Partida Rol por web

Oh, parece un gatito travieso. La cantante mira sonriente al cachorro. Y pensar que esta monada se convertirá en una bestia peligrosa. ¡Que valiente sois!  Mon dieu. La cantante mira al cielo y se pone la mano en la frente, en una sobreactuada pose.

Observo al pequeño cachorro de león, emitiendo un leve bufido. Mis manos se aferran con fuerza al bastón, mientras los recuerdos me retrotraen a mi estancia en África, donde era común ver ejemplares de esa misma raza. La cantante de Ópera llevaba razón en su comentario. Ahora aquel animalillo era adorable, desde luego, pero cuando creciese se convertiría en una bestia de lo más fiera.

-Hermoso animalillo -comenté, aún observando al pequeño león-. Apuesto a que a más de uno de los presentes le gustaría llevárselo a su hogar.

- Vaya criatura! Es cierto que parece linda, sin embargo una de estos animales debería permanecer libre en su hábitat natural en África o en Asia y no en el lugar de cualquiera caballero, no porque el señor domador no pueda cuidarlo ... sino porque la especie no es realmente doméstica, alguna criaturas nunca lo son del todo - Termina por decir enfática Samara mientras que sonríe a los presentes

En cuanto el abogado pronuncio su pregunta, la mujer emperifollada regresó, atrayendo la atención de todos. A otra persona le hubiera molestado, a Jonathan Kipling no. Las reuniones y conveniencias sociales no eran lo suyo, y la verdad, que alguien rompiera el silencio en la sala e hiciese que su torpe pregunta quedase en el aire, le agradaba.

​La señora continuo, presentándose y vendiendo su producción. ¿Querido?- Se dijo. A lo mejor le estaban invitando a la fiesta de pedida de mano de la cantante con el anfitrión de la casa. - ​Claro, me ha invitado por que necesita que le tramite los documentos referentes al enlace, logico. Encajan perfectamente los dos.- Pensaba Jonathan.

​Luego se fijo en lo que portaba el domador y la explicación que daba. Menos mal que el domador ha atrapado a esa bestia y no me la he encontrado yo antes. Seguro que me acaba comiendo o algo peor. Pese a su miedo inicial cuando vio que todo el mundo jugaba con el animal, se avergonzó un poco de si mismo y decidió responder al señor William. -¿Como suelen llamar a las bestias en el circo? Quizás algo refiriéndose a la bravura característica de estas criaturas estaría bien.​

La sala se estaba llenando y el anfitrión había llegado. Con suerte no tendría que volver a intentar iniciar una conversación y le darían la palabra, lo cual haría  mucho mas fácil la noche al señor Kippling.
 

El animalito que llebaba el domador era una magnífica criatura, en mis viajes por África recuerdo haber disparado a algunos que se acercaban de más al campamento, estaba de acuerdo con la señorita Samara, un animal así debe estar en su habitad -Espero que no se vuelva a escapar pues en esta sala tenemos un cazador que tal vez quiera tenerlo como trofeo- al terminar de hablar le di un trago a mi bebida.

El pequeño cachorro de león era una auténtica delicia. Magdalena se acercó hacia el animal con gestos tranquilizadores y palabras suaves.

¿Es peligroso si lo acaricio?

-Jaja. No le quiero robar protaginismo a la sorpresa de Sir Lloyd y de Sir Robert, podemos dejar al pequeño e inofensivo cachorro para luego.- Se aparta a un costado para darle espacio al anfitrion que esta a punto de mostrar su sorpresa, o proximo a ello devido a las campanadas del reloj, supuso Will. Mientras sonreia a los comentarios de la gente. En especial al de la acróbata, que no parecia entender nada de circo y sus atracciones con felinos salvajes.

Nadie me prestaba atención, ni siquiera habían visto mi pirueta. Agh, no se puede trabajar así. Y ese condenado gato atrajo toda la atención solo con estar ahí. Como me gustaría que sacara esas pequeñas pero filosas garras y les demostrara lo que es ser un animal salvaje. Uff. Tranquilo Oscar, ya tendrás tu oportunidad, cuando saquen a la luz sea lo que sea que están anunciando, podrás demostrar lo que sabes. Todos se reirán y todo irá bien. Por ahora empezaré a comer como si no hubiera un mañana.

