Motivo: Percepción+Callejeo (Especialidad)
Dificultad: 4
Tirada (6 dados): 5, 1, 2, 7, 5, 1
Éxitos: 1
Motivo: Autocontrol (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (4 dados): 10, 7, 2, 10
Dados repetidos: 1, 9
Éxitos: 3
Motivo: Autocontrol 2 (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (4 dados): 6, 8, 6, 6
Éxitos: 4
Utilizaré Auspex 1 para la primera tirada. Consigo resistir el frenesí. Me subo 3. Si calculo que me podría dar tiempo a otra caza, sabiendo más o menos los tiempos de despertar de Thomas, lo haré. De lo contrario, me pondré a buscarle directamente... Y le voy a dar un par de problemas, xDDDDD
-Lo investigaremos -afirmó-. Ponme al día, Chiara: ¿Quién es el Príncipe de Roma? ¿Quiénes los Vástagos más poderosos? Bandos, influencias, relaciones... Cuéntamelo todo.
Hakan se adentró en los barrios más ricos, tratando de pensar como lo haría Thomas. En una esquina dio con una meretriz y con presteza la convenció para que la acompañara hasta un callejón y bebió de ella, logrando embridar el impulso de la Bestia que le pedía más y más alimento. La dejó allí tendida, tras cerrar sus heridas y continuó su búsqueda. Pero tras doblar tres calles se dio cuente de que había una figura siguiéndolo de cerca.
Le seguían... Vaya, qué interesante. Ahora que había descubierto la emoción de la caza en más de un sentido, se sentía extrañamente cómodo en tales circunstancias. ¿Cuál sería su siguiente movimiento? ¿Cuál sería el de su perseguidor? Ah, desde luego que era excitante. ¿Sería Thomas, quizá? ¿O aquella zorra Ventrue que viajaba con él y controlaba sus pasos? Fuera uno u otro, era obvio que debía hacer algo al respecto.
Fingió no haber percibido nada y entró en otro de los burdeles. No tardó en convencer a una de las chicas para subir con ella a un reservado. Una vez ahí, cerradas las contraventanas, comenzó con los prolegómenos y no tardó en atacar el cuello de la meretriz. Iba a necesitar todo el sustento posible esa noche, lo presentía.
Motivo: Autocontrol (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (4 dados): 10, 7, 9, 8
Dados repetidos: 3
Éxitos: 4
Motivo: Autocontrol 2 (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (4 dados): 6, 1, 10, 1
Éxitos: 0 Fallo
Ups... Fallo la segunda. Pero llevo 4 éxitos. ¿Debería gastar FV o cómo?
Lo último que recordaba Hakan era la sensación de sus colmillos hendiendo la carne en el cuello de la fulana. Después un velo rojo nubló su juicio y cuando recobró la consciencia el cuerpo de la mujer yacía a su lado, frío y sin una gota de sangre.
Pues al fallar la segunda entras en frenesí y te la bebes entera. La avaricia...
Tira conciencia a dificultad 8.
Ponte 10 de Sangre.
La expresión de Chiara recobró cierta serenidad. Le gustaba hablar y contar cosas.
-Tiberio, del Clan Nosferatu es el Príncipe oficial de Roma. Yo no lo viví, pero según cuenta la historia, pero el Príncipe Constantinus murió en 1229 cuando un Viernes Santo hubo en terremoto en la ciudad que derruyó su refugio. Desde entonces los Nosferatu y los Capadocio, que llevaban siglos de disputa por las catacumbas romanas, dirigieron su ambición hacia el trono. La situación fue de equilibrio pero la guerra interna con los Giovanni en el seno de los Capadocio los debilitó y Bruno se alzó con el Principado. Le gusta rodearse de consejeros de los Altos Clanes, dicen que porque así se siente por encima de ellos al darles órdenes. Massimo, Hugo, Miguel, Valeria.... son algo así como sus más cercanos, aunque su verdadera lealtad, según cuentan, está con sus hermanos de Clan. A través de Christian Adler hemos tenido conocimiento de que los Lasombra, muy asentados en el Papado, comienza a preparar un golpe de estado, aupados por la Revuelta Anarquista.
