Partida Rol por web

Karkass revisaba una de las paredes.

—Creo que por aquí hay algo... un mecanismo...

Karkass encuentra una roca suelta en la pared y presiona sobre ella. Un ruido muy característico que conocéis muy bien comienza a sonar por toda la sala. Son unos engranajes girando. Al poco, el ruido de piedras desplazándose inunda la sala.

Se os ha abierto el pasadizo que había en dirección a la habitación redonda.

En ese momento una niebla densa inunda el lugar. Tiene un aspecto morado, y va cogiendo cada vez más color.

El aire viciado del interior del almacén comienza a revolverse. Poco a poco va formando una voluta en medio de la sala y se produce un destello.

De repente la niebla se va disipando poco a poco y va dejando un rostro oscuro tapado por una capucha.

Aunque no muy seguros, Belain y Pirlo debaten sobre lo que les suena de la Guardia Roja. Llegan a la conclusión de que es una organización criminal que está instaurada en la ciudad y sus alrededores. Es muy posible que os los encontréis, si no es aquí, a lo largo de vuestras andanzas... y más posible aún si cabe el tener algún enfrentamiento con ellos.

Seguís registrando un poco el lugar, sin hallar nada nuevo, pero... mientras estáis en el comedor conversando, la puerta que da hacia el pequeño almacén, que estaba un poco entreabierta, se ve que desprende un destello morado y una neblina comienza a entrar dentro de la sala.

- Emmm... ¡saludos! - dijo Reckbran, algo detrás de sus compañeros más robustos - parece que ha habido un malentendido y usted se ha metido en un depósito ocupado... si se retira, podemos ignorar su infracción... -

En la imaginación del joven enano su amenaza sonaba mucho más intimidante.

Al ver el destello, de la boca de Belain salió una palabra en Idioma Antiguo que, aunque alguien no supiera su significado, podría deducir que no es un piropo.

Agitó rápidamente la mano del anillo, y la mano espectral translúcida apareció frente a esa puerta y la cerró a distancia.

- ¡Sal de ahí, maldita cucaracha! -bramó cubriendo su cara con el codo.

Sin dar la espalda al almacén, Belain se movió hacia la entrada buscando el aire fresco de la calle. Miraba fijamente al almacén, preparado.

 - Esa es la única salida del almacén -dijo a Pirlo- si quiere escapar de esta casa, tendrá que mostrarse.

Karkass preparó su martillo. Lo suyo no era precisamente dialogar.

La niebla morada, preludio de tantos malos augurios en aquel almacén subterráneo, y la posterior aparición del encapuchado, augurando nada bueno, puso en alerta a Alrik, quien estaba buscando, infrucutuosamente, en una pared diferente a la de Karkass.

Rápidamente, comenzó a reunir poder divino, si aquel ser, como imaginaba, era el convocador, causa y origen de todo el mal al que se habían enfrentado, las simples armas podían no ser suficiente. Las runas dibujadas en su frente comenzaron a adquirir una tenue luminosidad, indicativo de que las energías místicas se reunían en torno al clérigo.

De su conversación con Rekbran dependían las futuras acciones del enano de las colinas.

Pirlo nunca había visto una neblina púrpura y, aunque su instinto de supervivencia le empujaba hacia la puerta que quedaba a su espalda y a la que se encaminaba Belain, su curiosidad le hizo saltar a una mesa y blandir su daga. Firmemente asentado sobre los tablones de madera, su cuerpo se asemejaba a una señal del camino, con sus brazos y piernas señalando direcciones opuestas, ora la puerta del almacén, ora salida a la calle. Pirlo, más expectante que nervioso, miraba a una y otra puerta, esperando cuál de las se abriría primero.

Aún quedaban huesos.... Después de todos los esqueletos y el esqueleto gigante que podía venir,si no el nigromante que los levanta.

Aunque la pregunta que en verdad rondaba por su mente, es por qué el Rockseeker tenía esa gema y a ese nigromante allí abajo. De seguro no era una trampa para matarlos, por qué no ganaría nada, pero igual tenía muchas explicaciones que dar.

