Partida Rol por web

Conseguida el arma, continuaron en dirección hacia Berez. Por el camino, encontraron un extraño vial. De nuevo, el curioso gnomo fue quien descubrió lo que era. Probó la poción y dictaminó que era tinta, aunque era transparente, extraño. Se la echó al bolsillo y siguieron.

El camino dio paso a granjas y al sonido de insectos revoloteando por todos lados. El lugar estaba desolado, sin embargo, una luz llamó su atención. Al otro lado del río, un claro parecía estar iluminado. Se aproximaron a él y encontraron a una mujer con un farol dentro de un círculo de piedras de diversos tamaños. La campesina, físicamente desolada, portaba una pequeña daga y un farol en la mano.

Apenas dialogaron con ella, pero ésta les advirtió. El pueblo fue abandonado y ahora una bruja (Baba Lisaga) tenía en el centro de aquel páramo su hogar. Dicha bruja poseía unos espantapájaros que le hacían de vigilantes y extrañamente, recalcó, que estaba reuniendo cabras. Todos pensaron que algún extraño ritual se iba a llevar a cabo.

Agradeciendo los consejos a la muchacha, se pusieron en marcha hacia el centro de la ciudad hundida. La niebla no les dejaba ver más allá de unos pocos metros. Se cruzaron con uno de los espantapájaros y después de discutir qué hacer con él, Dagult le atacó, éste cobró vida, pero cayó bajo su espada.

Envalentonados, el grupo siguió adentrándose en la ciudad. Hasta que se dieron de bruces con la casa de la bruja. Estaba incrustada en un árbol, no se sabía dónde comenzaba la casa y dónde empezaba el árbol. En ambos extremos de la casa, colgaban jaulas con cuervos y un enorme cráneo de algún horrible monstruo le daba al lugar un ambiente tétrico. Pensando qué hacer, apenas se dieron cuenta de que la casa comenzó a moverse, enormes raíces (semejantes a pérfidas arañas) comenzaron a crecer y a hacer que la casa se elevase. Dagult, sin mediar palabra, saltó y trepo al interior de la monstruosa casa.

En su interior, había una cuna con un bebe en su interior. Algo más captó su atención, un pequeño brillo esmeralda (probablemente la gema de los viñedos), sin embargo, algo aún peor se movía en el fondo de la casa viviente. Una bañera desbordante de sangre de la que una deforme mujer salía. Estaba completamente desnuda y bañada en sangre.

El combate había comenzado.

Enfurecido por el atontamiento y la descarga necrótica recibida, Dagult avanza hacia l

La nube de gas venenoso resulta definitiva para un castigado Dagult, que cae al suelo inconsciente.

Tar-Gar al ver aparecer la espesa bruma tiene un mal presentimiento entona un cántico para intentar dar algo de soporte a los compañeros que están en la casa y acto seguido empieza a correr para alejarse de dicha bruma

Debilitado por los anteriores ataques de la criatura-árbol, y después de varios infructuosos intentos de subir hacia el interior de la casa, mi intención, ahora que estoy muy herido, es alejarme para seguir con vida. Afortunadamente el conjuro de Tar-Gar me proporciona algo de energía extra para correr todo lo posible y alejarme del alcance de la casa-arbol.

La vistaní trata de salir de la nube tóxica entre ataques de tos y esputos. Situándose al lado izquierdo de la bruja, mirándola fijamente. Sin embargo, algo falla en los planes de Ezmeralda y se lleva la mano a los ojos con un grito de dolor...

¡No...! ¡No puedo ver...! ¡Es... demasiado... poderosa! ¡Salgamos de aquí!

La mujer parece cegada.

Trifius escuchó el grito de Ezmeralda mientras observaba cómo se retiraban varios de sus compañeros. La huida parecía inevitable, de manera que el mago quiso intentar algo para facilitarla. Si aquella cabaña estaba siendo animada mediante magia, quizá pudiera disipar el conjuro y así disponer de mayores posibilidades de salir de allí con vida.

Se alejó todo lo que le permitieron sus cortas piernas y puso el marcha el conjuro.

El fracaso anterior, lo había ralentizado... comprobó que sus compañeros comenzaban la retirada y se alejaban de una bruma que comenzó a aparecer, así que, no se lo pensó dos veces, ni siquiera sabiendo que aún quedaban compañeros allá arriba, en la horrible y animada casa. Echó a correr huyendo de allí.

Al alejarse rápidamente, Fionn baja la guardia por un instante. Una de las raíces más alejadas de la cabaña emerge del lodazal para atravesar de lado a lado al bardo, dejándolo tendido en un charco de sangre que se va filtrando por el pútrido terreno.

Trifius entonces trata de anular la magia con la que está imbuida la cabaña pero parece inútil.

Una risotada maléfica resuena por todo el lodazal, la bruja ve como el desarrollo de los acontecimientos le favorecen.

Varias raíces de la casa emergen ante el estupor de los que han permanecido en el lodazal, impactando con brutalidad a todos ellos.

Mi cuerpo, inmóvil en el barro, siente como se le va escapando la vida poco a poco..

¡JIJIJIJIJI...! - una risotada maléfica precede a un potente rayo relampagueante dirigido hacia Ezmerelda -. ¡Huid! ¡Huid! No sois más que ratones atrapados en una jaula... ¡JIJIJIJI!

La vistaní, aunque cegada, logra evitar la mayor parte del impacto del rayo.

Los fétidos vapores de la nube conjurada por la pérfida bruja impiden que el luchador arcano pueda reaccionar y lo impelen a regresar al efímero limbo de los caídos en combate.

Tar-Gar continúa alejándose echando una mirada hacia atrás para ver los cuerpos caídos de aquellos a los que podía empezar a llamar compañeros...