Partida Rol por web

Todo esto me recuerda a la historia de Tobías Gargantilla, fundador de nuestro amado pueblo. El fue quien encontró la poza natural hace 200 años. Recuerdo las canciones del bardo Maluma. Me pidió que le diseñará una ocarina cuando cantaba sobre el agua que levantaba a los muertos. Dejad que vaya con vosotros. No serviré de gran ayuda para levantar la piedra de la que habláis. Pero estoy seguro de que haya dentro necesiteis la inteligencia y el saber de un anciano como yo

-El gigantón ese dudo que quepa por el pozo. Además, todo el mundo sabe que el pozo ese está maldito desde que el rufián del Gargantilla se piró del pueblo. Qué, vaya, no es que un servidor crea en nada de todos esos cuentos de viejas... pero nunca se sabe. -dice encogiéndose de hombros. Igual así conseguía sacarle algunas perrillas más al mediano. -¿Cómo nos organizamos, pues? Habrá que mover la losa esa de algún modo, ¿no?

-Igual si conseguimos moverla ni que sea un poco, yo puedo colarme por un resquicio, como soy menudo y ágil. -propone Habichuelo. Igual si demuestra iniciativa e inventiva, el mediano le da una parte mayor del botín. Además, cuanto antes acaben con aquello, antes puede volver a lo suyo. -Si tanta fama tiene, el jarrón ese tiene que tener un licor de la hostia dentro. -suelta el chaval. Si es el primero en llevar, igual también tiene la oportunidad de darle un tiento al líquido elemento.

Me rio, no puedo evitarlo. Pequeño Habichuelo, te han dicho que tiene la esencia de la muerte destilada. Incluso alguien como tú debería saber lo que eso significa. Que oye, si te quieres suicidar yo no te lo voy a impedir.

El mediano se hizo el valledelfinal (mas conocido como hacerse el sueco) cuando uno de ellos dijo de cobrar, mas quizas estaba dispuesto pero todos hablablan asi que hizo como si no hubiera escuchado la pregunta.

El antiguo pozo del pueblo, o “el Bujero”, que es como todo el mundo lo conoce, se encuentra en las afueras de Pozohondo. Toda persona con un buen sentido de la orientación (en este caso el olfato) es capaz de encontrarlo fácilmente. Los lugareños hace muchos años que dejaron de utilizarlo, al menos de la manera en la que se suelen utilizar los pozos. Toneladas de desechos y desperdicios se acumulan día a día en sus profundidades; cuando quieres deshacerte de algo, acudes al Bujero. El hedor es insoportable y difícil de describir con palabras: es como si una tonelada de sardinas..., como si la letrina de… dejémoslo, el olor es indescriptible. Bono y su guardaespaldas esperan en lo alto del montículo donde se encuentra el pozo, rodeados de montones de tierra, rocas, sacos, cajas y extrañas herramientas que hay desparramadas por el suelo. Lo que llama poderosamente la atención es el artilugio que hay montado sobre la boca del pozo: tres maderos en forma de pirámide sostienen una polea de la que cuelga una gruesa cuerda atada a un listón a modo de asiento. El otro extremo de la cuerda se encuentra sujeto a una gran manivela metálica.
Tras dar las oportunas explicaciones y responder a las dudas de los personajes, Bono le hace un gesto a su guardaespaldas; este responde con un “Ni” y le da una pequeña bolsa que lleva colgada en su cinturón. El mediano extrae varias monedas de plata que reparte entre los presentes y devuelve la bolsa a Ni. Después saca varias antorchas de un saco que hay en el suelo, las reparte entre todos los personajes y las enciende con el pedernal que lleva en su cinturón. Bono sujeta la cuerda con ambas manos y sube al asiento improvisado de un salto. Ni se acerca a la gran manivela y empieza a girarla haciendo descender al mediano muy lentamente.

Nos vemos abajo.

Tras un par de minutos de lento y pestilente descenso (unos 40 metros), la estructura recia y de alta calidad vuelve a subir.
 

NI? y os mira esperando que suba al siguiente.

Bakus se apresuró a coger la moneda que le tendían y sin ningún pudor la hincó el diente para comprobar si era plata buena o no. Al comprobar que la moneda era real, o al menos más real que sus prótesis dentales de dudoso origen, se la guardó en el bolsillo y observó sin prisa alguna las maniobras para bajar al pozo. 

Las profundidades de las cavernas no le molestaban pero la cochambrosa polea no le daba ninguna confianza por lo que esperó a que alguien más se ofreciese voluntario antes de subir el mismo.

Manolo se lanza corriendo y coge el dinero, antorcha en mano para subirse al cacharro este del demonio. - ¡Adiós mundo cruel!

¡Si tengo que morir, que sea ahora! . Mira al bicharraco y le dice: -¡NI!

