Partida Rol por web

 Uh, uh, demasiados a la vez para la fiesta, ¡Vosotros no sois bienvenidos!

Mientras mantenía su actuación, lanzó un conjuro centrado en el minotauro, una explosión de partículas brillantes apareció en sus ojos y a su alrededor, con suerte, les entretendría lo suficiente como para acabar con el resto de amenazas.

- Ssssiii! Ya oir! Mataaar! Gloria a la Mano Roja!

- Gloria a la Mano Roja!!!

Los dos goblins se envalentonan al ver la aparición de sus compañeros y la desaparición del globo de silencio. Acuchillan repetidas veces a Riva y Faris, recibiendo el espadachín un corte en el brazo.

Riva, consciente del peligro al que se enfrentaban y viendo como Faris estaba herido, se esforzó en golpear con saña al goblin.

- ¡Resistid!

"Satisfecho" tras dejar maltrecho al primer hobgoblin, Jorr cambia y su siguiente lluvia de flechas cae sobre el hobgoblin situado al lado del primero. Los hobgoblins, que están cruzando el patio hacia el grupo, están a merced de los arqueros. Efectivamente, dos de las tres flechas de Jorr causan importantes heridas al monstruo. Ya hay dos maltrechos en la cuenta del guardabosques.

- Ja ja! Las ratas salen de la madriguera!

Riva responde al ataque del goblin con un profundo tajo, dejando maltrecho al monstruo, igual que lo está el que lucha con Faris (o con la espalda de Faris, que dedica su atención principalmente a los worg.

Tras las flechas de Jorr, los hobgoblins maltrechos se lanzan contra él, fuera de sí, atacándole con sus espadas largas. Los furiosos ataques causan una herida a Jorr, que les escupe a la cara.

El minotauro se acerca, imponente, a Celgadis, y con sus largos y musculosos brazos ataca usando su gran hacha al elfo. Tras un primer balanceo del hacha a modo de engaño, corta limpiamente el abdomen del magus causándole una fea herida.

- Estáis acabados, mequetrefes! - y dirigiéndose de nuevo a los suyos- Vamos, acabemos con ellos! Otro hachazo como este y partiré en dos al elfo!

Los dos hobgoblins que quedan, viendo el panorama y confiando en sus aliados, se preparan para reforzar el ataque a distancia; se sitúan tras dos de los grandes bloques de piedra del patio y preparan sus arcos para disparar.

En cuanto a los worgs, el que lucha con Faris casi consigue tumbarle tirándose sobre él, pero la parada del espadachín contrarresta el intento. Y en el patio, el otro worg se lanza contra Invierno, con tal odio racial que también tumba al lobo de la exploradora.

Cuando el lobo se abalanzó sobre él con las fauces abiertas, Faris se tiró al suelo de espaldas, metiendo el estoque en horizontal entre las mandíbulas del animal. Después se revolvió sobre sí mismo, haciendo girar la hoja y cortando la mandíbula inferior del desgraciado can, que se separó de la cabeza. Faris apartó el cuerpo y se puso en pie, listo para seguir con el combate.

Tenso el arco con una nueva flecha en él, llena de rabia al ver a Invierno en el suelo grito - ¡Escoria, callad y morid!- la flecha sale despedida con tanta mala leche como la que tengo. Directa a los ojos, suerte tendrá si logra esquivar esa pienso.

El minotauro era grande, fuerte y con un arma mortífera. Pero Celgadis era... bueno, era Celgadis.

Apenas murmurando su conjuro favorito, el elfo canalizó parte de su energía interior hacia la espada para hacerla aún más afilada, más afilada de lo que un arma normal pudiera ser. Casi al mismo tiempo envió toda la energía eléctrica que acababa de convocar con su conjuro a la superafilada punta de su arma, dio un paso dentro del alcance del enorme monstruo y le golpeó con su arma. Pequeña en comparación con la del monstruo, pero posiblemente más mortífera. O eso esperaba el elfo.

