Partida Rol por web

Green Valley Motel, Interestatal número 7 cerca de Williamstown, Massachusetts. 8:00 horas.

Este año el punto de salida de La Larga Marcha no era una simple marca en la carretera. Este año se partía desde el Green Valley Motel, que patrocinaba parte de la competición. Situado en la frontera con Vermont, el aparcamiento del edificio estaba abarrotado de vehículos que habían traído a los marchadores de este año.

Como algo novedoso en esta edición ¡algunos participantes eran mujeres! Jamás en la historia de la Larga Marcha las féminas habían tomado parte. En esta edición, las casas de apuestas de Las Vegas daban un buen pico a aquel que pusiera sus ahorros en alguna de ellas.

El centenar de participantes ya estaban agrupados a eso de las 8:23 cuando hizo su aparición un jeep militar acompañado del vehículo oruga con los sofisticados medios de control de velocidad. Tres soldados ya se encontraban desplegados en la parte superior acariciando sus rifles de gran calibre.

El Comandante descendió del jeep. Era un hombre joven, que llevaba gafas de sol y una pistola enfundada en el cinturón.

-Bienvenidos un año más a esta nueva edición de La Larga Marcha -dijo el Comandante mirando a todos tras sus gafas oscuras-. Cuando diga vuestros nombres, adelantaos y recoged vuestros dorsales. Después volved al sitio hasta que sea hora de empezar. Por favor, que no haya desorden. Una vez que se os haga entrega de vuestro dorsal, no os lo quitéis bajo ningún concepto. Aquel que lo haga recibirá de inmediato el pasaporte y será eliminado.

El reparto de los dorsales continuó hasta las 8:47. Varios de los marchadores titulares no se encontraban allí cuando fueron llamados así que los suplentes tomaron su lugar. El resto abandonó la salida en sus coches particulares. El Comandante se tomó su tiempo cuando llegó hasta el anterior Comandante. Ese fue el premio del ganador del año pasado, Henry Bachman, que pidió expresamente su participación. Los más cercanos pudieron ver como reía con sorna cuando le entregó su dorsal (el 87) al anciano oficial, que lo recogió con una expresión de odio.

Acostumbrado a un clima frío David había encontrado la mañana excesivamente cálida hasta que se dio cuenta de que su madre había dejado puesta la calefacción de la ranchera. La miró por el rabillo del ojo mientras la apagaba y seguía conduciendo, podría haber hecho algún intento de broma, preguntarle si quería asarlo como a un pavo, o algo así, pero prefirió no interrumpir sus pensamientos, bastante le había costado que comprendiese lo que estaba a punto de hacer y no quería reanudar la discusión.

Llegaron con el tiempo justo, pues prácticamente habían descendido del coche cuando hizo su aparición el jeep que tantas veces había visto en la televisión y que identificó de inmediato como el del Nuevo Comandante. Se volvió hacia su madre para despedirse -: Hasta pronto, Dalia.

Ella le miró con ojos húmedos, parecía incapaz de decir nada, tragó saliva y murmuró con voz temblorosa -: Adiós, David. Cuídate mucho hijo.

Asintió dedicándole una alegre sonrisa y se volvió, sin mirar atrás, hacia el grupo de chicos y chicas reunidos en torno al Nuevo Comandante. Este ya había empezado a pregonar los dorsales. No tuvo que esperar mucho, el corazón le dio un vuelco en el pecho al escuchar su nombre, se dirigió hacia el Nuevo Comandante y recogió su número pensativo -: El veintidós, un número afortunado.

Como los demás dedicó el tiempo hasta el comienzo de la competición a contemplar al resto de los participantes, sonreía a todos, saludaba y se contagiaba del festivo ánimo que se respiraba solo ensombrecido, de tanto en tanto, por algún familiar que sollozaba demasiado alto. Pensó con entusiasmo -: Esta experiencia promete ser verdaderamente fantástica.

-AY CARAJO TE DIJE QUE ME DESPERTARAS!!!!- Candy alargó su mano hasta apresar el abultado trasero del jovencito de 19 años que dormía junto a ella desnudo, por el pellizco, el muchacho se despertó gritando, y tras una serie de insultos por parte de ambos, otro muchacho que no pasaba de los 28 años, se levantó con cara somñolienta del piso...iba también desnudo.

-Que no recuerdan que hoy es mi competencia!!! no están aqui por casualidad, no es porque quiera que me llamen " La tortuga" por aquello de que me duermo con la cabeza adentro, pero ya saben en que me metí, y bueno, quien sabe cuantos días voy a tener que estar ayunando sin mi dosis diaria de "licuado de proteinas- Candy guiñó un ojo descaradamente, los muchachos acariciaron sus entrepiernas, pero esta los quitó, se vistió lo más rapido posible y dejo un par de billetes en la mesita de noche.-Por si ya no nos vemos...cuidense...y por favor hagan algo más de su vida que estarse acostando con maricones cuarentones ok?.- Salió del motel de paso en que había pasado la noche, se subió a su automovil, y manejó con calma hasta llegar a donde estaba el punto de encuentro de la marcha.

