Partida Rol por web

LA MALDICIÓN DEL CUERVO

El Establo

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15/07/2014, 12:59
Director
Sólo para el director
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15/07/2014, 17:25
Sîglü

    Empujas a Sîglu por la nieve hasta el establo. No necesitas a nadie que te traduzca el orco para saber que protesta como una vieja. La minera abre el portón y mueve sus carnes hacia el interior del establo. Está oscuro, tropieza con algo y cae de bruces al suelo. No ha sido un truco. Maldice en orco de nuevo y gatea hacia el interior. -¿Cómo tú hacer esto? No necesitar puñal con Sîglu.- Protesta en común desde un rincón oscuro.

No puedes verlos, pero los caballos relinchan al fondo y restriegan sus cascos contra el suelo nerviosos.

Notas de juego

Por favor tira: Avistar, escuchar e Iniciativa.
 

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27/07/2014, 10:11
Eberk
Sólo para el director
- Tiradas (2)
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02/08/2014, 08:33
Yolu

     Apenas puedes oír sus pasos con el revuelo de los caballos pero en cuanto tus ojos se acostumbran a la penumbra, distingues las siluetas del grupo de orcos que fueron a dormir al establo. Los salvajes se arremolinan en torno a tí cuando oyen a sîglu protestar por lo que estás haciendo. Puedes distinguir sus párpados entrecerrarse de ira mientras echan mano de las armas, escudos y pequeñas bolsas de porquerías que portan en las mochilas. Gagur, Yolu y otro orco te cierran el paso a tu espalda, robando la poca luz que llegaba desde la posada. Tras ellos, distingues a lo lejos la silueta de Köyu acercarse sigilosa como una gata. La orco se ha quitado el parche, dejando a la vista la terrible cicatriz de su mejilla.

Yolu, te propina una patada en el culo para llamar tu atención y gruñe:-Fu dad mucho Froblemaz. ¡Zuelta cuchillo!- dice señalándote amenazadoramente con su pico. Su falta de dientes por el mazázo de Nalfeim hace que sea aún mas difícil entenderla. Te resultaría cómico si no fuera por la abrumadora superioridad numérica a la que te enfrentas.

El resto de mineras rugen todo tipo de insultos en orco que no necesitan traducción.

Yolu, Gagur y otro orco cierran las puertas del establo y la oscuridad total te rodea. Incapaz de ver nada sólo puedes localizar a las mineras por las risas de las orcas a tu alrededor

- Tiradas (7)

Notas de juego

El establo no tiene iluminación alguna ahora mismo y tu no tienes visión en la oscuridad:

Ocultación por oscuridad total=50% de posibilidad de fallo a tus ataques.

Los orcos mueven tras de ti para cerrar las puertas, provocando un ataque de oportunidad sobre el que prefieras.

TABLERO:

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

 

Asalto nº 1

 

 

 

 

 

 

Ini

Acción

Nombre

CA

Pg

PgT

Estado, efectos, etc.

Duración

10

mover

Orco 2

18

?

 

Embraza escudo

 

18

mover

Orco 3

18

?

 

Embraza escudo

 

14

mover

Orco 4

17

?

 

Cierra puerta

 

10

mover

Orco 5

18

?

 

Embraza escudo

 

15

mover

Orco 6

18

?

 

Embraza escudo

 

19

mover

Gagur (Orco)

17

?

 

Cierra puerta

 

16

mover

Yolu (Orca)

17

-22

 

Cierra puerta

 

17

mover

Köyu (Orca)

17

?

 

 

 

9

 

Eberk

18

27

 

Oscuridad 50% Fallo At

 

8

 

Orco 1

17

?

 

 

 

9

 

Orco 7

17

?

 

 

 

9

 

Sîglü (Orca)

17

?

 

 

 

A igual iniciativa, he resuelto el desempate a tu favor

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02/08/2014, 10:24
Eberk

Tiro las armas y me siento con una sonrisa en mi rostro, mientras dejo que hagan conmigo lo que quieran...

Notas de juego

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03/08/2014, 11:18
Sîglü

    Puedes oír a los orcos moviéndose a tu alrededor con desconfianza. Una voz brutal parece preguntar algo a Sîglu y la orco responde desde su rincón del establo.

Recibes una patada directa en la cara que te tira de espaldas. Aturdido, escuchas como los salvajes giran a tu alrededor a cierta distancia. Un caballo relincha. Mas tarde media docena de garras te amordazan y atan tus muñecas con las correas y guarniciones de alguna montura.

Los orcos se alejan pero la esperanza de que todo quedara ahí desaparece cuando te izan bruscamente en el aire. Todo tu peso cuelga de tus muñecas. Tus pies rozan la paja que se amontona en el suelo del establo mientras te balanceas colgado de las vigas del establo.

