Partida Rol por web

Al salir algunos a explorar por los alrededores algún peligro debe acecharnos.

Por lo que pueda ocurrir recojo mi ballesta colgándome dos carjacs y la carga mientras permanezco en el lugar asignado por Cayo.

acelero el paso para llegar a la zona de combate

Dos de los guardias de la caravana, Auris y Elessar, se han internado en el bosque y aunque es difícil verlos entre los árboles, a uno de ellos lo oís en ocasiones.

A pesar de todo y mientras nadie diga otra cosa o algo más surga del bosque, la caravana sigue su camino a buen paso a Eterlund, para intentar llegar antes del anochecer lo que no será un problema, si no hay más interrupciones.

La elfa solar permanece en el grupo, con el elfo herido, maldiciendo su suerte y sintiéndose incapaz de aportar nada mejor a ayudar a miembros de su pueblo. Tal vez pudiera ir con los exploradores y ayudar, pero tal vez pudiera también perder la vida estúpidamente. Todavía era, en términos élficos, una jovenzuela, le faltaba mucho por ver. Lo más prudente sería esperar y estar preparada por si la caravana sufre un ataque, pero aún así...

Tras oír a Auris, aunque ya no podía verlo, me empiezo a imaginar como puede terminar esto si no tenemos cuidado.
A ver, gente. Esos dos seguro que acaban metidos en problemas. digo señalando al bosque, por donde se han ido Elessar y Auris. Si alguien quiere ir a ayudarlos, este es un buen momento. escupo. No voy a pedirle a nadie que vaya, pero escupo si terminan luchando, será para evitar que la caravana sea atacada, lo que es mejor que protegerla del ataque...escupo. Los demás vamos a acelerar el paso, por si acaso. Arre!

Un clérigo de Tempus no puede rehuir una batalla.

-Señor con vuestro permiso me uniré a ellos por si necesitaran ayuda.

Mi cometido es que llegue la caravana intacta, si con ello Hrunting puede ayudar en algo, gustosa lo hará.

En breve os alcanzamos, Olaff, aguanta,.. te acompaño.

Si hubiera querido un entorno seguro, no habría salido de la ciudad, ¿no?

-¡Esperadme, yo también voy! -exclama la elfa solar.

Apenas unos segundos después empieza a conjurar un sortilegio simple pero de resultados más bien espectaculares y efectivos: ante todos se materializa un caballo de monta perfectamente equipado. Al instante la maga monta en él y se dirige hacia la zona que ha estado mirando durante todo el tiempo, siguiendo a los más decididos compañeros de la caravana.

Cuando los que han seguido a los exploradores al interior del bosque desaparecen de vuestra vista, la caravana reanuda la marcha hacia Eterlund. Sin embargo, pronto veis en la distancia a un grupo de jinetes que se acercan a vosotros al galope. Tras lo sucedido hace a penas unos minutos, eso no presagia nada bueno. Además, los jinetes, en un total de seis, parecen venir bien armados y no llevan uniforme, por lo que no es una patrulla de la ciudad...

Suspiro levemente, sacado de mi descanso por esos tipos que se aproximan... Lucen como gente agradable, creo. Por las dudas tomo la ballesta que habia dejado cargada a mi lado, para darles un cariño en caso de que no lo sean. Comento con el cochero de mi carreta

-mmm Oye... esos que vienen ahi atras cabalgando, son de los nuestros?

Alma levanta la cara, la verdad es que ni le había preocupado lo que había pasado con ese grupo, su luego aparecían corriendo, perseguidos por algo, reaccionaría, de momento, prefería descansar en la carreta. La cabellero mira en la dirección indicada por el hombre que estaba algunas carretas más allá, sin entender bien que había dicho.

- ummm - murmura pensando para sí una respuesta, alistándose con su arma, por si necesitaba empuñarla luego.

La arquera divisa a los jinetes que vienen hacia ellos y saco una flecha de su espalda por si es necesario atacar o defenderse.

"-Este a sido un día bastante agitado, hemos tenido varias visitas"

Me mantengo en alerta.

Al ver a los jinetes, el jefe de la caravana vuelve a detenerla hasta descubrir las intenciones de los jinetes. Vosotros los observáis mientras se acercan al galope. Parecen humanos, con armaduras y armas diversas (si fueran guardias de la ciudad llevarían todos las mismas armas y armaduras). Al acercarse más podéis ver que la mayoría llevan las armas desenvainadas y los que no, las están sacando ahora. Aún están a más de 200 pies de distancia, pero se acercan rápidamente. Y aunque aún no han revelado a las claras sus intenciones, no es difícil imaginarlo.

-Valla...

+murmuro, mientras cierro los ojos... Los jinetes avanzan y pronto estaran a tiro.  Sonrrio y muevo las manos, llamando a las fuerzas que me asistan, en preparacion...+

- Shea, sane, protecta, forte...!

Una fuerza de energia con forma de escudo se proyecta junto a mi...

El grupo de jinetes armados se acerca cada vez más a la caravana. Sin embargo, preferís esperar por si deciden no atacaros... y no lo hacen.

Los jinetes de detienen a sus caballos bruscamente cuando llegan a vuestra altura, prácticamente al cuerpo a cuerpo, con sus armas aún preparadas para luchar, pero se contienen. Uno de ellos, el que debe ser el líder os habla, a nadie en particular, pasa su mirada de unos a otros de forma errática, como si buscase a alguien o intentase leer vuestras reacciones.

Eh, vosotros. Buscamos a unos elfos, tres machos y dos hembras, puede que uno de ellos esté herido y tendrán bastante prisa. ¿los habéis visto?

Parece que nadie quiere contestar. Me enfado y me muestro más amenazador.
¡¿Que demonios os pasa?! ¿Estáis sordos? ¿O tratáis de ocultar algo? Hablad, maldita sea.

Acobardado por la actitud de los extraños y que ninguno de los guardias parece dispuesto a hacer nada, decido intervenir.

Eh, no, mi señor. No hemos visto al grupo de elfos del que habláis. Sólo hemos visto un elfo, pero estaba gravemente herido. trago. Está en aquél carro. digo señalando el carro al que subieron al elfo herido.