Partida Rol por web

Saethe se colocó junto a Yash. 

-Estoy de acuerdo.

---Sí es así debemos ir preparado- digo al comentario de Yash, mientras me colocaba entre el grupo- Quizas sea mejor planear una estrategia antes de lanzarnos, personalmente estamos muy tocados, aunque vosotros más, puedo curar un poco pero no servirá de mucho y no podré volver a hacerlo en todo el dia, así que es el momento de decidir- digo mirando severamente al grupo, pese a en otras ocasiones parecia despreocupado ante la situación esta vez estaba serio y mi tono no tenia apicice de broma-En cuanto a nuestros amigos....un par de maldiciones a cada uno y seguro que se arrepienten....

Darío seguía a Yash y saethe confiando en su vista más agudizada que la del muchacho.

Quiza deberíamos ir antes a la biblioteca y ver qué información podemos sacar. Total, si hay una emboscada, no se van a mover ni preparar mejor - el joven se encoge de hombros. -​​​​​​-Aunque yo miraría esas heridas. Sobretodo las de nuestra Dulce protectora. A pesar de que algunos digan que son lloriqueos- mira con dureza a ratash.

Auren no era la más lista, pero sabía ver una causa perdida cuando la tenía ante sus ojos. Si la Mano Quemada ya había pasado por la biblioteca era poco probable que hubieran dejado nada de interés —a excepción del panel secreto, pero porque no lo habían visto—, pero si encima añadían a la mezcla la tormenta de arena causada por el div, daba como resultado que cualquier documento de valor era ahora polvo. A su ver, habían tenido suerte de encontrar aunque fuera una pizca de información, y así lo hizo ver al resto en primer lugar. Después siguió hablando de carrerilla.

—Esperad. Nos curamos y luego vamos a por ellos. ¡Tenemos que pararles! —exclamó, tal vez demasiado alto—. Uy, perdón, los nervios, ji, ji. Bueno, venid los heridos —pidió sacando la varita y empezando a curar.

Un toque para Nefertari, que cerró los pocos arañazos que la quedaban; un toque para Saethe, que apenas le dejó rasguños; y un par de toques para ella misma, que quedó como nueva. Yash también aprovechó para conjurar desde su propia varita una armadura mágica para la arquera, que se sintió en seguida más protegida. A su entender, con eso estaban listos, todo lo posible al menos.

Yash y Saethe se ponen a investigar. No había mucho que ver en aquella habitación y, como era de esperar, no encuentran nada. Pese a su arrojo inicial, no se adelantan mucho y no siguen por el pasillo hacia el otro cuarto, ya que ven a Darío dudar, y al fin y al cabo es quien mejor entiende de trampas. Vale que hasta ahora no habéis encontrado ni una, pero mejor prevenir que curar, como se suele decir.

Darío estaba un poco desorientado y se dirigió a una puerta de una habitación que ya habían explotador. 

Uy, sí. Por ahí.- dijo el muchacho corrigiendo la ruta.- Ya lo sabía- se dispuso a seguirles a la espera de que le dijeran qué tenía que hacer.

Una vez sus compañeros curaron las heridas y registraron la habitación y las puertas para posibles trampas, Nefertari se colocó al frente de una de las puertas y la abrió, para seguir explorando la zona.

- Vamos, que tenemos que encontrar a esos maleantes,  que tienen muchas cosas que explicar.

Avanzó junto a los demás, pendiente de los detalles como solía hacer, el tiefling se preguntaba cuánto iban a dar en encontrar a los enemigos que tantas trabas les estaban poniendo.

Saethe esperó pacientemente a que Nefertiti (o quien fuera) abriera la puerta Norte para llegar a la siguiente cámara. La arquera permanecía atenta y con una flecha en el arco.

Tras un momento de despiste de Darío, es Nefertari la que parece no tener muy claro el rumbo. La paladina se planta delante de la puerta que a todas luces iba a la ya explorada biblioteca e intenta abrirla, sin éxito. Aunque el pomo gira, la puerta está tan atrancada por un lado como por el otro.

Sin más que un camino por el que seguir, seguís por el pasillo. Solo podéis avanzar de uno en uno, así que Yash se ofrece a ir delante, ya que es un guerrero resistente y además observador, siendo el candidato ideal para ir en vanguardia. Sin embargo, esta vez no es suficiente.

Ha avanzado la mitad del pasillo cuando nota el suelo hundirse ligeramente bajo su pie. Demasiado tarde, se da cuenta de que es una trampa, y una afilada guadaña cae del techo trazando un arco mortal. Logra apartarse a tiempo por los pelos, lo justo para no acabar atravesado, pero aún así le hace un profundo corte en el hombro.

