Partida Rol por web

La luz que ilumina la tormenta

Un paseo por Bechafen

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20/02/2015, 09:01
Padre Sigmund

El padre Sigmund saludó y salió de la habitación muy serio, seguido por los aventureros. Una vez fuera, se rascó nervioso la nuca afeitada y miró hacia todos lados.

-No esperaba esto, con sinceridad - declaró -. Creí que no habría forma alguna de que se me permitiera acompañaros y, ahora que veo que me permiten, temo sucumbir como dice su eminencia. Pero quizá tenga razón y esto sea lo mejor. El deseo muestra el camino del alma. Si yo decido mi destino, de alguna manera averiguo cuánto daño pudieron hacer aquellos enemigos en mi interior. Y vosotros haréis lo que sea indicado según mi situación.

El ceño del sacerdote se relajó ligeramente al pasar del temor a la resignación.

-Bien, si vamos a partir ya, dejad que prepare mis cosas. Son pocas, pero son importantes.

Notas de juego

Chicos, éste es el momento de equiparse o de pedirme cualquier cosa que consideréis necesaria y no tengáis. Si podéis responderme en el off-topic un simple (sí, tío, quiero tal y tal o, no, tranqui, voy servido) yo continúo en un par de días con el avance de la aventura.

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23/02/2015, 00:22
Sigmund Krimmer

Me dirijo a mi habitación, para dejarla recogida por si otro hermano necesita usarla para meditación. Mis posesiones están en otro cuarto más comunal. Una vez hago la cama y ordeno los volúmenes que están en la pared para su consulta, sigo con paso, más vigoroso de lo que admitiría. Cada paso que doy aprieto la mandíbula un poco más, que es esto que estoy sintiendo. ¿De nuevo a los caminos? pero desde un punto de vista más agresivo. Puedo hacer más para luchar contra el mal.

Cojo mis botas de viaje y un hábito más grueso. Un cinto con muchos bolsillos y anillas donde colgar cosas. Otro sobretodo encima de este, me saco el símbolo y pongo nuevo rumbo hacia arriba.

Hablo con el bibliotecario y le solicito un par de libros de viaje con salmos y oraciones, un juego de 10 papiros, tinta y pluma. La Extremis Evilitus, un códice de criaturas malvadas, un poco anticuado pero muy popular en Altdorf en mi juventud, y como derrotarlas, eso me costará más que lo suelte. Sólo tenemos una copia pero por lo menos lo intento, le prometo buscar libros para mayor gloria de Sigmar y de nuestro templo.

Cuando acabo de allí paso también por el encargado de los novicios y de la botica del templo. Le pido cosas básicas, que guardo en mis bolsillitos. Unos mechones de canino, un saquito de escamas de serpiente, Un trozo mediano de caparazón de tortuga, pequeños clavos en un tarro de cristal y rama de enebro en polvo en otro pequeño recipiente. Lucho con el pesado de Gonner para que me deje llevarme un pequeño mortero y su mano.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago tirada por si es necesario.

Perdón si me he tomado demasiadas licencias en cuanto a distribuciones o algo, pero como no he leído lo contrario asumo como cosas mundanas. Me gusta usar el entorno ^^

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23/02/2015, 21:24
Marco Astarloa

Notas de juego

Aparte de los utensilios para mandar las correspondientes cartas de nuestro progreso, creo (y seguro que me arrepentiré de ello) que no necesito nada más en un principio.

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25/02/2015, 21:58
Director

La sensación al alejarse de Bechafen es de que el frío nunca más se irá de sus vidas. El otoño ya tardío envenenaba los pensamientos con imágenes de lo que estaba por llegar. Nadie dudaba de que sería un invierno duro. Sigmund sabía lo que eso significaba trasladado al norte, a Kislev, a la tierra de hielo.

El sacerdote montaba el caballo que utiliza a menudo para sus misiones en los pueblos alrededor de la ciudad. Era un buen animal, algo terco si intentaba montarlo otro que no fuera el siervo de Sigmar, pero eran años de trato, una amistad mal encubierta de colegueo, en realidad. Aunque pudiera parecer feo llevar a un amigo hacia donde se dirigían, lo cierto es que no había más remedio. Ningún otro montaba voluntariamente al corcel, si podía evitarlo.

