directamente y perderán menos tiempo que si vienen y se encuentran el puente derruido...

El enano comienza a garabatear el plan en el suelo

Voto por remontar el desfiladero  hasta encontrar un paso adecuado, que Porfidius se adelante a vuelo de pájaro, cruzamos al otro lado y atacamos al atardecer desde donde no se lo esperan, con suerte nos metemos en su campamento y les destrozamos antes que se den cuenta.....

Si atacamos desde este lado nos coserán a flechas antes siquiera de poder cruzar el puente......

Porfidius se mantuvo callado escuchando a sus compañeros, afirmando y negando según le parecía más o menos coherente la propuesta - el principal problema nuestro es el tiempo, querido Shadow, y que han llegado a mis oídos historias de dragones que 'veían' lo oculto e invisible - comentó antes de proseguir - mi propuesta es la siguiente. Dejemos la decisión del puente para el final, ya que yo mismo puedo alterar la estructura del mismo también.

Olvidándonos de eso, creo que deberíamos eliminar esta avanzadilla por completa, intentando evitar que den voces de alarma en lo posible.

El plan de ataque es que nos separemos, un grupo contra el dragón, y otro contra los trasgos, aunque estos entrarán más tarde casi seguro. Sería recomendable, incluso, que se tuviera controlada la retaguardia de los trasgos por si alguno huye para dar la voz de alarma o pedir refuerzos.

Los que nos quedemos contra el dragón, los que podemos atacar a distancia principalmente, deberíamos protegernos con algún tipo de magia contra ácido, que es el ataque que genera esta especie que mora en los bosques - recomendó - el resto, debería estar buscando la manera de aniquilar a los trasgos del campamento, con la precaución de que haya algún trasgo más poderoso que los guíe y que haga uso de magia.

Tras esto, miró al grupo y preguntó - ¿queréis que planteemos la cosa de otra forma? Jorr, ¿podríamos ir al otro lado del campamento para evitar que huyeran a dar la alarma sin que nos vieran y de manera más o menos rápida?

Un buen trago de vivo siempre sienta bien. Y el trago que me ha proporcionado Katan, digamos que me sienta de maravilla. Por tanto, cuando regresamos, me limito a escuchar lo que dicen mis compañeros. Tras las palabras de Sadhow y Porfidius, vuelvo a examinar al objetivo que tenemos delante. Si no fuera por ese dragón, ya estaría cargando hacia el puente. Y si. Hay algo con lo que estoy completamente de acuerdo. Nada de supervivientes.

Cuando Porfidius pregunta a Jorr, niego levemente con la cabeza antes de decir.

Un segundo paso a través de esta grieta, nos vendría muy bien, sin duda, para atrapar por la retaguardia al enemigo. Pero por otra parte, espero que no lo haya. Pensad en lo fácil que seria defender este puente contra la escoria tragoide si logramos capturarlo. Si este es el único paso a través de esta grieta del terreno, tendríamos al enemigo bloqueado. Por eso no me gusta la idea de un segundo camino para atravesarla.

Pero de todos modos...

Continuo.

Hemos de movernos ya gente. Cada instante que perdemos, es un momento de tiempo que podemos echar en falta mas tarde. Por mi parte, puesto que parece que tenemos opciones de acabar con ese Dragón, adelante. Es hora de empezar con lo nuestro.

Cita:

Si- contesta Jorr- pero tendríamos que dar mucha vuelta para cruzar el acantilado, y no se si nos conviene hacer eso.

Estoy de acuerdo con Henderch, como siempre. Mientras antes, mejor...
Ese dragón no va a poder hacer gran cosa, y si lo que queremos es evitar que los Trasgos den la alarma, hay dos formas.

Primero, alzar las enredaderas a sus espaldas como hicieron en la torre. Yo puedo hacer eso también. Y segundo, derribar el puente cuando los trasgos hayan ya subido a el.

Mis dos mascotas, se encargaran de los perros, y de detener a los trasgos que lleguen a adelantarse.
Mientras tanto, las flechas lloverán sobre los trasgos de las torres, y sobre el dragon cuando éste se acerque...
Y cuando el grupo del otro lado del puente se disponga a cruzar, lo derribamos.

Por otra parte, si a pesar de las enredaderas uno puede huir, Porfidius le dará caza fácilmente. Por eso digo que es mejor si yo me dedico a las enredaderas...asi le dejaré a Porfidius sus oscuros poderes, si es que llegara a necesitarlos durante una persecución.

