Partida Rol por web

La larga búsqueda

Roma 10 de Julio de 1287. Noches de herejía

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22/06/2012, 14:04
BacilusInfernus

La tensión crecía conforme eran conducidos por las salas del palacio. Habían aceptado cubrirse los rostros con unos capuchones oscuros; era la única forma de entrevistarse en privado con Narses. Por lo poco que se habían desplazado por la ciudad calculaban que estarían en el Borgo Pío, la maraña de calles y casas de ladrillo que se extendían en un tupido barrio frente a San Pedro del Vaticano, cuya masa de construcciones casi parecía apresada entre el crecimiento de la ciudad. 

El juicio había sido enormemente tenso. Aunque en mucho tiempo no se había visto tanta prosperidad en Europa, lo cierto es que en las noches inmortales muchas voces se alzaban las unas contra las otras. Había mucho miedo en el aire. Los mortales habían olido la presencia del mal junto a ellos, y lo perseguían con celo, los jóvenes vástagos recelaban cada vez más de sus señores, y todos pugnaban por su parte de poder. Y en todas partes Narses.

Sus pasos resonaban en el suelo de madera. Habían subido un piso y eran conducidos por un allegado del LaSombra. Ya habían sabido de él en Constantinopla, pero ahora eran más conscientes de su poder. 

Su situación era enormemente comprometida: sabían que Narses, a diferencia de muchos de sus devotos subalternos, no era ni mucho menos creyente de las prédicas heréticas, pero veía en todo aquel movimiento una efectiva herramienta de poder. Él les había dicho que sabía donde estaba Theresa Kymena y que quería recuperar la Vera Cruz. Lamentablemente ellos habían perdido la pista de la reliquia en Jerusalén junto con Theresa hacía mucho tiempo; y sólo hubiera sido eso lo que la renegada tremere les había arrebatado...

Tendrían que jugar muy bien sus cartas para salir de allí. 

Los detuvieron. Eran varios los que les habían conducido hasta allí. A una orden en rumano les quitaron los capuchones.

Rosalía, Francesco, Yurev y Thomas estaban de pie en un largo salón con una pesada mesa de madera. En uno de los lados largos había una chimenea apagada y frente a ellos, en el lugar opuesto por el que habían entrado, una segunda puerta. Los muros encalados estaban cubiertos de tapices y tras ellos cuatro ghouls cerraban el paso. 

Un hombre frente a ellos, de complexión débil, pálido de piel y ojos enfermizos, les miraba con atención y el índice levantado a modo de advertencia. 

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22/06/2012, 14:15
Eugen Albu

-Aguardaréis en silencio... Estoy ya muy cansado de vuestra palabrería. 

Eugen era uno de los hombres más próximos a Narses, aquél con quien el que habían hablado para concertar aquella entrevista; había asistido con gran tensión al desastroso juicio de la noche anterior. 

Notas de juego

Es todo muy confuso, lo sé, pero intento que también sea una forma de relacionarlo mejor con un proceso de recuperación de memoria. 

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22/06/2012, 15:35
Rosalía Caeiro

Rosalía agradeció que le retiraran la capucha, aunque hubiera preferido que no fuera la fea cara de Eugen Albu lo primero que viera.

De todas formas el mal trato y la fealdad eran al parecer requisitos para acercarse a Narses... Bien, lo que fuera mientras de aquella reunión obtuvieran el paradero de Theresa Kymena.

Miró a Eugen con una sonrisa y después a sus compañeros, aparentando más calma de la que en verdad sentía.

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22/06/2012, 16:14
Narses

La puerta del fondo se abrió y apareció un hombre muy anciano, ligeramente encorvado y de estatura media, ataviado con una larga y pesada túnica de terciopelo negro con bordados escarlata en puños, cuello y abotonadura. Se ceñía la vestimenta con un cinto de cuero negro y cubría sus hombros con un manto ceñido sobre el hombro izquierdo. 

Su aspecto no era muy impresionante, su rostro anciano le daba un aire frágil y débil, pero sus ojos, pequeños y penetrantes resultaban del todo poderosos. No eran de una mirada impresionante y dominadora, más bien de una agudeza y profundidad que daba la sensación que cualquier pensamiento que uno formulara podría ser advertido por aquellos ojos. Su mirada era sin duda una ventana abierta a una gran y aguda inteligencia.