Así los tres encontraron un camino de barro apenas transitable que resultó ser mucho más importante de lo que parecía por su desastrado aspecto, ya que podía perfectamente servir como línea fronteriza entre Kislev y el Imperio, según los mapas.

La tarde se acababa pronto y el pueblo más cercano, Brunmarl, aún quedaba a un buen trecho.

Notas de juego

Por avanzar, que supongo que Hans posteará el finde, él podrá poner aquí en las notas lo que solicita, sin más. Y ya veo yo si es viable que lo hubiera cogido.

Si decís alguna cosa o queréis poner algo en claro, este es el momento. Seguiré posteando dentro de un par de días.

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28/02/2015, 00:10
Sigmund Krimmer

Yo aprovecho el viaje para hablar un poco con mis nuevos compañeros, quiero saber un poco con ellos. Yo por mi parte les cuento algunas particularidades de la zona, donde  se come bien. Donde determinado granjero se ha marchado y su granja ha sido ocupada por una familia de bien a Sigmar con 6 hijas. Donde comprar el mejor heno para los caballos, traído desde Kislev.

Vamos todo lo que se necesita para dejar de llamarnos de Usted, maese, o padre o cualquier otro títulos y podamos tutearnos. Por cierto, pese a los rumores, no todos los sacerdotes bebemos alcohol, yo soy abstemio.

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01/03/2015, 18:35
Director

Brunmarl no era una aldea, pero tampoco una capital como Bechafen. Había unas treinta casas repartidas por un claro amplio arrancado al bosque a golpe de hacha. En su lugar, la tierra roturada proporcionaba algún alimento en verano, y seguramente la caza y la venta de la madera que se conseguía pagaban la vida de los humildes villanos.

La noche de otoño cayó rápida y trajo frío y un viento desapacible. En el pueblo había muchas luces encendidas, haciendo una suerte de perímetro, ya que no había muralla o murete que separase Brunmarl del resto del claro.

En cuanto a los edificios, dos de ellos, de los más grandes, estaban bastante iluminados y, de hecho, daba la sensación de que alguien, a lo lejos estaba tocando música.

Al acercarse al interior, los jinetes comprobaron que se trataba de dos tabernas, una enfrente de la otra en una plaza amplia. La primera, llamada "Jente de paz" era algo más grande y tenía otro piso encima, posiblemente con habitaciones. La de enfrente se llamaba "El buen troll de río" y era algo más pequeña. 

Ambas tenían establo.

Por lo demás, no había mucha vida en el pueblo, como era habitual en lugares así cuando el sol se ocultaba. Por otro lado, había vigías apostados en zonas altas, atentos, muy serios. Nada de borrachos abrazados a jarras vacías.

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02/03/2015, 21:28
Marco Astarloa

Marco llevaba sobre su cuerpo la manta con la que se tapaba por las noches. Era un hombre resistente, pero odiaba con pasión estaliana aquel maldito frío que hacía en aquel lugar. Siempre frío, odiaba aquello. Desde su montura divisó con ojo atento y experto las dos opciones que tenían para elegir, él y sus compañeros.

- En la grande llamaremos la atención de más gente pero en la otra tendrán menos información, supongo que Sigmund conoce mejor estos ambientes, quizás él nos pueda dar una opinión más formada. - Dijo aún sobre su animal a la espera de que sus compañeros de viaje añadieran algo más o apuntaran una razón de peso para tomar alguna decisión. - Siempre podemos dividirnos e ir a ambas para cubrir más terreno. Quizás con algo de suerte encontremos a una moza simpática con la que alegrarnos la vista. - el estaliano fantaseaba con alegrarse algo más que la vista, pero no tenía expectativas tan altas por el momento. 

Por el momento prefería dejar aquellas decisiones a sus compañeros, ya que ambos conocían mejor la zona y el ambiente. Para él todo aquello era terreno extraño y las costumbres eran otro mundo diferente al de Estalia.