Aunque...claro que un buen rayo lanzado por un aguila es sin dudas mucho mejor para detener una huida...jujujuju

¿Vamos ya? Si estan de acuerdo, permitanme recitar a las Parcas para que nos den sus dones...

Vamos ya.

Es mi respuesta a Katan. Miro a todos y cada uno de mis compañeros y añado.

Suerte en la batalla. Y tened presente que si hay que caer, que sea encima de una montaña de cadáveres con sus tripas brillando al sol. Si, es un lecho adecuado para luchadores como nosotros.

Ya mi escudo se halla en mi brazo izquierdo. La celada, cae sobre mi rostro, y naturalmente, no tardo en desenvainar. Y con voz algo mas cavernosa de lo normal a causa de la celada de mi yelmo, añado.

Por cierto Katan, buen vino ese. Es adecuado morir con un buen sabor de boca. En el caso, claro,. de que tu parca decida que me llego el turno.

Y riendo por lo bajo, me preparo para cargar en cuanto mis compañeros lancen su primer ataque contra el Dragón.

Porfidius tomó la palabra de nuevo - un poco de calma, compañeros - pidió - primero hay que preparar nuestras defensas  y, una vez listos, lanzadnos al ataque tal y como tenemos planeado. Pero necesito unos instantes para las protecciones que debo lanzar - dijo con la clara intención de que aguardaran a que todo estuviera listo - ¿Sabéis lo que tenéis que hacer entonces? - preguntó mirando a todos sus compañeros, uno a uno, esperando su respuesta...

El enano se encoje de hombros-lo que digais, si preferis el combate directo será divertido lanzarse al combate con el guerrero....

 Evea asiente en silencio, tuna mueca de determinación cubre su rostro como una mascra, contrastando con su habitual sonrisa y buen humor.

 El grupo puede hacer frente a este peligro, pero no por eso está carente de amenazas, si el dra´gon se centra en alguien en concreto, puede que no lleguemos a tiempo...

 - Cuando queráis.

Necrull hace eco a las palabras de Profidius.

Tranquilos. No hay que lanzarse como loco contra los problemas.

¿Al final como vamos a atacar? ¿Primero contra el dragón los que podamos y el resto contra los trasgos? Lo digo por los que puedan proteger contra el aliento que lo hagan ahora.

El brujo enarboló su maza. No es que pensase utilizarla, pero por si acaso se acercaba alguien cuerpo a cuerpo que pudiera defenderse. Sus rayos son más efectivos a distancia claro.

Porfidius asintió ante la observación de Necrull - Necesitamos eliminar a toda costa el dragón antes que a ningún otro enemigo, pero hay que 'distraer' al resto para que no molesten más que lo justo. A ver si os gusta lo que propongo.

Después de lanzarnos las protecciones y potenciarnos lo suficiente nuestros ataque, comenzaríamos al unísono con un primer ataque a distancia por parte de todos a aquellos objetivos que podáis alcanzar desde aquí. Quizás Shadow podría atacar al perro, que puede que sea peligroso.

Tras el ataque sorpresa, puede que necesitemos el ánimo de las canciones de Evea para evitar que el dragón pudiera aterrorizarnos, a parte de alentarnos en el combate, mientras que yo me alzo hacia el cielo para intentar que el magno lagarto se fije en mí y no tengáis que sufrir su más poderoso ataque.

Mientras yo me dirijo, dando un pequeño rodeo, hacia el campamento, por si alguno huyese a dar la voz de alarma, Necrull, Evea y yo mismo deberíamos estar lanzando toda clase de misiles que podamos contra el dragón.

Por otro lado, Katán debería parar a las fuerzas terrestres con sus enredaderas, que dice que sabe manejar. Aunque si luego pudiera ayudarnos contra el dragón, sería de agradecer. No sé yo si aguantaría el ataque directo de éste. Para hundir el puente siempre habrá tiempo después.

¿Algo que objetar?

 Yo puedo ayudaros también con el dragón- dice Jorr- tengo mi arco apunto y dispuesto para dispararle. Sin embargo, debemos de ser precavidos a la hora de acercarse. Los grandes trasgos y el dragón están vigilando este punto y no sería bueno que nos localicen antes de nuestro ataque.

