Partida Rol por web

¡¿QUIÉN OSA MOLESTAR A LA ETERNA OSCURIDAD!?
 

Ahirom abre los ojos al sentir una especie de ventisca recorrer su espalda, la oscuridad del lugar sólo le permite ver a unos cuantos metros, puede escuchar una especie de silbidos cómo cuando el viento pasa entre carrizos ó bambú.

Al logra fijar la mirada observa que se encuentra en los dominios de Hades señor de los muertos, comienza a andar por un camino polvoso, al observar detenidamente el suelo se da cuenta de que no es polvo si no algo parecido a la ceniza, la temperatura es muy baja que cuando habla puede ver el vaho salir de su boca. a lo lejos observa entre la niebla una enorme fila de personas esperando su turno para abordar una enorme barcaza, el sonido de agua le saca de sus pensamientos, lo último que recuerda es estar flotando en medio de la laguna y de repente desplomarse dentro de un remolino de agua.

al avanzar escucha el sollozo de alguien, una figura delgada y de cabellos blancos flotantes encorvada sujetandose las rodillas y sobresaltandose a cada lloriqueo, sentado sobre una enorme piedra negra, al acercarse se da cuennta de que es el ente el cuál ha perdido brillo y sus enormes orejas que sobresalen entre su cabello cano parecen moverse a cada sollozo.

Ahirom recordaba  todo en una nebulosa... El ente , el pantano... La caida en el inframundo. No sabia muy bien como había llegado hasta allí. Se quedo observando la cola para cruzar la laguna y se preguntó si este era el final de su interesante vida... Entonces unos sollozos llamaron su atención. Acercandose al origen de ellos dijo Vaya, parece qque no soy el único que ha tenido mala suerte hoy... Creo que eres la ultima... "Cosa" que esperaba ver por aquí...

El ente detiene sus sollozos y voltea algo desconcertado después de escuchar la voz de Ahirom.

-¡Vaya es el comerciante!...- le dice recobrandose un poco, mientras se limpia la nariz. -Estas tan atrapado cómo yo a un paso de la barca pero condenados a vagar por aquí eternamente... un momento... tu sigues, vivo...- El ente mira fijamente al comerciante y agrega, -todo el que cae por aquí es poco probable que vuelva a ver la luz del día... al menos ya no tendrás que pagar la deuda que te agobiaba...- El geniecillo se levanta y se posa a un lado de Ahirom quién retrocede un poco  ante la presencia del hombrecillo recordando que por su culpa se encuentra allí.

-No temas, ya no puedo hacerte mucho daño, al menos aquí estamos en casi las mismas condiciones, pero sé cómo salir de aquí... Se necesitarán tres cosas, la primera... un ser vivo, cómo puedes ver por aquí no hay muchos de esa clase...- Los profundos ojos grisaceos del ente recobran por un instante la chispa que tenía en el pantano. -La segunda el contacto con alguien de allá arriba que se pueda comunicar con los muertos, para que abra la puerta desde el mundo de los vivos ya que es la única manera de acceder a este plano...- el geniecillo cruza las piernas y flota a un lado del comerciante quién lo escucha atentamente mientras el ente continúa hablando. -Y la tercera es sortear las grutas de la oscuridad... unos pasadizos adyacentes al río plagado de seres de la oscuridad...- El geniecillo se mueve al otro lado del Ahirom y sus cabellos flotan cómo si se encontrara bajo el agua. -Yo se él camino... si me ayudas con un pequeño favor puedo guiarte por esas grutas para localizar una de los portales de mil escalones que hay diseminados por todo el inframundo...-Finaliza el ente esperando la respuesta del pensativo comerciante.

Ahirom sopesaba pensativo si este ente realmente era de fiar. No quería que lo usasen para escapar del Hades y que luego lo dejasen en la estacada... 

Supongo que te puedo ayudar con ese favor... al fin y al cabo ambos queremos salir de aquí ¿no es así?

