Partida Rol por web

Varis se acerca a la puerta y prepara una de sus mejores sonrisas antes de llamar con los nudillos y decir bien alto: Disculpen, ha sido solo un malentendido, venimos a investigar la desaparición de la mujer del molinero. Aunque por dentro piensa: ¿No se supone que el molino era solo del molinero y su mujer? ¿De quien puede tratarse entonces...?

Sin embargo si escucha algo que le haga intuir que la elfa se encuentra en peligro intentará romper el cerrojo de un espadazo, o pedir a Boran que reviente la puerta de un buen empujón.

Sureya eleva la mirada al cielo, como con resignación:

Dioses, ¿qué clase de personas somos que no llamamos a la puerta antes de intentar entrar en una casa por la ventana? 

Asiente con la cabeza a las palabras de su compañero y añade:

- Somos gente de bien, nos habrá visto enfrentarnos a esos duendes que estaban interrumpiendo el paso del puente.

Llamáis a la puerta y la que os abre la puerta es Aelar, que ha bajado al piso de abajo.
El interior es una sala que tiene unas escaleras ascendentes y otras que descienden al sótano.
La sala tiene un sofá y una mesa para comer y no mucho más.
Solo está Aelar, no hay nadie más.

Llamáis a la puerta y la que os abre la puerta es Aelar, que ha bajado al piso de abajo.
El interior es una sala que tiene unas escaleras ascendentes y otras que descienden al sótano.
La sala tiene un sofá y una mesa para comer y no mucho más.
Solo está Aelar, no hay nadie más, que vosotros veáis en este piso.

O mucho me equivoco y hay alguien escondido en el sótano, o la voz era una tomadura de pelo, dice Aelar con cara de póquer.

¿Bajamos a comprobarlo?

Hemos oído pasos en esta planta, si arriba no había nadie lo más seguro es que se haya escondido abajo, vamos. Varis avanza hacia las escaleras pero no saca su arma, si se encuentran con alguien asustado no quiere intimidarle aún más.

-¿Hola?--exclama Hadarai a voz en cuello mientras entra lentamente en la casa para examinar con mayor  atención la estancia--¿Hay alguien aquí? Venimos a echarles una mano.

Cerráis la puerta tras vosotros y comenzáis a descender por las escaleras del sótano.
En el sótano está la maquinaria del molino. Hay una rampa que asciende hacia una puerta por la que se filtra la luz del sol.
Tras uno de los engranajes hay alguien escondido y acurrucado.
Otra cosa que os llama la atención es que parece faltar una piedra de molino grande.

- Tranquilo, puedes salir de ahí. No vamos a hacerte daño. 

Dejo ver mi símbolo sagrado (el clero siempre tuvo buena prensa), avanzo un paso y tiendo una mano amistosa, con la palma hacia arriba, para que quien sea pueda salir.

- ¿Qué ha pasado? ¿De quién te escondes?

Aelar, que también ha bajado, da un paso hacia un lado para tener una idea mejor de quién se esconde allí, pero no dice ni palabra.

Mientras sus compañeros tratan de animar al tímido ratón para que salga de la madriguera, el mago eladrín echa un somero vistazo al mecanismo del molino preguntándose cuál sería la función de la piedra que falta.

Un niño sale de su escondrijo, le acompaña una leve brisa. El niño os dice ¿Que haceis en mi casa?
Debe tener 12 años, aunque es tan alto como un mediano. Sus ojos son azules como la flor de lino.

Solo intentamos ayudar. Responde Varis intentando tranquilizar al muchacho. Estamos investigando la desaparición de Ellessandra, la mujer del molinero, ¿tú no serás su hijo, verdad? Porque no nos dijo que tuviera ninguno...

A primera vista parece humano.
Si, mi señor soy el hijo de Froderick y Ellasandra. Hace tiempo que mi padre no viene aquí. ¿Conocéis su paradero?

Aelar examina suspicazmente al chaval, y le pregunta: ¿Cómo es que te has quedado aquí solo?

Hace unas horas que regresé a conocer a mi padre y el molino estaba vacío

A ver, cuéntanos dónde vives, por favor, y cuándo fue la última vez que viste a tu madre.

- ¿A conocer a tu padre? Entonces es normal que él no nos hablara de ti. ¿Dónde vivías hasta ahora? 

Sorprendido por el comentario del pequeño, Hadarai enseguida deja de centrarse en el molino y se acerca para observar con mayor claridad al crío mientras sus compañeros van haciendo el trabajo de sonsacarle toda la información posible.