Partida Rol por web

Es media tarde, el sol pronto se esconderá tras las montañas al oeste y como cada día, la taberna de Lona está abarrotada. Prácticamente todos los habitantes de Pozohondo y alrededores se encuentran en el local, invirtiendo su ridículo jornal en agarrar una buena cogorza.

La taberna, casi en penumbra, cuenta con varias mesas de madera distribuidas con riguroso desorden alrededor de la barra, todas ellas ocupadas por los luga­reños que comen, beben y roncan, produ­ciendo una sinfonía acompasada de mur­mullos, eructos y ventosidades.

La dueña del local se encuentra atarea­da trasladando los restos de comida de un lado a otro de la barra con la ayuda de repetidos escupitajos y un mugrien­to y maloliente trapo. Se trata de Lona, Lona “la Pechugona”. Ya nadie le mira directamente a la cara y el tupido mos­tacho que luce bajo su nariz ha pasado totalmente desapercibido durante mu­cho tiempo.

La puerta de la taberna se abre de par en par, dejando que los rayos rojizos del sol se cuelen en la estancia. Un anciano me­lenudo que duerme la mona sobre unas de las mesas gruñe:

— ¡¡Esa puueeertaaa!!

Tras un par de segun­dos la puerta se cie­rra y alguien habla tímidamente des­de la entrada:

—¡Buenas tardes damas y caballeros! Permítanme un momento de atención por favor…

Todos se giran hacia la entrada, pero na­die logra ver quien está hablando.

— … mi nombre es Bono Gordopié, colec­cionista y explorador.

— Necesito la colaboración de una doce­na de aguerridos y fuertes hombres para una tarea puntual.

Nadie responde, la mayoría de los pre­sentes se gira y vuelve a sus respectivos quehaceres. El mediano examina todos y cada uno de los rincones de la taberna durante unos segundos y después de unos instantes de duda, añade:

— … Quizá me valdría con siete u ocho voluntarios… y no hace falta que sean muy fuertes… ¿Algún interesado?… No nos llevará más de dos horas. Pagaré una pieza de plata al inicio y otras cinco al finalizar el trabajo.

6mp, eso son por lo menos ¡60 cervezas! Impulsado por un impetu heroico, que siempre le ha acompañado, Andrés se levanta presto y dicho para la aventura --oigame, cheño enano, ¿o debería decir cheñorita? ¡Hip!-- con el aguerrido impulso, Andrés, casi se desequilibra pero, una ágil mano le sujeta sobre la mesa en lugar de caer con el bamboleo --¡yo iré por esa paga! Y más con una cheñorita tan guapa ¡Hip!--.

Tras esperar un rato, el mediano ve que el resto de la atestada posada no reacciona. "La mayoría estarán más borrachos que el joven que ha contestado, tendré que volver a intentarlo", pero primero responde al joven.-Muy bien joven, veo que al menos tenemos un voluntario, aunque tal vez un poco más perjudicado de lo normal. No soy ninguna señorita, soy un mediano y mi nombre es mi nombre es Bono Gordopié, coleccionista y explorador.-Y mirando hacia el resto de los parroquianos añade en voz alta:-¿No hay nadie interesado en un trabajo fácil y bien pagado? A nadie más le interesa ganarse 6 monedas de plata, en un par de horas?-Y espera resignado, a ver si entre los ronquidos y demás ruidos del local, alguien más se digna a contestar. Había oído que las cosas estaban muy mal por Pozohondo, pero parece que los rumores se habían quedado cortos, iba a ser difícil reclutar a un buen grupo, o imposible.

- Espere, buen señor. - Le digo mientras dejo mi vaso de buen tinto en la mesa - Quizás le pueda ser de utilidad. Soy el mejor soplador de vidrio de la localidad (y el único), se leer, matemáticas avanzadas y tengo una amplia experiencia como catador de los caldos más excelentes - Digo con tono rimbombante. El único que se poner, en realidad.