Unos segundos después, la hoja retrocede de nuevo, y con un click vuelve a desaparecer sobre vuestras cabezas.

La inmensa cuchilla viniendo hacia él le habría generado una nueva visión, la de su cuerpo partido, si su cerebro no hubiera intervenido a tiempo apartándose para recibir una seria herida mas no tanto como para matarle en el acto. Yash no se movió de su nueva posición, permaneciendo a un lado del pasillo donde acto seguido oró para continuar en la senda de la batalla, una senda que requería estar en buenas condiciones si quería darlo todo. Con la oración gran parte del corto desapareció, conforme su carne volvía a unirse en un pequeño milagro que era necesario más veces de la que le gustaría. Tras aquella acción miró a los compañeros y sobre todo al especialista.

- Qué piensas Darío, ¿será la única baldosa con trampa?

Preguntó para saber su opinión de experto.

¿Estás bien Yash?, pregunta Nefertari al ver el hombro de su compañero sangrar, ¿cómo he has hecho eso?¿Que ha sido ese ruido? La Joven paladina comienza a mirar a su alrededor algo confundida, como de no entender que había pasado.

Mientras Yash atendía sus propias heridas, Nefertari se puso al frente y sin esperar más tiempo  continuo hacia la puerta y la abrió, No me gusta estar en este pasillo estrecho, donde pasan cosas raras.

Yash se cura prácticamente por completo y, juiciosamente, pregunta a Darío, que por desgracia tampoco ha visto la trampa a tiempo. El especialista no ha tenido tiempo de empezar a pensar en ello —y menos de ponerse a buscar activamente—, cuando Nefertari echa a un lado a Yash y se adelante ella misma. En cuanto vuelve a pisar, la guadaña vuelve a surgir del techo, haciéndola un corte en la espalda. La paladina, sin embargo, aprieta los dientes y no se detiene, avanzando hasta la siguiente habitación, sin nuevas sorpresas. Los demás habéis vuelto a oir el "click" cuando la trampa parece haberse armado de nuevo.

Darío iba con los brazos cruzados a la espalda confiando en la mejor vista de sus compañeros cuando saltó la trampa.

Ostras! - soltó el muchacho quedándose quiero de repente. No le dio tiempo a decir nada antes de que la paladina se adelantase sin cuidado.

¡NO! ¡Espera!... Tarde​​- el muchacho levanto los brazos. -Que nadie más avance hasta que la encontremos.

El joven se agachó casi hasta ras del suelo para buscar la placa que activaba la trampa y poder desactivarla

Pudo ver cómo la paladina avanzaba con determinación superando la trampa de la baldosa. Yash se quedó detrás de Darío tratando de ayudar con la tarea.

Saethe se llevó un susto de muerte. Aquella trampa debía de estar realmente bien escondida para que la arquera no la hubiera visto. Estaba claro que precisaba de la intervención de un especialista como DArío, así que esperó apcientemente a que el pícaro la desarmara.

Aunque ya sabéis donde está la trampa, Darío no consigue encontrar el mecanismo en un primer momento. Tomando la tarea ya como algo personal, decide tomarse su tiempo para dar con él; los minutos pasan lentamente, el pícaro agachado en una posición incómoda, con Yash tras su oreja —entorpeciendo más que ayudando esta vez—, hasta que al final lo consigue. Una vez lo tiene frente a los ojos, no le cuesta más que un intento desmontar la trampa, inutilizando la placa de presión.

—¡Listo! —confirma, plantando un pie sobre la baldosa, comprobando que no pasa nada.

Auren se adelantó y con la varita, le volvió a dar un toque a Nefertari. - Anda tonta, mira que dejar que te pegara. ¡Podrías haber avisado y pasábamos todos corriendo mientras hacías de heroína!, ¿no? Y luego dicen que yo soy cortita... - dijo entre risitas mal disimuladas. 

Tras la desactivación de la trampa miró a Darío realizando un asentimiento tras lo cual avanzó hasta llegar junto a la paladina, viendo además que hacía falta sanación se dispuso a esperar a que terminara de recuperarse.

- Auren querría que usaras la varita conmigo, aunque no estoy muy herido pero siempre es mejor estar a plenas facultades.

No le apetecía que luego un golpe demasiado afortunado por parte de un enemigo lo dejara fuera de combate.

Nefertari espero dolorida a que el resto del grupo inhabilitara la trampa y sanaran su herida. Ella la había sobreestimado y si bien se llevó un buen tajo, podría haber sido mucho peor...

- Gracias Auren...