La mirada de Ahirom se torna inquisidora intentando adivinar si el geniecillo alberga malas intenciones (1)

creo que puedo llegar a conectar con alguien "allá arriba" y creo también poder conseguir un ser vivo... dime cuando y como quieres la conexión y el ser y lo intentaré... si Hermes tiene a bien ayudarme... 

y no es que Ahirom tenga mucha fe en este último detalle pero no suele molestar al Dios con tonterías y suele brindarle asiduamente ofrendas....

El ente flota alrededor del comerciante recuperando el brillo en sus ojos y con una sonrisa maliciosa dice. -Andando entonces... no podemos quedarnos aquí, o nos marchitaremos más de lo que estamos...- le dice el geniecillo guiñandole un ojo al tuerto.

-Cómo podrás observar mi desconfiado compañero de viaje, yo no tengo muchos amigos que digamos... y por lo tanto no puedo acceder a la primera parte para salir de aquí...- no habiendo acabado de decir la última frase de entre la tierra ceniza comienzan a brotar seres del inframundo.

-¡¡¡SON YPIRÉTIS DE LOS JUECES... CORRE SI NOS ATRAPAN NOS LLEVARÁN ANTE UN JUEZ Y PODRÍAMOS SER CONDENADOS A VAGAR POR LA ETERNIDAD JUNTO A ELLOS HASTA CONVERTIRNO EN SIRVIENTES DE HADES!!!...-

Grita el ente dando grandes zancadas apenas rozando el suelo con la punta del dedo gordo del pie haciendo a un lado a algunas almas que también se espantan al sentir la presencia de los Ypirétis, el ente se escabulle por una de la cavernas alterna al camino de las almas, mientras las criaturas de la oscuridad comienzan a avanzar lentamente hacia el comerciante que se ha quedado helado al observar la los amenazantes sirvientes arrastar cadenas negras dejando surcos en el suelo.

Ahirom estaba mirando al geniecillo cuando este le espetó para que corriera... apenas si había asimilado que estaba en el averno cuando aparecieron aquellas siniestras figuras. presa del pánico Ahirom, temiendo quedar atrapado para siempre en el averno sacó fuerzas de flaqueza y corrió como si del mismísimo hermes se tratase

-Hijo mío.. mi más leal y grato súbdito... he escuchado tus plegarias y cómo mensajero de mi padre Zeus llevaré tus palabras cómo si fuera el viento recorriendo los cabellos de una ninfa, dime te mensaje y se lo haré llegar a otro de mis servidores en el exterior para que puedan ayudarte a salir de este suplicio...-

Loado seas Hermes!

Gracias por acudir a mi en el inframundo. te agradecería que le llevases este mensaje a tu siervo Malco el pícaro.

"Malco, Hermes me ha concedido la bendición de llevar mis palabras hasta ti. Dile a Cassandra que la necesitaré para salir de aquí. Necesito que abra una puerta para mi hacia el inframundo. Y que cuando esa puerta se abra me envíe si todavía está con ellos a Príapo... o a otro ser vivo"

Ahirom se sintió mal por el pobre burro.... pero mejor el animal que él....

-¡Corre por tu vida Ahirom!...- Le grita el ente girando en una gruta húmeda y oscura, al ingresar sólo una tenue luz azulosa inunda el lugar la niebla cubre los pies de los dos maratonistas mientras que Ahirom se sostiene de una parde de roca tratando de reocbrar el aliento por la precipitada carrera.

Algunos árboles retorcidos parecieran extender sus ramas tratando de alcanzarlos.

-¡Por las garras de una Quimera!... ¿¡Que es eso?!... Mejor ni te acerques Ahirom... algunos seres de lo más malignos toman formas inocentes e indefensas...- Le advierte el geniecillo flotando a un lado del comerciante que observa a lo lejos la siguiente escena.

una mujer de edad madura avanzando perdida entre almas sollozantes y flotando por la enorme gruta.

Quizas ha llegado el momento de dejar de correr. Ahirom se siente atraido por la mujer... Algo le dice que ddebe hablar con ella. Lentamente se acerca a la mujer. Sabe que quizás esta accion le costase la vida. Hola mujer. Que puedo hacer por ti? Quizás te has perdido igual que yo en este siniestro lugar?

