Partida Rol por web

—Oh... ¡mierda!

Karkass se puso a correr de inmediato, poco quedaba que hacer allí.

—Vamos ¡corred insensatos!

Pero antes de que pudiera ponerse el escudo sobre su cabeza un enorme cascote le golpeó nublándole la vista y haciendo que se fuera hacia el lado del fuego en vez de seguir hacia el túnel de salid.

Aquella rata parecía ser una simple rata.

 - Pensaba que podría ser un druida intent... -empezó a decir, pero se paró de golpe al ver que Pirlo estaba sufriendo los efectos de esa molesta nube.

Alargó la mano y enganchó el brazo del mediano para sacarlo al exterior.

 - Aguanta muchacho! -dijo ayudandole a caminar. El ruido de la ventana alertó a Belain- Tenemos compañía... -sus ojos brillaban más negros que la propia noche que cubría la ciudad.

Un aura de rabia rodeaba al brujo, que una vez fuera y Pirlo respirando, fue a la zona del ruido buscando a cualquier persona que anduviera por los lindes de la casa.

¡Maldición! - espetó Alrik al desaparecer el nigromante - ¿Qué se supone que vinimos a buscar? 

Miró unos instantes a la mercancía esparcida por el suelo.

¡AUCH! 

- Olvídenlo, ¡hay que salir! -

El fuego lo había tomado por sorpresa y le quemó la mano y parte del brazo. Por suerte fue apenas un rasguño. Sin muchos más preámbulos salió corriendo hacia la salida.

En la confusión de la carrera Karkass perdió una de sus hacha de mano. Ni siquiera la oyó caer por lo que sólo se dio cuenta de su ausencia cuando alcanzó la salida...

El hijo de puta mago al final se salía con la suya, Rek le había entregado la gema y ahora desplomaba el techo sobre sus cabezas.

Todos comenzaban a correr en dirección a la salida y Kromm había reaccionado igual, solo que para el todo se sentía como en cámara lenta. Veía las piedras desplomarse y eso le permitió esquivar la primera, pero sus instintos fueron un poco más allá, en su carrera hacia la salida colgo el hacha en sus espalda y tomo un barril por el camino... Después de saber que era cerveza no podía dejar que se perdiera todo 

- VAMONOOOOSSSSSSS

Solo quedaba correr... Esto se vendría abajo.

Puedes ver claramente que del interior de la cerveza salen restos humanos. ¿Podría ser eso el que le diese ese toque tan... mortalmente sabroso?

Con un gran gesto de desagrado y un coscorrón en la cabeza comenzó a correr tras el resto del grupo.

La estampa no era nada heroica. El mediano tenía una rodilla hincada en el suelo y apoyaba su cabeza en un brazo. Respiraba con dificultad y miraba la mancha de sangre que resbalaba en las rocas pulidas de la calzada. Se tosió en una mano y comprobó que ya no regurgitaba sangre. La tos seguía brotándole del mismo estómago, pero, al menos, solo contenía aire púrpura.

Gracias, amigo. Casi no lo cuento.

En un intento de mejorar la imagen que estaba ofreciendo, Pirlo se enderezó con torpeza pero con resolución. Tomó aire y desenvainó su daga. Vamos a por quien haya provocado esto.

Ante la brumosa forma que dejó el nigromante, nuestra comitiva de enanos salió corriendo como diablo barbado tras su víctima para llegar cuanto antes a la salida.

La alfombra ardió rápidamente en reacción al hechizo, cogiendo desprevenido a Rekbran y quemándole nada menos que la punta de la nariz. Fue suficiente para que sintiese un escozor intenso en ésta. En ese mismo instante, toda la sala se agitó, pues el mago había golpeado con su bastón produciendo ese pequeño movimiento sísmico. Piedras del techo comenzaron a caer poco a poco, intensificando el ritmo siendo así que una alcanzó a Karkass en el momento que fue a salir corriendo.

Las paredes continuaban agitándose y se estaba volviendo cada vez más intenso.

Belain sacó rápidamente al mediano de la sala para evitar que se intoxicase más. El resultado fue bueno, pues salieron al exterior y en cuestión de segundos Pirlo dejó de escupir sangre, para soltar vahos de color púrura.