Martes 12 de Junio de 1882, Londres, 20:00 hrs. -Escena de Noche-

Ocho campanadas retumban en el lugar interrumpiendo las conversaciones, desde las escaleras el anfitrión hace un ademán a los sirvientes para que comiencen a repartir copas de fino cristal cortado y varios carritos metálicos con envases de plata llenos de hielo y varias botellas de caro chamapagne recorren el salón desfilando minuciosamente sin osar estorbar a ningún invitado, con un guiño al cazador Sir Lloyd G. Hebert le da la indicación para que devele la tan misteriosa y esperada sorpresa que oculta aquella gruesa tela mientras los sirvientes comienzan a servir la burbujeante y refrescante bebida a todos los invitados.

Las luces de la mansión parecieran parpadear incluso bajar la intensidad de manera teatral para hacer aún mayor la expectativa que tiene ante sus ojos todos los presentes.

El cazador se acerca con paso firme y orgulloso hasta un mecanismo de polea cerca de uno de los pilares del salón, jala la gruesa cuerda y de un sólo tirón la lona cae develando una gran jaula de hierro forjado tan grande como para meter dos elefantes y sujeta con gruesos eslabones fijados al suelo en cada esquina con fuertes pernos incrustados a base de mazo.

Un sisseo como de serpiente se extiende por la sala luego un terrible chillido estremece a todos mientras el sonido de batir de alas hace ondear el encaje del vestido de una que otra dama presente.

Un enorme murmullo de sorpresa acompañado de varios desvaneciemientos tanto de hombres como mujeres se riega como polvora por toda la estancia.

Una horrible y monstruosa criatura se revuelve enjaulada, pareciera que aquella quimera aborreciera la luz que se filtra por os gruesos barrotes de su prisión.

Mientras afuera, la luna llena se apodera de todo el firmamento londinense, unas nubes negruzcas amenazan con aprisionar aquella esfera luminosa, el graznido de un cuervo pareciera darles la bienvenida a la primera noche en la mansión Grinshaw.

Sir Robert, da varios fustazos furiosos a la enorme jaula para tratar de tranquilizar a la monstruosidad que se revueleve dentro de aquella prisión, unos ojos llenos de odio se fijan en la figura de su captor y este le responde con más fustazos.

¡ATRÁS BESTIA DEL DEMONIO!... ¡ATRÁS HE DICHO!..-

Luego se gira para tomar una copa de champaña y la levanta triunfante delante de todos y brindando al anfitrión orgulloso.

-¡UN ASWANG!...- Declara triunfante aquel hombre. -ESTO QUE USTEDES VEN AQUÍ DAMAS  CABALLEROS ES NADA MÁS Y NADA MENOS QUE UN ASWANG, TRAÍDO DESDE LA LEJANAS Y EXÓTICAS ISLAS DE FILIPINAS...- De un sólo trago se bebe toda la champaña como si de cerveza se tratase y deja la copa en una de las charolas que porta un sirviente.

Sir Robert se retuerce el bigote y embelesado con su presentación se dirige a aquella bestia. -Tú me harás el hombre más famoso del mundo, preciosura...- la bestia se azota contra la barrera peligrosamente y con un sisseo estremecedor no le despega la vista a su captor, mientras este solo le sonríe socarrón y con la nariz roja por los efectos de la champaña que ya les están llegando al cerebro.

-AAAAAAHHH- Grito aterrorizada ante tan horrible y grotesco espéctaculo, mis nervios al tratar de recopilar la información que de seguro será tema de las primeras planas del "Times de Londres" hacen que sólo atine a temblar y no pueda escribir, no soporto más, todo me da vueltas y no sé de mí.

-¡MAGNÍFICOOOO!- Sir Lloyd baja el último tramo de las escaleras aplaudiendo eufórico y embelesado ante la presentación de su amigo el cazador, con cautela se acerca hasta la jaula y aquel monstruo se avalanza sobre él estrellándose contra los gruesos barrotes que se cimbran ante aquella fuerza bruta.