Los "deportistas" ya estaban ahí, Candy abrió la puerta, y bajó primero una de sus piernas, como habia visto tantas veces a las divas del cine hacerlo en las alfombras rojas, llevaba su abundante cabellera negra con extra crepé y varios kilos de laca para mantenerla en su lugar, las uñas pintadas de rojo carmesí, y su atuendo...bueno, tenía que venir vestida para la marcha, mallones de color azul, una blusa holgada y fresca, una bandita para el sudor en la cabeza...vale, que si alguien la viera hubiera recordado a Olivia Newton John cantando Physical.

Caminó contoneando sus caderas de lado a lado, se paró en pose y aguardó junto a los demás competidores...todo era perfecto, estaba segura que muchos habían presenciado su entrada de diva, hasta el momento en que el comandante gritó su nombre.

-CARL BISHOP AL FRENTE- para ella fué como recibir un balde de agua fría y le respondió con un grito.

-ES CANDY CANE!!! CAAAAAANDY CAAAANE-exclamó con toda la ira de su voz varonil. Caminó hecha un remolino de furia para coger su numero, era la participante numero 20.

Se paró cerca de un jovencito que traia el numero 22 y sin voltear a verlo, soltó al aire. -He pagado miles de dolares para tener este cuerpazo, y no puedo conseguir que la gente me llame por el nombre que elegí.-

Amy Lee se despertó a duras penas, la barriga empezaba ya a molestarle más de lo debido. Aquel feto cuyo padre era un completo desconocido, le hacía sentirse cada vez más gorda e hinchada. Había engordado ya 10 kilos y tenía los pies como morcillas. Se puso unas chancletas, pues sabía que ya no volvería a ver sus taconazos en un buen tiempo. Ya era incómodo ser bajita, para encima tener que estar preñada como una coneja y no poder lucir sus Manolos... Se dirigió al baño directamente y se pegó una ducha bien caliente. Le habían aconsejado para el embarazo las duchas frías, pero como el niño sintiera una gota de agua de esa temperatura le empezaba a pegar unas patadas que iba a provocar que se meara constantemente. Aunque bien era cierto que sería mejor ahora, que luego mearse encima.

Suspiró. No entendía aún por qué diantres se había metido en toda aquella historia. Cuando salió de la bañera estaba todo tan lleno de vaho que tuvo que frotar el espejo para poder verse la cara. Volvió a suspirar. Trató de concienciarse sobre lo que iba a pasar en unas horas. Se colocó sus gafas de pasta negra y se peinó y se secó el pelo con el secador. Cuando terminó, se llevó el cabello a la nariz. Le encantaba olérselo recién limpio. Después se hizo un par de coletas y de nuevo un gran suspiró inundó el baño.

En cuanto abrió la puerta, su gata Shiva entró corriendo para lamerle las gotitas que se le habían quedado en las piernas. Amy le hizo una suave caricia por su brillante pelo negro y después se fue a vestir. Se visitó bien cómoda, unos leggins grises, unos calentadores negros, una faja para que la tripa no le molestase demasiado, y luego un top y algo de abrigo por encima. Se vio tentada en maquillarse, pero sabía que en la larga marcha que le esperaba, el rimel y el resto de potingues no iba a ayudarle en nada. 

Tomó el altavoz que llevaba a las pachangas del pueblo. Sabía que no le serviría de nada en la carrera, pero al menos se divertiría un rato. Y una vez lista, llamó a un taxi para que la recogiera y la dejara allí. 

Hacía un frío del carajo, y se dio cuenta de que por poco llegaba tarde. Casi habían repartido todos los dorsales, por suerte el suyo era de los últimos y pudo recogerlo a tiempo. Era la 72. La verdad es que el número no le decía nada en absoluto. En un principio no vio a nadie por allí, así que se sentó junto a una mujer de dimensiones increíbles, le sacaba tranquilamente dos o tres cabezas y le tendió la mano. ¡Buenos días! Dijo diciéndole a la mujer que se parecía tantísimo a Cher. Mi nombre es Amy, Amy Lee. Dijo frotándose la barriga de embarazada. El niño justo en ese momento le ido una fuerte patada. Hacía mucho frío. Y al pequeño no le gustaba absolutamente nada esa temperatura.

John despertó en su habitación del motel de mala muerte al que había sido llevado. Todavía llevaba la ropa del dia anterior. Una camiseta negra sin mangas, botas y pantalones oscuros de faena. Estaba completamente sudado y la cabeza le daba vueltas. Se dio cuenta al instante, de que no tenía puesto el parche de su ojo muerto, así que se incorporó para ver donde estaba.