Apretó sus puños en el mago del hacha mientras apretaba sus dientes.

- No creo que tenga muchas ganas de contestarte Rek, si quieres pasamos del método diplomático a nuestro método.

definitivamente no eran las palabras el fuerte del grupo, pero si querías matar algo, todos y definitivente TODOS eran buenos en eso

La neblina morada comenzó a disiparse y a dejar a la vista por completo a un humano envuelto en una capa. El aspecto que sois capaces de ver es algo pálido y demacrado.

La niebla se disipó formando volutas alrededor del cuerpo del misterioso hombre. Ahora sí podíais ver que llevaba una túnica negra con motivos rojos a lo largo de ésta que formaban runas o palabras.

Cuando no quedó más niebla avanzó unos pasos hacia Rekbrand y centró su mirada en el joven enano. Al resto los ignoró, pues no tenían lo que él necesitaba.

- Aaahhhh saludos joven Rekbrand. - dijo con una voz sibilante - Quizá podría irmeee, pero cuando me sea devuelto lo queee... me pertenece.

Estiró su mano izquierda y en ella se materializó un bastón de mago, mientras que ofrecía su mano derecha para que se le depositase algo en ella.

- El restooo quietos y.. tranquiloosss me marcharéeee pronto.

Ambos aventureros se quedaron en la sala. Pirlo expectante a las puertas por si alguien irrumpía en la sala mientras que Belain astutamente cerró la puerta a distancia manteniéndose alejado de ésta.

En poco tiempo la neblina comenzó a cubrir la sala y ambos empezáis a toser fuertemente hasta que en cuestión de segundos la niebla que quedaba se disipó rápidamente.

Tras miraros intentando comprender de que había pasado veis como sale un ratón de dentro del almacén pasando entre las piernas de Belain y se queda en la puerta de salida al pasillo.

Karkass lanzó un suspiro. Estaba en las últimas y enfrentarse a un nigromante no parecía la mejor idea. Pero no pudo contenterse:

—¿Y cómo sabemos que eso es tuyo? Es más: esto es una propiedad privada. Estoy seguro de que si lo que pides es tuyo nuestro patrón no tendrá problema en resolver la disputa contigo. Pero lo de lanzar esqueletos contra nosotros no parece una solución muy diplomática para tu problema. Te damos una oportunidad para que te vayas y resuelvas esto de forma pacífica. De lo contrario...

El enano volteó su martillo elocuentemente mientras elevaba su escudo.

Con el codo cubriendo su cara, Belain aspiró esa neblina pero no lo suficiente para sufrir sus consecuencias. Que hubieran intentado envenenarlos le enfureció. Con los ojos oscurecidos de rabia, alzó la mano y un pequeño remolino de energía oscura empezó a surgir de sus dedos.

Hizo un amago de atacar al ver que algo se movía bajo la puerta, pero era solo un ratón. ¿Acaso era solo un ratón?

 - Atento a mis palabras, asqueroso -el brujo tenía los ojos inyectados en sangre y su proyección telepática sonaba como ultratumba- esa transmutación no engaña a nadie, muéstrate.

Belain apuntaba al ratón con la mano del anillo, atento la reacción del supuesto animal.

Aquel último reto no emocionaba a Kromm. Sabía de lo peligroso que podía ser un mago y más uno con el poder de llamar a aquellos esqueletos incluyendo al Golem... Pero no era alguien con el tamaño digno para ser cantado por los bardos como un enfrentamiento épico.

- Tienes esa última oportunidad, solo por qué mi compañero te la ofrece y no quiero contradecirlo... Pero decide y largate rápido, mi hacha está cansada de polvo de huesos y quiere empaparse en sangre...

Si el tipo tras aquello no se largaba es por qué tenía hielo en las venas... O por qué estaba muy seguro de el.

- Oh, entiendo. Bien... - 

Reckbran empezó a revisar sus bolsillos, pero accidentalmente dejó caer la mitad de sus cosas.

- Qué torpe, perdón... -

Levantó todo rápido y dejó el saco en la mano del hombre.

