Le deslizo otro dólar. Es más de lo que cuesta dormir en este tugurio.
-Cuénteme más de la pelea. ¿Por qué empezó?
Ahora sí sonríe tomando el billete
- Pues yo estaba aquí como ahora y Henry y Dan estaban donde están ahora - ¡qué raro pensáis! seguro que esos tipos duermen delante de la jarra de cerveza - y entonces estaban ellos hospedados en mi hostal, en el centro de la barra, donde están ustedes cuando un trampero que suele venir por aquí Ben, que es tan grande como un oso y más fuerte, quiso bailar con la chica. Pero... bueno ella no quería, así que Ben insistió, se puso algo pesado a decir verdad y ... ese tipo se metió en medio, pensé que Ben le iba matar pero aquel hombre le dejó inconsciente en segundos ¡ en segundos ! ¡ a Ben! que es tan fuerte como un oso. Se lo tuvieron que llevar al hospital, vino la policía montada y ¡se armó el Belén! , la policía no creía que un tipo como aquel hubiera tumbado a Ben. Pero nosotros tres somos gente respetada y creible aquí, le iban a encerrar pero como fue en defensa propia, se lo contamos a la Montada y... le soltaron. Al día siguiente o a los dos días no recuerdo, se fueron y no les hemos vuelto a ver.
Réstate 2$ John.
—Ben el trampero, ¿eh? —digo mientras me acaricio la barbilla—. ¿Sabe dónde vive? Supongo que ya estará en casa.
Vaya, curiosa coincidencia, que me aspen si lo es.
Collins asiente ante la narración de aquel sujeto, tomando notas de vez en cuando de algún punto importante, mientras dejaba que Marlowe hiciera las preguntas. Sin duda, aquel hombre tenía aún algo que añadir.
Niega con la cabeza
- El trampero volvió poco después a su lugar habitual de caza. A Ben no hay quién le encuentre cuando está cazando, pero estuvo ingresado en el hospital varios días cuando el hombre al que buscan le sacó el brazo de su sitio como si fuera de mantequilla. También la Policía sabrá algo...
A todo esto, ¿me pagan las habitaciones? ¿dos van a ser? ¿cuántos días?
- Yo diría que sí, dos habitaciones y al menos esta noche- se vuelve hacia el grupo y dice en voz baja - es posible que descubramos esta noche o mañana dónde han ido y queramos seguirlos, de manera que es tontería quedarnos un día más. Nos llevan bastante ventaja.
—Bueno, conviene acercarse a la policía y al hospital, a ver qué podemos sacar. Y no estaría de más cazar al trampero, si se me perdona el chiste fácil.
-Estoy de acuerdo... Veremos que nos pueden contar, aunque mucho me temo que vamos a la zaga. Éste Bhule nos saca demasiada ventaja...-dice Collins, algo cansado después del viaje, y un poco desanimado al no encontrarle tampoco allí.
- Aquí tiene el dinero por adelantado de las dos habitaciones y las comidas de un día. Vamos a ir a la policía y al hospital. ¿Podemos dejar aquí nuestros fardos?
El hombre coge el dinero y se lo guarda en un bolsillo
- No se preocupen, dejen aquí lo que quieran. Ahora subo su equipaje a las habitaciones vayan tranquilos que sus cosas están a salvo conmigo.
-Vamos allá entonces, empecemos por la comisaría.
A ver cómo se portan estos maderos canadienses.
El hombre se acercó a sus compañeros y susurró con cuidado de que no le oyeran los otros hombres:
-¿Seguro que queremos dejar nuestras cosas sin vigilancia?
En voz muy baja
- ¿y a dónde se las van a llevar si nos las roban? ¿al bosque? por el amor de Dios... no hay nada de civilización por aquí cerca y no creo que este hombre se vaya a jugar su negocio o su reputación por algo de ropa y poco más.
Susurrando
-Yo llevo todo lo de valor encima, nunca me separo de lo importante.
- Venga Collins, no sea desconfiado y vayámonos ya a ver a la Guardia Montada. Estamos perdiendo el tiempo...
-Está bien, vámonos... Pero con el tiempo, uno aprende a ser desconfiado, compañeros-dice, saliendo del local.
Eso es una buna idea, tenér las cosas de valor arriba por las dudas, pero tampoco creo que nos roben, y más si dos de ellos apenas pueden moverse por el alcohol.
León se termino de acomodar el dinero entre la ropa disimuladamente.
Bueno veamos a los policías.
El hombre paranormal está de vuelta =D
Os despedís del dueño del hotel y salís fuera, está empezando a anochecer y la temperatura está bajando rápidamente, allí hace un frío de mil demonios, muchísimo peor que en Vancouver o en Toronto.
El puesto montado no es más que una cabaña de madera de grandes dimensiones de una sola altura. La puerta está abierta y al entrar véis tres escritorios y un despacho al fondo.
Preguntando a uno de los policías os remiten al Capitán Swainson, persona al mando del puesto y dueño del despacho del fondo, así que entráis en el despacho, donde sólo hay un escritorio no muy grande y una silla, de modo que permanecéis de pie ante el capitán.
El hombre sentado tras el escritorio es alto, delgado, moreno, con un fino bigotillo y un rostro amable sembrado de arrugas que gesticula en demasía
- Buenas tardes caballeros. ¿ En qué podemos ayudarles? ¿son turistas? es evidente que no son de por aquí-otro con lo mismo... parecía que saltaba a la legua que no érais del Norte o incluso de Canadá.
Buenas noches señor, si nos disculpa nos gustaría hacerle algunas preguntas sobre otro forastero que pasó antes que nosotros, al parecer no es un lugar que reciba muchas visitas.
León intenta aclimatar al hombre para que sea más facil que les responda las preguntas.