-¡No es... no era mi tiempo de descender!... ¡No lo entiendo!... ¡No lo entiendo!...- La mujer su asusta con la voz de Ahirom y huye perdiendose en la oscuridad y algunas almas sollozantes.

De pronto Ahirom en sus pensamientos comienza a escuchar una serena melodía, tranquilizadora, las notas de una flauta.

Las almas comienzan a huir arremolinandose algo espantadas, el ente también comienza a mover las orejas cómo si se tratara de un felino detectando sonidos lejanos.

-¿¡Escuchas eso!?... ¡Alguien está por abrir un portal!... ¡¡¡CON MI FLAUTA!!!!...- La facciones del ente se tornan sombrias mientras un sentimiento de coraje le empieza a embargar.

Ahirom no podía creer que iba a ser tan feliz de oir tocar tan desafinadamente una flauta!!!

Estamos de suerte!!! Hermes ha escuchado mis ruegos y transmitido mis plegarias!! Rápido pequeño engendro... preeparemonos

¿qué tenemos que hacer?? no hay muchas oportunidades de salir de aquí con vida...

ahirom con cautela se pone a la espalda del pequeño ente... no se termina de fiar de sus intenciones y no le quita ojo (el que tiene) de encima. Tiene miedo que le traicione en el último momento dejándolo relegado a viajar en el inframundo. 

¡Sigueme!... ¡alguien a abierto una puerta hacia acá con mi flauta estoy seguro que fué esa bruja con pinta de prostituta corintia... o ese ladrón cobarde són los únicos que sufren del mismo mal que yo!...- El ente da unos enormes saltos levitando como un hoja en otoño, el tono enojado hace que Ahirom dude del geniecillo que nota la desconfianza del comerciante.

-Recuerda que puedo leer los pensamientos ó al menos intuirlos... si te quisiera traicionar, hace tiempo que flotarías tan transparente cómo esas  almas que te rodean gimiendo perdidas en busca de Caronte....- El ente lo mira por encima del hombro esperando a Ahirom, luego se adelanta saltando entre la enormes piedras negras espantando almas a su paso.

-Andando Fenicio que la libertad nos espera, ya me canse de escuchar lamentos y extraño tocar melodías con la faluta de mi amada perdida...-

Ahirom no termina de fiarse del geniecillo pero como dice ¿por qué puede querer ayudarle si no?... claro está que a lo mejor necesitaba usarlo de alguna manera para salir de allí... así que decidió seguirlo pero estar alerta.. 

No corras tan rápido!! no soy medio cabra como tú!! me cuesta seguirte por estas rocas tan escarpadas!!

Esto me pasa por aceptar tareas suicidas... Pensó el fenicio....

Al descender todos rápidamente por los mil escalones la iluminación cambia tornando el ambiente frío y desolado, a la mitad del camino, el enorme hueco que da al exterior se cierra intempestivamente desapareciendo dejando ver solamente una oscuridad infinita, una niebla a ras del piso envuelve el cuerpo inerte del asno y al propio Axys, quien yace inmóvil a un lado de Príapo y aún con la mano sujetando la rienda.

Varias almas transparentes y con silueta humanoide pasan flotando cerca del grupo de mercenearios que han descendido a los dominios de Hades.

En vez de tierra lo que pisan tiene la textura de la ceniza fina, la cuál se les adhiere muy fácilmente, algunos lamentos crispan sus sentidos escuchandolos como un leve vientecillo pasando entre la hierba.

Frente a la escalera de los mil pasos se yergue un delgado camino que serpentea hasta llegar a un enorme río que se logra percibir a la distancia entre dos enormes colinas negras, a lo largo se observan miles de almas lamentandose y flotando buscando seguir el sendero.

La oscuridad sólo es desafiada por la espada de Alkaeius quién aluza el camino hasta llegar con el ladronzuelo.

De entre las rocas se escucha algunos chillidos y aleteos que comienzan a levantar polvo en torno al grupo de héroes que yacen alrededor del ladrón y el asno.

Varios demonios descienden en parvada y comienzan a jalonear el cuerpo del asno y tembién al del ladronzuelo entre 6 comienzan a elevar el inerte cuerpo de Príapo mientras otros 6 toman las piernas y brazos de Axys tratando de llevarselo volando por encima de las negras rocas.