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05/03/2015, 23:06
Sigmund Krimmer

Sigmund mira ambas posadas. Ha pasado por ellas en algunas ocasiones, siempre se ha hospedado en la más grande, más opciones de una buena cama, aquella con la que sueñas en las últimas horas de caminata o cabalgata. Sólo en una ocasión se hospedaron en la pequeña, digamos que ofrece otro tipo de entretenimientos.

-Hummmm dejadme pensar, mi opinión es que en una nos hablarán por hablar, podemos oír muchas cosas si nosotros también dejamos algo de información para alimentar la rueda, en la otra, la pequeña, quizás con unas monedas también podamos conseguir menos información, pero más fiable- me encojo de hombros- hace meses que no paso por este pueblo, no se si habrán cambiado de dueños o de actitud. Lo que no han cambiado es ese horrible cartel con faltas de ortografía- el clérigo pone los ojos en blanco.

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07/03/2015, 12:24
Hans Von Drechsle

Iremos a las 2 , vosotros hospadaos en la grande , yo iré a la pequeña . A primera hora de la mañana nos volveremos a encontrar y compartiremos la información antes de partir de nuevo . 

Padre , tal vez vaya en contra de las creencias pero si en confesión alguno os dice alguna cosa que pueda resultar útil contra los herejes deberíais contadnosla . 

Habló decidido Hans a ambos hombres , y aunque sus palabras al sacerdote podrían tomarse como una ofensa tambien sabía que una ofensa así sería perdonada en por de un bien mayor como era eliminar a esbirro del caos . 

Luego miró en su bolsa y contó los chelines que le quedaban , esperaba que fueran suficientes para todo el viaje . 

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08/03/2015, 19:34
Marco Astarloa

Asintió despacio a las palabras de Hans, al fin y al cabo él era el matabichos y aquella era su empresa, para que mentir

- Perfecto, sea pues. El sacerdote y yo iremos a la grande, cubriremos más terreno así. A la mañana nos reunimos y decidimos como proceder con lo que hayamos podido recabar, perfecto. - Dijo Marco deseoso de entrar de una vez en aquellos edificios y poder combatir aquel odioso frío entre cuatro paredes con una buena lumbre, incluso con alguna buena mujer si se daba el caso.

Clavó sus talones en su montura mientras con las riendas dirigía su mirada hacia la mal llamada "Jente de Paz", la cuál era la que a él y al sacerdote les tocaba cubrir. - Si quiere que nos dividamos el trabajo una vez dentro podemos hacerlo así Sigmund. Yo me encargo de las mujeres y vos de los hombres, no es por ofender pero creo que mi encanto hará más efecto en ellas y su oficio puede desempeñarse bien con ellos ¿Cómo lo ve? -

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10/03/2015, 16:37
Director

"Jente de paz" no era exactamente lo que a un ingenuo le cabría esperar por el nombre. En cuanto se acercaron a la fachada de la taberna el ruido que procedía de las ventanas abiertas prometía canciones bien rehogadas en alcohol. Las notas de instrumentos de cuerda eran lánguidas. Alguien debía de estar practicando una canción melancólica, pero el efecto, si era ése, se diluía por el ruido de jarras chocando y de risas posteriores.

Antes de que ambos entraran, un chaval haraposo procedente del establo se acercó al sacerdote.

-¿Una bendisión, fray? Y un tres shelineh el primé día - entonces reparó en el tileano -. Pa usté van seih shelineh tó los díah. ¿Hase?

Notas de juego

He quitado a Hans del mensaje. Recordad hacer lo mismo. Hasta que no volváis a estar juntos, lo dejaremos fuera de nuestros maquiavélicos posts.

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10/03/2015, 16:47
Director

El establo era casi tan grande como la taberna. Después de pegar un poco el oído, Hans se dio cuenta de que el ruido que percibía no provenía del local al que se disponía a entrar, sino del otro, del que había confiado a sus compañeros. Si mantenían el nivel de ruido así, iban a tener una noche verdaderamente movida.

