-Me parece justo -aceptó tendiéndole el vial, por el que ya había perdido todo interés-. Sin embargo me preocupa algo. Te oí murmurar cuando aparecimos aquí: ¿has perdido poder? ¿Estás seguro de que podrás conseguir lo que dices?
El Magus rió.
-Perspicacia no te falta. Descuida. Mi comentario no se debía exactamente a una pérdida de poder. En este lugar mi poder no tiene límites.
-Ajá... -asintió llevándose la muñeca a los labios, y sin dejar de mirarlo a los ojos hendió los colmillos hasta que dos gotas de sangre brotaron de la carne-. ¿Y a qué se debía? -preguntó ofreciéndole la Vitae.
Giacco sacó un frasquito de entre sus ropas y se acercó con actitud decida que enmascaraba cierta cautela. Tomo la muñeca y oberservando la Vitae como si de oro líquido se tratara dejó que las gotas cayeran en el interior del cristal.
-Vuestra piel... Está anormalmente tibia. Fascinante -comentó.
Rosalía sonrió levemente, complacida.
-¿A qué se debía, Giacco? -repitió sin apartar sus ojos de él-. Debes satisfacer toda mi curiosidad, ¿recuerdas?
-El paradigma -explicó cerrando el frasco-. La realidad se moderniza y la gente ya no cree tanto en la Magia. Son cuestiones técnica que no entenderías. ¿Por qué te persiguen los Tremere? -preguntó de pronto.
-Mmm... -murmuró sin dejar de sonreír. Tenía razón, ni lo entendía ni le interesaba-. Si también tú quieres satisfacer tu curiosidad, ¿deberías ofrecerme algo más, no crees?
Él la miró con sonrisa procaz
-¿Algo más que salvaros del acoso Tremere? Casi puedo escuchar sus pasos tras tus talones.
-Ése era el trato a cambio de saciar MI curiosidad, no la tuya -replicó antes de pasar la lengua por las dos pequeñas heridas-. Pero de acuerdo, esta noche me siento generosa: buscan algo que creen que tengo -alzó las cejas y se encogió de hombros, indicando que eso era todo lo que diría sin un incentivo-. ¿Cómo vas a hacerlo? ¿Cómo vas a librar a mi sangre de la vigilancia Tremere?
-Contramagia -dijo al tiempo que sacaba de entre sus ropajes un pequeño saco de color púrpura-. Sería difícil de hacer si estuvieras hechizada por Magia de verdad, pero esa fruslería Tremere desaparecerá en un instante. Simplemente tendrás que venderme tu alma... No, es broma, sólo bromeaba. No creo que los Vampiros tengáis una. Ahora cierra los ojos y relájate.
-Lo que tú digas... -respondió ofendida pero sin ánimo de discutir. Recorrió con la mirada la habitación y al Mago antes de decidirse a cerrar los ojos. No terminaba de saber si era buena idea confiar en él, aunque llegados a ese punto no tenía alternativa. Tomó aire y lo dejó escapar en un largo suspiro, un gesto que probablemente sorprendería a Giacco, relajó los hombros y aguardó a que el mortal procediera. Sin embargo agudizó el oído, sólo por si acaso...
Rosalía sintió un polvo áspero caerle sobre el pelo y escuchó a Giacco moverse a su alrededor. Pero no sintió nada especial.
-Ya está -le dijo el Magus. Cuando abrió lo ojos advirtió algunas gotas de sudor perlando la frente del mortal.
-¿Ya está? -repitió un tanto escéptica. Se llevó una mano al cabello para intentar averiguar qué era lo que Giacco había usado, y después miró al Mago.
-¿Y cómo sé que no me engañas? Que no me has espolvoreado harina de trigo por la cabeza y te has hechado un poco de agua a la frente para poder reírte de mí durante el resto de tu vida? Yo no siento nada -tenía el ceño levemente fruncido y un tono acusador, pero más por incomprensión que por enfado.
-Apuesto a que tampoco sentiste nada cuando contaminaron tu Sangre. ¿Me equivoco? De otro modo no creo que seas de las que deja a los Usurpadores salirse con la suya. Aunque... -dijo admirándola de nuevo a través del fragmento de cristal-. Hay muchos matices en tu aura... El más imperceptible parece de... ¿culpa? Vaya. ¿Es posible el remordimiento en tu especie?
Rosalía se sintió incómoda al instante, y casi como un acto reflejo decidió observar a su vez el aura del Mago.
-No recuerdo cuándo contaminaron mi Sangre -respondió malhumorada-. He olvidado muchas cosas. Y con esa pregunta me demuestras la poco que sabes de nosotros. Espero que mi Vitae te ayude -se giró ofendida hacia la puerta.
No me acuerdo de qué hay que tirar para Visión del Aura.
Motivo: Visión del Aura (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (7 dados): 1, 5, 6, 7, 9, 1, 10
Éxitos: 2
La Vampira escrutó el aura que envolvía al mortal. Su color principal el morado de la intriga. Pequeñas centellas surcaban la bruma púrpura, indicadores de su naturaleza mágica que al pasar alumbraban el azul de la calma que luchaba con los pequeños matices rojizos de la atracción y la lujuria.
-¿Y así de fría va a quedar nuestra alianza? -preguntó el Magus-
-¿Es que deseas algo más? -dijo eligiendo muy bien las palabras-. Me daba la impresión de que eras tú quien prefería mantener las distancias... Dime qué más quieres de mí y tal vez podamos llegar a otro trato justo -sonrió escuetamente.
El Mago la observó detenidamente.
-No. Nada más. Por el momento. Quizás en el futuro o si eres tú la que deseas algo de mí. Soy paciente.