El hombre caminó hasta la cabecera de la mesa y apoyó la punta de los dedos sobre el tablón. Habló entonces. Su voz, de tal raspada, era casi un hilo, algo agudo; frío y rígido como la hoja más afilada. El timbre de su voz no dominaba, advertía de que las consecuencias de atravesar el límite que pudiera marcar. 

- Soy Narses... Arzobispo de Nod. Eso ya lo sabéis -esbozó una sonrisa de tan fría, casi inerte-. Sed bienvenidos y disculpad las precauciones, pues todos sabemos o tenemos cosas que los otros ansían. Me vais a permitir entonces que someta ciertos principios de cortesía al más urgente y necesario pragmatismo -extendió una mano hacia ellos a modo de invitación-. Príncipe Thomas, dama Rosalía, Sire Romani, Vanja Mateja... Yurev. ¿Hay algo que les pueda ofrecer mientras esperamos?

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22/06/2012, 16:45
Francesco Romani

Suele ocurrir cuando escuchas durante mucho tiempo acerca de alguien que, cuando por fin tienes a dicha persona frente a ti, sientes algo semejante a una decepción. Decepción porque finalmente la imagen que tenías en tu cabeza no coincide con la realidad. 

En el caso de Narses Francesco no sintió tal decepción. En su cabeza, el poderoso LaSombra era como una especie de araña sobrealimentada. Un ser abotargado y macabro, rebosante de poder y sentado en el centro de su propia tela, un entramado tan hermoso como complejo. La tela de araña de Narses era su red de poder, que parecía ser una de las más grandes en aquellas noches, y él mismo tenía ese aspecto arácnido tan siniestro: daba la sensación de controlarlo todo con aquellos ojos.

De cualquier forma, aunque conseguir una audiencia con el Arzobispo era algo tan exclusivo como parecía, el salubri distaba mucho de encontrarse contento o a gusto. Tener que tratar con alguien de tanto poder generaba una tensión inmensa... Y Francesco sólo podía sentir una cosa: hicieran lo que hicieran, saldrían perdiendo. Nunca tendrían un trato provechoso. 

-Muy agradecido -respondió al ofrecimiento del LaSombra con un asentimiento de cabeza. Aunque era muy probable que Narses supiera de su verdadera identidad, no debía dar nada por sentado... Y su identidad falsa habría aceptado un refrigerio. 

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22/06/2012, 20:30
Thomas Daister

Andar un paso por detrás de Kymena se había tornado en desagradable costumbre. Muchas habían sido las veces en que Thomas había rozado la posibilidad de alcanzarla y ella siempre había escapado. Sin embargo, en la retorcida mente del Ventrue, la tenacidad de la Tremere había llegado a ser algo estimulante.

Lo cierto era que las cosas no habían salido conforme a lo planeado. El juicio. La cita con Narses. Habría que adaptarse.

Thomas pagó con una sonrisa la alusión de Eugen a la palabrería. Después observó la estancia y al propio Vampiro con detenimiento, intentando advertir algo más allá de lo evidente que pudiera suponer una ventaja en la negociación, por pequeña que aquélla fuera. Hizo lo propio con Narses cuando éste hubo entrado en la estancia.

-¿Qué tal unas respuestas? -respondió al Lasombra.

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción+Investigación (Especialidad)

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 10, 7, 4, 10, 4

Dados repetidos: 5, 2

Éxitos: 3

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23/06/2012, 02:10
Narses

El centenario La Sombra se quedó mirando a Francesco unos largos instantes. Una fugaz sonrisa cruzó su rostro como el brillo en el perfil de una aguja.

-No regaléis agradecimientos sin recibir nada a cambio, quizás en el futuro lamentéis tal gratuidad...-se volvió entonces hacia Thomas-. Yo tengo muchas respuestas, príncipe Thomas... Vos y otros como vos pensáis que tenéis suficiente ventaja oculta tras vuestras mentiras como para arrebatarme lo que es mío, pero vuestros intentos son en vano, tengo respuestas para todos ellos-se irguió en la medida en que su pobre complexión se lo permitió y comenzó a deambular con las manos a la espalda-. Durante siglos llevo contemplando como todos arrojan sus manos sobre Italia persiguiendo el nombre de Narses, arrojándome encima cuantas armas han considerado oportunas: Carlomagno, los normandos, los emperadores, el Barbarroja, el emperador Federico II, y hace menos de treinta años Carlos, el príncipe angevino... Ahora los vástagos franceses se creen fuertes tras Felipe IV, ¿creéis que un rey puede algo contra toda la Iglesia? ¿Creéis que todos vuestros planes y artimañas pueden algo contra Narses? -les miró con furia contenida en sus ojos-. 