La oscuridad total te hace sentir aún más indefenso. Los orcos parecen discutir sobre qué hacer contigo. Un par de puñetazos en la cara y costillas parecen ser la respuesta. Te cuesta respirar, no solo por el golpe en las costillas sino porque tu propio peso colgando hace cada vez más costosa la tarea de llenar tus pulmones.

Sientes el frio tacto de la hoja de un puñal en tu cara. Gagur hace algún tipo de broma y el resto de orcos se ríen al unísono. El filo desciende por tu pecho cortando las correas de tu camisote de mallas que cae al suelo emitiendo un mágico tintineo.

Gagur vuelve a hablar en orco y esta vez las mineras ríen aún más fuerte. El filo corta tu cinturón y tus pantalones acaban por los tobillos.

Sientes un tajo rápido en la cadera y tus calzones caen hasta el suelo del establo. -Sîgu ¡corta!- Ordena Gagur en común para disfrutar de la expresión de tu cara.

La minera se pone en pié y oyes como se acerca. El tiempo parece detenerse y no puedes evitar contraerte temiendo que te castren en cualquier momento. Por tu cabeza pasan mil ideas y recuerdos a toda velocidad. El corazón se te acelera aún más. No es la idea que tenías de tu propia muerte. Piensas que tal vez Sîglu esté alargando el momento para vengarse. Su mano regordeta se cierra con fuerza en torno a tu miembro. Cierras los ojos preparándote para el dolor cuando escuchas a la orco decir -Sîglu no desaprovechar oportunidad-

¡¡Oportunidad para qué!! piensas con el corazón zumbando en tu pecho.

La minera tira suavemente de tu "asa" haciendo pendular tu cuerpo del techo.

-Te Dije...No necesitar puñal con Sîglu- Te susurra al oído. Aún no sales de tu asombro cuando sientes la respiración de la orco descender desde tu oreja hacia el pecho, después a tu ombligo y finalmente a tu entrepierna. Sientes sus afilados dientes y el cuerpo reacciona encogiéndose aún mas. Para compensarlo, la orco succiona con fuerza. El resto de mineras estallan en risas y vítores.

Sîglu continúa succionando hasta que esa parte de tu cuerpo reacciona con voluntad propia. La minera se aparta un instante para presumir de su habilidad y el resto de salvajes la aclama con un cántico primitivo. El círculo se estrecha entorno a la pareja. La minera se incorpora de nuevo y sientes el calor de sus generosas carnes contrastar con el frío metal que cubre sus senos. Su fuerte olor te embriaga y te desagrada al mismo tiempo de la misma manera que el miedo y la curiosidad atrapan tu mente. Sîglu te abraza con sus gruesos brazos y uno de sus enormes muslos. Susurra algo en tu oído y al mismo tiempo sientes de nuevo una succión en tu sexo. Tratas imaginar cómo puede hacerlo cuando la orco deja parte de su enorme peso sobre ti y sientes tus hombros a punto de dislocarse. Las correas se clavan en tus muñecas pero apenas puedes emitir ningún sonido con la mordaza. Vuestros cuerpos se balancean en la cuerda pero es el dolor el que te hace marearte hasta que, con un crujido, ambos caéis al suelo. El cántico se interrumpe un instante por nuevos ataques de risa mientras Sîglu se coloca a horcajadas sobre tí.

-¡Gruumsh-Gruumsh-Gruumsh! - 

Claman las salvajes en su enardecido cántico. Aunque ya no estés colgado, el peso de Sîglu te impide respirar aun más que antes y la idea de que se trate de algún macabro sacrificio en el que tú eres la víctima se perfila en tu cabeza.

-¡Gruumsh-Gruumsh-Gruumsh! - 

La falta de aire tiene un extraño resultado: Te sobreviene un fugaz orgasmo en el que placer, dolor y asfixia se funden asombrosamente. Sîglu aúlla como un monstruo herido de muerte y se desploma sobre ti. El sudor y otros fluidos lubrican vuestros cuerpos. Aun así te resulta imposible quitarte su peso de encima. Poco a poco el aire va saliendo de tus pulmones para no volver a entrar.

Notas de juego

Puedes intentar una prueba de escapismo CD28 pero como tienes "oposición directa" de los orcos, no podrás hacer mas que una sola.

Si fallas haz 10 tiradas de salvación de Fortaleza CD18, yo iré tirando daño por asfixia a ver si te rescatan antes.

