Partida Rol por web

El aserradero abandonado está cubierto de musgo y el olor a ciénaga hace que alguno de vosotros tenga arcadas. Algo o alguien mora aquí desde hace años y hasta los animales le tienen miedo puesto que no se oye ni el croar de las ranas ni el ruido de los grillos.

Tal y como os dijeron los pixies aquí es donde se encuentra el portal al mundo de las hadas, donde debe ir el jinete. Pero antes necesitáis su verdadero nombre y su cabeza para atraerlo. Los que están en el ayuntamiento buscan lo primero por lo que deberíais buscar la cabeza.

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   Me rasco el sobaco y bostezo, aparentemente no se ve nada raro aquí, así qué...

   Saco la varita y hago un par de pases, una aureola azul me envuelve, titila y se desvanece (visualmente), pero el conjuro protector ahí está. Me arremango la falda para no manchar las enaguas con tanto musgo y mierda. Si esto es un establo lo de mierda, dependiendo donde ponga el pie, va a ser literalmente, con los animalicos cagan los pobres.

   - Hora de echar un vistazo, mozos. -

   Entro murmurando para mí,

   - ... veamos... preguntar primero o después de disparar. -

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A Hierro le gustó el Aserradero. Le recordaba un poco a su forja y laboratorio. Herramientas por todas partes... El forjado echó un vistazo sin ver nada raro ni ninguna cabeza descomponiéndose en algun pedestal como deberia ser. Ese jinete no tenia sentido del dramatismo... Y Hierro tampoco. 

Asi que se puso a rebuscar la cabeza por todas partes, como buen investigador que era. 

- La abuela Gertrudis sabe detectar magia? - Le preguntó el Forjado. - Una cabeza de un ser sobrenatural seguramente desprenda rastros de magia... - Sugirió. Aun no habia aprendido a hacer esas cosas, pero planeaba aprender en un futuro. Podia ser util. 

No encontráis nada a simple vista aunque tenéis una extraña sensación de que os están observando aunque no lográis ver ni quién ni desde donde.

   - Pues claro que puedo haser esa cosa, mozo, déjame diez minutos... -

   Me preparo para lanzar un ritual de detectar magia, tardaré diez minutos en tenerlo listo.

Pasan diez minutos y notas que una magia bastante poderosa proviene de arriba, de las nubes. Os están observando dese el cielo!

-¡Ha, ha, ha, ha,ha! -oís como rie una bruja surcando el cielo con su escoba.

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   Yo niego con la cabeza, - a mi no me mires, no la conozco. Pero igual sabe algo, - apunto con la varita a algún palo, escoba... lo ideal sería ¡un espantapájaros!, pero nunca hay un espantapájaros a mano cuando se necesita.

   Con prestidigitación hago una pequeña ilusión menor de 2 ó 3 efectos, a saber, una luz luminosa de galibo y que haga señal de que baje. Vamos a montar una pista de aterrizaje medieval con "luces de galibo", bueno, luz, singular.

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La bruja, al reconocer a una igual, desciende de los cielos y se posa delante de vosotros. No parece intención de atacaros ni de ser hostil... de momento.

-¿Qué diablos hacéis una suerte de aventureros en mi morada? ¿Acaso no tenéis miedo de la bruja del aserradero? ¿O peor aún, de Jack el Sin Cabeza? Ah, veo que lleváis las calabazas... Os han enseñado bien los habitantes del pueblo...

Hierrro se sorprendió un poco al ver bajar a la bruja. No parecia hostil, aun asi mantuve la mano en la pistola, por si acaso. 

- Hierro y sus compañeros buscan la cabeza de Jack. Para deshacer la maldicion. - El forjado pensó que no perdia nada por preguntar. - La bruja sabe donde está? 

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   - No, Hierro, yo no sé donde está, pero igual ella sí. - 

   Asiento al ver la escoba, buen modelo, me digo a mi misma. Luego, al lío, me giro a la bruja de la escoba.

   - Pues mira, yo quería poner la pata encima de la mesa, darle al pichel de cerveza y rascarme la entrepierna al calor de la lumbre, pero estos mozos quieren echar una mano al pueblo. O más bien echar una cabeza, o mano a una cabeza. -

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-Mmmm... una cabeza decís, ¿eh? Bien, eso tiene fácil solución. Cabeza por cabeza. Bueno por cabezas. Hay dos personajes que siempre me han molestado bastante: la propietaria de la posada, que llena de ruidos las noches del pueblo y me fastidia la tranquilidad de la ciénaga. Y otra es el gnomo viajero, el tal Zip Pockeldor. El viejo gnomo vende artilujios de todo tipo y me fastidia el negocio de pócimas y ungüentos. Traedme sus cabezas y os daré el paradero de la del viejo Jack.

