Partida Rol por web

Nefertari fue de las que parpadeo y si bien sintió el ruido y vio algo de movimiento no se pertato de lo que había pasado en la piscina. Una vez sus compañeros le pusieron a situación, solo pudo hacer una mueca de espanto y asco... Enserio un ciempies del tamaño de una vaca... Pues vaya, esta casa esta llena de sorpresas.

Nefertari, aunque veia lagunas en el plan, se preparo a una distancia prudencial, para cargar cuando el depredador saliera a comerse la rata, esperando ser lo suficientemente rápida para atacarle antes de que desaparezca de nuevo.

Pixy conjuró la armadura mágica sobre Nico y luego se quedó a una distancia prudencial con la ballesta preparada. El Roc, por su parte, se quedó dando vueltas por el aire sobre la piscina de arena, preparado para dejarse caer en picado y morder a la serpiente.

Tras prepararse todos esperando la señal de Yash para atacar al ciempiesel suelta a otra rata un poco mas grande para llamar mas la atencion al hacerlo no toma mucho para que el ciempies se acerque tras sair eso fue el momento de la explosion flechas voando ,Nefertari intentado atrapar a la criatura pero casi rebotando entre sus pátas y el exoesqueleto,y Nico y Auren golpeando con todas sus fuerzas a la bestia,Por desgracia parece que los unicos golpes que hiceron efecto en la criatura fueron los de Auren y Nico.

Comienzo de combate

Bastante Molesto por el ataque el Ciempies,Arremete contra Nefertari,intentado morderla pero Nefertari logra evitar el mordisco Poniendole el escudo en medio y proteguiendose de el,puede ver al hacerlo un pequeño hilo de una baba de olor verdoso salir de su boca tras golpear el escudo

Pixy se apresuró a cargar otro virote y lo disparó rápidamente pero salió también desviado. Mientras, su valeroso Roc, fallaba al intentar morder de nuevo al gusano pero las garras de sus talones se clavaban en la piel de la bestia.

El enorme ciempiés salió de las arenas, como un monstruo del desierto, acelerando su corazón; al contrario que otras veces cuando le latía con fuerza, no era debido a... lo habitual, sino al horror que le produjo una criatura semejante. Era egoísta, pero daba gracias a que no se hubiera centrado en ella. Ahora que lo veía bien, y no estaba impulsada por ese brío inicial, no se veía tan capaz de clavar su glaive en esa cosa.

Con los ojos casi cerrados y mirando más para otro lado que para el bicho, descargó su arma sin mucha fuerza, haciéndola rebotar contra la quitinosa piel sin efecto alguno.

Nefertari esquivo el ataque de la gran criatura, luego sin pérdida de tiempo, ajusto su posición y ataco con su cimitarra, pero solo logró golpear las duras escamas, y en mal ángulo, haciendo que fuera el ataque ineficaz.
 

Dario se sobresaltó un poco al salir la mole de quitina, patas y fauces y su flecha salió despedida hacia ninguna parte útil.

¡Ah! ¿Pero cómo he podido fallar? Si es enorme. -se maldijo el muchacho.- Te vas a enterar.

Apuntando un poco mejor, soltó la flecha cuando creyó que era el mejor momento.

Sonreí ante la inciativa de mis compañeros,así que cuando saltaron contra el enemigo abrí la mano, dejando que la flecha buscara su objetivo.

Rapidamente en una serie de Golpes Nico sobrevolaba a la criatura mientras los vierotes de Pixy volaban por los aires, mientras Nefertari y Auren intentaban golpear al insecto que por mas que lo intentaban no lograban atravezar la armadura,Xweto y Dario apuntando con cuidado logran acercar en un punto exacto en cada lado,al momento de soltarla ambas flechas acertar en ambos lados del cuello,despues de una especie de gruñido el ciempies cae muerto en el suelo.

FIN DEL COMBATE

Pixy acarició el cogote de Nico, que había combatido muy bien.

-Buen trabajo, compañero! Ahora examinemos detenidamente esa arena. Seguro que no somos los primeros a los que ataca ese bicho.

Darío levantó los brazos con exhaltación y guardó el arco

¡Yeah! Somos los mejores. ¿Algún herido?- Dijo mientras se acercaba al resto y a la piscina de arena- ¿Creéis que se comió a alguien con algo de valor?- dijo el muchacho mientras remueve la arena con el estoque que acaba de sacar y empieza a rebuscar algo de interés entre las arenas.

al acercarte a la piscina te encuentrs con que de echo la arena es casi una masa de composta entre cuerpos de distintos animales y de echo algunas personas que ahor no son mas que esqueletos carcomidos ya sea por el tiempo o el insecto,al examinarlo encontraste 3 espadas cortas oxidadas y una especie de lanza rota a la mitad

de echo en la piscina no percives nada magico en los pocos objetos que Dario logro encontrar,pero donde si ves algo tintinear muy bajamente  dentro de el ciempies

¡¡¡Agh!!! ¡Qué asco!- Darío se apartó de la piscina con una arcada y un mueca de asco y repugnancia en el rostro. Luego buscó donde limpiar la punta de su estoque, pero al no encontrar nada, lo acaba limpiando en la capa del gnomo cuando este está concentrado en la magia; aunque solo un tonto no se daría cuenta.

—¡Yay! —exclamó, emocionada, cuando la bestia cayó inerte al suelo, sin vida.

Era toda una aventura caminar por aquellas tierras de tesoros olvidados, criaturas extrañas y descubrimientos sorprendentes. Una vez desaparecía el miedo a ser devorada, era de entender.

Ahora que habían pasado la parte amarga de matar al monstruo, tocaba la mejor, que era encontrar la pequeña fortuna que protegía. Estaba casi dispuesta incluso a revolver en la arena, cuando distinguió el primer cadáver. No habría importado —tratar con los muertos formaba parte de la educación temprana de cualquier clérigo— de no ser porque eso la hizo fijarse en que aparte había también numerosos animales en proceso de descomposición; eso no la gustaba tanto, y un nuevo gesto de asco asomó a su rostro.

—Yo, eh... Mejor mira tú, si —dijo al gnomo, dando un paso atrás, y quedándose a cierta distancia, dónde el olor no era tan malo ahora que se daba cuenta. Además, no había belleza alguna en que sus níveas ropas acabaran llenas de entrañas medio carcomidas.

La bestia cayó gracias a un fuerte ataque combinado. El tiefling pudo ver que Daría y el gnomo ya se ponían a indagar, por lo que se dedicó a esperar. Ahora con la bestia derrotada había un peligro menos para los osirianos.