Partida Rol por web

Tras varias horas de camino a través del bosque, pero guiados perfectamente por la dalesiana, llegáis al borde de un valle desde el que se divisa, en el fondo, una fortaleza de piedra, muy antigua a tenor de las ruinas que divisáis.

Tardáis más de una hora en descender hasta la entrada principal. La tranquilidad del bosque envuelve a la fortaleza, dadnole un toque misterioso. Avanzáis y véis escombro por todas partes, tanto en el patio de armas (donde se ha caído gran parte de la torre principal) como en los edificos auxiliares que algún día sirvieron de cocina, establos, armerias y almacenes. Entre este paraje desolador destaca una pequeña zona que ha sido limpiada de escombros y que deja a la vista una escaleras que se internan en la profunda oscuridad...

Descansado y recuperado de mis heridas, amanecí con la voz de nuestra guía elfa apremiandonos a continuar. El camino resulta, no obstante, largo y agotador... por suerte, no llegamos a encontrarnos más engendros antes de alcanzar una fortaleza... En la cual el camino estaba despejado. Me giré hacia los demás con gesto decidido.

Nunca he sido un gran rastreador, pero no parece que aquí intenten ocultar sus huellas... - señalé con un gesto la escaleras, con la espada ya lista en la mano desde que entramos en las ruinas - Por ahí, ¿verdad?

Imbrodiel se movía con gracia entre la espesura, apenas pisando el lecho de hojas caidas.

-No creo que esas cosas sean tan inteligentes como para hacer eso, Darren.

Trampa.....todos los sentidos de Marwina aullaban eso en su cerebro, una entrada a la oscuridad en medio de una fortaleza escondida...su mano no se separaba de la flecha en su arco, lista para descargarse contra cualquier cosa que apareciera en medio del camino.

Su brazo le dio una punzada a la altura del hombro, recordandola la herida que las zarpas de las cosas de la noche anterior, aumentado su cautela natural...en cualquier caso MArwina en silencio y atenta vigilaba los alrededores en busca de los problemas que sabia que iban a encontrar....

—Nunca me he considerado una mujer valiente, pero dar marcha atrás sola creo que va a ser peor... —tomé aire para inspirarme valor a mí misma y continué con mis compañeros con el bastón cruzado. No me apetecía mucho meterme en sitios cerrados y oscuros—.

Eshara saca su daga y os hace un signo de silencio con el dedo en los labios. Bajáis las escaleras con la luz del atardecer a vuestra derecha pero iluminando lo suficiente el camino. Mobiliario destrozado y armas rotas se hallan esparcidos por la sala. Hace mucho hubo aqui una lucha, eso está claro. De hecho, podéis apreciar los huesos de los muertos, pero estos no descansan en paz. Podeis ver tres esqueletos mirandoos fijamente con sus cuencas vacías pero llenas de odio. La fortaleza aún tiene guardianes que la defiendan.

Imbrodiel, casi ya por instinto tensa la cuerda de su arco nada mas entrar en la habitacion.

Por el lobo terrible, sabia que era demasiado facil....Marwina resoplo apartandose un mechon de pelo de los ojos apuntando con su arco al esqueleto arquero; tratando de eliminar la amenaza a distancia la primera...

      La visión de los esqueletos, en pie, mirándonos con odio, tuvo una reacción inesperada en mi, una reacción que probablemente sorprendería a cualquiera que me conociese bien... Probablemente era cosa de los últimos tiempos y todo lo que había vivido... Solté una carcajada, descolgué el escudo, y con el embrazado y la espada lista para golpear, avancé resuelto hacia los "defensores" al tiempo que hablaba.

Mi señor asesinado, engendros tenebrosos en el sur, herreros dispuesto a enfrentar en combate a un caballero, elfos convertidos en monstruos en el bosque y, ahora, muertos que caminan... ¿qué será lo siguiente?

      No hablaba para nadie en concreto, ni parecía esperar una respuesta... de echo, no la esperaba. La situación me tenía temporalmente fuera de mi.

—Que en realidad pertenezco a los templarios y me encanta dar caza a los apóstatas —añadí con ironía a la frase de Darren y luego me preparé con el bastón para luchar contra aquellos esqueletos andantes... Un momento, ¿cómo se mueven si no tienen nervios ni músculos?—.

Imbrodiel liberó la presión de su dedo y la flecha salio volando en dirección al esqueleto más próximo a Darren. El arquero planeaba mantenerse a distancia y cubrir a su compañero mientras pudiera.

Imbrodiel pone a trabajar su pericia con el arco y extrae una saeta del carcaj que lleva en la cadera. Lanza el proyectil e impacta en uno de los esqueletos con lanza, haciendole perder el equilibrio por un momento...

Al igual que Imbrodiel, quise fijarme en un objetivo próximo a nuestros aliados y ya que él había tomado la iniciativa por uno de ellos, decidí ir a por el mismo para acabar con su fuerza vital cuanto antes. Apunté con el bastón y conjuré unos virotes arcanos en su dirección...

El esqueleto ve llegar la energía mágica y consigue esquivar la mayor parte del daño, aunque parte se lleva... Pero sigue en pie. Lo suficiente para acercarse a vosotros, y lanzar una estocada contra Eshara que queda lejos de hacerle daño y ésta la esquiva sin inmutarse.

Otro de los esqueletos, el que también lleva lanza, se lanza a su vez contra Darren, pero éste interpone el escudo y la lanza rebota sin hacer mella en la defensa del guerrero.

El esqueleto que maneja el arco tampoco tiene suerte contra Imbrodiel, que de forma experta ha dado un pequeño paso a tiempo para que la flecha se aleje a su espalda.

      Mientras avanzaba, lleno de ese extraño sentimiento que me hacía ver la situación como algo comico, percibí las flechas zumbar por la sala y escuché el chirrido de la magia de combate, pero estaba fijo en el esqueleto que se dirigia a mi con su lanza entre las descarnadas manos...

      En un alarde de la inteligencia de los no muertos, su carga fue demasiado recta, asique me limité a colocar el escudo de tal forma que la lanza resbalase sobre el, llevando al esqueleto hacia delante por inercia. Dejé que se adelantase unos pasos por mi izquierda antes de girar sobre mi mismo y descargar un golpe con todas mis fuerzas dirigido a su cráneo.

Hum...no dejar enemigo herido para despues...y con estas cosas muertas...marwina reprimio un escalofrio antes de dejar volar su flecha hacia el mismo esqueleto que acababa de recibir el disparo magico de Tayza; su cuerpo de hueso ya parecia bastante tocado, asi que lo mejor era ir rompiendolos uno a uno, antes de que alguno contratacara y les liara una situacion como la de las cosas del bosque...

Marwina odiaba estas cosas muertas, eran antinaturales.

El esqueleto, ya tocado por los múltiples ataques de los compañeros, cae destrozado en un amasijo de huesos tras un grito agudo y demoníaco que os hiela el corazón.