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   Me rasco mi cabeza y pregunto, que hay que asegurarse, - ¿pegadas al cuerpo o separadas?. - Que si igual los traían con la cabeza todavía unida al cuerpo, es decir, aún vivos, igual el acojone, digo la labia de la bruja les convencía de reducir ruidos y viajes nocturnos.

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El forjado se molestó. No estaba alli para cortar las cabezas de nadie, tan solo para recuperar la de Jack. De hecho en realidad ni deberia estar alli. Se puso junto a la bruja mientras esta hablaba con Gertrudis. 

- Hierro propone otro intercambio. - En un rapido movimiento, desenfunda su pistola y la apoya en la sien de la bruja. -  La cabeza de Jack a cambio de no volar la cabeza de la bruja. - Amartilló la pistola con el pulgar, para dar mas enfasis. 

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   Miro a un lado, miro al otro, me encojo de hombros y me siento en una piedra, montón de tierra... y saco los útiles de curandero, a ver a cual de los dos hay que reanimar.

   - Quiero un duelo justo, nada de tirarse de los pelos, mi patadas en las pelotas y... naaaa, era broma, liaros como queráis, mozos. -

   Y porque no hay público, que si no me liaba a eso de... que carajo... me lío igualmente.

   - ¡HAGAN SUS APUESTAS, HAGAN SUS APUESTAS, VAMOS 2:1 A FAVOR DE LA DOÑA, VENGA.... VA EMPEZAR EL PRIMER ASALTO... -

   Cojo una cacerola de los útiles de cocina para hacer el gong con el pomo de la daga o una piedra.

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La bruja sonríe y, en un instante, tres animales salen de las sombras. Son mastines oscuros, del color del carbón, pero han aparecido de la nada, hechos de sombras y hechicería oscura.

-Bueno, ya que no vais a ayudarme, voy a encargarme personalmente de conseguir una cabeza... pero tal vez aora me apetezca la de alguno de vuestros amigos, están saliendo del archivo del ayuntamiento, los he visto mientras volaba hacia aquí. Jack está cerca, y no voy a dejar que cercene unas cabezas que ahora me pertenecen...

La bruja coge su escoba y dando dos golpes a la madera sale disparada hacia arriba.

Los perros os miran, listos para el combate.

   Pongo cara de impacto a la espera de mi turno.

Xander dispara una flecha al primero de los mastines y pese a que son incorpóreos y es difícil darles, el cazador elfo no falla.

El mastín le devuelve el ataque pero el elfo es demasiado rápido. El segundo carga contra el constructo y consigue agarrarle una pierna apretando y haciendo que el androide sienta como sus tornillos se desajusten y el líquido que mantiene sus juntas comience a salirse.

El tercero de los perros infernales aúlla de tal forma que hasta los grillos de la zona se callan. Ese alarido venido de las profundidades del abismo hace que cualquier persona sensata huya, ¿lo haréis vosotros?

Hierro sufió el ataque de uno de los mastines... y teniendolo mas cerca no le quedo otra que usar su truco de cuerpo a cuerpo. Le dio un culatazo con la pistola en la cabeza al mastín, de la cual salieron chispas electricas, dejandolo herido y ligeramente aturdido. El forjado aprobechó para apartarse del cánido y tomar distancia para usar su pistola de manera mas efectiva... 

Escuchó el aullido del perro que atacaba a la bruja aliada, y le dejó muy mala sensacion en el cuerpo... No sabia que pudiera sentir cosas asi. Intentaria por todos los medios no acercarse a ese animal. 

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   - ¡Tú, chucho sarnoso, no te atrevas a aullar a tus mayores! - Le espeto al bicho que le da por aullar poco impresionada , que vengo de un bosque donde los lobos tienen una alzada que te llegan al hombro, sabrá ese bicho de aulliditos.

   Veo que anda a la gresca el Hierros, así que primero aprovechando que no avanzó aún, vamos a organizarnos, actúo, doy instrucción y me muevo.

   - Muerte mastuerzo, - murmuro seguido de algunas palabrejas, vamos a concentrar el fuego y ya pueden ser todo lo insustanciales que sean estos bichos, que la energía del proyectil mágico se la tragan sí o sí y además estos dardos no fallan.

   Luego, le doy una orden mental a Azabache, ve y avisa a estos que salen del ayuntamiento no sea que la bruja esta les embosque.

   Por último maniobro para ayudar a Hierro flanqueando a su adversario si ello es posible, dando un rodeo para no llevarme un zarpazo de oportunidad. En cualquier caso para poner al grupo Hierro-Perro entre el tercer bicho y yo. Que estos no creo que sean estrategas.

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El perro es electrocutado y suelta la pierna metálico. Luego eencaja como puede el daño mágico, apartándose del androide unos pasos y rugiendo cuál león herido.