Partida Rol por web

Furioso y escupiendo saliva lleno de rabia y rencor - " Dale Patric, acaba con la vida de ese malnacido servidor del mal, no habrá tregua con ellos, si os oponeis a nosotros acabareis muertos " -. La ira se desborda por mi cuerpo, un breve descontrol no viene mal despues de tanto tiempo controlando mis sentimientos tras la masacre de mi compañía.

Despues de herir mortalmente al guardia noto como la desesperacion propia de un hombre que sabe que va a morir se apodera de el. Mientras da torpes pasos hacia atras fruto del dolor de su herida se lleva la mano al cuerno para avisar a las otras ratas de negro. Sin perder un segundo doy un paso hacia delante y lanzo una estocada a la garganta del pobre desgraciado, la punta de la hoja perfora la carne del caballero negro y atraviesa sin esfuerzo el cuello, retiro la espada con rapidez para ver como el moribundo hombre suelta el cuerno y intenta llevarse una mano al cuello mientras el horrible ruido propio de un hombre degollado que aun intenta respirar lo acompaña hasta que se desploma en el suelo.

-Estupidas ratas- miro rapidamente a los lados de la calle para asegurarme que no llegan refuerzos hostiles- Vamos a coger rapidamento todo lo que podamos y nos apresuramos en llegar a la posada. No me gusta la pinta que tiene la herida de Bast- Dicho esto guardo mis armas y me preparo para recoger nuestra justa recompensa.

Al nombrar mi herida y ver como cae el guardia negro, mi ira se desvanece tal y como surgió, de repente veo mis manos manchadas de sangre, sangre que es mía, perplejo mi mente se aparta recordando cuando tuve en mis manos la sangre de mi familia, -" no, no, no, otra vez no...... "-

Observé con mirada impasible cómo Patric acababa con el caballero negro. Cuando aquel hombre exhaló su último aliento, yo suspiré algo molesta... Mi ritmo cardíaco se había agitado algunas pulsaciones de más solo por un combate que había durado escasos minutos... ¡me sentía realmente malhumorada en aquel instante!

Pese a todo, la mirada casi perdida de Bast, y la sangre que manaba de su herida, hizo que decidiera acercarme a él.

—Hay heridas que son más difíciles de sanar que éstas — le susurré solo para él mientras posaba ligeramente mi mano en la herida de su costado y aplicaba un conjuro de curación —. En ellas no puedo ayudarte, debes ser tú quien las supere...

Una vez terminada la sanación, miré al resto y esperé pacientemente a que decidieran moverse a la posada. Nos convendría hacerlo cuanto antes para evitar que otros caballeros negros nos descubrieran, pero no quería gastar saliva de más en reclamar algo de prisa.

Al imponer las manos sobre mi de Alysa, veo como mis heridas cicatrizan al instante, mis ojos nublados por la desesperación, brillan ahora con entusiasmo, las heridas físicas han curado al mismo tiempo que las psíquicas, - " Gracias, sacerdotisa, aunque nuestras energías mágicas provienen de lugares diferentes, aunque nuestra forma de ser es completamente distante, tengo una deuda contigo, deuda que pagaré tarde o temprano, DAME UN ABRAZO TONTAAAA "- me acerco a ella ensangrentado, con mi propia sangre todavía sin coagular, los brazos abiertos en jarras, con mis mangas anchas colgando teatralmente y mi capa al viento...

—No hagas que me arrepienta de haberte curado, idiota*.

Retrocedí unos pasos para evitar que aquel energúmeno manchara mi precioso traje con su sangre.

Con el último guardia muerto, Los ojos centelleantes de la salvaje se apagaron y dieron paso a una calma impasible ante la carnicería que acababa de producirse.

Aunque no llegara a usar su cuerno, sólo era cuestión de tiempo que los caballeros negros encontrasen a sus compañeros, y empezaran a castigar culpables...o sospechosos de serlo. Por algún motivo sus ojos se posaron el en pequeño kender, que nada había tenido que ver con las muertes

-...La que haz liado pollito- Dijo mirando a Bast. La medio orca se acuclilló junto a uno de los guardias, cortó la pequeña bolsa que llevaba encima y se la lanzó a Thassantir -Luego repartir- Le indicó con un guiño. Sus pensamientos iban más allá de saquear unas baratijas. -No podemoz dejar aquí.- Dijo mirando al grupo -Loz caballeros negroz ze lo harán pagar a alguien-. El cuchillito oxidado apareció de nuevo en las manos de Klurca y le cortó un par de dedos al cadáver. Un segundo después sus muelas trataban de triturarlos. -Tan duros...- Gruñó con la boca llena.

Descartada su primera idea para hacerlos desaparecer, la salvaje tendió su capa en el suelo y puso encima el cuerpo del guardia. Después se acercó al otro al que Patric ya había quitado las botas, lo lanzó encima y los envolvió con la rapidez que un nómada empaqueta su tienda. Los pies descalzos de uno de los guardias asomaban por un extremo. Klurca se rascó su lampiña ceja contrariada. Se volvió hacia el brujo, cuyas ropas estaban sospechosamente ensangrentadas. -Dame ezto, liante-  Dijo tomando su levita* sin muchos miramientos para tapar los pies del guardia. Dio un par de vueltas mas con la cuerda de cáñamo que llevaba en su mochila y completó el "paquete".

La medio orca se echó el fardo al hombro como quien acarrea una alfombra y miró a su alrededor -¡Ea puez! El primero que vea un pozo, una alcantarilla, o un tejado bajo, que diga Ifulky, y ahí que van estoz dos- Dijo mirando al resto.

