Partida Rol por web

¿Habéis encendido las linternas?

Una vez los seis habéis entrado en la casa, comienza el espectáculo. La puerta se cierra con un fuerte golpe tras vosotros, quedando atascada (¿y cómo es posible que esa cerradura forzada se haya recompuesto de nuevo?). Dependiendo de la pregunta anterior, podéis encontraros a oscuras. En cualquier caso, vuestras pupilas tardarán unos segundos en acomodarse a la situación, así que no hay prisa... de momento. 

Aparte del susto de la puerta, las ocasiones en las que estáis completamente en silencio podéis oír crujidos de madera y aire colándose por rendijas que no véis. Suena fantasmagórico. Pero antes de eso, un perro ladra más cerca que lo que os imagináis. (¿de dónde vendrá?)

Supongo que ahora mismo todos estáis un poquito más tensos que hace diez segundos, así que lo suelto sin rodeos: la puerta no se abre. Las ventanas están tan cegadas que no entra ni la luz. Esto no es un búnker, podréis respirar, pero estáis muy atrapados en esta mansión. Tal vez lo mejor sea explorarla para buscar una salida. Pero relajaos, ¿no era esto lo que queríais? Siempre podéis disfrutar de la velada...

El golpe de la fuerza al cerrarse sobresaltó a Madison, que dio un grito y saltó sobre el suelo como si rebotase en sus propias zapatillas. Menos mal que llevaba la linterna (y encendida) porque la oscuridad que se había formado era lo suficiente como para asustar a cualquiera.

No obstante, nada más oír el portazo, Madison se dirigió rápidamente hacia la puerta para intentar abrirla.

-No... se... abre...

Por si fuese poco, el ladrido de un misterioso e invisible volvió a asustarla, haciendo que Madison aplastara su espalda contra la puerta y que después se fuese corriendo hacia Ash y se agarrase de su brazo.

-¿Q-qué es eso? ¿QUÉ ES ESO?

Sin respuesta, Madison solo podía decir una cosa.

-Quiero salir de esta casa... A-H-O-R-A.

El grito de Madison hace que Phil también se asuste y deja escapar un alarido. Apuntando a todas partes con su linterna, trata de encontrar al perro al que acaba de escuchar ladrar. Siempre le han dado miedo los perros grandes y, a juzgar por el ladrido, intuye que se trata de un perro muy grande.

-¿Q-qué ha sido eso? -pregunta la nerd, totalmente aterrorizada-. ¡A-asher, J.J, hay que salir de aquí cuanto antes!

Asustada, la pelirroja retrocede hasta apoyar su espalda contra la pared, moviendo la linterna de un lado a otro como si fuera una oligofrénica. Si alguien dirigiera su linterna hacia la cara de Phil podría ver que, en esos instantes, tiene las gafas ladeadas y una expresión de terror en el rostro.

Kimani, muy pegada a Kevin, entró en la casa.
- Porque tenéis que cerrar tan fuerte? - preguntó en un quejido la joven. No era bastante con entrar en aquel maldito lugar que alguno se tenia que hacer el gracioso. J.J seguro... Menos mal que esta vez no le habían sorprendido y pudo aguantar el tipo.

Ante el ladrido del can, Kimani se pegó aún más, y con disimulo, a su amigo mientras intentaba encender su linterna para saber de donde procedía ese ruido.

- Esto no me gusta nada - musitó al ver que Madison no podía abrir la puerta y salia corriendo a refugiarse en Asher. El terror en el rostro de Phil le provocó un nudo en la garganta. Intentó tragar saliva, pero le supuso un gran esfuerzo.

- Seguro que tiene alguna puerta trasera. Busquemosla -

Me giro rápidamente hacia la puerta cuando ésta cerró de esa manera tan violenta y ruidosa. Corrí para ver si se abría pero en absoluto, estaba cerrada a cal y canto. Eso sí que me da cague, lo noto en el sudor helado que empieza a emanar de mi frente. Miro a mis compañeros percatándome que algunos están un poco inquietos.

— Esto debe ser una broma... Alguien desde fuera ha tenido que cerrarnos con llave. — doy varios golpes en la puerta — ¡¡Eh!! Tú, venga, muy gracioso, te has ganado el título de "graciosillo" del grupo, ¡¡Ahora abre!! — Pero la puerta no se abre... Luego se oye un ladrido de perro que me hace pegar un bote pero no me causa mayor temor. — Si hay un perro... muy abandonada no debe estar... — Miro hacia Kimani, esperanzado porque sea verdad eso que dice. — Vale, vamos... — pero me quedo quieto, espero que sea Ash quien se ponga delante, es el más fuerte... ¿no?

-¡Oh, Vamos! No es más que una puerta que se ha cerrado más fuerte de lo habitual por un golpe de aire. Se habrá quedado encajada por la fuerza del golpe. Madison lo ha dicho: Aquí no hay más que basura.