El mediano siguió con la mirada al ratón, escuchando cómo sus patitas rozaban cada tablón de madera. Había algo magnético en el animal y en su forma de moverse. Pirlo volvió en sí cuando olió el ambiente, en la sala flotaba una neblina púrpura. Se llevó una manga a la boca y tosió. En cuanto inspiró ese aire viciado, supo que se estaba envenenando. Saltó de la mesa y con torpeza recuperó la verticalidad, dispuesto a atravesar una ventana o a correr hacia la puerta por donde escapaba el ratón.

Antes de que Rek lleve el saco al nigromante, Kromm le pone la mano en el hombro...

- Alto... No va a ser hoy el primer día en que deje de cumplir con un trabajo y menos por qué un mago - grr pshsss (escupitajo en el piso)- se quiera pasar de listo robandonos el trabajo 

La cara del matador estaba ya enrojeciendo de ira... 

- Además, ya acabamos con sus guardianes... Esta indefenso.

Un mago nunca estaba indefenso, pero levantar aquellas huestes incluyendo al golen debían haberlo desgastado.

- Que opinas Kar... Lo eliminamos igual que a sus sacos de huesos, o se lo llevamos al patrón como parte de lo que nos había pedido entregarle.

Kromm podía llegar a ser bastante intimidante, y no solo era el matador, eran 4 enanos armados y preparados contra un mago solo a quien acababan de eliminarlos los esbirros de defensa.

Melvik miró cómo el joven enano tiraba todo al suelo en busca de lo que le había sustraído.

- Rápido enanoh... no querrás acompañar a misss acompañantess - Extendió ambos brazos hacia los laterales y giró un poco sobre su cadera haciendo ver lo que había a su alrededor. Después volvió a extender la mano hacia Rekbran.

El enano, rápidamente buscó entre las cosas y ofreció al nigromante la bolsa, la cual recogió con ansia y se lo guardó rápidamente en el interior de la capa. Lo único que quería era irse a su guarida y olvidarse de aquellos intrusos. En otro momento volvería a practicar para levantar más muertos, pues aquella piedra era la que le confería el poder de levantarlos, y sin ella no podría continuar haciéndolo.

Una vez se hubo guardado la bolsa, miró al resto de enanos. Tenían miradas amenazadoras hacia él y poco a poco ele estaban rodeando.

- Ya tengoohh lo que quierohh. - seguía hablando con esa voz sibilante y aspirada, que no sabíais si la estaba finijiendo, o era realmente su voz. - Yooo me marchooohh, esteeh sitio no esss seguro para miihh.

Golpeó con el bastón en la alfombra y ésta se prendió fuego que avanzó rápidamente hacia Rekbran y cómo si de un terremoto se tratase, las losas en dirección a los barriles de cerveza comenzaron a agitarse hasta llegar a la pared. La mercancía se destrozó, gran cantidad de líquido dorado y espuma comenzó a inundar el suelo, cuando de repente notasteis que las paredes comenzaban a ceder.

- Podéissss correr cuantoh podáisss. Estoohh se derrumbaráah en breve.

Acto seguido surgió una neblina morada alrededor del nigromante que lo cubrió de pies a cabeza, para después formar un pequeño remolino e irse extinguiendo de cabeza a pies hasta disiparse y no dejar visto a nadie.

La nube avanzaba lentamente y ya había comenzado a cubriros parcialmente. El respirarla podía ser letal. Belain lo resistió perfectamente, el brujo debía de estar acostumbrado a algunas prácticas de éste estilo, mientras que Pirlo sucumbió al gas.

Tosió, y algo de sangre salió disparada de su boca... necesitaba aire limpio rápidamente.

Belain apuntó a la rata que se quedó quieta bajo el quicio de la puerta. Se dio la vuelta y se quedó mirando al brujo. Después, haciendo unos ruiditos salió corriendo hacia el exterior, pues la nube seguía avanzando.

En éstos momentos, escucháis como se abre una ventana en la parte superior de la casa y claramente alguien salta al exterior.