Manolo Manteles desaparece por "el Bujero" poco a poco, muy poco a poco con un descenso lento...primero le desaparecen los pies, las rodillas, etc...con un estilo de un gran heroe, hasta que desaparece del todo, un tiempo indeterminado "Ni" gira la manivela hacia el otro lado y mucho mas rapido de lo que ha bajado sube la estructura de madera.

NI!

A Martin le agradaba el olor del pozo. Aquel lugar olía como los Meros que se le podrían en su barca cuando en buena temporada pescaba más de los que vendia.
Manolo ya había bajado y ahora Martín se disponía a ser el segundo.
Vamos Ni, grandullon, dale para bajo que me da a mí que vamos a volver con el jarrón y con unos cuantos pescaditos pasaditos

A paso lento seguía al grupo Antonio. Aunque cansado por la breve caminata, el anciano Luthier había llegado a su destino junto a los otros aventureros del pueblo. El olor del lugar le recordó a su difunto hermano Guarneri, al cual guardaba aún bajo un diván de su casa.
Dejad que yo bajé el último, soy viejo y frágil y prefiero descender al final con delicadeza

Me acerco al pozo solo para arrepentirme pronto. Cuando he venido a deshacerme de las ratas muertas siempre he llegado y me he marchado sin respirar. Pero esto...

¡Joder! Huelo peor que lis baños de la destilería gargantilla, la puta.

Observo como van bajando y empiezo a ponerme nervioso. Ahora que tengo dinero, a ver si no voy a poder disfrutarlo.

Me acerco al pozo y miro dentro. Luego me acerco a mi perro y le acaricio la cabeza. La vida nos va a sonreir desde ahora, ya veras.

Martin Pantano desaparece por "el Bujero" poco a poco, muy poco a poco con un descenso lento...bajar tanta gente a este lugar se hace eterno, despues de un tiempo indeterminado "Ni" gira la manivela hacia el otro lado y mucho mas rapido de lo que ha bajado sube la estructura de madera. 

Ni!

Algunos mirais hacia el fondo pero apenas las luces de vuestras antorchas son suficientes para ver algo mas que basura alrededor, el Bujero permanece oscuro menos la luz que va bajando lentamente y las que ya estan abajo.

Algunos se plantea si seria mas rapido saltar...y que la basura parara el golpe...

-Buino, es qu'ha dicho destilao y yo ya me pierdo. -comenta el joven Habichuelo con el mendigo después del gazapo anterior. El monaguillo sigue al tal Benito y su perrete y se asoma también al pozo, luego observa al fortachón de la manivela y la cuerda que va bajando uno a uno a sus compañeros. Su cara refleja el escaso convencimiento que tiene en todos aquellos elementos en juego. Le pega un traguito a la botellita de vino que siempre lleva consigo, a ver si así templa los nervios y se anima. Luego, se encarama a la estructura, se agarra a la cuerda y le dice a Ni:

-'Enga, dale a la cacharra. - Igual el trago de vino ha sido más largo de la cuenta o el pozo está en peor estado de lo que parecía porque el pobre Habichuelo se tambalea, se resbala y...

El monaguillo intenta saltar encima de la plataforma sin aferrarse con las manos a las cuerdas. Un simple NI!! es lo unico que da tiempo antes de precipitarse dentro del "el Bujero"

finalmente un ruido dificil de describir se escucha desde el interior.

Luego podeis escuchar las palabras del mediano. Mejor usar el ascensor! es mas lento pero mas seguro! Chico, Chico! estas bien?

Ni encoge los hombros y os mira esperando el siguiente.

-Pché. Era de esperar. Ese niño no hacía más que dar por saco. -Afirma el señor Besúguez, sin más. Con toda la tranquilidad de quién no ha visto a un chaval precipitarse horriblemente por un pozo se encarama a la estructura de madera y se agarra a la cuerda.

-Cuando quiera, maestro. -Le dice a Ni, haciéndole un gesto. Y para abajo que va. Una vez abajo, se fija a ver donde ha ido a aterrizar la botellita de vino que llevaba el crío en la mano y si sigue entera. Y, por qué no, si el niño Habichuelo lleva un triste duro, para la saca. Robar está feo, pero pedir está peor.

desaparece por "el Bujero" poco a poco, muy poco a poco con un descenso lento...bajar tanta gente a este lugar se hace eterno, despues de un tiempo indeterminado "Ni" gira la manivela hacia el otro lado y mucho mas rapido de lo que ha bajado sube la estructura de madera. 

Ni!

Despues de la bajada con la carreta express de Habichuelo todos se mantienen un poco lejos del "el Bujero" pestilente...

Ahora me toca a mi dice el mendigo, encaramándose a la cuerda. Entonces mira al gigante. ¿NI?