Partida Rol por web

- Solo es suposiciones, puede que se vaya o que al estar libre intente matarnos, nunca nos hemos enfrentado a un dragón, no sabemos si estamos preparados para luchar contra ellos- dije mirando al orco muerto, me hubiera gustado que respondiese a mis preguntas, pero no podía ser tan fácil...- Podemos escondernos y ver a donde va, pero aun así puede que volando vaya rápido y nos dejará rápidamente atrás

Cuando Tempestad se bajó del orco descabezado empecé a registrarlo por si él llevaba el cuerno, aunque lo dudaba, pero quizas tuviera algo que nos diera una pista

  Al ver que el dragón no les responde Bregor se pone en pie, chasquea la lengua y se acerca más a la criatura.

  -Voy a intentar una última cosa antes de soltarlo.- Dijo el guerrero

  Conforme se acerca más y más al dragón la lianas se tensan más en torno a sus fauces, impidiendo su movimiento. Bregor coloca su mano derecha sobre la cabeza del Dragón, cerrando  los ojos. Los demás ven como el soldado entra en una especie de trance, como buscando información en la mente de aquel ser alado ¿Podría sacar algo en claro? ¿O al estar perturbada la mente y el alma del dragón no podría encontrar nada?

-Maderaoscura- dije en cuanto lo vi cerrar los ojos- no se si eso es buena idea, si aún esta siendo controlado tal vez a ti te afecte de alguna forma y no tengo ganas de tener que quemarte, por otro lado podríamos ir a investigar la dirección hacía donde iba a huir el orco, probablemente haya un campamento allí y quizás el cetro del cual escuchamos hablar- dije limpiando la daga con la ropa del cadáver para luego guardarla.

                El tigre emite un gruñido bajo de satisfacción cuando Kib le dice eso. –Bah, la carne es carne sea de orco o de ciervo. Y prefiero matar a uno de éstos.

                Dicho eso se propuso a alimentarse así que todos tuvieron que voltear porque no era algo agradable de ver. Mía por fortuna pudo registrarlo un momento antes. No llevaba el cetro que controlaba al dragón. Sí estaba el cuerno que llamaba a las tropas. Podía quedárselo o destruirlo. Mientras, Madera Oscura cerró sus ojos y se concentró en el siguiente paso. Fafnir le dijo que podría ser peligroso pero ya era tarde para advertencias, algo había cambiado en el rostro del hombre.

                Una tierra extensa se extiende a todos lados del guerrero. En ella hay praderas de verdes pastos, altos como un hombre pequeño. Las montañas enmarcan el fondo de este paisaje. Sobre el cielo sobrevuelan enormes bestias.

                “Dragones…” pensó el hombre y tenía razón.

                Uno de ellos baja hasta él. Su lomo es negro brillante y sus ojos, inteligentes y antiguos, escudriñan su mirada con enorme interés. Entonces a lo lejos se escucha el tronar de tambores. Madera mira hacia ese lado, es una horda de criaturas terribles. Orcos, Trolls, y otros seres malvados vienen de lejos. Tardarán en llegar.

                El dragón habla.

                -¿Qué haces en mi mente?

                Todos ven que Madera Oscura está en una especie de trance. Eso no es lo único extraño, el dragón ha cerrado sus ojos y se ha calmado. El trance que el guerrero posee, es compartido por la bestia. Iato se aleja unos pasos de ambos y se acerca al grupo.

                -Sea lo que sea el poder utilizado, no veo conveniente que lo despertemos. Así que habrá que montar guardia por el tiempo necesario.

                Miró al resto para ver si compartían la opinión o alguno prefería ir a investigar por su cuenta.

Cogi el cuerno pensando en las posibilidades y lo guarde finalmente, mire a mis compañeros no nos podíamos mover de allí, aún no, pero al ver a Tempestad supe que tenía que salir de ahí

- Voy a mirar por donde iban, a ver de cuantos orcos se trata la amenaza, tenemos el cuerno, después de saber cuantos son podemos hacer una estrategia para tenderles una emboscada, ¿que os parece?