En ese instante, un gato pardo aterriza a vuestro lado. No sabéis de dónde ha salido, pues ha sido lo suficientemente sigiloso como para que no os hubierais percatado de nada.

Os miró con sus grandes ojos amarillentos con la pupila rasgada. Ésta se contrajo. Se queda mirándoos y de repente sale corriendo hacia vosotros, pasa entre ambos y... agarra a la rata por el pellejo corriendo en dirección norte, hacia el Distrito Lago Azul.

Tras este suceso, algo os incomoda, os recorre un pequeño escalofrío (a unos más corto que a otros) y miráis en dirección por donde ha salido el gato con su presa y os volvéis a mirar dubitativos.

Belain miró con extrañeza alrededor.

 - Lo que haya saltado por esa ventana se nos ha escapado -dijo acercándose a la entrada- pero igual hay pistas en ese almacén.

El semielfo se dirigió al almacén y abrió de una patada, apuntando con la mano envuelta en un halo negro, por si aún quedara alguien dentro.

Belain ya había investigado ese almacén unas horas atrás, recordaba qué había y qué no. Rebuscó alguna pista de la gente que había allanado la casa.

Kromm seguía corriendo tras sus compañeros, sentía a Rek correr tras el cerrando la comitiva.

El matador continuaba esquivando las piedras que caían como un felino, pero no dejaba de estar pendiente de Karkass que iba adelante. Sabia que estaba lastimado, pero conafuaba en que aquel terco enano sería incapaz de quejarse o flaquear.

Karkass puso su escudo sobre la cabeza logrando con ello que las piedras rebotasen inofensivamente contra él. No perdía de vista, sin embargo, a sus compañeros por si alguno tuviera algún problema.

Correr esquivando piedras era algo similar a caminar para Reckbran. Distinto era si tenía que cortar leños o cargar bultos. Por ahora, el joven enano se desplazó por los pasillos con inusual gracia considerando su raza.

Algunos cascotes más amenazaban con golpearle mientras salía corriendo de allí, Alrik cerraba la comitiva, prestando gran atención al estado de sus compañeros, en caso de que alguno cayera, tendría listas las palabras apropiadas para que volviera a levantarse.

Parece que la comitiva de enanos salía corriendo de aquel almacén ante el inminente peligro de de derrumbe al que estaban a punto de enfrentarse.

A parte del peligro que podía ser la caída constante de las rocas se añadía ahora la estampida de enanos corriendo hacia la salida y la posibilidad de pisarse las barbas los unos a los otros.

Alrik, cerrando la comitiva, vio como la imparable fuerza del mar amenazaba con ralentizar la salida de los suyos, en un instante, musitó un conjuro de protección sobre sus compañeros - ¡Njörðr proteje a mi pueblo! - exclamó.  

Acto seguido, toca su foco mientras susurra - Thor, préstame tu aguante - mientras trata de aguantar la primera oleada para poder seguir avanzando.

Habían escapado del derrumbe y ahora les tocaba salir con el agua remojandoles las barbas. Sin soltera el barril que había sacado y sin descuidar a sus compañeros, el tozudo matador continuaba su camino... Definitivamente el Rockseeker debía pagarles bien por aquel trabajo que habían hecho.

- Espero que ese hijo de puta este enterrado junto a la buena cerveza que destruyó.

el siguiente paso era irse a la taberna del orco, donde esperaba cambiar la ropa por una seca, y después beber unas buenas cervezas.

Te sigo, pero dame un segundo, dijo el mediano con algo de esfuerzo. Se llevó la ocarina a la boca y, tras inspirar sonoramente, interpretó lo que debía de ser una melodía presurosa, sus dedos ágiles cubriendo los agujeros del instrumento; pero de la ocarina no salió sonido alguno. Se guardó el instrumento y exhaló el aire sobre su mano derecha, mientras, ahora sí, una tonadilla de muchas notas breves surgía de algún lugar cercano. La mano del mediano pareció latir durante un momento e incluso teñirse de escamas verdosas. Pirlo se llevó la mano a su muñeca izquierda y cerró los ojos durante un par de segundos. Adelante, compañero, dijo con un recobrado animo y luciendo una ancha sonrisa.