Empezaba a acostumbrarme al roce de Kimani. Era como estar con tu chica en el cine bien apretada a ti al ver una película de terror. Por lo demás, estaba claro que nos estábamos poniendo demasiado nerviosos, sobre todo, claro, por los que no estaban acostumbrados a "excursiones" como aquella. Yo, la verdad, es que había hecho algunas con mis amigos friquis, pero había que reconocer que aquella casa imponía bastante... Y más después de oír aquellos ladridos.
No pude evitar un estremecimiento, pero alguien tenía que parecer medianamente tranquilo en medio de todo aquello.

-...El perro igual se ha molestado porque vive aquí y nadie le molesta. Seguro que al ver tanta gente, se irá a paseo un rato y nos dejará tranquilos...

Pues después del susto, llega lo bueno:

La casa, de momento, consiste en unas escaleras que suben a un segundo piso. A vuestra izquierda, un salón señorial. ¡Con muebles! Estos son antiguos y llenos de polvo, probablemente los mismos de la familia Wood. De frente veis una cocina que ha tenido tiempos mejores, algo más iluminada que el resto de la casa. Pero lo más chocante es lo de debajo de la escalera: una puerta. Esto no sería chocante si no estuviera cerrada a cal y canto por medio de 4 cerraduras.

Al percatarse de que había una puerta debajo de la escalera, la nerd se acercó apresuradamente hasta ella y, llevándose una mano al bolsillo, sacó la llave que había comprado en la tienda. Tras esto, la agitó, mostrándosela a todos.

-Co-con un poco de suerte, pu-puede que sirva para abrir la cerradura -indicó, muy animada, aunque su gesto se torció de inmediato al advertir que había hasta cuatro cerraduras.

Se ajustó bien las gafas, extrañada, mientras se preguntaba qué podía haber al otro lado de esa puerta para que alguien quisiera colocar cuatro cerraduras. Acto seguido, probó la llave en cada una de las cerraduras, por si funcionaba para abrir alguna de ellas.

-... ¿Has comprado una llave, Phil? ¿Y qué es lo que te han dicho para vendértela, que era de un cofre lleno de tesoros?

Quizás sus palabras habían sonado un poco desagradables. Al fin y al cabo, el humor no era su fuerte. Pero por mucho que quisiera imaginar, no le cabía la escena en la cabeza: "Hola señorita, ¿Le apetece comprar esta llave vieja?" Aunque Kevin no era precisamente un ejemplo de moderación a la hora de comprar frikadas en tenderetes y tiendas de juegos.

Decidió ir un poco más allá mientras Phil probaba las cerraduras y echó un vistazo a la cocina. Todo parecía normal allí y después de aquello, volvió cerca del grupo: Puede que Kimani al verme un poco lejos, empezara a ponerse nerviosa.
La verdad es que había que reconocer que el ambiente en el caserón, era realmente inquietante.

La llave abre una de las cerraduras. Ya sólo faltan 3... que a saber dónde estarán. 

Cuando entras en la cocina, un sonido como de gas viene del horno...

Por lo demás, hay armarios e incluso una puerta de estas antiguas de madera que seguramente dará a un patio trasero. 

En el mismo instante en que Kevin Miller pisa la cocina, comienza a sonar la radio del salón.

El susto es de dif. 6, puesto que la música es suave:

https://www.youtube.com/watch?v=_CI-0E_jses

-¡Tachán! -exclamó la nerd, con una sonrisa, al ver que una de las cerraduras se abría, para sorpresa de ella misma.

Escuchó por encima las palabras de Kevin. Si hubiera sido vegana, Phil habría asegurado que el oscuro había sonado tan amargo como un limón. Lejos de enfadarse, la nerd se ajustó las gafas y, en tono serio, añadió:

-M-me dijeron que abría una puerta de esta mansión. Hemos logrado abrir una de las cerraduras, pero todavía nos quedan tres más. -Miró a sus compañeros, pensativa, y añadió-: Si queremos saber qué hay en el sótano, tendremos que buscar por toda la casa.

Sin más, la pelirroja decide seguir a Kevin hacia la cocina y, justo en ese momento, da un respingo al oír la música que emana de la radio del salón:

-¿Qué ha sido eso? -preguntó, asustada-. ¿Qui-quién ha encendido la radio?

Madison seguía pegada a Ash. Ni de coña iba a alejarse sola en aquel lugar, ya fuese el sótano o la planta de arriba, de ir sola nada de nada.

-Creo que deberíamos ir todos juntos. No me gusta nada este sitio.

En ese momento sonó una radio en la cocina y Madison saltó y chilló de nuevo.

-¡Qué es eso! ¡Qué es eso!

Asher hinchó el pecho de aire pavoneándose que todo lo anterior.

Eh, Madd, nos iremos de aquí pronto -comentó guillándole el ojo dándole una nalgada con su mano derecha-.

Sin embargo, pronto bajó ese status de 'hombre viril cuya hombría no ha sido dañada', para darse cuenta y dar un paso hacia atrás, tras escuchar el sonido que provenía de la cocina.

Eh, Miller, deja de realizar ruidos raros.

En caso de sacar un 1, es pifia. Tal vez deberías gritar histérica y así poner a todos aún más nerviosos... O echar a correr...