Del establo salió un jaque bastante imponente, armado con un garrote tan largo que apoyaba como si se tratase de un bastón en el suelo. Se quedó mirando a Hans sin ningún reparo. Era muy evidente que lo estaba analizando. Al final, pareció tomar una decisión y se dirigió hacia él.

-Señor - el tono no era exactamente respetuoso, pero se notaba que a su manera estaba haciendo un esfuerzo -. ¿Necesita lugar para el caballo? Buena comida, mejor cama. Siete chelines por día. Por un chelín más lo cepillamos a diario y por otro, revisamos las herraduras.

El tipo tenía la nariz retorcida y varias señales de peleas feas. Uno de los ojos se movía de forma extraña, como más lentamente que el otro, y daba a su mirada un aspecto siniestro.

Notas de juego

Ya estamos solos :D. He quitado a tus compañeros de los próximos posts hasta que volváis a reuniros. Haz lo mismo, ok?

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10/03/2015, 18:08
Marco Astarloa

Un antro, un maldito antro era aquello a buen seguro, más grande que la otra, pero sin duda más antro. Marco frunció el ceño con más intensidad a cada paso que daban. Aunque siendo sincero, estaba acostumbrado a tales lugares, él había pasado gran parte de su vida en lugares de poco brillo y esplendor. Se iba a girar a decirle algo de poca trascendencia al sacerdote cuando sus ojos se fijaron en el muchacho harapiento que les llamaba.

Con esfuerzo el duelista consiguió entender lo que aquel chico trataba de decirle, con calma se acercó a él y cuando estuvo a una escasa distancia dijo - El sacerdote viene conmigo y la bendición vale para los dos, así que serán tres para los dos y da gracias que serán tres. - Acompañó aquellas palabras con una "amistosa" cachetada en la cara del chico con el que acababa de negociar.

Notas de juego

Querido y todopoderoso Narrador, Marco es un elegante y distinguido ciudadano de Estalia, no confundir con un sucio, mugriento y miserable miembro de aquel lugar de sodomitas y fornicaconejos que es Tilea. un error así hará que vote a Dios, Sigmar o quien sea y tenga que clavarle dos palmos de acero al que cometa tal error :P

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11/03/2015, 18:51
Hans Von Drechsle

Por ahora solo comida y lugar de descanso para mi y el jamelgo , gracias . 

Dijo Hans tras atar el caballo en las estacas que había para tal uso , miró en dirección a la otra taberna y luego al tipo de ojo lento . 

Parece que no ha sido una mala elección , este parece un lugar tranquilo , seguro que duermo bien . 

Y le sonrió amablemente al tipo antes de darse el lujo de entrar en el recinto . 

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16/03/2015, 23:05
Sigmund Krimmer

Asiento al muchacho y le pongo una mano en el hombro de mi iracundo amigo.

-Tres cada uno es un precio razonable, entiendo que algo para cepillar a los caballos también está incluido, y no racanees con el grano. Puedes decir por ahí que estaré esta noche en la posada y atiendo a confesiones y bendiciones- me toco el símbolo de Sigmar y le hago una señal, murmuro unas protecciones para el pequeño trabajador. 

Una vez las monturas atendidas, entramos en la taberna.

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17/03/2015, 16:07
Director

El chaval puso cara de absoluto desacuerdo, pero no dijo nada. Cogió las riendas con firmeza y buen cuidado y entró en el establo con los corceles.

La algarabía que se escuchaba ya desde fuera hacía honor al festejo que había en el interior. Antes de que nadie viera al sacerdote, en la barra había hombres semiapoyados, bastante borrachos, mendigando por un vaso más de licor. A la derecha, unas mesas repartidas, algunas ya tumbadas por el ebrio desmayo de algún feligrés que estaba durmiéndola aparatosamente en el suelo. A la izquierda de la puerta, una escalera que ascendía y una tarima donde unos músicos desdentados y de manos callosas se afanaban como podían con instrumentos populares. A la voz estaba una señorita joven que llevaba delantal de camarera. Sudaba sin duda por el trajín del día y del fuego de la cocina, pero no cantaba mal, en absoluto. Su aspecto y su voz atraían la atención y la sed de los presentes.

