Partida Rol por web

Katie si quiere puede tomar el primer cuarto, los otros dos seran todos vuestros caballeros. Por favor instalence a gusto. dice de manera muy amable. A la derecha esta el baño si lo necesitan.

Katie agradeció el ofrecimiento del profesor con una sonrisa y se dispuso a seguirlo al segundo piso, cogiendo antes las maletas que había dejado en la entrada. En todo momento lo observaba todo con curiosidad. Le parecía una casa grande solo para Hopkins.

Sí, sin problemas, me quedaré con el primer dormitorio, asintió mientras abría la puerta sin dudar, cargada con las pesadas maletas y con ganas de soltarlas ya. Curioseó un poco al entrar en ella.

Nos levantamos y tras las palabras de is hasta las habitaciones, asentí y cogí mis cosas.

Al llegar arriba y ver como estaba dispuesto un poco todo accedí.

-Está bien, por mi no hay problema en compartir habitación, entraré en esta misma.

Acto seguido entre en la que esta en la esquina, en medio de las otras dos, dejé a un lado la maleta y dejé mi zurrón sobre una de las camas esperando a ver si alguno de los otros dos entraba en esta o me tocaría compartir con el músico.

- No puedo negar que un cambio de ropa, una ducha y un ligero descanso suenan muy bien, si jajaja.

Les sigo escaleras arriba hasta la segunda planta.

- Por supuesto que no hay problema en compartir cuarto Arthur, bastante estamos abusando ya de tu hospitalidad.

Venga, parece que alguien se ha animado ya. - Si me hace un hueco señor Alphonse prometo no ocupar mucho, vengo ligero de equipaje jajaja.

Cojo las maletas para entrar al cuarto, y cuando estoy entrando me vuelvo y pregunto - ¿Nos vemos en un rato de nuevo abajo?

"Entonces el que queda es para mi" digo, pensando que tendré la ocasión de liarla por la noche sin que me moleste nadie

"¿Suele llover tanto tiempo aqui?"

Bueno, suelen haber menos días de lluvia, pero sí… depende de la temporada. Aunque ya la lluvia ha bajado, que bueno..

 Responde el hombre al mismo tiempo que suena un teléfono. El sonido es muy diciente por tanto para todos es motivo de atención. Los pasos apresurados del  anciano a contestar seguidos por un

“Ohhh que alegría…….¿en el bote privado que me comentaste?... oh si sí…¿qué dices?...oh no te preocupes, yo voy por ti… sí claro….enseguida, enseguida…”

El hombre sonaba emocionado.

Cuelga y camina  hasta la mitad de las habitaciones y les dice a todos.

Oh ya llego el último, iré a recogerlo.. ..oh por Cristo que buena nueva…- dice emocionado- no se preocupen en acompañarme,   no demoro, ustedes mientras tanto instálense en los cuartos, mi casa es su casa.

Katie asomó la nariz por la puerta cuando el teléfono sonó estruendosamente. Había empezado ya a sacar su ropa y ordenarla pulcramente para que no se arrugara en la maleta, pero lo dejó a medio hacer para escuchar la conversación de forma un tanto indiscreta. Después, cuando el profesor comentó que iba a buscar al músico, se ofreció como acompañante.

¿Está seguro de que no quiere que le acompañe alguien? Aunque sea para darle conversación en el coche, sonrió.

Oh querida Katie,  No.  Dice con una sonrisa. Roman viene con algunos instrumentos que no saben en el maletero. No demoraré mucho igual, por favor descancen... no demoro.

Y siendo así baja las escaleras.

Ciertamente con afan el hombre toma su abrigo, sombrilla y sale hacia el auto. Si alguno de ustedes se asoma por la ventana  verá que  arranca el carro, y sale en direccion al embarcadero. No se puede ver mucho la via desde ahi, pues los árboles tapan el panorama.

Es así como quedan entonces solos en la casa. La lluvia se incrementa.

-Sin problema Owen, acomódese.-Digo en contestación a sus palabras.

Cuando suena el teléfono como todos, quedé a la espera, expectante. Al ver que se trataba del músico y que Arthur iría a recogerlo volví a sacar mis cosas de la maleta y ordenarlas en algún lugar.

-Está bien, tenga cuidado.-Me despedí de Arthur.

Cuando esté se fue, me giré hacia mi compañero de habitación en un tono audible para todos.

-¿Bote privado? Vaya tela ¿no?

Después de deshacer sus maletas y ordenarlo todo con rapidez, ya que no llevaba demasiadas cosas, Katie curioseó un poco por la habitación, mirando si el profesor había dejado algo por allí. Tras ello, salió de su habitación. Se sentía acalorada del viaje, así que decidió salir a ver si había jardín o algún sitio donde tomar el aire.

- Gracias. - Digo sonriente a Alphonse.

No puedo evitar curiosear también cuando suena el teléfono, intento disimular como que sigo extendiendo mi ropa, colgándola en perchas de viaje, pero estoy atento a lo que comentan.

- Cuidado con el coche y la llúvia Arthur, estos malditos trastos no son muy estables que digamos. - Durante unos segundos me quedo pensando en lo que acabo de decir. - Las carreteras con montañas cerca no son lo mejor con esta lluvia, espero que tenga cuidado.

- He de reconocer que no sé muy bien como interpretarlo, podría ser una simple barquita o un barco de lujo jajaja. - Digo con una sonora carcajada. - Espero que sea más bien lo segundo, porque con este tiempo...

Todos ven como Katie baja las escaleras, luego de estar un tiempo en su cuarto. Poco despues puedes escuchar un gran trueno, las luces del relampago   ilumina las ventanas de la casa. La lluvia se incrementa.

En la habitacion no encuentras nada además de la cama y la mesa de noche.

Cuando bajas las escaleras, abres la puerta principal siendo la única existente para acceder al jardín. Esta lloviendo mucho y te quedas debajo del techo de la entrada. El jardin tiene  algunas plantas sin flores. El mismo jardin esta  bordeado por una especie de pino finamente cortado que asemeja un muro. El jardin esta poco trabajado posiblemente podría tener más pero te suena aburrido.

Mientras estas ahi,  notas que  el  cielo se ilumina muy cerca a la casa y un trueno muy sonoro te asusta. Se viene una tormenta electrica.

-Si, más le vale la verdad.

Cuando termino de acomodar las cosas echo un vistazo a como está realmente la habitación y me dirijo al baño y tras salir, bajo a la planta baja viendo en resto de la casa.

Al bajar las escaleras, esa vez, en vez de dirigirme hacia la sala donde estuvimos antes, giro a la izquierda en dircción al comedor general para ver como es.

Katie pasó unos minutos observando el jardín y la tormenta que se avecinaba, notando cómo el aire fresco le daba en la cara. Cuando sintió que se le pasaba el calor de cargar con las maletas, decidió volver a la casa a investigar un poco. Sabía que no era lo más correcto socialmente, pero realmente sentía curiosidad por cómo vivía allí el profesor Hopkins.

Volvió a entrar en la casa por la puerta principal, y en vez de torcer hacia la izquierda para ir a la sala de estar donde el profesor les había enseñado el álbum de fotos, se dirigió a la derecha. Había cuatro puertas más, y Katie abrió con cuidado la primera, junto a las escaleras (Cocina, en el mapa).