- ¡Por todos los demonios! gruño Gaspar, el sepulturero de la localidad, -¿Ha dicho 6 monedas por un par de horas? Para ganar eso debo enterrar a medio pueblo, así que cuente con mi servicio.

Y dicho esto, me enfundo mi túnica y cubro mi cabeza con un sobrero, un atuendo que me da un aspecto aún más sombrío del que ya de por sí desprendo por mi "glamuroso" trabajo.

--Pues ya lo has oído mediano ¡Hip! Ya tienes grupo para ir de baile ¡Hip! Pero cuándo salimos, ¿nos da tiempo a sacar otra ronda?-- comenta Andrés, no muy consciente de donde se mete.

Desde debajo de una mesa, un elfo rubio con cara  de no ser el más listo de su patio, sale a trompicones. Parece que acaba de despertarse. -Ey, los gemelos medianos, seguro que necesitáis de mis talentos. ¡Soy un bravo luchador! - Digo mientras accidentalmente desenvaino mi espada y la clavo el techo. - Bueno, es mejor que cuando me trinche pié, o cuando el abuelo trincho al otro abuelo...

-En todo caso, gemelos Bono & Bono, contad con mi espada. Y mi arco si recordara donde lo dejé... Quizás una cerveza junto al compañero herrero me recuerde la memoria. Moza, dos cervezas más, los Mario y Luigi Gordopié invitan. Y otras dos para el herrero, que no se deshidrate.

Finalmente numerosos jóvenes de la taberna se habían decidido a tomar parte en el trabajo que les había propuesto, sobre una docena más o menos. Había de todo humanos, medianos, enanos y hasta algún elfo. Pero la mayoría estaban bajo los efectos del alcohol, en lo que parecía una carrera por ver quien pillaba la borrachera más gorda. Así que lo mejor sería abandonar el lugar, para explicarles en que iba a consistir el trabajo, y para que les diese un poco el aire y se espabilasen, ya que tal como estaban algunos, no iban a ser mas que un estorbo.-Muy bien señores, creo que ya tengo suficientes voluntarios para ayudarme en mi sencilla tarea. Lo mejor es que salgamos fuera, para que sin ruidos pueda explicarles en que va a consistir el trabajo. Les espero en el exterior, así que recojan sus cosas y vengan aquellos que quieran ganarse unas monedas.-Y cuando vio que le habían comprendido, lo que no fue fácil, algunos casi no podían ni andar, salió de la taberna y les espero en el exterior. Esperando a que se reuniesen y se espabilasen un poco, antes de contarles nada.

El mediano reúne a los interesados en el exterior de la taberna, lejos de curiosos. Junto a la puerta de entrada espera Ni, su guardaespaldas; una enorme mole sin cerebro de unos 2 metros de alto y 3 de ancho que se comunica con una sola pa­labra: “Ni”.-Este es Ni, mi ayudante de confianza.-

Y a continuación, Bono explica a los personajes en qué consiste la tarea para la que van a ser contratados:-Creo haber encontrado una cámara secreta donde se encontraría un objeto en el que estoy muy interesado, el Ja­rrón Arcano de Both’Joo. Según la leyenda, dicho jarrón contiene una poderosa sustancia. Y mis investigaciones parecen indicar que el poderoso brujo Both’Joo logró destilar la propia esencia de la muerte.-

Aun era muy pronto, faltaban varia horas para anochecer y había tiempo de sobra, para una tarea que iba a llevarles un rato.-Como aun es pronto, y el trabajo será rápido. Disponen de un par de horas para equiparse y estar listos para la tarea. Les esperaré con mi ayudante en el pozo que hay en el centro del pueblo. Si tienen alguna pregunta, estaría encantado de contestarla. De no ser así, en un par de horas les espero.-

--Señor Bono, si debemos ir a comprar equipo, igual debe pagarnos algo por adelantado. Lo que es yo estoy más pelado que un gato persa ¡hip!-- y pongo cara de penita.