El anfitrión ante tamaña sorpresa cae de posaderas hacia atrás con una enorme cara de espanto, de inmediato los sirvientes ayudan a incorporarlo y comienzan a sacudirle su carísimo traje, Hebert los despide de manera amable pero firme, un poco dolido en su orgullo se acomoda el corbatín y toma una copa de champagne la cuál alza hacia sus invitados. -¡Salud por Sir Robert!- le da un sorbo y de reojo vuelve a mirar al monstruo con cara de disimulada preocupación.

Algo atípico para la mayoría de los presente es revelado dentro de una jaula, para la mayoría pero no para mi. No es algo que haya visto antes, no precisamente, pero no me es extraño y podría decir que su monstruosa forma me es bastante familiar. No es para nada agradable y tener en mente la existencia de algo así podría arruinar el sueño de una persona cualquiera. No soy una persona cualquiera y con el tiempo me he podido acostumbra, aunque no del todo.

Esto podría encajar en lo que el niño se refería, pero dudo que lo sea. El demonio de ese niño era algo bastante personal y este frente a nosotros...

Mantengo una distancia prudente de la jaula pero no quito mi vista a lo que hay dentro y no puedo evitar pensar que esto no es bueno. ¿Qué razón hay para esto? -Espero nos digan algo pronto.

Suenan las campanadas y la cantante estira su cuello y sonríe. Por fin veremos la gran sorpresa, pensó, harta de la espera. El rostro sonriente mudo en una expresión de susto al ver la extraña criatura Oh! Dio un paso atrás mientras se debatía entre el asco y el miedo. Tras el primer impulso, viendo la fortaleza de la celda, se decantó por el asco.

Cruzando sus brazos, pensaba en los hombres. ¿Como les pueden gustar tanto estos horrores? Prefiero a la criaturita del domador, por muy peligrosa que sea. Pero esto. Ay, hombres. Pensando en hombres, se fijó en algunos. Y Lloyd, el millonario anfitrión, y Robert, el aristócrata cazador, parecían entusiasmados. Ella, por lo tanto, no podía ser menos. Así que puso su mejor cara de miedo (sobreactuada) y dio un paso adelante (sin acercarse demasiado a la jaula). Oh, que bestia más impresionante. Obtenerla debe haber sido una hazaña propia de leyendas. Que valiente cazador, amigo Robert. Y que decir de nuestro anfitrión. Sólo alguien como él podría traer a su casa algo así antes que nadie. Un aplauso. Y la cantante empezó un aplauso que esperaba encontrar complicidad en la audiencia.

Se acercó un poco más a la jaula y, cuando la criatura se movió, dio un paso atrás gritando.Mon dieu. Que espantosa criatura. Terrorífica! Demasiado para una dama. Con estas palabras se dejó caer sobre un sillón mientras se daba aire con el pañuelo bordado que llevaba en la mano (las iniciales bien escondidas dentro del puño).

Al fin el momento había llegado, por lo que me reuní con el gentío para poder ver mejor que había en esa enorme jaula. No sé qué me esperaba, pero Eso seguro que no. A mi lado una señorita se desvaneció* y mi mano fue rápida en agarrar su brazo, evitando que cayera del todo. Uno pensaría que fue un acto caballeroso, pero en realidad estaba buscando de dónde agarrarme. Ni siquiera pude notar la suavidad de su piel, algo que sin duda habría sido mi prioridad si no tuviera una horrorosa cosa ante mí. Y eso que ya había visto cosas raras en el circo. Ni siquiera se me ocurrió algo gracioso para decir, pues era el momento ideal para cortar el ambiente.

-Es más fea que mi suegra- solté de improviso, aunque no era mi intension y definitivamente estaba pensando mas en salir de ese lugar.

Al ser alcanzado por la hermosa y famosa actriz Sybil Winder, Nilrem se sintió encantado la saludo con euforia se dejó tomar por el antebrazo y continuo su camino junto a tan bella dama.

