Partida Rol por web

Los ogros regresan a sus aldeas dispuestos a prepararse para la guerra. No solo dejaran de ser un problema, sino que probablemente apoyen a las fuerzas imperiales en la contienda. Una fuerza a tener en cuenta sobre el tablero, pero el destino del Imperio parece indiscutiblemente descansar sobre las legiones cuarta y sexta acampadas en el nucleo de la expedición occidental.

Heroes como el general Mediev, guerreros de renombre como Arborius e incluso individuos más cuestionables como la señora Undina están llamados a alterar las corrientes de este cambiante destino. Y aun estando en el centro de todo parece inevitable una oscura fatalidad que aplasta toda esperanza en el futuro.

Nuestros héroes no son conscientes de como una revolución a gran escala se ha encendido en todo el Imperio. Mientras los acontecimientos meticulosamente preparados por el lancero negro Basalthof se van sucediendo los que se consideran protectores de la humanidad estan cada vez más solos. ¿Acabará ambición de este hombre con una civilización levantada por milenios de pensadores, filósofos y guerreros?

El grupo de regreso al fuerte para entrevistarse con Mediev camina por una dehesa cuando se escucha un sonido en la maleza .-Iiiiih-. Seguido a ello un movimiento.

Me quedo quieto y miro a mi alrededor, con una mano puesta sobre el pomo de la espada pero sin desenfundarla por el momento.

Escuchas de nuevo el sonido. .-Iiiiih-. Proviene de unos matojos. Estas seguro. Allí hay algo extraño.

En un arranque de valor, desenfundo la espada y me acerco lentamente pero constamentemente hacia los matojos.

La sorpresa de Arborius es encontrarse a un hombre tirado en el suelo. Su pierna esta atrapada en un cepo y esta con un cuchillo poco afilado intetando cortársela para escapar .-Iiiiih-. Sus quejidos de dolor son los que escuchaba el grupo. Apenas estaba empezando a cortarse la extremidad pero ya hay bastante sangre por el suelo.

El hombre es de avanzada edad pero bien musculado y con uniforme de los lanceros negros de Illenvil.

- Por el amor del cielo, dejé de herirse a sí mismo!! - le digo.

Y tras decir esto, intento alertar a mis compañeros de grupo al mismo tiempo que, con mi espada, intento hacer palanca para librarle del cepo.

El cepo esta muy duro, pero consigues abrirlo el tiempo suficiente para que el hombre retire su pierna. .-Ah. Joder-. Se echa la mano a la herida .-Ja, ja, ja... ja, ja, ja. Creo que volveré a andar-. Se incorpora .-Legionarios. Que cojonudo. Mi suerte ha cambiado-. Se intenta incorporar pero cojea.

Se presenta:

- Hola, me llamo Arborius. ¿Como te llamas tu?

Como jugador sé su nombre; como personaje, aun no.

.-Me llamo Hastus. Soy miembro de los lanceros negros de Illenvil. Llevo un mensaje importante para el general Mediev, y los payasos de los meritocrátas llevan intentando matarme desde que salí. Primero perdí el caballo, luego me atacaron unos putos lagartos a dos patas. Y cuando creía que nada podría pararme... Un puto cepo para osos. ¿Qué cojones?-.

- Calma, lo malo ya ha pasado. Pero no es prudente ir solo por el camino. ¿Porque no te unes a nosotros? Precisamente también vamos a ir a ver al general Mediev. ¿Te decides?

.-Si. Si... Aunque no puedo andar muy rápido-. ​Te enseña un documento .-Podéis dejarme atrás si las cosas se ponen difíciles. Esto parece muy importante. Entrégalo si no sobrevivo al viaje-.

- Te prometo que lo entregaré si tu no pudieras. Venga, ven con nosotros. Puedes sernos de ayuda si nos ataca alguien. Andiamo. Sigamos todos nuestro camino.

Hastus se mueve muy dificultosamente. Como buen lancero negro tiene el arma que le da nombre, pero la usa para apoyarse mientras cojea por el camino. Quizás era optimista suponer que pudiera ayudaros.

Avanzais durante un par de horas más en dirección al fuerte. De pronto un objeto esferico cae ante vosotros. Es una cabeza humana...

.-¡Elfrida!-. La cabeza de una mujer hermosa reposa ante vosotros.

.-Un recuerdo para ti. Anciano-. Es un monstruoso caballero infernal de aspecto temible .-Tu muerte no es suficiente. Sufre la vergüenza de no haber podido salvar a la mujer que amabas, y permitir que yo pudiera humillarla y deshonararla-.

Desenfundo la espada y digo:

- ¿Quien eres tu para humiliar a uno de mis amigos? ¡¡Lárgate o combate!!

.-Dadme el mensaje y podréis continuar con vuestras lastimeras vidas... Un poco más-. Levanta una espada negra .-O de lo contrario...-.

.-Nunca nos dejará en paz. Es un ser de pura maldad. Disfruta de la guerra fratricida que vivimos los hombres. Ni siquiera quiere nuestra muerte porque entonces dejaríamos de sufrir. Como el hay otros muchos-.

.-Un demonio menor. Están más activos en los tiempos oscuros. Es una torpe apreciación del lancero negro. Son criaturas elegantes en cierto modo, pero en este caso se interpone en nuestro camino-.