*20 Demonios de Hades.

Ir al inframundo nunca estuvo entre mis planes, pero no iba a dejar a Axys, después de todo él no estaría aquí de no ser por mí, es como mi hermano y no le podría dar la espalda. Las escaleras parecen infinitas, no puedo pensar que se haya podido salvar de esta caída, pero igual debo buscarlo por si aun está con vida, maldición como fuiste tan torpe, tienes que estar con vida, no puedo darle una noticia así a Apolecio, somos una familia.

Cuando las escaleras están terminando podemos ver un grupo de demonios que se están empezando a llevar los cuerpos de Axys y al asno, sin pensarlo dos veces me lanzo con gran velocidad hacia los demonios que están empezando a levantar a Axys mientras tomos unos quivas (4) y se los tiro a uno de los demonios que lo está sosteniendo de una de sus piernas. -¡NO SE LO LLEVARÁN!

Aeneas hacía lo posible para no dejarse amedrentar por la sensación de encierro que daba la tenebrosa escalera. 

Después de incontables peldaños llegan al fondo para descubrir a Axys en el suelo, cerca del asustado Príapo. En cuanto el pelirrojo giró su cabeza para ver si tenían compañía, escuchó un chillido proveniente de varios lados. Ayudado por la poca luz que irradiaba la espada de Alkaeius, el estafador pudo ver que varios demonios pequeños se acercaban al ladronzuelo caído y al inquieto burro. En cuanto hubo dado un paso adelante, pudo ver y sentir a Malco pasar a su lado y arrojar quivas a los demonios que comenzaban a llevarse a Axys. 

El pelirrojo asió su lanza con más fuerza y dió un salto hacia adelante tambien. 

Malco tenía razón: No se lo llevarían. 

Aeneas corre hacia los demonios y, guiándose por los aleteos a fín de no lastimar a Axys por error en esa oscuridad, dió una potente estocada con su lanza. 

Unos horribles chillidos crispan los sentidos del comerciante que a lo lejos observa con su único ojo bueno a varios diablillos revoloteando alrededor del cuerpo de Axys y su asno Príapo que rebuzna asustado echado a un lado del inconsciente ladronzuelo, cuatro diablillos caen retorciendose de dolor con algunos quivas incrustados en su asqueroso cuerpecillo, Aeneas se arroja sobre uno se los seres alados encajando su lanza en el vientre el cuál lanza un estridente alarido de dolor.

La luz de la espada del hoplita espanta a unos cuanto mientras el resto del grupo hace que los diablillos se desbanden dejando caer al suelo el cuerpo de un Axys desmayado.

El resto de los diablillos se reagrupan en parvada y lanzando terribles chillidos se lanzan sobre el grupo que trata de proteger a los caídos.

El ente al observar la situación se frena en seco. -¡MI AMIGO CÍCLOPE ESTO NO ESTA BIEN... ALGO SALIÓ MAL Y LA SALIDA POR LOS MIL ESCALONES SE HA CERRADO!...- El geniecillo commienza a temblar de miedo y da vuelta a su carrera advirtiendole a Ahirom que haga los mismo. -¡UN JUEZ... HAY UN JUEZ AQUÍ!...- El ente pone pies en polvorosa mientras el ambiente se vuelve gélido y una densa bruma azulosa invade el lugar.

"Soy la balanza de Oriente... Nadie toca a mis protegidos..." Un simple movimiento de la mano espanta terriblemente a los diablillos que huyen despavoridos en medio de chillidos y alaridos perdiendose en la oscuridad.

“Buscad el Mausoleo Olvidado mas allá de la explanada del juicio. La encontraréis si seguís el camino de las almas”

Mientras habla, el juez saca una pequeña daga oxidada junto con una pequeña bolsa con monedas de entre los pliegues de la túnica y extendiendo la mano os lo ofrece...

”Asesinad a Minos en su morada, esta daga es el único objeto capaz de hacerle daño... Pero tened cuidado con los secretos que se ocultan tras sus paredes. Las monedas os ayudarán a cruzar la laguna Estigia.”