Después de proponer mis ideas a mis compañeros, con cuidado fui avanzando escondiendome tras los árboles y con cuidado de no hacer ruido para poder investigar las fuerzas enemigas

  El plan del guerrero había surtido efecto, al menos de momento.

  -Mis respetos gran dragón. Mi nombre es Brégor "Maderascura", me he dado cuenta de que os encontrais bajo el influjo de algún tipo de artefacto con el los orcos estan esclavizando a ti y a tus hermanos. Me gustaría poder ayudaros a liberaros de tal conjuro, si pudierais darme más pistas de donde se encuentra esa vara. Al parecer los orcos se dirigen a la Puerta de Piedra en busca de más dragones que esclavizar ¿Podríais decirme como llegar para pararlos?-

  Brégor hincó la rodilla derecha en el suelo e inclina la cabeza.

  -Hay mucho en juego y el tiempo apremia, os lo ruego.

Me habia quedado un poco parado despues de ver la actuación de mis compañeros, no sabia exactamente por que, quizas estuviera dandole demasiadas vueltas a algo, buscabamos un cetro magico y una aglomeración cercana de orcos, lo bastante cerca como para poder escuchar el sonido de un cuerno.

Estaba claro que habia alguien a quien podia preguntar por la localización de todo ello y que se me habia pasado por alto.

Cerre los ojos y me concentre en ese momento, necesitaba despejar todos mis pensamientos para aquello.

Centro mi mente en el viento y dejo que una simple pregunta salga de mi, quiero que la brisa me escuche y me responda.

- ¿Puedes escucharme viento? - 

Rallitas había decapitado al orco, y Brégor tenía al dragón en lo que parecía una especie de trance. Ya sólo nos quedaba esperar a que sacara algo en claro de ello.

Me tumbé en el suelo y miré hacia el cielo. El ambiente estaba cargado, como si realmente algo se hubiese adueñado de toda la región, hasta el punto de que el propio aire le perteneciese. Me desperecé en el suelo y de nuevo me incorporé para hablar al grupo.

- Si hay para mucho quizás sería conveniente montar un campamento y hacer una discreta fogata, que no se vea desde lejos.

                El dragón toma a  Madera Oscura de sus hombros con sus enormes garras y levanta el vuelo. Justo la horda llega al sitio y esto lo ha salvado de un enfrentamiento. El enorme ser vuelva y el cielo pasa a ser oscuro. El día cambia en noche con enorme facilidad.

                -Estamos en mi mente. Pero mi mente no es mía. El caos la rige.

                Explica el ser alado, dándole a entender al guerrero por qué la horda llegó en segundos o el día cambió en noche igualmente rápido.

                -El Cetro me controla… Sé que lo guardan en unas catacumbas antiguas. No conozco su procedencia. Debes guardarte de los Nicromantes que dominan esos terrenos. Son fuertes en su magia. Son implacables en su maldad.

                A lo lejos Brégor ve varios dragones cayendo del cielo. El propio que lo lleva comienza a sentirse mal.

                -Vete ahora de mi mente… aun tengo algo de control pero podría matarte en cualquier momento.

                Dicho eso, lo deja caer.

                De pronto un viento se levanta. Ese mismo aire se junta alrededor del muchacho y, al abrir éste sus ojos, ve al poderoso elemental de Aire. Parece que sólo él lo ve puesto que al abrir los ojos, el elemental no está. Los cierra de nuevo y entiende que lo ha conjurado en su mente. En el plano real traería atención quizás no deseada si levantaba tanto aire a su alrededor.

                -¿Qué precisáis de mí, mi Señor? –pregunta el ser.