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03/08/2014, 11:33
Eberk

Sentía todas aquellas garras que penetraban en mi carne haciéndome gritar, la sangre se olía en el ambiente, mientras me embriagaba el goteo que salía por mi nariz hasta mi boca, llegándose a juntar sangre con jadeos debido a los golpes que me dieron en las zonas para no poder inhalar el preciado aire... Acabando mis gritos cuando utilizaron un correaje de cuero duro en mi boca, apretando fuertemente y después estirarme sintiendo el crujido de mis huesos y la elevación de mi cuerpo. El mareo se mezclaba con el dolor...Todo había sido perfecto el haberme golpeado, atado y amordazado haciéndome difícil respirar. El tal Gagur me enseñaba su puñal que brillaba en la oscuridad acercándose a mis ojos para después con una sonrisa de él con su grupo salvaje... Me desvistió dando tajos a los correajes de mi armadura y después a mi vestimenta, con una destreza envidiable quedando desnudo y a merced de ellos, mientras mi miembro flácido quedaba expuesto, y mi cuerpo desnudo se sostenía por las cuerdas atadas desde mis muñecas a las vigas tocando levemente la paja con la punta de los dedos del pie.

El tiempo se para, mi fin se acerca cuando escucho los pasos de Sîglu hacia mí. Noto como baja su mano hacia mi miembro que se va poniendo duro cuando siente su garra atenazarlo y moverlo, para después pronunciarme algo al oído. Un olor fétido llegó a mi nariz y noté como bajaba otra vez por mi cuerpo seductor, - estaba bien definido y tenía un cuerpo ágil no como aquella orca gorda y obesa. Llegó hacia abajo y empezó a engullirlo con ganas como si de un caramelo se tratase, mientras que sus colmillos lo mantenían firme.  Después subió encima mía y noté la presión de la cuerda sobre mis muñecas que me iban apretando cada vez más, creía que mis brazos se iban a romper, gritos de agonía se quedaron en mi interior al no poder salir, mientras notaba su humedad y el olor que se hizo más nauseabundo en el lugar.

- Ahora comprendía que nunca podía tener una relación normal con una humana, era un asesino, y mi mente ya no podía cambiar estaba con aquella raza que veía normal mi profesión, me sentía bien con ellos, cuando la cuerda se rompió y la orco se me echó encima... Noté como su cuerpo seboso y sudado me aplastaba provocando una sensación entre placer y asfixia. Mi miembro estaba duro preparado, y aquella orca lo sentía cada vez más grande dentro de ella, empezando a bambolear su gran cintura sintiendo que necesitaba lo que yo también quería, nos corrimos juntos experimentando la sensación de cuando se está preparado para eyacular, excitándola más y mojándose plenamente en mí.

El ruido se escuchaba en el fondo un ritual macabro que terminaría con mi vida, de repente grité aunque sabía que casi no tenía aire, la palabra se quedó en la mordaza siendo imposible articular palabra, antes que empezara a marearme pero sentía una experiencia única dejándose ver en mi rostro mezclado con el dolor y la impotencia. - Me había vuelto igual que ellos, y el placer mezclado al dolor me provocaba una sensación tan apasionada, que si moría en ese momento experimentaría la sensación de haber llegado al culmen de mi experiencia como asesino y hombre.

Pero poco a poco la realidad vino a mí, el olor nauseabundo de la orca y de mi semen en cuanto pude coger algo de aire, el peso suyo aplastando ya mis doloridos riñones... Hacía que unas lágrimas afloraran en mi rostro, ¡No podía respirar y el dolor se mezclaba con la impotencia!

- Tiradas (2)
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08/08/2014, 17:30
Director

     Fornund forcejeó con el portón del establo hasta que logró abrirlo. Las orcas estaban de espaldas a él formando un círculo en torno a la original pareja. El enano se abrió paso a empellones pues las mineras no paraban de reír y cantar. Klurca no fue la única en proponerle alguna carantoña aunque sólo fuera por mofarse del digno porte del paladín.

Los gritos de Sîglu alcanzaron su climax, aullando como un animal herido de muerte. A continuación la enorme orca se dejó caer sobre el joven humano, enterrándolo bajo sus verdes carnes. Fornund trató en vano de librar a Eberk de semejante peso muerto. El fiero enano había combatido a gusanos y cienos, pero la gruesa orco resultaba todavía más difícil de mover. El rostro de Eberk tenía un tono amoratado. Pensó:-¿Cómo se las había arreglado el chico para acabar en así?.- Poco importaba...O se daba prisa o moriría ahogado.-

    Reuniendo todas sus fuerzas y empujó a Sîglu por el costado haciéndola rodar. La minera a penas emitió un ronquido y el resto de orcos estallaron en nuevas carcajadas. Fornund, sin resuello, resopló cuando acabó de moverla y contempló lo que quedaba de su compañero: El joven asesino era poco más que un pene eniesto que parecía brotar de entre la paja que cubría el suelo del establo. Sa cara a penas asomaba entre las hebras secas y el enano se apresuró a retirar una tira de cuero que sujetaba entre los dientes. Eberk había muerto, pero el insensato lo había hecho sonriendo y su última carcajada había quedado congelada en su rostro como única explicación de lo ocurrido.

 

   

 

FIN