Por si quedara alguna duda, me giro hacia mis compañeros y digo.

Todos los objetivos terrestres, para mi y la pareja de cadáveres andantes. El resto de vosotros, ocupaos de ese Dragón como mejor podáis.

En ese momento, miro con curiosidad mi espada y la mano que la sostiene. La imagen tilila, tiembla, se torna borrosa y, finalmente, desaparece. Alzo mi espada y compruebo quie puedo ver los matorrales al otro lado de la hoja sin ningún impedimento. Agacho la cabeza y descubro, las huellas de mis botas sobre el terreno que piso y sin embargo, no me veo los pies.

Excelente aportación.

Y puesto que me doy cuenta de que puedo ver a través del lugar que ocupa Evea sin ningún problema, añado.

Buen recurso. Pues bien. Ahora si, es hora de empezar el baile. Descubramos si al final, nos toca bailar con las parcas de Katan o nos reservaran el baile para otro día.

El plan de Porfidius era bueno. Aunque se arriesgaba demasiado si el dragón alzaba el vuelo.

Eso me parece un plan. El dragón lo tiene dificil para estar fuera de mi alcance, de hecho desde aquí puedo estar dandole. Con lo que en cuanto digais disparo.

Todos parecian nerviosos, excepto Henderch que estaba animado como siempre antes de un combate. De todas formas sabían lo que se jugaban. Pues ellos eran los únicos que estaban al tanto de lo que ocurría. Y si fallaban aquí condenarían a toda la zona. Así que sólo cabía un resultado. La victoría, total y absoluta.

- Bien, allá vamos - Porfidius tomó una larga bocanada de aire y comenzó a lanzar conjuros sobre él y su compañero animal. A medida que recitaba sus conjuros, no dejaba de dar vueltas al plan en busca de algún fallo, que seguro que los tenía, pero era lo mejor que se le había ocurrido.

Antes de dar la señal de incio, se dirigió a Jorr, su guía - Si caemos aquí o si ves la cosa difícil, huye hacia el pueblo más cercano para dar la voz de alarma.

Tras esto, cerró los ojos, repasando el siguiente movimiento - cuando acabe la transformación, empezad - dijo a su vez que tomaba aire de nuevo.

La figura comenzó a titilar y su aspecto fue cambiando mágicamente. Sus brazos encogieron y le salieron pluma allí donde antes tenía mangas. Su nariz se unió a su boca para formar un soberbio pico. Sus piernas menguaron, adelgazaron dramáticamente y se convirtieron en garras. Su pelo se convirtió en un hermoso penacho emplumado y sus ojos se abrieron, dejando lugar sus ojos marrones a unos hermosos ojos dorados llenos de vitalidad.

Con un grito, una enorme tormenta de hielo arreció el campamento, dando lugar al comienzo del envite...

Y allá va Porfidius transformado en Águila. Y el graznido que suelta, es para mi la señal que esperaba. Salto hacia delante y gano velocidad a la carrera. Ante mi, esta el maldito chucho sarnoso. El cual, aunque ha alzado la vista al ver aparecer a Porfidius metarmorfoseado, olisquea y se queda mirando fijamente los matorrales desde donde he cargado en tensión.Cae de pronto toda una granizada y yo sonrio pues esto, desconcierta por unos instantes a mi objetivo.

Y yo, que acorto distancias a toda velocidad, ya alzo mi espada por encima de mi cabeza.

¡¡Te voy a reventar las entrañas despojo!!

El pensamiento, brilla en mi cerebro como si de fuego se tratara. Y cuando llego hasta el chucho maloliente, descargo mi acero con todas mis fuerzas.

¡Y las prisas me hacen fallar!. Maldigo a la parca de Katan, a todas las camareras del mundo, a los dioses que se me ocurren y alzo mi espada colocándome en guardia. Pues no se cuanto durara el hechizo de Evea. Y a estas alturas, tampoco es que e importe demasiado.

El grupo se prepara para el asalto. Se empiezan a poner las protecciones y los conjuros de invisibilidad. A Necrull no le importa porque puede verlos perfectamente.
Porfidius se transforma en aguila y alza el vuelo, mientras Henderch sale como una flecha hacia el primer perro. En cuanto llega y golpea se vuelve visible, lo que aprovecha el brujo para lanzar su rayo infernal contra el dragón.