Uno de los jóvenes, que no parece el mas listo del lugar, se nota claramente que a este le ha sentado mal el agua del pueblo, ya que aparentemente no esta borracho, le pregunta: -Jefe, ute que tene aspeto de se mu pudiente, no os ponia da, algo ma de panoja, que yo no tengo ni onde caeme mueto.-Bono viendo la miseria de este pobre desgraciado, y el mal aspecto general del resto, cede y le contesta:-Vale chavales, os daré dos monedas de plata cuando vengáis al pozo, antes de comenzar el trabajo, y otras ocho al finalizar. Es mucho dinero por algo que podéis hacer en un par de horas. Y esta es mi última oferta, a quien no le interese, que no venga. No pienso pagar mas por una nimiedad así.-

Pero otro de los jóvenes, este de los que iban mamados hasta las trancas, casi no podía ni andar el chaval, le pide que adelante el dinero. Ante la cuestión del joven, Bono le responde indignado.-¡Vamos hombre! ¡Lo que hay que escuchar! Os daré las dos monedas cuando estéis listos para comenzar el trabajo. Si os las diese ahora, seguro que mas de la mitad pilláis una buena borrachera en la taberna. Y dentro de dos horas estaríais tirados por algún sitio durmiendo la mona.-

Hace ademan de volverse hacia el pozo, para ir haciendo los preparativos, pero se detiene un momento, mira detenidamente al grupo, y les dice:-¿Alguna otra cuestión?-Y espera a ver que otras preguntas le puedan plantear este variopinto grupo de jóvenes.

La mejora de la bolsa por el trabajo había aumentado aún más mi entusiasmo por este trabajo, aunque aún era pronto para saber si no me acabaría arrepintiendo por haberlo aceptado. De pronto me surge una duda sobre la tarea, así que aprovecho para preguntar a Bono antes de que se marche:

-En ese caso, me parece que el pico y pala de mi trabajo nos va a venir muy bien. De todas formas, ¿sabe si podemos esperarnos encontrar algún tipo de peligro? le digo a Bono, mientras escupo algo de tabaco de mascar. -Aprovecharemos mejor este tiempo, si sabemos a qué nos enfrentamos. 

-No creo que haya nada de lo que tengamos que preocuparnos, pero la verdad es que no lo sé. Así que mejor ir preparados.-Contesta Bono pensativo a la pregunta.

Durante ese par de horas Andrés fue a la herrería a comprar el equipo necesario. Cuando llegó allí se le había pasado la borrachera y se dio cuenta de que se había gastado todo en cervezas ¡Solo le quedaba 1mo! Con ese dinero se compró un martillo de guerra, que lo mismos servía para clavar un clavo, partir una piedra o una cabeza --esto servirá-- y después regresó al punto citado para comenzar el viaje.

-De acuerdo, en tal caso nos vemos en 2 horas en el pozo. Y dicho esto, me retiro a comprar utensilios.

Dada la respuesta de Bono, lo mejor era esperar encontrarnos cualquier peligro, como alimañas o cosas peores, así que aprovecho esas 2 horas para ver los productos de las tiendas del pueblo. Tras pensarlo detenidamente, me hago con una armadura de cuero, para lo cual invierto las 5 mo que me quedaban. Mejor estar protegido y volver para celebrarlo!!!

Ya llevaba un rato en el centro del pueblo, esperando en el pozo, de donde se nutre de agua el poblado. Agua que se utiliza para la destilación de los mejores alcoholes, y eso era intrigante porque si había un problema con el agua había un problema con el alcohol de Pozoondo. ¡Válgame Dios! ¿Acaso la dicha me había elegido para la más épica de las azañas? ¿Salvar el licor sagrado con denominación de origen? Sea como fuese Andrés estaba listo, y muerto de frio, esperando ya a media noche en medio la plaza del pueblo.