El tabernero fue el primero que vio a Sigmund, desde la barra, y dos pares de ojos fueron después. La mujer no dejó de cantar, pero sí se ajustó el vestido (que, dicho sea de paso, era bastante recatado). Uno de los músicos llegó a dejar el instrumento. Al poco, aunque la música seguía, todos observaban al sacerdote sigmarita, y la canción, que hablaba de un crápula que había abandonado a su familia, cambió por una más correcta de amor a la tierra.

Notas de juego

Que me place, pardiez. ¿Dónde vi yo que eras tileano? En fin...

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17/03/2015, 16:17
Director

La taberna no era demasiado grande, pero parecía cómoda. Tampoco estaba demasiado iluminada, pero no había riesgo de tropezar, no al menos si se marchaba sobrio. La barra estaba colocada enfrente y a los lados había mesas bastante separadas. La gente bebía, charlaba, reía y jugaba a volcar los dados. Al fondo, una puerta junto a la barra estaba abierta, con una pequeña lámpara que la iluminaba, y un tipo con pinta de jaque curtido se sentaba en un taburete.

El que a todas luces era el tabernero saludó con un gesto de la cabeza y preguntó qué quería el recién llegado.

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17/03/2015, 17:35
Marco Astarloa

- Un puto antro. - Fue lo primero que dijo el estaliano tras cruzar el umbral de la puerta, lo dijo en medio tono para su acompañante. Sin embargo pese a las palabras empleadas aquello no sonó tan despectivo como pudiera parecer, para Marco aquello era bastante similar a estar en casa.

- Muy bien Sigmund, como acordamos. Vos a por los hombres y yo intentaré mantener algunas charlas con las mujeres. - Tras eso el estaliano dio un par de palmadas amistosas en el hombro de su compañero y se puso manos a la obra. Se encaminó hacia la sudorosa muchacha que atendía a las mesas y en ocasiones parecía hacer de animadora y aprovechando el momento de calma que se había producido por su acompañante la dijo.

- He viajado largo y tendido, por un salvaje y peligroso camino, estaría profundamente abatido si una belleza moza como vos, no me sirviera un poco de vino. - había escuchado aquellos infames versos en las calles de Magritta entre fulanos de baja estofa pero hábiles entre las mujeres.

Mientras recitaba aquellas palabras Marco aprovechó para buscar una en la que pudiera sentarse relajado a la espera de que la mujer atendiera sus peticiones.

Notas de juego

En el caso de que la mujer me haga caso Master, me gustaría una descripción un poco más profunda de ella por si debo continuar torturando a Quevedo en su tumba.

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19/03/2015, 23:44
Hans Von Drechsle

Alojamiento y comida . 

Contestó Hans al tabernero cuando este le habló ; luego observó la zona y de los que había un hombre con cierto aire a su compañero de otro país era el que más destacaba . 

Después volvió su vista de nuevo al tabernero . 

¿ Queda muy lejos Berdun , y tiene el camino muchos desvios a otros pueblos o ciudades ? . 

 Le preguntó al tabernero mientras esperaba en la barra y observaba la comida que había para pedir algo de cenar . 

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24/03/2015, 22:46
Sigmund Krimmer

Asiento discretamente al joven Estalita, esto de tener una misión es muy excitante, me froto las manos y asiento una vez más para dejar constancia que he entendido mi parte del plan. Carraspeo y pongo esa mirada ceñuda que uso para ordenar cosas a los pequeños seglares y dejar toda la estancia en orden antes que llegue el prior.

Saludo a los músicos dando conformidad al cambio de tema y dejo que mis ojos viajen por toda la sala, tras unos momentos de tensión y comprobar que no se ejecuta ninguna acción herética, en demasía, relajo mi semblante y me apoyo en la barra.

-Buenos días, me gustaría una mesa hijo mío- le solicito al tabernero- y una habitación para pasar la noche.

Espero a ver que mesa me ofrece o que predisposición. Con las manos juntas y los dedos entrelazados.