- No si yo te frío antes, cornudo.-

El minotauro se ve envuelto en brillante polvo mágico conjurado por el bardo, y después retrodece un paso de forma instintiva ante la electrocución de la espada de Celgadis. Mirándose el abdomen, descubre un boquete que deja a la vista carne chamuscada. Pese a todo, maltrecho, sigue en pie, dispuesto a dar guerra.

- Sabandijas, habéis tenido vuestra oportunidad... pero la magia no va a poder conmigo! Elfo, en el siguiente golpe, te partiré en dos, y te daré de comer a los worgs!!

Los goblins siguen pinchando a Faris y Riva con sus pequeñas cimitarras. De nuevo, el incordio de alguien más menudo y flexible hace mella en la rígida defensa de la paladina, que recibe un pequeño corte. En cambio, Faris, merced a su gran pericia, acaba con el goblin que le ataca con una precisa estocada.

En el patio, la manticora vuela hasta una posición donde tiene ventaja táctica: corta la retirada del grupo, y tiene en bandeja a Silmesh y Fertel! Cuatro nuevos pinchos salen disparados de su cola, dos chocan contra la piedra de la ruinosa fortaleza, Silmesh salta evitando el tercero, y el cuarto se clava en un desprevenido Fertel, que miraba al minotauro para ver si acababan con él.

Con ganas de salir a ayudar al resto, Faris se lanzó a por uno de los goblins con la intención de eliminarlo lo más rápido posible. - Ya has visto como ha quedado el perrito. ¿Seguro que queréis seguir aquí?

Riva se siente más cómoda tras luchar un rato con el goblin. Contra lo que era de esperar, la paladina no se está cansando, mientras que el goblin sí es cada vez más lento de trotar y fintar alrededor de la paladina. La forma física no es el fuerte del monstruo. De hecho, no se le ocurre a Riva cuál es su punto fuerte. Tras un potente espadazo, el goblin queda herido de muerte, y cae al suelo, donde muere entre gorgoteos ensangrentados.

Jorr da un salto hacia atrás al tiempo que prepara dos flechas para su arco. Pero contra lo que todos pensáis, no dispara a alguno de los hobgoblins que tiene delante, si no que en un brusco giro de su torso, dispara al minotauro.

- Cuidado elfo, este pedazo de animal te va a machacar!

Dos flechas emplumadas se clavan profundamente en una zona de piel vellosa desnuda del minotauro, al lado de la herida por electricidad. La cantidad de daño sufrido es demasiado para el gran humanoide tauro, que cae al suelo derrotado, antes de poder destrozar a Celgadis... por suerte para todos.

El worg del patio sigue su igualada lucha con Invierno, manteniéndose la balanza equilibrada por el momento.

Los hobgoblins de en medio del patio, bien pertrechados con su armadura de bandas, escudo y espada, atosigan a Jorr, y le hacen un corte que provoca un reniego del explorador ("Aah! Cabroncete, como vuelvas a tocarme te voy a sacar las tripas!"), contestado por los chulescos hobgoblins ("Muere! Mano Roja vence!").

En cambio, los dos hobgoblins parapetados en su posición ventajosa tras las piedras, disparan sin necesidad de hablar sus flechas a Celgadis, aunque no consiguen hacer mella en las defensas del magus.

Una vez despachados los goblins, Faris salió rápidamente al patio. Echando un rápido vistazo, vio a unos cuantos hobgoblins y el cuerpo derribado de un enorme minotauro. Mmmm... ¿no había oído un batir de alas? - Tranquilo, Jorr, yo te cubro contra estos cobardes que atacan dos contra uno.- dijo, cruzando la espada con el primer hobgoblin que le salió al paso. Pero el muy bribón interpuso la puerta, así que la hoja del estoque se clavó en la madera.

¡Au! ¡Eso duele!.

Arrancandose la pua gimió un poco y después disparó a la manticora con rabia, tanta que soltó la flecha demasiado pronto y salió disparada hacia el infinito.