                Mía plantear el ir a explorar pero Khivit decía la necesidad de construir un campamento provisorio, hasta que Madera Oscura “vuelva” de su estado de trance. Mientras, Viento parecía también en un tipo de trance. Fafnir estaba callado, sumido en sus pensamientos. El tigre no tenía problema con explorar pero siempre y cuando no dejasen solo a Madera Oscura.

                -Podemos separarnos –comentó. Mientras se sentó en el pasto y comenzó a limpiarse la sangre de su último festín. Por ahora no se veían señales de peligro inmediato.

               -Me imagino que alguien querrá saber por qué el dragón no regresa a su base -comentó Tempestad, y tenía bastante razón en ello.

-Me hubiese gustado interrogar al orco para saber sobre su base y así poder ir a hacerles una visita, sobretodo con eso del cetro controla dragones, por mi parte me quiero quedar con Maderaoscura por si pasa algo malo, pero los demás deberían de vigilar la zona, nada de campamentos provisorios, estamos en el medio de un camino en terreno hostil, descansaremos cuándo no nos quede otro remedio y no tengamos que preocuparnos por dragones...- dije cruzándome de brazos.

- Necesito que busques algo, el aire es que trasmite el sonido así que no sera dificil encontrarlos, necesito encontrar a mas dragones como el que tenemos aqui, cerca de esta posición, con un grupo cercano de orcos, tienen que estar lo bastante cerca como para que el sonido de un cuerno de guerra orco llegue hasta ellos, no tendria que ser dificil encontrarles.- 

Realmente no seria muy dificil localizarles asi.

  De pronto Bregor salió del trance repentinamente haciendo que casi se cayera de espaldas.

  -El cetro se encuentra en unas catacumbas antiguas protegidas por una orden de Nigromantes, es lo único que he podido sacarle. Su mente está bastante dañada debido al artefacto.- Se giró hacia sus compañeros.- Debemos irnos rápido de aquí, se nos echaran encima de un momento a otro. Una vez nos alejemos liberaré al dragón.

  El guerrero se colocó bien los pertrechos y esperó la respuesto de los demás.

- ¡Bien! Grité mientras me incorporaba del suelo y me sacudía el polvo de las piernas.

- Suerte de Brégor, sino seguiríamos perdidos. Hice una pausa para sofocar el entusiasmo y proseguí. ¿Y bien? ¿No te habrá dicho dónde están esas catacumbas?

  Maderaoscura se giro hacia su compañero Khivit y le dijo

  -Por desgracia no, lo que os he contado es todo lo que pude averiguar antes de que me pudiera atrapar el cetro.- Se dirigió ahora hacia el elfo- Iato ¿Tu sabes donde se pueden encontrar esas ruinas? ¿O la Puerta de Piedra de la que hablaron antes?

                El elemental de aire accedió al pedido de Viento y salió en busca de la respuesta. Fafnir se kamentaba de no haber podido interrogar al orco antes de que el tigre se lo comiera pero ahora quedaba seguir adelante, así que el íncubo iba a proteger a Madera Oscura mientras estuviera en trance cuando el guerrero despertó y dio la información que el subconsciente del dragón le había transmitido.

                Khivit quiso saber sobre las catacumbas, para conseguir mayor información. Le preguntó a Iato, pero el elfo negó con la cabeza.

               Al segundo todos vieron como el Elemental de Aire se formaba delante de todos y, acto seguido, entraba en su amo como si se metiera por los poros de su piel. Viento vio la ubicación del sitio de los Dragones. Era a unos dos kilómetros hacia el norte pasando por una zona de fortalezas orcas.

                El joven se sintió feliz de hallar el sitio pero un poco cansado. Se paró y vio a sus compañeros que lo veían raro. Es que, a sus pies, se formaban remolinos de aire. Mía, quien estaba investigando y observando solamente los árboles retorcidos de estas tierras yermas, notó a lo lejos una especie de máquina viniendo hacia ellos. Desde aquí era una silueta negra, cuadrada, y con una especie de huesos enormes.