Como os digo, yo tengo respuestas para todo: los aragoneses vienen hacia Italia y me librarán de Carlos y vuestra apestosa familia de sangre, príncipe Thomas, y del mismo modo me desharé de Felipe... Me desharé de todos y cada uno de mis enemigos -se fue acercando hacia ellos-. Eso es algo que bien debería saber cualquiera que pretenda chantajear a Narses o arrancarle beneficios. 

La amenaza quedó sobre la mesa. 

-Ya lo habéis visto vosotros mismos en el juicio. Aquel temido cazador no ha quedado convertido más que en un muñeco de trapo porque así lo he dispuesto yo. 

​Realmente, la visión del que tanto miedo había infundido en las noches romanas, completamente vencido y torturado, había sido a la vez liberador y estremecedor. 

-Así ha de ser. 

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23/06/2012, 02:28
Eugen Albu

-Pese a toda su palabrería, Lugoj también aprenderá -se atrevió a decir Eugen sin ocultar una expresión triunfante. Saltaba a la vista que el papel del díscolo Tzimisce había sido muy perturbador para el vástago-. Como vosotros. 

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23/06/2012, 02:29
Narses

Sssshhhhh -le mandó callar Narses con un asomo de irritación en la máscara de cera que era su rostro-. Intentarán aprovechar tu orgullo, Eugen. Ve a buscarles, ya no quiero esperar más.

Tras aquella orden Eugen inclinó la cabeza y desapareció por la puerta del fondo.

Bien, quiero saber dónde está la Vera Cruz -les dijo sin rodeos Narses volviendo la atención de nuevo hacia ellos. 

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23/06/2012, 02:38
Thomas Daister

-No me juzguéis tan mal, Arzobispo. Sé con quién trato y os valoro en vuestra justa medida -dijo Thomas con algo de veneno en sus palabras-. Reveladnos el paradero de Theresa Kymena y eso os conducirá a la Vera Cruz.

Notas de juego

¿Con mi tirada anterior me doy cuenta de algo?

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23/06/2012, 02:43
Rosalía Caeiro

Asistió entre acongojada y aburrida al discurso de Narses. Una carta de presentación imponente para comenzar una negociación, desde luego... Pero ellos no eran unos chiquillos recién creados; habían visto muchas cosas y tratado con muchas personas. No podían dejarse impresionar por semejantes amenazas.

-No sois el único bien relacionado aquí, Arzobispo -le recordó con un tono cotidiano, como quien comenta el tiempo que hace-. Todo cuanto deseamos es obtener un trato justo: vos queréis de nosotros el paradero de la Vera Cruz y nosotros de vos el de la Tremere. A primera vista parece muy sencillo, no tenemos por qué complicarlo.

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23/06/2012, 02:47
BacilusInfernus

Tampoco hay mucho de donde sacar. La estancia resulta bastante impersonal, sin duda Thomas puede deducir que intencionadamente se ha dejado lo más aséptica para que no diga nada a nadie. 

Los tapices sin embargo sí que informan de una idea recurrente: ya sean escenas de batalla, luchas, o escenas históricas, todas significan el triunfo del poder espiritual o la Iglesia frente al poder terrenal o los gobernantes. 

Sin duda una declaración de intenciones. 

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23/06/2012, 02:50
Narses

Narses les miró inexpresivo. Aguardó unos instantes. La puerta del fondo se abrió y entraron dos ghouls portando un hombre de carne y hueso antinaturalmente quieto, como una estatua. Era un vampiro con una estaca en su pecho. Era un hombre vestido con una larga y roñosa túnica eclesiástica, de aspecto veterano y descuidadas melenas y barbas canas. 

Los ghouls lo dejaron sobre la mesa. Y se marcharon de nuevo en el mismo silencio.

Narses señaló con indiferencia la mesa.

-Os presento al charlatán... Azzo d´Este. Se une a nuestra pequeña entrevista en virtud de su celo en la búsqueda de la Vera Cruz. 

Como una estatua en vástago permanecía inmóvil sobre la mesa con el madero atravesando su pecho. 

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23/06/2012, 02:57
Rosalía Caeiro

Notas de juego

OMG! Anonadada me hallo D:

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23/06/2012, 13:40
Rosalía Caeiro

Observó horrorizada el cuerpo inmóvil del vampiro.

