- ¡ Adios caballeros! ¡nos veremos más tarde!
-Hasta pronto.
Suspiro. De vuelta al tajo. Miro la dinamita, rezaría para que no hubiera motivo para darle uso si creyera que hay alguien allá arriba.
No bien hemos salido de la tienda cuando pregunto a Marlowe.
- No he querido preguntarle dentro, pero no entiendo qué demonios vamos a hacer con la dinamita ni para qué va a servirnos en nuestra investigación zoológica.
-Por si las fieras son demasiado gordas. Cuando uno se hace viejo se vuelve supersticioso. El viaje a Groenlandia me volvió precavido, aquello en principio sólo era una investigación arqueológica y terminó siendo una carnicería.
Muevo afirmativamente la cabeza muy lentamente:
- Claro, claro.
- Este tío está más loco que una cabra... intento que no se me noten mucho en la cara mis pensamientos.
-Créame Palance, quizá demos gracias de llevar dinamita... Aunque, por Dios, espero que no tengamos que darlas-dijo Collins, con una leve nota de temor en la voz.
Entre dos de vosotros lleváis la caja de dinamita mientras que los otros dos llevan los ropajes recién adquiridos hasta la cabaña de madera que está detrás de la tienda. Se trata de una simple cabaña de una sola altura con dos habitaciones sin luz artificial y sin agua corriente.
Al llamar a la puerta de la cabaña, un hombre de mediana estatura y unos treinta y cuatro, con la cabeza afeitada y mirada ausente os abre la puerta. Hay algo extraño en Bill, a los pocos segundos caéis en la cuenta de que su tez es muy morena lo que en estos parajes sólo puede significar que el tipo es un cruce entre indio y occidental, un mestizo.
- ¡Hola! -dice saludando con un gesto de la mano pero sin mirar a nadie a los ojos, sino a algún punto a vuestra espalda.
—Hola—le tiendo la mano—, John Marlowe. Vamos a compartir espacio con usted
Intento ser afable antes de hacerle la pregunta delicada.
Al tenderle la mano Marlowe el hombre extiende la mano y hace como que se peina.
-Compartir espacio con usted -
Parece que el hombre no está muy en sus cabales.
Collins, que estaba ayudando con los abrigos, iba a saludar también cuando Bill respondió de aquella manera. Una leve sonrisa torcida apareció en su rostro, mientras mascullaba por lo bajo:
-Simplemente maravilloso...
Fantástico, un majara.
-¿Le suena un tal Bhule?
Pregunto sin esperanzas de recibir una buena respuesta.
- Bhule, Bhule, Bhule. Sí, sí, sí yo le guié y a su prometida Donna a las montañas. Una pena... eran muy buenas personas- dice sorprendiéndoos.
-¿Eran? ¿Qué les ha pasado? -digo con los ojos como platos.
- La primera noche que íbamos a pasar al raso, al raso, al raso, fuimos atacados por un grupo de indios. Mataron a Jerry, el otor guía a flechazos, yo salí corriendo y volví a Dogfork. Nos habían contratado para llevarles a través de las Montañas Caribú, andaban buscando hombres mono, mono, mono. Avisé a Gilbert y uno de los tramperos fue hasta Kamloops a avisar a la guardia. No encontraron sus cuerpos, tampoco el de Jerry. Pero todos están muertos.
La madre que lo ha parido.
-Hombres mono, ¿qué sabe de los hombres mono? ¿Qué le contó Bhule? ¿Por qué les atacaron los indios, qué estaban haciendo?
Dando un ligero codazo a Marlowe...
- Psss, yo creo que a este tío le ha estallado bien cerca un cartucho de tu dinamita.
"Ya estamos... Veremos que encontramos al final, ésto no va a ser nada bueno..."
Collins seguía atento a la conversación, ya que de momento no había nada que decir. Sin embargo, tener otra vez nativos hostiles no le agradaba nada.
El hombre abre exageradamente los ojos y empieza a cabecear
- nada, nada, nada, nada ,nada, nada, nada...
Tirada de Psicología el que quiera.
- ¿Qué diantres estará pasando en su cabeza?
Motivo: Psicología
Tirada: 1d100
Dificultad: 5-
Resultado: 29 (Fracaso)