Partida Rol por web

A los pocos minutos os reunís frente a la puerta de la casa, el único que vuelve con cara de haber encontrado algo es Maurice...

- Me pareció escuchar algo pero no encontré nada... ¿Qué tal vosotros? - pregunté mirando a mis 2 compañeros. Ojalá ellos hubieran tenido mejor suerte... En cualquier caso nos tocaría entrar en el edificio pronto...

Con el reflejo de cuan desagradable es lo que acabo de ver dibujado aun en el rostro, me encuentro a mis compañeros y les enseño las notas y el dibujo que he tomado:

-Señores, he encontrado esto en el pequeño cementerio que hay ahí detrás... No se a ustedes pero a mí, pese al indudable interés que subyace tras este asunto, esto no de da muy buena espina.

No puede ser, me muestro reticente a investigar sobre esto... ¿Qué diría mi padre de mí? Hay que dejar al lado toda superchería y proseguir con la investigación, que es lo único que importa.

- Todo esto es muy desconcertante pero ¿qué relación puede tener con nuestro amigo?

Observo la casa.

- ¿Debemos entrar? ¿Qué opinan? Quizás en el interior encontremos alguna pista de lo que ha pasado.

- Vayamos dentro. Mañana por la mañana con mejor luz podremos revisar los exteriores de nuevo si es necesario. Estoy con Peabody. -

Si hubieran visto lo que yo ahí atrás no se mostrarían tan alegres ante la idea de pasar la noche ahí dentro...

¿Pero qué digo? ¿Qué daño puede hacer la hendidura más o menos afortunada de un cincel en el mármol de una tumba? NINGUNO. Debo dejarme de una vez por todas de estos remilgos... ¿Qué pensaría mi padre? Sentiría vergüenza de mí... Adelante... No hay nada ahí dentro que merezca este comportamiento. Adelante, acabemos lo empezado.

-Señores, estoy de acuerdo. Adelante.

Digo firmemente, aunque no consigo que mi tono de voz sea más alto que un susurro.

Me dirijo con cuidado a la entrada de la casa. Palpo la linterna en mi bolsillo... me da seguridad, sólo por si acaso dentro no funciona la iluminación...

Espero a que Robert y Maurice estén junto a mí y abro la puerta...

Pasáis a través del porche y abrís la puerta de la casa, que inexplicablemente, no está cerrada con llave. La luz natural penetra en el interior al abrir la puerta de doble hoja, en pocas horas anochecerá y la casa no tiene aspecto de tener luz eléctrica.

Tras las puertas un amplio recibidor con tres sofás y cuatro mesitas en el centro y a los lados. En la del centro hay un gran libro , aparentemente de cuero.

Hay tres puertas: al frente, a la izquierda y a la derecha. Las tres están cerradas.

Instintivamente me acerco al libro, echando un vistazo al interior de la casa.

Vaya, ese libro tiene pinta de pintoresco, cuanto menos. No lo abriré, aun, pero siento gran curiosidad por examinarlo.

Me adelanto a Maurice mientras ojea la casa y abro el libro para ojearlo. ¿Podría ser algún tipo de diario? ¿Alguna pista? Este sitio me da escalofríos.

Miro a Robert evidentemente molesto.

-Robert, por favor, no abra aun el libro... Si es muy antiguo y no se le trata con cuidado podría deteriorarse.

En la portada encuadernada en cuero en tono natural puede leerse perfectamente << Holy Bible>> al abrir la biblia te das cuenta de que extrañamente, todas las páginas están en blanco.

Enarco una ceja ante el comentario de Maurice. Es la primera vez que lo veo molesto por algo y eso hace que me sonroje por haberlo contrariado ya que el libro está abierto en mis manos.

- Lo... lo siento...- digo mientras lo dejo de nuevo sobre la mesa - No pensé... que... bueno... Está en blanco. Es una biblia, pero todas las páginas están en blanco... que raro ¿no?

Me rasco la cabeza incómodo por la situación.

- No le ha pasado nada... pero tendré cuidado la próxima vez... Disculpe.

Me muevo sigiloso por la habitación y la registro con meticulosidad, echo un vistazo a las mesitas, por si hubiera algo pegado o encajado en la parte de abajo de éstas, y luego reviso rápidamente los sofás... 

- Si Jerry estuvo aquí quizá encontremos su cartera, o sus llaves, o algo que le pertenezca. - digo mientras me afano buscando. 

Cuando me doy por satisfecho miro a mis compañeros interrogativamente... - ¿Por qué puerta primero? -

Nada de nada.

-Discúlpeme Robert, no pretendía ser brusco... Pero este lugar me tiene un tanto nervioso, he de reconocerlo, y el libro es realmente extraño... Deberíamos poner el máximo cuidado en el trato que le demos, ya que este tipo de piezas son difícilmente recuperables una vez dañadas... Por otra parte... ¿está seguro de que está en blanco? ¿TODAS las páginas están en blanco? ¿Y cómo llegó a la conclusión de que es una biblia? ¿Alguna marca en la portada? ¿Algún crismón de Constantino (XPTO) en alguna página? ¿Ex libris? ¿Marca de alguna congregación religiosa? ¿Algo, Robert? ¿¡ALGO!?

Exhausto, paro a tomar aire. No me he dado cuenta de que había ido alzando paulatinamente el tono de voz

¿Pero qué demonios estoy haciendo? El señor Peabody no tenía ninguna intención perniciosa... Esos acaloramientos están bien en el ámbito académico, no ante un descubrimiento casual por un profano en la materia...

-P... Por favor, señor Peabody, de nuevo le ruego que me disculpe, no he sabido guardar las formas... No me lo tenga en cuenta por favor... Por favor.

Le tiendo la mano al señor Peabody, visiblemente incómodo por la molesta situación que acabo de originar.

-Por otra parte, señor Kellemport, tiene usted razón. Dbemos comenzar a buscar pistas de Jerry. No obstante, espero que no les importe si... si no nos separamos ahora... Y buscamos juntos... Decididamente esa tumba del jardín me ha dejado más inquieto de lo deseable. Si no les importa, desde luego.

Aun afectado por mi desplante anterior, me dirijo de nuevo a Robert Peabody, aunque no consigo mirarle a los ojos.

-Robert, ¿usted qué opina?

- No se preocupe O´Rick. No dejaré que les pase a ustedes nada. - digo mientras les muestro mi revólver enfundado. 

Acto seguido espero la respuesta de Robert a los comentarios y preguntas de O´Rick sobre el libro

-Agradezco su ofrecimiento señor Kellemport, pero debo decirle que yo también tomo alguna precaución que otra...

Y dicho esto le muestro mi revólver del .32.