Gracias a los dioses, estaba en la mesita de noche, junto a un sobre cerrado y un paquete de cigarrillos con sus respectivas cerillas.

Se colocó el parche y se encendió uno de los cigarrillos del paquete. Tenía la boca y la garganta como el esparto, pero no le importó. Más importante era llenar el cuerpo de nicotina.

La carta que contenía el sobre era claro:

Sr. John  Strutman, nos hemos tomado la molestia de inscribirle en la larga marcha.

Los motivos dedicha inscripción ya los sabe usted bien, la misión en San Diego no resultó

Beneficiosa para nuestros intereses. Aún así, le damos una oportunidad para redimirse.

Le hemos inyectado una dosis letal de Flutoxin-7, la cual acabará con su vida en un tiempo

el cual no le revelaremos en esta carta. Para liberarse de dicha toxina, deberá ganar la carrera

y que su premio por finalizarla sea una antitoxina para dicha enfermedad. Notará primeramente dolores

de cabeza, tos, seguido de fiebre, sudores frios y calambres. Le apremiamos a que resista

las dolencia y termine en primer lugar la carrera para 'curarse'. Huelga decir, que si la carrera

dura demasiado, morirá a consecuencia de la toxina. Le hemos dejado tabaco y mechero

como muestra de buena voluntad. Buena suerte.

Tras leer la misiva, John se miró la mano derecha, donde había la inequívoca marca de un pinchazo

-Así que estos hijos de puta me la han jugado finalmente- Pensó lleno de rabia, mientras le daba fuego a la carta.

Una vez despierto del todo, bajó a la cafetería y pidió un café solo, el cual se bebió de golpe. A paso lento y seguro se dirigió hasta la zona de participantes.

Recogió el cinturón de comida y el dorsal entre gruñidos de desaprobación. Mientras todos esperaban se encendió otro cigarrillo. Quizás fuese el último de su vida.

Se arremetió entre todos, dándo algún empujón que otro, mientras comentaba con su voz rasgada

-Apartaos idiotas-

PIII PIII PIIII era la alarma de su casio Mary Ellen se quitó el antifaz que usaba para dormir y lo dejó en el asiento del copiloto. Había pasado la noche en su coche. Un camaro del 83 Estiró los brazos y bostezó y después abrió la puerta. Eran las 8 y cuarto de la mañana y el aparcamiento estaba hasta los topes. Cerró la puerta y fue hasta detrás del camaro.  Abrió el maletero y sacó una nevera de plástico. La abrió y sacó un zumo y un sandwich envuelto en papel. Quitó el papel y dio un bocado. Era de pollo y queso con mostaza. Su favorito. Se apoyó en el coche y siguió comiendo y bebiendo sorbos del zumo. Las ocho y veinte. 

Mas personas comenzaban a llegar, una chica rubia bastante bonita que comia un emparedado, un tipo con un parche en el ojo y actitud de gandul que francamente no le molestaba en absoluto, a Candy le bastó una mirada al chico para imaginarselo colocandola en veinte posturas diferentes del Kamasutra, luego vio al chico que tenia al lado, peludo y de buen aspecto, y se imagino al pirata y al peludo poniendola en otras 40 posturas diferentes...pero entonces una vocecilla la sacó de su habitual fantasía erótica matutina, volteó a ver a una chica a su lado, Candy se quedó boquiiabierta,tanto que ni siquiera le dió tiempo de fingir la voz y le respondió con su voz de hombre.

-Madre mía, pero si parece que contigo anotaron gol sin portero- carraspeó y añadio, esta vez con la voz mas femenina que pudo.-Candy Cane tesoro, aunque el estúpido comandante ya se encargó de anunciarme como Carl Bishop....madre mía...cariño por favor no permitas que se te rompa la fuente en la carretera, me he dejado los tampones en el portaequipaje del carro.- dijo divertida pero al mismo tiempo adoptando un desenfadado tono de ternura.

Desde la primera hora estaba despierto, esperando, Bob no duerme mucho, así que le molestó ser el número 95... había llegado un día antes al Green Valley Motel y se había hecho con una habitación con algo del dinero que les robó intencionalmente a sus padre. No era que no tuviese él  suficiente dinero, sino que le pareció ironico el financiar su viaje hasta "la competencia" con dinero proveniente de sus odiados progenitores, a ver! Bob quiere ganar la carrera para que los ejecuten públicamente.

Cuando el comandante lo llamó, fué a recoger el Dorsal, que se puso de inmediato, a la vez que fantaseaba con su Familia muriendo, pero evitó seguir recordandolos para no desgastarse, así que intentó distraerse, dió un vistazo alrededor, y dio con la sexy silueta de una chica Rubia, que hace ya un rato antes él había visto que ella andaba comiendo un sandwish recostada de un camaro, así que pensó- que mejor forma de distraerse que hablandole a semejante belleza. Así que se le planto de frente y de la nada le dijo: Hola, me llamo bob, y tu?