La expectativa llenaba el ambiente con cierta tensión, todos querían ver cuál era la primera sorpresa de la noche y mientras las luces hacían una danza macabra el cazador presentaba dicha sorpresa y no era nada más ni nada menos que una criatura monstruosa que llamo Aswang.

Al ser

El corazón del Mago comenzó a latir fuertemente pues era una criatura muy difícil de observar, parecía algo salido de sus más oscuras pesadillas, ahora no sabía si estaba en realidad dormido o había asistido al evento al que fue invitado, pero tras cerrar los ojos y analizar la situación logro atinar que podría agregar a su espectáculo alguna criatura como esa, se veía a si mismo convirtiendo una hermosa dama con un cuerpo excepcional que fuera la envidia de las mujeres y el deseo de los hombres en una criatura como esa, vaya sorpresa que se llevaría el público, esta noche debería hacer amistad con el cazador para proponerle algunos negocios.

-pero vaya, que hermoso espécimen Sir Robert, sin duda tendrá una excelente historia de cómo lo capturo que más de uno aquí estará fascinado en escuchar.

comentaba a los presentes mientras dio grandes aplausos felicitando al cazador.

Veo cómo la gente se arremolina alrededor de la enorme jaula tapada misteriosamente por una tela gruesa me imagino que será un gorila ó algún animal salvaje, no he tenido tiempo de conversar con nadie más, aunque Sir Lloyd ha sido muy puntual en que necesitaba mi presencia.

De pronto develan la gran sorpresa, mi asombro es en verdad genuino, nunca me espere algo como esto.

Que especimen tan raro y monstruoso, me interesa sobremanera comenzar a estudiarlo. -¡Permiso!, ¡Permiso!...- Me abro paso a empujones y disculpas, me acerco a una distancia prudente de la jaula y saco mi monóculo para inspeccionar tan misteriosa criatura.

-Esto es muy... interesante Sir Hebert, ahora entiendo su premura  e insistencia en que estuviera presente en esta velada.-

Solo la presencia de aquella horrible criatura que nos muestra Sir Robert logra interrumpir mi imperturbable descanso en el sillón. Al ver a ese monstruoso ser cuadrúpedo, mis manos se aferran con fuerza a la empuñadura del bastón, pero tras advertir que el animal parece inofensivo tras los barrotes de la jaula, me siento mucho más tranquilo. Un leve gruñido brota de mi boca, mientras me pongo en pie y me aproximo hacia la criatura, con andar lento y aún un tanto temeroso.

-Yo que usted no me acercaría mucho, señor Remedios -le advertí al científico, aproximándome hasta él hasta situarme un par de pasos detrás-. Parece un ser peligroso, nunca en mis viajes había visto nada igual. Sir Robert, cuéntenos, ¿cómo capturó a semejante abominación?

Cuando vuelvo en mí me encuentro con que Oscar el payaso me ha sostenido afortunadamente para no caer de lleno ante tan terrorífica visión. -G-Gracias caballero...- me incorporo como puedo sosteniendome del brazo del payaso y me dirijo al primer sillón que encuentro, saco  mi pañuelo y comienzo a abanicarme mientras con la mirada busco a madame Thelma ó al mayordomo para pedirle algo fuerte para beber y que se me pase la impresión.

-Esto definitivamente va a ser noticia de primera plana...-
 

-¡Dios mío!... las historias de mi abuela rumana eran verdad.- La impresión de aquella visión me resultaba pavorosa pero no podía dejar de ver a aquella cosa, a las demás personas -que son bastantes- también les ha afectado de una u otra manera, algo es seguro esto es impresionante, pero me entristece.

Me acerco a la jaula tratando de no tocar a nadie y sin despegar la mirada de aquel ser, por horripilante que sea creo que valora mucho la libertad y puede que hasta este sufriendo, me percato del terrible orgullo y  poca compasión con que se muestra ese tal Sir Robert, todos se dejan lleva por el aspecto de esta criatura y nadie se da cuenta de que el verdadero monstruo es él.

Si esta era la sorpresa que nos teniá Sir Grimshaw, no me siento cómoda con haber asisitido para ver el sufrimiento ajeno, por muy horripilante que se vea esa criatura.