Abrió los ojos... Y su nuevo y terrible pecado le dio la bienvenida con la mirada muerta. Notó su labio inferior temblar, la Bestia saciada y alegre por el festín que acababa de regalarse. He ahí el motivo por el que era inútil buscar el perdón de Dios: no se trataba sólo de que no le importaran una mierda los constantes intentos de Hakan; se trataba de que era un monstruo condenado a detestar una parte de sí mismo por siempre.
Resignado, cerró lentamente los ojos de la meretriz, que no tenía culpa de nada. Nada sabía de ella y nada sabría ya. De no ser porque estaba hambriento y se había cruzado en su camino, ni siquiera se habría preocupado en absoluto por el devenir de esa mujer. ¿Y cómo podía ella suponer que aquel día, cuando despertó, iba a ser el último? ¿Cómo imaginar que un desconocido se cruzaría en su camino y le daría una dulce muerte?
Incapaz de hacer nada por ella, colocó correctamente sus escasas ropas y dejó reposar el cuerpo sobre la cama, las manos juntas sobre el pecho. Observó el rostro de la mujer, sabiendo que sería la última vez que la vería... Y que no tardaría en olvidarla... Porque así eran siempre las cosas. Ni siquiera recordaba el rostro de su primera víctima. "Monstruos somos para en monstruos no convertirnos".
Aunque su rostro parecía indolente, notó la cálida humedad bajo sus ojos de la sangre. Antes de que aquello llegara a más, los frotó con el antebrazo y apartó la vista. Sabiendo, porque se conocía bien, que quien fuera su perseguidor iba a sufrir las consecuencias de su pecado. Además, el tiempo apremiaba. De seguro, Thomas ya habría despertado... Y estaría buscando una presa pronto. Se echó la capucha sobre el rostro y abrió la ventana. Sólo salió cuando se hubo asegurado de que nadie estaba observando, saltando hasta la calleja... Y de ahí, a buscar a Thomas o a quien le seguía, lo que encontrara antes.
Motivo: Conciencia (Especialidad)
Dificultad: 8
Tirada (4 dados): 4, 9, 2, 6
Éxitos: 1
-¿Sois vos al que llaman Hakan? -le dijo alguien en italiano cuando se encontraba de nuevo en las calles. Era un hombre fornido con el rostro cubierto por la sombra de una capucha.
El vampiro volteó el rostro, cubierto, hacia quien le habló. La rata salía de su guarida, finalmente. Sólo había tenido que sesgar una vida para conseguirlo. Reprimió la puñalada de remordimiento que sintió en el estómago y encaró al extraño. Tuvo buen cuidado de que sus ojos quedaran ocultos bajo su caperuza, puesto que ya conocía los métodos de los Ventrue y nunca sabía cuándo podía acechar uno de ellos.
-Yo soy -informó, y cuando su voz sonó rasposa, gutural y grave de un modo que nunca antes había escuchado, no se mostró sorprendido... Cuando en realidad lo estaba, y mucho. Su amplio conocimiento de la Estirpe de Caín le valió en aquella ocasión para recordar qué tara pendía sobre su nuevo clan. Sin duda, haber sucumbido a la Bestia había hecho que ciertos rasgos de aquella salieran a relucir-. Declara cuanto antes tus intenciones para que podamos terminar con esto. No tengo tiempo que perder.
-Mi nombre es Christian Adler -se presentó bajando la capucha-. Rosalía Caeiro me envía a buscaros. Quiere reunirse con vos.