Miró a aquel tipo de arriba a abajo. Su pelo, su cara blanquecina, su cuerpo enclenque, sus pies con zapatos baratos y luego volvió a su pelo. Era horrible. Giró la cabeza hacia el frente y luego dio un bocado a su sandwich y bebió otro sorbo de zumo No tengo nombre 

Ante esa expresión, Bob dibujó una exagerada sonrisa en su propio rostro y, como si de un monologo se tratase, siguió hablando en dirección a ella: Si gano la marcha voy a hacer que ejecuten a mi familia, y tu? porqué estas acá? eres muy bonita, sabes?
 

Lárgate dijo sin siquiera mirarle

Larry no había descansado muy bien por la noche, los nervios le habían hecho pasar media noche en vela, y para colmo él no había ayudado poniéndose a bajar porno con la wifi del motel. Aquella noche pese a haberse autoconvencido de que debía guardar reservas de energía, un par de "manuelas" habían caído.

Se levantó de la cama, aprovechó para ducharse y asearse bien. Había oído que en estos eventos siempre solía haber chicas dispuestas a dejarse meter mano por lo corredores, así que había que ponerse guapo y oler bien.

Salió por la puerta y cogió su iphone para hacerse un selfie antes de dirigirse a donde se repartían los dorsales.

Aquí estamos chicas, listos para participar en la Gran Marcha!!!!. Envió a su cuenta de twitter.

Mirad cuantas chavalas se mueren por estos huesitos!!!!

Ya veras como me querras hablar cuando esté a punto de ganar esto, claro, si es que no te dan un pasaporte antes. Hasta entonces, Cuidate, linda.

Dicho esto, Bob se marcha lejos de ella.

Simeona se levantó de la cama de un salto antes incluso de que pudiera sonar la melodia de su despertador, había llegado el día que tanto había estado esperando y toda esa emoción contenida empezaba  aflorar. Se vistió sin mucho gusto, como siempre, marcando chicha, y mal desayunando desperto a sus padres y a su hermano para que la acompañaran todos, nadie podía perderse tal acontecimiento y sin ganas todos la siguieron.
Al llegar una breve despedida de su familia que parecían un tanto aliviados al dejarla salir del coche y Simeona emocionada corrió a coger su cinturón y su respectivo dorsal y emocionada se lo colocó en la barrigota y esperó a que todos hicieran lo propio mientras   realizaba estiramientos un tanto patéticos. 

Se acercaba la hora del comienzo de la competición. Los minutos se encaminaban inexorablemente hacia las nueve de la mañana. El Comandante se encontraba junto a sus hombres consultando el reloj.

-Colocaos en filas de diez. No es preciso ningún orden concreto. Esto está a punto de empezar.

La gente abandonó el aparcamiento del hotel y empezó a agruparse en la carretera. Las charlas desaparecieron y un silencio sepulcral se adueñó de los alrededores. Algunos miraron con sorpresa a Amy Lee y su barriga.

El Comandante tenía puesta la vista en su cronómetro. Levantó lentamente la mano...

-Buena suerte a todos -dijo bajando el brazo-. Comienza la Larga Marcha...

Avenida Massachusetts, cerca de North Adams. 10:11 horas.

Ya habían pasado casi una hora y cuarto desde que el comandante diera la salida y se repartieran los cinturones de alimentos. Los marchadores mantenían la velocidad constante de 6,5 kilómetros hora y se habían cubierto cerca de diez kilómetros. Casi de inmediato, la masa de marchadores se había desviado de la interestatal hacia una carretera secundaria que discurría junto al río Hoosic. La zona estaba cubierta de casas unifamiliares con tejados puntiagudos y chimeneas. Los árboles crecían a ambos lados del trazado haciendo bastante agradable el paseo. Todas las familias se habían situado a las puertas para animar a los participantes, aunque había unos cuantos que insultaban al anterior Comandante. Nadie se había colocado junto a él. El antiguo oficial caminaba solo, con una mirada de odio en su cara.

Larry, se colocó en la línea de salida y con su palo Selfie en la mano aprovechó para sacar una nueva foto y subirla a su cuenta personal. El comandante dió la salida y con celeridad Larry comenzó su larga marcha.

Un pasito, pa'lante.... ninguno pa'trás, pasito pa'lante... ninguno pa'trás... en eso consistía, solo en eso.... Aquello estaba chupado y él iba a ganar.

Larry, andaba con una enorme cara de satisfacción pensando en la vida que se iba a pegar cuando ganara, se juraba a si mismo que nunca jamás se iba a volver a hacer una paja....