-Ifulky significa mucho-bueno...-Aclaró -¡... A ver zi aprendéiz un poco de orco también!-

- " Sueltame la ropa, bárbara, no sabes lo que me costó que me hiciesen una capa como esta, ( de pronto escucho con atención, pero no escucho nada. Confundido, puesto que mis sentidos parecen haberme engañado grito: -corred, creo que alguien viene hacia nosotros, pero no estoy muy seguro" -

- " Sueltame la ropa, bárbara, no sabes lo que me costó que me hiciesen una capa como esta, ( de pronto escucho con atención, mi semblante se vuelve pálido como la luna blanca ), corred, una patrulla entera viene hacia nosotros, corred... " -

Bast, con un 4 en la tirada, lamento decirte que no has escuchado nada. Con esa tirada no superas la CD XD

Modifica el post. Hay que esperar el posteo del resto de jugadores para deciros y veis o escucháis algo.

No puedo alterar el post si alguien ha posteado despues, tendrás que hacerlo tu.

Al sacar un 1 (una pifia) rolee un falso escuchar.

La batalla apenas duró un suspiro, pues tenia compañeros capaces y bien habilidosos en la hora del combate. Los 2 caballeros negros cayeron en un charco de sangre en el asfalto mientras yo observaba. sin duda, sabia que segar la vida de esos guardias nos traería serios problemas.

cojí con una amplia sonrisa el saquito que me pasó kulca, sin embargo, ahora no era momento para inspeccionar lo que habia en su interior. Acto seguido, se las apaño para "ocultar" los cuerpos para llevarlos a un lugar donde nadie los encontrara, almenos por ahora

Dí un respingo al oir a Bast diciendo que oía que se acercaba alguien, poniendome así bastante nervioso. Si nos enganchaban con 2 guardias negros muertos a nuestros pies...nos decapitarian a todos sin dudarlo. Agudizé mis sentidos para asegurarme que lo que decia Bast era cierto, y miré en las calles circundantes desde nuestra posición

A pesar del estruendo de la lucha, Klurca no logra ver nada, pero puede que su sentido de la vista la traicione. Sin embargo Patric escucha con atención, y su sentido auditivo le transmite completo silencio. El flanco derecho parece estar libre.
Thassantir, desde su posición, es perfectamente consciente de que nadie ha visto lo sucedido en la calle por la que veníais. El único lado que os presenta una duda es el izquierdo, puesto que ni Bast ni Alysia están seguros de que ningún testigo haya escuchado o visto lo sucedido.

La luz del sol, aunque tenue, aún molestaba los sensibles ojos grises de Klurca.

-No hay priza- Ironizó mientras recolocaba la carga sobre su hombro, que empezaba a resentirse por el peso. Sin su gruesa capa, la salvaje quedó medio desnuda dejando al aire sus musculosas piernas, apenas cubiertas por un mugriento taparrabos. Con el frío atardecer de Pashin, la piel de la medio-orco empezó a tornarse azulada.

Klurca miró a Thassantir, que oteaba los alrededores con expresión despierta.

El flanco derecho parecía despejado y sabían lo que podrían encontrar si volvían sobre sus pasos. En cualquier caso prefería que el discreto Kender fuera por delante de ella.

- Piez-ligeroz, ve por delante. Te zigo- Dijo en voz baja. -Zi vez un guardia, rázcate el orejo.-

Termino de guardar lo recogido para repartirlo despues, aunque lo sentia ligeramente por Bast sin duda el encontronazo con los guardias solo habia dado beneficios y el mago estaba totalmente recuperado gracias a las atenciones de Alysia.

Avanzo junto a los demas fijandome en las ventanas de las casas, aunque no podia evitar que alguien nos viera, si podia evitar que unos desgraciados les facilitaran nuestra descripcion a los caballeros a cambio de unas monedas de plata.

-Vaya noche mas movidita. Klurca si no encuentras sitio donde esconder el cuerpo dejalo tirado en alguna esquina oscura, si nos vieran cargando un muerto seria un problema.

Aún alterado por lo sucedido ( no estoy hecho para ver tanta sangre, y menos si es mía ), por extraño que parezca, permanezco mudo ante mis amigos, me he quedado sin palabras, extrañamente conmocionado, que digo conmocionado, la visión de la sangre, los dos cuerpos mutilados por las armas, me reconcome la conciencia, en parte la muerte de estos dos guardias negros ha sido culpa mía, hablando de guardias negros, mientras me marcho con mis compañeros, vuelvo la cabeza hacia los muertos - " sucios hijos de Takhisis, aquello que os mereceis habeis recibido, así sabrán aquellos que se quieran meter con nosotros, que nosotros somos los nuevos héroes, en estos tiempos tan oscuros, una luz brillante ha llegado a la ciudad y con ellos, el gran Bast, que no se os olvide " - termino diciendo mientras volteo gracilmente mi capa especial de gran teatralidad...... ( dioses del bien, pero que bien se queda uno cuando suelta lo que lleva dentro )

Más nos valía que no nos hubiera visto nadie... o, al menos, que si alguien lo había hecho, no se tratase precisamente de un amigo de los caballeros negros. Lo que menos quería era verme rodeada de enemigos... En cualquier caso, en aquel momento nada podíamos hacer, solo confiar en tener algo de suerte y pasar una noche sin complicaciones. Así pues, avancé junto con mis compañeros, mientras observaba detenidamente cómo Klurca trataba de buscar un lugar donde esconder los cuerpos.