Detestaba a quienes se comportan con la soltura de un gran anfitrión mientras escupen sobre las normas más básicas de cualquier reunión. Presentar un Vástago estacado como si fuera una nueva receta estaba lejos de ser aceptable; pero en realidad sólo se sumaba a la lista de desaires que Narses estaba cometiendo desde el principio...

Qué reunión tan desagradable...

-¿Qué hizo para acabar aquí... así? -preguntó sin volverse hacia el Arzobispo. Cada vez le era más difícil ocultar la aprensión y el desagrado que le provocaba.

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23/06/2012, 14:19
Thomas Daister

-Parece evidente que nuestros anfitriones sienten ningún aprecio por los habladores y los charlatanes, mi querida Rosalía -anticipó Thomas a la pregunta de la Toreador-. Eso es algo muy conveniente. Así será una negociación corta y todos los interesados no perderemos el tiempo hasta el punto de que nuestros respectivos objetivos se sigan alejando. ¿Verdad Arzobispo?

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24/06/2012, 10:13
Francesco Romani

Aunque el orgullo de Francesco como Antiguo no era mayor que su sentido común. Lo que quería decir que podía permitirse recibir lecciones del altivo Narses sin sentirse ofendido o rabioso por lo que bien podría haber sido un pequeño desprecio. Así pues sencillamente asintió el lombardo a las palabras del Arzobispo y se sumió en un silencio contemplativo. Posaba su atención en cada uno de los interlocutores conforme intervenían y, finalmente, en el "charlatán". 

Su ceño fruncido hablaba por él. Tanto por tener frente a sí a un vampiro estacado e inmóvil como por la actitud de sus compañeros, quizá demasiado arrogante para el gusto del milanés. Le sorprendía, no obstante, el silencio en el que había quedado sumido Yurev, y se preguntó si acaso él también sentía el poder del Arzobispo de Nod... Y esto le obligaba a guardarle cierto respeto. 

Con todo, la presencia de este tal Azzo d´Este colocaba una nota disonante en la reunión, y era tanto una amenaza como una crueldad, ambas cosas que pusieron aún más tenso al salubri. 

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24/06/2012, 12:03
Narses

Narses se quedó mirando al vástago sobre la mesa, una escultura de carne no muerta. Una sonrisa desagradable cruzó su rostro. Levantó la vista hacia ellos completamente serio.

-Todos tenemos cosas que los demás queremos, vosotros sin embargo habéis pisado peligrosamente el terreno del chantaje... Yo quiero la Vera Cruz, vosotros habéis de saber dónde está; vosotros queréis saber dónde está Teresa Kymena, yo habría de saber dónde esta... Vuestro problema ha sido pensar que teníais alguna información que podría doblegarme, ¿acaso creéis que si los devotos de la Herejía saben que para su arzobispo no son más que títeres va a cambiar algo las cosas? 

Se acercó lento y contemplativo hacia ellos. 

-Ya tuve que pasar por un fuego parecido y sobreviví -se giró hacia Yurev-. Estáis muy callado Vanja.

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24/06/2012, 12:12
Yurev Krecenko

Yurev se mesó la sombra de barba.

-Intento encontrar sentido a un puzzle quizás demasiado complicado para mi pequeña cabeza de rom... Lo cierto es que hasta esta noche habéis sido casi una sombra, se ha oído vuestro nombre, pero habéis estado invisible. ¿Qué ha pasado hoy? ¿Tenía algo que ver con el juicio a Lugoj? ¿Era con el juicio al cazador? -Yurev se cruzó de brazos, verdaderamente parecía esforzarse para sacar todo el partido a su cabeza-. ¿Con quién y qué interés teníais vos o la Herejía en Roma estos días en que tenía lugar el juicio? Desde luego vuestro amigo Eugen parecía bastante nervioso durante el juicio. 

El gitano sonrió. 

Lo que se me ocurre ahora es que vuestro absoluto anonimato estas décadas igual tenga que ver con ese fuego del que habéis hablado hace un momento. 

Lo que ya no sé es qué pinta ese desgraciado aquí. 

Notas de juego

Nota: Corrección: Todas las veces que se ha dicho Lambach era Lugoj. 

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24/06/2012, 12:23
BacilusInfernus

Las palabras de Narses y lo que luego Yurev dijo les trajo a la mente el nombre de Nikita Seredtz, un obispo de Nod que, según escucharon en su día cuando comenzaron a saber de la Herejía, puso en problemas la posición de Narses.