-Un Nosferatu Príncipe de Roma... -murmuró al tiempo que negaba incrédula. Bien podría parecer un signo del Apocalipsis-. ¿Antes de ser acusada, qué relaciones tenía yo con la Corte?
Christian Adler... El esquivo y supuesto Chiquillo de Rosalía, quien sin duda tenía algo que ver en todo aquello. Porque si los Tremere sabían de él, era por un motivo. Hakan no sabía todavía cuál, pero lo resolvería. Por supuesto, aquel pretexto de Adler no le convenció en absoluto. No sabía lo suficiente de aquel vampiro como para confiar en él de buenas a primeras.
Arqueó las cejas, observándole.
-Christian Adler. Así que tú eres el supuesto Chiquillo de la castellana... Y dices que te envía a buscarme, además... -el Gangrel dio un par de pasos hacia Adler, colocándose junto a él-. ¿Y por qué no vino ella misma, si tanto quería verme? ¿Le ha ocurrido algo?
-Le ocurrió, pero ya está a salvo y se está encargando de otros menesteres. Acompañadme por favor.
-Eráis bien valorada en la Corte de Constantinus... hasta el escándalo de la Diablerie. Los Tremere se aseguraron bien de destruir todo vuestro crédito. Ahora la situación es complicada. Poco queda del antiguo Príncipe. Para Hugo sois una moneda de cambio. Massimo os guarda verdadero aprecio. Miguel parecía sentir algo por vos. Fue de los primeros en defenderos. Valeria siempre ha competido contra vos en belleza y gracia, fue una de las primeras en alegrarse de que os marcharais. No obstante todos os respetan como Antigua. Los Nosferatu os eran adversos, como al resto del Clan. Los Capadocios eran indfiferente y tuvisteis algún aliado entre los Lasombra, pero desconozco si seguirá en la ciudad
Por lo que sabía de sí misma y de los distintos Clanes lo que Chiara decía era lo que había supuesto. No tenía muchos cabos de los que tirar.
-Y ese Miguel... ¿Sigue aquí?
Todo aquel asunto le olía a podrido al Gangrel, y la idea de caer en una trampa rondaba su cabeza como un buitre sobrevuela la carnaza. No obstante, si Adler tenía segundas intenciones iría directamente a la boca del lobo. No obstante, resolvió seguirle. Tal y como había dicho Anaxágoras: "Si me engañas una vez tuya es la culpa, si lo haces dos es sólo mía".
Por desgracia, seguir al pretendido Chiquillo de Rosalía supondría no dar con Thomas aquella noche. Al menos no de la forma en que había planeado. Frustrado, se sorprendió a sí mismo gruñendo como lo haría un lobo. Sin duda, los cambios obrados en él debido a su pecado habían sido mayores de los que suponía...
-Vayamos, pues. Y con premura, muchacho. El tiempo apremia.
-La pasada semana lo vi en el Elíseo, así que debo suponer que sigue aquí -confirmó su Chiquilla. Después levantó la mirada y sonrió-. Creo que deberíais ir ya a la Casa Bona a reunirte con Nicolae. Es un gran rastreador y a estas alturas ya habrá dado con tu aliado.
-De acuerdo -asintió con un suspiro-. Habrás de explicarme cómo llegar, y... Necesitaría un manto o una capa, algo con lo que ocultar mi rostro. Probablemente me estén buscando.
Christian condujo a Hakan hasta una pequeña casa, de arquitectura moderna. Tras el portón, en un patio con columnatas esperaba Rosalía envuelta en un manto gris. Parecía estar intacta.
Más calmado ahora, al descubrir que Adler no le había llevado aparentemente a una trampa, Hakan se acercó hasta Rosalía.
-La pasada noche estuve a punto de dar contigo, pero perdí tu rastro en el último momento... -comentó. Su voz era diferente de la del día anterior. Sonó rasposa, gutural y grave. Pasaba por humana, sí, pero por poco-. ¿Te perdiste? ¿Ocurrió algo más?